Pío XII y las grandes potencias de la II Guerra Mundial

"Personajes" que han dejado o pretendido dejar huella en la Historia Militar Internacional.

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Legendario
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Pío XII y las grandes potencias de la II Guerra Mundial

Mensaje por Legendario »

A Pío XII le tocó vivir desde el Vaticano el más grande conflicto en que se han involucrado las potencias cristianas: la II Guerra Mundial.

Pío XII se vio obligado a participar en el juego político, y sus acciones al respecto siempre fueron criticadas.

¿Hay elementos históricos objetivos para decir que Pío XII favoreció al eje Berlín-Roma?

¿No era una carga terrible el deberle a Mussolini la firma del Tratado de San Juan de Letrán, y el hecho de que el Vaticano estuviese precisamente en Roma?

¿Hubo acuerdos secretos entre Pío XII y Francisco Franco previos al levantamiento militar en España?
Última edición por Legendario el 08 Abr 2006, editado 1 vez en total.


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Kaiser
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Mensaje por Kaiser »

Bueno, yo solo quiero decirte que Podria hacer un Papa desde el Vaticano contra el eje..no mucha cosa no?

Salu2

Kaiser

Buen tema
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Prinz Eugen
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Mensaje por Prinz Eugen »

Respuesta, NO, ni era del Partido, ni siquiera simpatizaba con sus ideas, incluso las condenaba.
¿Hay elementos históricos objetivos para decir que Pío XII favoreció al eje Berlín-Roma?

¿No era una carga terrible el deberle a Mussolini la firma del Tratado de San Juan de Letrán, y el hecho de que el Vaticano estuviese precisamente en Roma?
A la primera pregunta, respondo que no, ya que salvo algunos momentos de indecisión o de no poder actuar conforme a su conciencia, por temor al chantaje nazi, todo lo demás responde a campañas propias de la Guerra Fría iniciadas por Stalin contra Pío XII, incluso hasta hoy financiados por otros de calaña semejante.
A la segunda te digo que no, más bien la carga era para Mussolini, que era el que debía garantizar la seguridad del Vaticano.
¿Hubo acuerdos secretos entre Pío XII y Francisco Franco previos al levantamiento militar en España?
No como Papa, ya que hasta 1.939 no fue nombrado Eugenio Pacelli como Papa Pío XII. Lo demás con otro cargo lo ignoro.

P.D. Sugiero se cambie el título, ya que la duda ofende.

Saludos.
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Mensaje por Pepeman »

Si me permitis voy a colocar un extracto de una entrevista hecha a David Dalin Rabino de la ciudad de Nueva York.-

Entrevista con el rabino de Estados Unidos, David Dalin
¿Pío XII? «Durante el siglo XX el pueblo judío no tuvo un amigo más grande». Esta es la opinión del rabino de Nueva York, David Dalin.

Según este historiador de profesión, que intervino el pasado 22 de agosto en el Meeting organizado por el Movimiento católico Comunión y Liberación en la localidad costera de Rimini (norte de Italia), «Durante la segunda guerra mundial, Pío XII salvó más vidas de judíos que cualquier otra persona, incluso más que Raoul Wallenberg o Oskar Schindler».

--Usted ha calificado de revisionistas a los historiadores que han criticado al Papa Pío XII, ¿por qué?

--David Dalin: Hoy día existe una nueva generación de periodistas y expertos empeñada desacreditar los documentados esfuerzos de Pío XII por salvar a los judíos durante el Holocausto. Esta generación se ha inspirado en la obra teatral «El Vicario», de Rolf Hochhuth, que no tiene valor histórico, pero que lanza polémicas acusaciones contra este Papa. Sin embargo, los detractores de Eugenio Pacelli ignoran o eliminan el estudio iluminador de Pinchas Lapide, quien fu cónsul general de Israel en Milán y que había se había encontrado con muchos judíos italianos que sobrevivieron al Holocausto. En esa obra, Lapide documenta cómo Pío XII favoreció la salvación de al menos 700 mil judíos de manos de los nazis. Ahora bien, según otro cálculo, esta cifra se eleva a 860 mil...
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Mensaje por Zhukov »

¿Cuantas divisiones y cañones tenia ese Papa? :lol: :D :wink:
«¿Vienes del espacio exterior?», preguntó la anciana.
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Allen
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Los judíos romanos.

Mensaje por Allen »

El 9 de septiembre de 1943 las tropas alemanas ocupan militarmente la ciudad de Roma. El 16 de octubre de 1943 el ejército alemán inicia la deportación a Aushwitz de todos los judíos romanos. Hombres, mujeres y niños fueron conducidos a los hornos germanos. El obispo de Roma Eugenio Pacelli, Pio XII no dijo una sola palabra en defensa de estas víctimas de la barbarie teutónica que estaban siendo arreadas como ganado por los matarifes de Hitler. Eran hombres , mujeres y niños que estaban a su cuidado, como obispo de la ciudad. Pero nada dijo. Eran judíos.

La cobardía increible de Pacelli era miedo físico. Tenía terror de morir a manos de los verdugos alemanes. Espero que ahora no lo lleven a los altares como San Pio el valeroso. Esto ya sería el colmo.
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Mensaje por Werewolf »

Saludos¡¡

Forofo "Allen" tiene que ser muy dificil para un hombre,el cual representa a Dios en la tierra el tener que lidiar en este conflicto.Esta claro que hizo lo que pudo a favor del pueblo judio,fue diplomatico hasta un gran extremo.Ten en cuenta que aunque los nazis no fueran correligionarios con la iglesia catolica,el enemigo de estos era el mismo que el de la iglesia catolica en ese momento,el comunismo.Politica de alto estado.Ese es el importante dato sobre su aliancia con los nazis.

Werewolf
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Mensaje por Von Leeb »

Pobre hombre que podia hacer si condenaba las SS lo vigilaban creo que Himmler le tenia una especial atencion.

Y Prinz coincido no se puede dejar caer que un Papa fue nazi.
Última edición por Von Leeb el 10 Abr 2006, editado 1 vez en total.
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Mensaje por Pepeman »

Ahora esta el titulo bordado.- :dpm:

Saludos
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Legendario
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Mensaje por Legendario »

Pepeman escribió:Ahora esta el titulo bordado.- :dpm:

Saludos
Pepeman:

Desconozco las sutilezas de este foro. No pretendo ofender a nadie. Mi presencia en el foro es completamente apolítica. Básicamente estoy trabajando en lo que en cine se llama "ambientación", y estoy tocando temas sensibles (de aquella época) con la intención de "meterme" en los cerebros y sentimientos de los actores de la IIGM.

Saludos
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Mensaje por Pepeman »

Nadie te refirio nada respecto del tema, yo opino que es un tema bastante bueno, solo el compañero Prinz te sujirio un cambio de titulo y yo he referido lo apropiado del cambio que se ha hecho, debes de entender que en este foro hay mas de 1700 usuarios y que seguramente haya 1700 formas diferentes de pensar, es por ello que es recomendable al tratar temas tan delicados exponerlos de una forma mas acorde a dicha delicadeza.-

Saludos
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Mensaje por Allen »

El problema central en el caso de Pío XII es que uno entiende que la Santa Sede es un poder espiritual, es un poder moral. Tienen allí que primar consideraciones más puras que las políticas. Para éstas están los poderes políticos.

