Esta foto es del Brigadier D. Raimundo de Sotto Campuzano, IV conde de Clonard, quien fue Gobernador político-militar del archipiélago de las Islas Visayas, en las Filipinas, y para el periodo comprendido entre el 11 de Abril de 1879 y el 31 de Diciembre de 1882, fecha que dejó el mando.
Capitanía General de Filipinas
Estado Mayor
Sección 1ª
Escmo. Sor.
El dia once del actual se hizo cargo del mando del Gobierno P. M. de Visayas el Escmo. Sor. Brigadier D. Raimundo de Sotto y Campuzano ceseando en su anterior desempeño interino el Teniente Coronel primer Jefe del Regimiento Infanteria nº 5 D. Cristobal Sanchez Ortal.
Lo digo a V. E. para su conocimiento y demas efectos.
Dios gue a V. E. muchos años. Manila 22 de Abril de 1879
Escmo. Sor Gobr. de la Plaza
Había llegado a las Filipinas con el cargo de Segundo Cabo de la Capitanía General, por nombramiento de 31 de Enero de 1879, arribando a dicho archipiélago a finales de Marzo, y siendo rápidamente enviado a las Visayas para ir tomando el contacto con la realidad de la Gobernación de aquellas islas y darle el relevo al Gobernador que hasta entonce estaba.
Consciente de que su nombramiento revestía importancia, es por lo que desde el primer momento se dispuso a tomar contacto con la realidad del país a su mando, comenzando a viajar por todo el territorio y conocer de primera mano la opinión pública acerca de la situación tanto política como económica, encontrándose con que el problema más acuciante y que cuanto antes había que resolver era el de la delincuencia organizada, personificada en la multitud de malhechores que pululaban por las provincias de su Gobierno, comprendiendo que era de todo punto imprescindible la presencia de una fuerza militar que viniese a poner fin a aquella situación, pero dándose cuenta que el problema afectaba a la población civil y a su seguridad en el medio rural, decidió que la fuerza adecuada y capacitada para emprender esa operación de limpieza debía ser la Guardia Civil, de modo que no dudándolo un instante se puso manos a la obra para encargar un estudio dirigido y supervisado por él, con vistas a la creación y establecimiento en el archipiélago de su mando de un Tercio de este Cuerpo y así, en combinación con la Capitanía General de Filipinas, se mandó al Ministerio de la Guerra un proyecto de reorganización del Ejército de estas islas, en el cual se trataba de la organización del tercer Tercio de la Guardia Civil con destino a Visayas, y que fue remitido el 27 de Noviembre de ese año de 1879 al Ministerio de Ultramar.
El 22 de Junio de 1880 se transmite una Real Orden del Ministerio de la Guerra al Capitán General de Filipinas en la cual se le comunica el dictamen del Consejo de Estado, en cuya 3ª conclusión se dice:
"...que en el caso de poderse introducir economías en el presupuesto de la Guerra de aquel distrito militar sin disminuir el actual contingente de tropas, se cree con aquella economía el tercer Tercio de la Guardia Civil y dos Compañías de Carabineros para Visayas, con preferencia a ninguna otra fuerza...",
Real Orden que es trasladada el siguiente 11 de Julio al Gobierno General de Filipinas para poner en práctica dicha creación y organización del tercer Tercio de la Guardia Civil, la cual vino a traer seguridad, paz y orden en unos territorios asolados por la delincuencia y cuya capacidad productiva se hallaba escandalosamente mermada, viviendo sus habitantes en un continuo temor y sobresalto.
Posteriormente, por una Real Orden de 17 de Julio de 1882, consiguió que se aumentara con dos Compañías más el Tercio de Visayas.
Es de justicia reconocerle al conde de Clonard el mérito del trabajo en la creación de este tercer Tercio, que tanto bien trajo a estas provincias ultramarinas españolas, trabajo realizado en silencio pero con la inteligencia, celo y profesionalidad propias de aquellos españoles que conscientes del cargo que ocupaban y las responsabilidades que conllevaban no dudaron un instante en ponerse al servicio del Estado y de la sociedad para imponer el imperio de la Ley y castigar a los que la contravenían.
La lástima es que luego las mieles se las suelen llevar los que ocupan los más altos cargos, eclipsando en muchas ocasiones a aquellos que realizaron un esfuerzo en pro de la comunidad, pero esto siempre ha sido así, aunque en este caso, con esta muy modesta aportación, se quiere dejar constancia de la labor impagable de Raimundo de Sotto y Campuzano, IV conde de Clonard.
El mismo Clonard nos cuenta cómo lo vivió desde el primer momento en la carta que remite al Capitán General de Filipinas al entregar el mando de su Gobierno en Visayas. El texto, para quien esté interesado, se puede leer en:
http://lagunomunoz.blogspot.com.es/2012 ... civil.html
Los documentos que soportan esta entrada se pueden ver en:
1- Archivo Histórico Nacional, ULTRAMAR,5328,Exp.9, 1879-1883
2- Foto: propiedad del que escribe.