A finales de Agosto de 1914 se libraron las batallas de Mons y Le Cateau, las primeras en las que participó la BEF, y durante la retirada posterior muchos soldados británicos se encontraron aislados debido al avance del Ejército alemán. La mayor parte consiguió finalmente alcanzar territorio aliado, pero otros muchos no pudieron y cayeron prisioneros o permanecieron ocultos, esta es la historia de cuatro de ellos.
Los soldados Robert Digby, Thomas Donohoe, David Martin y William Thorpe encontraron protección gracias a los habitantes de la aldea de Villeret, permaneciendo escondidos allí durante año y medio, eludiendo ser descubiertos por los alemanes, hasta que Donohoe, Martin y Thorpe fueron traicionados y capturados el 16 de Mayo de 1916. Tras ser acusados de espías fueron fusilados en el Cuartel General alemán en un castillo cerca de Le Catelet el 27 de Mayo. Digby, que se había enamorado de una chica local y había tenido un hijo con ella, se entregó tres días después, aparentemente para disminuir la posibilidad de represalias contra los aldeanos que habían ayudado a los cuatro soldados durante veinte meses. También fue juzgado como espía y fusilado el 30 de Mayo, siendo los cuerpos enterrados en el cementerio local. Los alemanes insistieron en que las tumbas permanecieran sin identificar, pero al amparo de la oscuridad los aldeanos pronto las cubrieron con flores, lo que obligó a que los germanos colocasen una guardia armada en el cementerio. Los franceses que habían estado más involucrados en ocultar a los británicos recibieron sentencias que iban desde trabajos forzados hasta deportaciones.
En 1998 se erigió un monumento en el sitio donde los cuatro soldados habían sido ejecutados, en una ceremonia a la que asistió la hija de Digby, que por entonces contaba con 82 años.
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