Fue como poder espiritual, lo esencial de su labor, en lo que Pío XII fracasó completamente como Jefe de la Iglesia y como ser humano.
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Mensaje por Goyix »

Movido a Protagonistas Internacionales de la Historia.
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Mensaje por Prinz Eugen »

Allen escribió:El 9 de septiembre de 1943 las tropas alemanas ocupan militarmente la ciudad de Roma. El 16 de octubre de 1943 el ejército alemán inicia la deportación a Aushwitz de todos los judíos romanos. Hombres, mujeres y niños fueron conducidos a los hornos germanos. El obispo de Roma Eugenio Pacelli, Pio XII no dijo una sola palabra en defensa de estas víctimas de la barbarie teutónica que estaban siendo arreadas como ganado por los matarifes de Hitler. Eran hombres , mujeres y niños que estaban a su cuidado, como obispo de la ciudad. Pero nada dijo. Eran judíos.
Primero sugeriría que te informaras bien Allen. http://www.conoze.com/doc.php?doc=1762
Judíos italianos dicen que fueron salvados de los nazis gracias a la labor de Pío XII

Al menos 800 judíos fueron salvados de la persecución nazi entre los años 1943 y 1944 en las ciudades italianas de Livorno, Lucca y Pisa, por la movilización pedida por el Papa Pío XII entre los diferentes componentes de la Iglesia católica, según revelan nuevos hallazgos históricos. La red de asistencia estaba compuesta por Sacerdotes Oblatos de Lucca, por el arzobispo de Génova, por frailes franciscanos y por religiosas de clausura. En la iniciativa colaboró uno de los ciclistas más grandes de Italia, Bartali, quien escondía en su bicicleta documentos falsos para salvar a refugiados.

Estos hechos han salido a la luz gracias a las cartas y a un testimonio escritos por Giorgio Nissim, judío de la ciudad de Pisa, encontrados ahora por sus hijos, Piero y Simona, y examinados por las historiadoras Silvia Angelini y Paola Lemmi (con la supervisión de Liliana Picciotto de la Fundación de Documentación Judía de Milán).

Después de que los miembros de la red «Delasem» de Toscana (organización de asistencia a judíos constituida tras las leyes raciales) fueran encarcelados en 1943, Nissim continuó su actividad gracias a la colaboración de los Sacerdotes Oblatos de Lucca: los padres Paoli, Staderini, y Niccolai.

Colaboración del clero

«Organicé una oficina completa de documentos falsos en una estancia de monjitas de clausura», recordó el mismo Nissim, que falleció en 1976, y «con frecuencia eran los mismos sacerdotes quienes ponían las firmas falsas» que permitirían salvar a judíos escondiéndoles en algún convento o permitiéndoles llegar a zonas liberadas de Italia.

«Iba a Génova como podía para retirar el dinero que me daba el padre Repetto, secretario del arzobispo, y después entregaba estas cantidades al padre Paoli» para sufragar los gastos de estas operaciones, añade. En un testimonio ofrecido en 1969, custodiado en los archivos del Centro de Documentación Contemporánea Judía de Milán, Nissin escribió que la red de asistencia católica «había recibido el encargo de mantener relaciones (con el movimiento clandestino judío, n.d.r.) por el mismo Papa de entonces, Pío XII».

Un ciclista activista

Andrea, el hijo del gran campeón de ciclismo Gino Bartali, confirma la participación de su padre en esa red de ayuda a los judíos. Su tarea era la de llevar a las imprentas clandestinas las fotos y los papeles para fabricar documentos falsos - dice reforzando las nuevas revelaciones - . Cuando llegaba al convento, desmontaba la bicicleta, metía el material en el tubo central, y se iba.

«Hacía también de guía, indicando los caminos menos conocidos para que los refugiados pudieran alcanzar algunas localidades del centro de Italia», señala con orgullo su hijo Andrea
Otro artículo
Los supervivientes del Holocausto, como Marcus Melchior, rabino jefe de Dinamarca, observaban que «si el Papa hubiera tomado posición abiertamente, probablemente Hitler habría exterminado a más de seis millones de judíos y tal vez a diez veces diez millones de católicos, si hubiera tenido la posibilidad». Robert M.W. Kempner, refiriéndose a su experiencia durante el proceso de Nüremberg, afirmó en una carta a la redacción después de que el Commentary publicara un extracto de Guenter Lewy en 1964: «Cualquier movimiento propagandístico de la Iglesia católica contra el Reich hitleriano no sólo habría significado un "suicidio voluntario", sino que hubiera acelerado la ejecución capital de un mayor número de judíos y de sacerdotes».

No se trata de una cuestión puramente especulativa. Una carta pastoral de los obispos holandeses que condenaba «el despiadado e injusto trato reservado a los judíos» fue leída en todas las iglesias católicas holandesas en julio de 1942. La carta, a pesar de sus buenas intenciones, y probablemente inspirada por Pío XII, tuvo consecuencias inesperadas. Como observa Pinchas Lapide: «La conclusión más triste y que da más que pensar es que, mientras el clero de Holanda protestaba con más fuerza, más abiertamente y con mayor frecuencia contra las persecuciones a los judíos que la jerarquía religiosa de cualquier otra nación ocupada por los nazis, el contingente más numeroso de judíos deportados a los campos de exterminio procedía precisamente de Holanda - casi 110.000, el 79% del total -.

Nos podríamos preguntar qué podría ser peor que el genocidio de seis millones de judíos y la respuesta es: la masacre de otros cientos de miles. El Vaticano trabajó para salvar a todos los que pudo. Y los datos son elocuentes: mientras que el 80% de los judíos europeos halló la muerte durante la Segunda Guerra Mundial, el 80% de los judíos italianos se salvó.

En los meses en los que Roma estuvo bajo la ocupación alemana, Pío XII dio instrucciones al clero italiano sobre cómo salvar vidas por todos los medios a su alcance. Desde octubre de 1943, Pío XII dispuso que iglesias y conventos de toda Italia sirvieran de escondite a los judíos. Como resultado - y a pesar de que Mussolini y los fascistas habían cedido ante la exigencia de Hitler de comenzar la deportación de los judíos de Italia - muchos católicos italianos desobedecieron las órdenes de los alemanes.

Rabat-Fohn

Sólo en Roma 155 conventos y monasterios dieron asilo a casi cincuenta mil judíos. Al menos treinta mil hallaron refugio en la residencia estival del pontífice en Castel Gandolfo. Sesenta judíos vivieron durante nueve meses dentro de la Universidad Gregoriana y muchos fueron escondidos en el sótano del Pontificio Istituto Bíblico. Varios centenares se refugiaron dentro del mismo Vaticano. Siguiendo las instrucciones de Pío XII, muchos sacerdotes, monjes, monjas, cardenales y obispos italianos se emplearon a fondo para salvar miles de vidas judías. El cardenal Boetto de Génova salvó a al menos ochocientos; el obispo de Asís escondió a trescientos judíos durante más de dos años; el obispo de Campagna y dos de sus parientes salvaron a 961 en Fiume.

