quintanilla escribió:Estimado Ditirambo, no me habia percatado de este articulo y nuevamente te felicito por tu analisis. En realidad, me parece que estos procesos de Tokio fueron un poco mas aceptables, en el sentido juridico, que los de Nuremberg, con la ampliacion de los miembros del tribunal y las "lecciones" que se sacaron de Nuremberg. Me llama la atencion la condena a muerte de Tojo y Hirota [primeros ministros], no se si puedes profundizar al respecto con tus fuentes. Tambien te consulto, tal como indica Haeften, por la existencia de otros Juicios por crimines de Guerra anexos al de Tokio, que paso con los mandos medios, diplomaticos, jueces nipones, etc, haciendo un paralelo con la secuela de los Juicio principal de Nuremberg.
Saludos quintanilla, en el caso del TPI de Tokio, también hubo además del juicio principal, juicios secundarios a mandos medios y otros criminales de guerra, muchos de ellos acotados no al contexto general de la guerra, si no a escenarios específicos como Filipinas o China, aunque todos ellos vinculados al contexto militar, ya que a diferencia de Alemania no hubo juicios a jueces o doctores no vinculados al ámbito militar, puesto que no hubo en este caso una ideología similar al nacionalsocialismo en Japón, por ende, tampoco existió algo similar al Holocausto, esterilizaciones masivas, o juicios destinados a implementar políticas raciales, ya que los japoneses no buscaban eliminar de la faz de la tierra algún grupo étnico en particular, aunque si hubo experimentos humanos como podrás ver en el artículo, en que se buscaba probar armas o los efectos de ellas en el ser humano, o la resistencia del ser humano a ciertas armas o agentes biológicos por ejemplo, usando para ello prisioneros de guerra o derechamente población civil china, con quienes los japoneses fueron especialmente crueles.
En los casos de Tojo y Hirota, es un ejemplo clásico de lo que se ha decantado en el siglo XX como responsabilidad activa del mando, lo que en derecho penal clásico sería la autoría mediata, intelectual, o el autor inductor.
Normalmente la explicación más simple es la mejor. No hay que postular la existencia de entidades innecesarias para la explicación. Siempre tenemos que intentar explicar lo desconocido en términos de lo conocido.
Principios derivados de Guillermo de Ockham