Pero, una vez más, el testimonio más elocuente es el de los propios nazis. Documentos fascistas publicados en 1998 (y recogidos en el libro Papa Pio XII de Marchione) revelan la existencia de un plan alemán, denominado "Rabat-Fohn", que hubiera debido llevarse a cabo en enero de 1944. El plan preveía que la octava división de caballería de las SS, disfrazados de soldados italianos, conquistara San Pedro y «eliminara a Pío XII con todo el Vaticano» y apunta explícitamente a la «protesta del Papa a favor de los judíos» como la causa de tal represalia.
http://www.conoze.com/doc.php?doc=1510

Más sobre el asunto http://www.conoze.com/doc.php?doc=712
Allen escribió:La cobardía increible de Pacelli era miedo físico. Tenía terror de morir a manos de los verdugos alemanes. Espero que ahora no lo lleven a los altares como San Pio el valeroso. Esto ya sería el colmo.
Si Pío XII hizo algo o no lo hizo, no creo que sepas por qué, así que me extraña que afirmes que tuvo miedo o cualquier otra cosa, ya que a no ser que él lo dijera, lo veo difícil que lo llegues a saber. Lo demás, como los descalificativos, a mi parecer sobran.
Legendario escribió:Desconozco las sutilezas de este foro. No pretendo ofender a nadie. Mi presencia en el foro es completamente apolítica. Básicamente estoy trabajando en lo que en cine se llama "ambientación", y estoy tocando temas sensibles (de aquella época) con la intención de "meterme" en los cerebros y sentimientos de los actores de la IIGM.
Te agradezco el cambio de título, y es que por lo menos, aquí en España siempre se dice en estas cosas, "que la duda, ofende", es como si dijera "¿Era Stalin un dictador nazi?" (por negociar con los nazis el reparto de Polonia y otras cosas parecidas), o decir ¿Era Chamberlain un mandatario nazi? (por permitir la "Anexión" de Austria, y el Pacto de Munich, entre otras cosas), etc...

Saludos.
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Mensaje por Allen »

Pacelli tenía repartidos por toda Europa 10.000 párrocos fuera de obispos, arzobispos etc. Los hornos crematorios alemanes funcionaron desde fines de 1941. Alcanzaron una capacidad de 10.000 muertos al día.

Durante varios años, pues, la máquina de la muerte de los alemanes estuvo funcionando a plena capacidad.

Y el papa Pio XII, en todo ese período, el hombre mejor informado del mundo, no hizo una sola declaración pública exigiendo a Hitler detener la matanza de judíos. Y estos sacrificios humanos continuaron hasta el último día.

En cuanto a los judíos de Roma, fueron deportados varios miles de ellos a Aushwitz a partir del 16 de octubre de 1943. Si no yerro volvieron con vida alrededor de 150. Y esto ocurrió bajo los balcones del Vaticano, en la propia ciudad del Vicario de Cristo.

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Mensaje por Pla »

Prinz Eugen escribió:Sugiero se cambie el título, ya que la duda ofende.
Estimado Prinz, el título del hilo no entiendo qué dudas genera.

Salvo que haya habido cambios que no he percibido, el título, exactamente es:

Pío XII y las grandes potencias de la II Guerra Mundial

Un título que hace referencia a la Diplomacia Vaticana en un periodo tan complejo como la segunda gran conflagración mundial del siglo XX. No se refiere a ninguna potencia en particular. Y las grandes potencias del periodo está claro que eran las del Eje (Alemania, Italia y Japón), la Soviética, Francia, Inglaterra, y los Estados Unidos. Unas eran países católicos, o con fuerte presencia de católicos, otros eran países directamente anticristianos (la URSS) y otros, como los nipones, no cristianos a secas. Y también está claro que el Vaticano tuvo que jugar un papel, a veces muy difícil, a veces con luces y a veces con sombras, en sus relaciones con unos y otros a lo largo del conflicto. Unas relaciones que fueron desde las inexistentes hasta la tensas.

No daré mi opinión ahora, toda vez que me limito, como moderador, a señalar que las dudas que presumes contra el título del hilo, a falta de mejor justificación, parecen totalmente infundadas. Si hubo un título previo y se ha modificado, nada de lo dicho vale.

Saludos
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Mensaje por MENCEY »

Estimado Pla, creo que hay un malententido por tu parte en cuanto al particular y te lo intentare aclarar.El Titulo original de este hilo no es el que tiene ahora, era algo asi como, Pio XII ,un Papa Nazi, creo recordar, por eso la sugerencia que se cambiara el titulo por otro menos hiriente.

saludos.
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Re: El hombre mejor informado del mundo.

Mensaje por Pla »

Allen escribió:Pacelli tenía repartidos por toda Europa 10.000 párrocos fuera de obispos, arzobispos etc. Los hornos crematorios alemanes funcionaron desde fines de 1941. Alcanzaron una capacidad de 10.000 muertos al día.

Durante varios años, pues, la máquina de la muerte de los alemanes estuvo funcionando a plena capacidad.

Y el papa Pio XII, en todo ese período, el hombre mejor informado del mundo, no hizo una sola declaración pública exigiendo a Hitler detener la matanza de judíos. Y estos sacrificios humanos continuaron hasta el último día.

En cuanto a los judíos de Roma, fueron deportados varios miles de ellos a Aushwitz a partir del 16 de octubre de 1943. Si no yerro volvieron con vida alrededor de 150. Y esto ocurrió bajo los balcones del Vaticano, en la propia ciudad del Vicario de Cristo.
El Papa tenía en estas materias, en tan compleja época, una doble condición: la de jefe de un Estado reconocido como tal internacionalmente, y la de líder espiritual de los católicos. Una doble condición que también posee hoy.

No recuerdo ahora la fecha, pero si no estoy equivocado, el Papado ya había condenado el totalitarismo nazi, en una encíclica, en lo que era una actuación de la Iglesia como orientadora espiritual de una determinada confesión religiosa, la católica.

Como Estado, nada podía hacer oficialmente el Vaticano, ya que los judíos perseguidos no eran nacionales suyos, y las normas de derecho internacional de la época no permitían -y en la actualidad casi apenas tampoco- actuaciones oficiales.

La deportación de los judíos romanos (italianos) podrá echarse en cara de las autoridades colaboracionistas de Italia, pero no sobre el Papa.

Saludos
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Allen escribió:Pacelli tenía repartidos por toda Europa 10.000 párrocos fuera de obispos, arzobispos etc. Los hornos crematorios alemanes funcionaron desde fines de 1941. Alcanzaron una capacidad de 10.000 muertos al día.

Durante varios años, pues, la máquina de la muerte de los alemanes estuvo funcionando a plena capacidad.

Y el papa Pio XII, en todo ese período, el hombre mejor informado del mundo, no hizo una sola declaración pública exigiendo a Hitler detener la matanza de judíos. Y estos sacrificios humanos continuaron hasta el último día.
Nuevamente yerras Allen, el Papa Pío XII dió parte a los Aliados de todo lo que pasaba (y hasta la liberación de los Campos, los Aliados no hicieron nada directamente para liberarlos, como bombardear los trenes, o destruir las instalaciones de los Campos, etc..), hizo públicas varias proclamas en contra de dicho exterminio. Pero mejor te lees el siguiente artículo, que creo ni lo has mirado http://www.conoze.com/doc.php?doc=1510
El Papa justo

Una cuidadosa recopilación de documentos sale en defensa del Papa Pacelli, contra quienes aún le tachan de antisemita y de coquetear con el régimen nazi. Cincuenta años de estima y reconocimiento por parte de judíos de todo el mundo

Rabino de Nueva York, David Dalin es una de las personalidades de relieve del mundo judío estadounidense. Uno de sus libros, Religion and State in the American Jewish Experience ha sido destacado como uno de los mejores trabajos académicos de 1998. Ha dictado conferencias sobre las relaciones judeo-cristianas en las universidades de Hartford Trinity College, George Washington y Queens College de Nueve York. En el artículo que extractamos ampliamente en estas páginas, publicado en The Weekly Standard (semanario que representa la máxima expresión de la elite neoconservadora americana), el rabino David Dalin pide que Pío XII sea reconocido como "justo", en virtud de cuanto hizo por salvar a los judíos del Holocausto.

Ya antes de la muerte de Pío XII en 1958, en Europa se le acusaba de haber sido favorable al nazismo, un lugar común de la propaganda comunista contra occidente.

La acusación quedó sepultada durante algunos años bajo la oleada de homenajes que siguió a la muerte del Papa, procedentes tanto del ámbito judío como de los gentiles, para reaparecer de nuevo en 1963 con la publicación de Il Vicario, una pieza teatral de un escritor alemán de izquierdas (que perteneció a la Hitler Jugend), llamado Rolf Hochhuth.

Il Vicario era una obra muy fantasiosa y polémica, en la que se sostenía que la preocupación de Pío XII por las finanzas vaticanas le había dejado indiferente ante el exterminio de la población judía de Europa. La obra de Hochhuth despertó un notable interés en la opinión pública, desencadenando una controversia que se prolongó a lo largo de los años 60. Ahora, transcurridas tres décadas, aquella controversia ha vuelto a estallar de repente por razones que no resultan del todo claras.

Pero la palabra "estallar" no describe suficientemente la actual marejada de polémicas. En los últimos dieciocho meses han salido a la luz nueve libros que hablan de Pío XII: Hitlers Pope de John Cornwell, Pius XII and the Second World War de Pierre Blet *, Papal Sin de Garry Wills, Pope Pius XII de Margherita Marchione, Hitler, the War and the Pope de Ronald J. Rychlak, The Catholic Church and the Holocaust, 1930-1965, de Michael Phayer, Under His Very Windows de Susan Zuccotti, The Deformation of Pius XII de Ralphy McInerny y, recientemente, Constantines Sword de James Carroll.

Dado que cuatro de estos volúmenes - los de Blet, Marchione, Rychlak y McInerny - se alinean en defensa del Papa (y dos, los de Wills y Carroll, implican a Pío XII sólo como una parte de un más amplio ataque contra el catolicismo), el cuadro puede parecer equilibrado. Además, leyendo detenidamente los nueve libros, se puede concluir que las argumentaciones de quienes defienden a Pío XII son las más convincentes.

Y, sin embargo, los libros que difaman al Papa han sido los que han centrado la atención mayoritaria.

Einstein, Golda Meir, Herzog...

Curiosamente, casi todos los que hoy están en esta línea difamatoria - desde los ex seminaristas John Cornwell y Garry Wills, hasta el ex cura James Carroll - son ex católicos o católicos heterodoxos. A los líderes judíos de la generación precedente la campaña contra Pío XII les resultó, en el mejor de los casos, sorprendente. Durante la posguerra muchos judíos famosos - Albert Einstein, Golda Meir, Moshe Sharett, Rabí Isaac Herzog y muchos otros - expresaron públicamente su gratitud hacia Pío XII. En su libro de 1967, Three Popes and the Jews, el diplomático Pinchas Lapide (que prestó servicio como cónsul de Israel en Milán y entrevistó a los italianos supervivientes del Holocausto), declaró que Pío XII «contribuyó sustancialmente a salvar a 700.000 judíos, y tal vez a otros 860.000, de la muerte segura a manos de los nazis».

La verdad es que el libro de Lapide sigue siendo la obra más seria escrita por un judío sobre este asunto, y en los treinta y cuatro años que han transcurrido desde su publicación se ha podido acceder a muchos materiales, tanto de los archivos vaticanos como de otras fuentes. Se han recogido muchos testimonios directos y un número impresionante de entrevistas con supervivientes del Holocausto, capellanes militares y civiles católicos. En vista de los recientes ataques, ha llegado la hora de salir nuevamente en defensa de Pío XII.

En enero de 1940, por ejemplo, el Papa dio instrucciones a la Radio Vaticana para que revelara la «espantosa crueldad de la tiranía salvaje» que los nazis estaban inflingiendo a los judíos y a los católicos polacos. Al recibir noticia de dicha transmisión una semana más tarde, el Defensor Público de los judíos de Boston la apreció por lo que era: «Una denuncia explícita de las atrocidades perpetradas por los alemanes en la Polonia ocupada por los nazis, declarándolas abiertamente como una ofensa a la conciencia moral de toda la humanidad». El New York Times escribió en su editorial: «Ahora el Vaticano ha hablado, con una autoridad indiscutible, y ha confirmado los peores presagios de terror que emergen de las tinieblas de Polonia». En Inglaterra, el Manchester Guardian elogió al Vaticano como «el más enérgico defensor de la Polonia torturada».

«Espiritualmente semitas»

Cualquier lectura honesta y minuciosa de los hechos demuestra que Pío XII no dejó nunca de expresar su crítica al nazismo. Basta con tener en cuenta algunos puntos destacados de su oposición antes de la guerra. De los cuarenta y cuatro discursos pronunciados por Pacelli en Alemania como nuncio apostólico entre 1917 y 1929, cuarenta denunciaban algún aspecto de la pujante ideología nazi.

En marzo de 1935 Pacelli escribió una carta abierta al obispo de Colonia definiendo a los nazis como «falsos profetas con el orgullo de Lucifer». Ese mismo año arremetió contra las ideologías «poseídas por la superstición de la raza y la sangre» ante una muchedumbre de peregrinos en Lourdes. Dos años más tarde, en Notre Dame de París, llamó a Alemania «esa noble y poderosa nación que será conducida fuera de su camino por malos pastores, abrazando una ideología racista».

En privado, les decía a sus amigos que los nazis eran «diabólicos». A sor Pascalina, que fue su secretaria durante muchos años, le dijo que Hitler estaba «totalmente obsesionado». «Todo esto no es un obstáculo para él, es un destructor... este hombre es capaz de caminar sobre cadáveres». En 1935, durante una entrevista con el heroico antinazi Dietrich von Hildebrand, Pío XII declaró: «No hay posibilidad de conciliación» entre el cristianismo y el racismo nazi porque «son como fuego y agua».

En el periodo en que Pacelli fue consejero particular de su predecesor, Pío XI, el pontífice hizo la famosa declaración de 1938 ante un grupo de peregrinos belgas en la que afirmó que «el antisemitismo es inadmisible; espiritualmente nosotros somos todos semitas». Y el mismo Pacelli escribió el borrador de la encíclica de Pío XI Mit brennender Sorge, una condena de Alemania que se cuenta entre las más ásperas que ha pronunciado la Santa Sede. Como consecuencia, en los años 30 Pacelli fue extensamente difamado por la prensa nazi como el cardenal de Pío XI «amigo de los judíos», a causa de las más de cincuenta cartas de protesta que les envió a los alemanes como secretario de estado vaticano. A estos se pueden añadir algunos episodios sobresalientes de la acción de Pío XII durante la guerra.

El New York Times

Su primera encíclica, Summi Pontificatus, publicada apresuradamente en 1939 para impetrar la paz, era en buena parte una declaración de que la tarea propia del Papado era la mediación entre las partes beligerantes, más que el decantarse por una u otra. Pero citaba con agudeza a san Pablo: «Ya no hay judíos ni gentiles», utilizando significativamente la palabra "judíos" en el contexto de un rechazo de la ideología racista. El New York Times recibió la encíclica con un artículo en primera página el 28 de octubre de 1939: «El Papa condena a los dictadores, los violadores de los tratados y el racismo». Fuerzas aéreas aliadas arrojaron miles de copias del periódico sobre tierra alemana en un intento de avivar los sentimientos antinazis.

En 1939-40 Pío XII hizo de intermediario secreto entre los miembros de una conjura alemana antihitleriana y los ingleses. Y corrió no pocos riesgos advirtiendo a los aliados de la inminente invasión alemana de Holanda, Bélgica y Francia.

Cuando en 1942 los obispos franceses publicaron varias cartas pastorales contra las deportaciones, Pío XII envió a su nuncio a protestar ante el gobierno de Vichy contra «los arrestos inhumanos y las deportaciones de los judíos de la Francia ocupada a la Silesia y a algunas partes de Rusia». Radio Vaticana comentó durante seis días seguidos las cartas de los obispos, en unos años en los que en Alemania y Polonia escuchar Radio Vaticana era un crimen que algunos pagaron con la pena capital. («Parece que el Papa intercede por los judíos inscritos en las listas de deportación de Francia» era el titular del New York Times del 6 de agosto de 1942. «Vichy captura a los judíos; ignorado el llamamiento del Papa Pío», recogía el Times tres semanas más tarde).

En el verano de 1944, tras la liberación de Roma, pero antes del fin de la guerra, Pío XII dijo a un grupo de judíos romanos que fueron a darle las gracias por su protección: «Durante siglos los judíos habéis sido tratados injustamente y despreciados. Ya es hora de que se os trate con justicia y humanidad, Dios lo quiere y la Iglesia lo quiere. San Pablo nos dice que los judíos son nuestros hermanos. Pero deberíamos acogeros también como amigos».

Ya que estos ejemplos y otros centenares más son desacreditados uno por uno en los libros que recientemente atacaban la figura de Pío XII, el lector puede perder de vista su peso específico, su carácter general, que no deja resquicio a la duda sobre la posición del Papa, y menos que a nadie a los nazis. En el editorial del día siguiente [a la Navidad de 1941], el New York Times declaraba: «La voz de Pío XII es una voz solitaria en el silencio y la oscuridad que envuelve a Europa en esta Navidad... Pidiendo un "nuevo orden auténtico" basado en la "libertad, justicia y amor", el Papa se ha alineado abiertamente contra el hitlerismo».

En la valoración de las acciones que Pío XII hubiera podido llevar a cabo, muchos (entre los que me encuentro) habrían deseado verlo pronunciar excomuniones explícitas. Los nazis, de tradición católica, ya habían incurrido automáticamente en la excomunión con todos sus actos, desde la casi nula participación en la misa, a la inexistente confesión de homicidios y el repudio público del cristianismo. Y, como se deduce claramente de sus escritos y de sus conversaciones, Hitler había dejado de considerarse católico - es más, se consideraba un anticatólico - mucho tiempo antes de llegar al poder.

"Suicidio voluntario"

Los supervivientes del Holocausto, como Marcus Melchior, rabino jefe de Dinamarca, observaban que «si el Papa hubiera tomado posición abiertamente, probablemente Hitler habría exterminado a más de seis millones de judíos y tal vez a diez veces diez millones de católicos, si hubiera tenido la posibilidad». Robert M.W. Kempner, refiriéndose a su experiencia durante el proceso de Nüremberg, afirmó en una carta a la redacción después de que el Commentary publicara un extracto de Guenter Lewy en 1964: «Cualquier movimiento propagandístico de la Iglesia católica contra el Reich hitleriano no sólo habría significado un "suicidio voluntario", sino que hubiera acelerado la ejecución capital de un mayor número de judíos y de sacerdotes».

No se trata de una cuestión puramente especulativa. Una carta pastoral de los obispos holandeses que condenaba «el despiadado e injusto trato reservado a los judíos» fue leída en todas las iglesias católicas holandesas en julio de 1942. La carta, a pesar de sus buenas intenciones, y probablemente inspirada por Pío XII, tuvo consecuencias inesperadas. Como observa Pinchas Lapide: «La conclusión más triste y que da más que pensar es que, mientras el clero de Holanda protestaba con más fuerza, más abiertamente y con mayor frecuencia contra las persecuciones a los judíos que la jerarquía religiosa de cualquier otra nación ocupada por los nazis, el contingente más numeroso de judíos deportados a los campos de exterminio procedía precisamente de Holanda - casi 110.000, el 79% del total -.


Nos podríamos preguntar qué podría ser peor que el genocidio de seis millones de judíos y la respuesta es: la masacre de otros cientos de miles. El Vaticano trabajó para salvar a todos los que pudo. Y los datos son elocuentes: mientras que el 80% de los judíos europeos halló la muerte durante la Segunda Guerra Mundial, el 80% de los judíos italianos se salvó.

En los meses en los que Roma estuvo bajo la ocupación alemana, Pío XII dio instrucciones al clero italiano sobre cómo salvar vidas por todos los medios a su alcance. Desde octubre de 1943, Pío XII dispuso que iglesias y conventos de toda Italia sirvieran de escondite a los judíos. Como resultado - y a pesar de que Mussolini y los fascistas habían cedido ante la exigencia de Hitler de comenzar la deportación de los judíos de Italia - muchos católicos italianos desobedecieron las órdenes de los alemanes.

Rabat-Fohn

Sólo en Roma 155 conventos y monasterios dieron asilo a casi cincuenta mil judíos. Al menos treinta mil hallaron refugio en la residencia estival del pontífice en Castel Gandolfo. Sesenta judíos vivieron durante nueve meses dentro de la Universidad Gregoriana y muchos fueron escondidos en el sótano del Pontificio Istituto Bíblico. Varios centenares se refugiaron dentro del mismo Vaticano. Siguiendo las instrucciones de Pío XII, muchos sacerdotes, monjes, monjas, cardenales y obispos italianos se emplearon a fondo para salvar miles de vidas judías. El cardenal Boetto de Génova salvó a al menos ochocientos; el obispo de Asís escondió a trescientos judíos durante más de dos años; el obispo de Campagna y dos de sus parientes salvaron a 961 en Fiume.

Pero, una vez más, el testimonio más elocuente es el de los propios nazis. Documentos fascistas publicados en 1998 (y recogidos en el libro Papa Pio XII de Marchione) revelan la existencia de un plan alemán, denominado "Rabat-Fohn", que hubiera debido llevarse a cabo en enero de 1944. El plan preveía que la octava división de caballería de las SS, disfrazados de soldados italianos, conquistara San Pedro y «eliminara a Pío XII con todo el Vaticano» y apunta explícitamente a la «protesta del Papa a favor de los judíos» como la causa de tal represalia.

Una historia análoga se puede dibujar a través de toda Europa.

Pero el punto de partida de esta discusión radica en la verdad incontestable de que, tanto los nazis como los judíos de aquella época, consideraban al Papa como el más importante opositor de la ideología nazi en el mundo.

Ya en diciembre de 1940, en un artículo aparecido en el Time magazine, Albert Einstein rendía homenaje a Pío XII: «Sólo la Iglesia se ha declarado abiertamente contra la campaña de Hitler por la supresión de la verdad. Nunca antes había tenido un amor especial por la Iglesia, pero ahora siento un gran afecto y admiración porque sólo la Iglesia ha tenido el coraje y la tenacidad de alinearse en defensa de la verdad intelectual y de la libertad moral. Por ello, me veo obligado a confesar que ahora aprecio sin reservas lo que durante mucho tiempo desprecié».

En 1943 Chaim Weizmann, que llegaría a ser el primer presidente del estado de Israel, escribió que «la Santa Sede está prestando su poderosa ayuda donde es posible, para aliviar la suerte de mis correligionarios perseguidos».

Moshe Sharett, viceprimer ministro israelí, se entrevistó con Pío XII al término de la guerra: «le dije que mi primer deber era darle las gracias a él, y a través de él a toda la Iglesia católica, en nombre del pueblo judío, por todo lo que han hecho en diversos países para proteger a los judíos».

El rabino Isaac Herzog, rabino jefe de Israel, envió un mensaje en febrero de 1944 declarando: «El pueblo de Israel no olvidará nunca lo que Su Santidad y sus ilustres delegados, inspirados por los principios eternos de la religión que se hallan en la base de la auténtica civilización, están haciendo por nuestros desventurados hermanos y hermanas en la hora más trágica de nuestra historia, una prueba viviente de la Divina Providencia en este mundo».

En septiembre de 1945, Leon Kubowitzky, secretario general del Congreso judío mundial, agradeció personalmente al Papa sus intervenciones, y este organismo donó 20000 dólares al Óbolo de San Pedro «como signo de reconocimiento por la obra desarrollada por la Santa Sede salvando a los judíos de las persecuciones fascistas y nazis».

Benevolencia y magnanimidad

En 1955, cuando Italia celebró el décimo aniversario de su liberación, la Unión de las comunidades judías italianas proclamó el 17 de abril "Jornada de agradecimiento" por la asistencia recibida del Papa durante la guerra.

Negar la legitimidad de la gratitud expresada hacia Pío XII equivale a negar la credibilidad de los testimonios personales y de los juicios expresados acerca del mismo Holocausto. «Más que de ningún otro», señalaba Elio Toaff, un judío italiano que sobrevivió al Holocausto y llegó a ser rabino jefe de Roma, «hemos tenido la oportunidad de experimentar la gran y compasiva benevolencia y la magnanimidad del Papa durante los años infelices de la persecución y del terror, cuando parecía que para nosotros ya no había salida alguna».

* Véase la entrevista de Andrea Tornielli al P. Pierre Blet, encargado de la publicación de los documentos de los archivos vaticanos sobre la Segunda Guerra Mundial, en Huellas n. 2 - 2000.

Ana, la justa

PAOLA NAVOTTI

El miércoles 7 de marzo, en el Centro di Documentazione Hebraica de Milán (CDEC), tuvo lugar la ceremonia de imposición de la medalla de los justos entre las naciones a la señora Anna Sala - que no es de religión judía - por haber ayudado, desde comienzos de 1943 y durante dieciocho meses, a la familia judía Nissim Levi a escapar de la persecución nazi. La presidenta del CDEC, Liliana Picciotto, relató y comentó la historia de esta valiente mujer; también intervinieron Anna Sonnino, única de la familia "salvada" presente en la ceremonia, y el vice-embajador de Israel en Roma, Tibor Schlosse, quien al recibir como regalo el libro de don Giussani Che cosè luomo perché te ne curi?, tuvo palabras de estima y agradecimiento por la profunda identificación de don Giussani con la tradición del pueblo judío.

Entre los presentes se encontraban también Roberto Yarach, nuevo presidente de la comunidad judía de Milán, y Nedo Fiano, judío superviviente de Auschwitz, el cual en la reciente celebración de la "Jornada de la memoria" en la catedral de Milán, impresionó a todos gritando en alemán las consignas que durante más de tres años escuchó en el lager.

En el transcurso de la ceremonia, Anna Sala se sienta a la cabecera de una mesa preparada para la fiesta. Casi treinta personas contemplan a esta señora de ochenta años: largos cabellos recogidos en una coleta y voz sonora, fuerte, como a todos nos pareció su personalidad.

«Lo que más me impresiona - dice la señora Sonnino - es que no fuimos nosotros los que buscamos a Anna, sino ella». Originaria de Varese, Anna Sala se inscribió en la facultad de Lenguas de CaFóscari en Venecia, donde conoció a dos chicas judías de Padua con las que surgió de inmediato una estrecha amistad. Ellas la invitaron a sus casas y conoció a sus amigos de la comunidad judía. Cuando empiezan a ser aplicadas las leyes raciales, temiendo por la integridad de sus amigas, Anna se esfuerza en protegerlas: al principio piensa llevarlas a Suiza, pero la formación partisana en la que militaba ("Giustizia e Libertà") le advierte de que justo en las fronteras han tenido lugar fusilamientos y arrestos. Anna decide entonces esconder a la familia Nissimi en Cunardo, pueblo entre Licino y Varese, donde nadie les conocía. El escondite distaba bastante de la estación, pero Anna acudía regularmente, a veces a pie, otras en bicicleta. Llevaba comida y ropa, incluso juguetes para las dos niñas - ahora ancianas - que en los mensajes leídos por Anna Sonnino, cuentan cómo en sus cuentos las hadas siempre se llamaban Anna. La madre de aquellas niñas, Ada, que había dado a luz un mes antes de la huida, escribe: «Sólo la fuerza de Anna me convenció de partir». «Ella no quería que nos encerráramos en casa, nos repetía constantemente que debíamos vivir. Consiguió incluso llevarme al cine», recuerda la señora Sonnino.

Con tono oficial pero nada afectado, el vice-embajador de Israel dijo que se sentía «pequeño» cada vez que se encontraba con testimonios de historias parecidas: «Si hubiera estado en su lugar, ¿qué habría hecho? ¿Por qué tú lo hiciste y otros no? Yo no represento sólo al estado de Israel, sino a mi familia, que es judía: no puedo dejar de preguntarme qué habría sido durante la persecución, ¿un delator o un salvador?». Es una pregunta que todos compartimos. Desde el principio me impresionó especialmente evidenciar que los judíos son un pueblo, se sienten una única familia. Me di cuenta de ello a mi llegada, porque la persona que conocía me presentó enseguida a sus conocidos con la misma premura que muestran los señores de la casa para decir: «Éste es mi marido, ésta es mi familia...». En definitiva, fue un encuentro entre justos.
Allen escribió:En cuanto a los judíos de Roma, fueron deportados varios miles de ellos a Aushwitz a partir del 16 de octubre de 1943. Si no yerro volvieron con vida alrededor de 150. Y esto ocurrió bajo los balcones del Vaticano, en la propia ciudad del Vicario de Cristo.
Estás hablando de los que no consiguieron salvarse de ladeportación, pero sin embargo no dices nada de los que se salvaron por iniciativa directa o indirecta del Papa Pío XII, como ya está expuesto en el artículo de más arriba.

Saludos.
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Por la ignorancia nos equivocamos, y por las equivocaciones aprendemos.-Proverbio romano-

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Mensaje por Pla »

MENCEY escribió:Estimado Pla, creo que hay un malententido por tu parte en cuanto al particular y te lo intentare aclarar.El Titulo original de este hilo no es el que tiene ahora, era algo asi como, Pio XII ,un Papa Nazi, creo recordar, por eso la sugerencia que se cambiara el titulo por otro menos hiriente.
Gracias, Mencey, por la aclaración. Ya me parecía a mí que algo de eso podía haber pasado por el tono de algunas intervenciones. Por si acaso puse el mensaje que puse. Por lo demás, el cambio de título no me parece en absoluto inadecuado. Llamarle nazi a un Papa, en principio, perece muy excesivo.

Saludos.
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Mensaje por harry_flashman »

Este es un tema en el que hay que tener presentes muchas cosas. Una que aunque la Iglesia sea una institución humana sus formas de actuación son muchas veces incomprensibles por mayestáticas, otra la propia situación de la Iglesia por aquel entonces, otra la situación bélica...

Yo no olvido que Heinrich Himmler declaró que "El último enemigo de las SS es el Papa de Roma", ya que el concepto judeocristiano es lo más opuesto que hay al nacionalsocialismo.

Es cierto que la Iglesia contribuyó a salvar a muchos judíos (aunque probablemente no todos sus miembros -seres humanos al fin y al cabo- obraran igualmente bien) aunque no hizo una operación abierta e inequívoca como tal. La razón es clara para mí: como dijo Stalin, el papa no tenía divisiones y no podía realizar ninguna resistencia a la máquina bélica hitleriana. Nadie hizo esa operación: ningún gobierno... Ni siquiera británicos, estadounidenses y soviéticos, que podían haber bombardeado los campos o las vías de comunicación.

En el caso de los judíos romanos quizá prevaleciera el hecho de que, aunque fuera triste, esos ya estaban perdidos y un Vaticano devastado y una iglesia perseguida o asesinada no hubiera podido llevar a cabo ninguna labor ulterior.

Que el Papa no realizara una gran encíclica o hubiera dado una orden declarada que los judíos se refugiasen en los monasterios, por ejemplo... ¿Qué hubiera cambiado? Ningún "Einsatzkommando" se iba a parar a la puerta de un monasterio y es una verdad histórica que había un plan para, a la menor oportunidad, devastar el Vaticano. Hubo declaraciones, acción encubierta, y poco más. Lo que podía hacerse.

No anula esto el hecho de que personas de la Iglesia hubieran podido colaborar después de la guerra en ayudar a nazis o aliados a escapar (el caso de los croatas parece bastante claro). Estamos hablando de los años 30 y el fascismo y el antisemitismo eran tendencias bastante extendidas en la Europa de la época. Entre curas también, claro, pero no parece que fuera esa la posición de la Iglesia como tal.

(si hablamos de las relaciones entre la Iglesia y el fascismo italiano es otro tema aunque tampoco creo que se pueda llamar a la iglesia, como tal, fascista, aunque tuviera en su interior elementos filofascistas)
¡¡Gritemos bien alto Arriba España y Viva Franco antes de poner el pie en esta tierra de cabrones!! (General Moscardó, presidente del COE, a la delegación española a los JJOO de Londres-48)
"Hitler es un hombre extraordinario. Moderado, sensible, humanista y lleno de grandes ideas" (Francisco Franco a Pedro Teotónio Pereira, 1940).
Groucho lo llevaba escrito. Tip no.
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PIO XXII y el nazismo

Mensaje por ALCALA GALIANO »

Estimados compañeros: Os envío unos datos, extraídos de Internet, sobre la polémica suscitada acerca de la actuación de Pio XXII (a favor y en contra del nazismo, según quien defienda una u otra postura).
FORO GRAN CAPITAN 2

Resumen de algunos hechos.
Las acusaciones contra Pío XII comenzaron en grande desde el 1963. Antes de esta fecha sus esfuerzos a favor de los judíos eran ampliamente reconocidos. Si se tienen dudas sobre la veracidad de estos datos. Le exhortamos a que investigue las fuentes, que todos pueden verificar. En muchos casos se trata de acontecimientos que fueron publicados en los periódicos de la época. Es una grave injusticia el permitir que las calumnias continúen.
· Eugenio Pacelli, futuro Pío XII, contribuyó a preparar la encíclica «Mit brennender Sorge» (1937), en la que Pío XI condenó el nazismo. La encíclica, prohibida en Alemania, fue introducida en el país de modo clandestino y leída a los fieles en las iglesias católicas.
· En su presentación de la encíclica, el futuro Pío XII comparó a Hitler con el diablo y advirtió proféticamente su temor de que los Nazis lanzaran una "guerra de exterminación"
· El New York Times en su editorial de Navidad de 1941, elogió al Papa Pío XII por "ponerse plenamente contra el hitlerismo" y por "no dejar duda de que los objetivos de los Nazis son irreconciliables con su propio concepto de la paz Cristiana".
· Varios historiadores judíos, como Joseph Lichten, de B'nai B'rith (organización judía dedicada a denunciar el antisemitismo y mantener viva la memoria del genocidio nazi), han documentado los esfuerzos del Vaticano en favor de los hebreos perseguidos. Según el mismo Lichten, en septiembre de 1943, Pío XII ofreció bienes del Vaticano como rescate de judíos apresados por los nazis. También recuerda que, durante la ocupación alemana de Italia, la Iglesia, siguiendo instrucciones del Papa, escondió y alimentó a miles de judíos en la Ciudad del Vaticano y en Castelgandolfo, así como en templos y conventos. Lichten, escribiendo en el boletín del Jewish Antidefamation League (Liga judía contra la difamación) dijo en 1958 que "la oposición (de Pío XII) al nazismo y sus esfuerzos para ayudar a los judíos en Europa eran bien conocidos al mundo que sufre"
· Después de la guerra, organizaciones y personalidades judías reconocieron varias veces oficialmente la sabiduría de la diplomacia del Papa Pío XII.
· El Congreso Judío Mundial agradeció en 1945 la intervención del Papa, con un generoso donativo al Vaticano.
· En el mismo año, el gran rabino de Jerusalén, Isaac Herzog, envió a Pío XII una bendición especial «por sus esfuerzos para salvar vidas judías durante la ocupación nazi de Italia».
· Israel Zolli, gran rabino de Roma, quién como nadie pudo apreciar los esfuerzos caritativos del Papa por los judíos, al terminar la guerra se hizo católico y tomó en el bautismo el nombre de pila del Papa, Eugenio, en señal de gratitud. El escribió un libro sobre su conversión ofreciendo numerosos testimonios sobre la actuación de Pío XII.
· El jueves 7 de septiembre de 1945 Giuseppe Nathan, comisario de la Unión de Comunidades Judías Italianas, declaró: «Ante todo, dirigimos un reverente homenaje de gratitud al Sumo Pontífice y a los religiosos y religiosas que, siguiendo las directrices del Santo Padre, vieron en los perseguidos a hermanos, y con valentía y abnegación nos prestaron su ayuda, inteligente y concreta, sin preocuparse por los gravísimos peligros a los que se exponían» (L'Osservatore Romano, 8 de septiembre de 1945, p. 2).
· El 21 de septiembre del mismo año, Pío XII recibió en audiencia al Doctor A. Leo Kubowitzki, secretario general del Congreso judío internacional, que acudió para presentar «al Santo Padre, en nombre de la Unión de las Comunidades Judías, su más viva gratitud por los esfuerzos de la Iglesia católica en favor de la población judía en toda Europa durante la guerra» (L'Osservatore Romano, 23 de septiembre de 1945, p. 1).
· El jueves 29 de noviembre de 1945, el Papa recibió a cerca de ochenta delegados de prófugos judíos, procedentes de varios campos de concentración en Alemania, que acudieron a manifestarle «el sumo honor de poder agradecer personalmente al Santo Padre la generosidad demostrada hacia los perseguidos durante el terrible período del nazi-fascismo» (L'Osservatore Romano, 30 de noviembre de 1945, p. 1).
· En 1958, al morir el Papa Pío XII, Golda Meir (Ministro de Asuntos Exteriores de Israel) envió un elocuente mensaje: «Compartimos el dolor de la humanidad (...). Cuando el terrible martirio se abatió sobre nuestro pueblo, la voz del Papa se elevó en favor de sus víctimas. La vida de nuestro tiempo se enriqueció con una voz que habló claramente sobre las grandes verdades morales por encima del tumulto del conflicto diario. Lloramos la muerte de un gran servidor de la paz
· El presidente de USA, Eisenhower, al morir el Papa: «El mundo - ahora es más pobre después de la muerte del Papa Pío XII»
· El bien de los judíos requería que el Papa se abstuviera de hacer declaraciones contra los Nazis durante la ocupación alemana. La ayuda se tenía que efectuar por otros medios. También la Cruz Roja Internacional y el Consejo Ecuménico de las Iglesias coincidieron con la Santa Sede en que era mejor guardar silencio para no poner en peligro los esfuerzos en favor de los judíos. Pero nadie ataca a la Cruz Roja por su «silencio» ante el Holocausto.
· El diplomático Israelí Pinchas Lapide calculó que Pío XII fue personalmente responsable por salvar al menos 700,000 judíos.
· El historiador judío Richard Breitman, ha escrito un contundente libro sobre el holocausto. Como consultor del Grupo de trabajo para la restitución de los bienes a los judíos (grupo que ha obtenido la desclasificación de los dossieres del OSS). En una entrevista al «Corriere della Sera», del 29 de junio del 2000, Breitman que es hasta ahora el único autorizado a ver los documentos del OSS (el espionaje estadounidense en la segunda guerra mundial), ha explicado que lo que más le ha impresionado ha sido la hostilidad alemana hacia el Papa y el plan de germanización del país de septiembre de 1943. Breitman ha encontrado también «sorprendente el silencio aliado sobre el holocausto» ¿Ha escuchado usted algo sobre entre las publicaciones populares?. No es nuestra intención negar que muchos católicos callaron ante el holocausto mientras otros participaron en el. La verdad es que en cualquier momento de la historia, como también en la actualidad, son relativamente pocos de cualquier religión los que están dispuestos a sufrir por ser fieles a las exigencias de su fe. Pero es justo aclarar que entre esos pocos valientes está el Papa Pío XII. También es justo recordar a los católicos que heroicamente defendieron a los judíos. Por otro lado hay que decir que los católicos que se dejaron llevar por el mal no lo hicieron por ser católicos sino, precisamente, por no serlo plenamente.

Estimo, que después de analizado, por los compañeros, podríamos, seguir aportando datos, pero estimo que esto es suficiente por el momento.
Un abrazo para todos en estas jornadas de Semana-Santa.
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josé luis
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Mensaje por josé luis »

¡Hola a todos!

Me imagino que para un católico practicante poner en entredicho la actuación de Eugenio Pacelli durante el período que abarca desde la llegada del régimen nazi al poder en Alemania hasta el final de la IIGM tiene que ser un muy duro reto siempre que anteponga los hechos a la fe.

John Cornwall, historiador británico miembro del Jesus College de Cambridge, nos cuenta su experiencia en Hitler’s Pope: The Secret History of Pius XII (Viking Adult, 1999). Adelanto que yo no he leído el libro completo, sino una pequeña muestra del mismo que creo puede ser de interés en este topic. La traduzco como sigue:

[Una noche hace varios años cuando estaba cenando con un grupo de estudiantes se sacó el tema del papado, y la discusión rápidamente se subió de tono. Una joven aseguró que Eugenio Pacelli, Papa Pío XII, el Papa durante la IIGM había llevado una vergüenza perdurable sobre la Iglesia Católica al fallar en denunciar la Solución Final. Un joven, católico practicante, insistió en que el caso nunca había sido probado.

(Cornwall habla de la polémica suscitada por la aparición en 1963 de Der Stellvertreter de Rolf Hochhuth y la controversia que siguió hasta la actualidad)

Molesto por el enfado producido en el altercado de esa cena, y convencido, como siempre había estado, de la inocencia de Pío XII, decidí escribir una nueva defensa de su reputación para una generación más joven. Creía que la evidente santidad de Pío XII era prueba de su buena fe. ¿Cómo podía semejante piadoso papa haber traicionado a los judíos? ¿Pero era posible encontrar una nueva y concluyente aproximación al tema? Los argumentos se habían concentrado principalmente en su conducta de tiempo de guerra; sin embargo, la carrera del Vaticano de Pacelli había comenzado 40 años antes. Me pareció que una investigación adecuada para el informe de Pacelli requeriría una crónica más extensa que cualquier otra intentada en el pasado. Así que solicité acceso al material de archivo del Vaticano, tranquilizando a los que estaban al cargo de documentos cruciales que yo estaba del lado de mi sujeto. Seis años antes, en un libro titulado A Thief in the Night, había defendido al Vaticano contra las acusaciones de que Juan Pablo I había sido asesinado por sus ayudantes.

Dos altos funcionarios me garantizaron el acceso a material secreto: declaraciones bajo juramento reunidas hacía 30 años para apoyar el proceso de canonización de Pacelli, y el archivo del Secretariado de Estado del Vaticano, la oficina de exteriores de la Santa Sede. También recurrí a fuentes alemanas relativas a las actividades de Pacelli en Alemania durante las décadas de 1920 y 1930, incluyendo sus relaciones con Adolf Hitler en 1933. Durante meses revolví en los expedientes de Pacelli, que databan hasta 1912, en una mazmorra sin ventanas bajo la Torre Borgia en la Ciudad del Vaticano. Más tarde estuve durante varias semanas en una oficina polvorienta en el cuartel general de los Jesuitas, cerca de la Plaza de San Pedro en Roma, meditando sobre mil páginas de testimonios transcritos prestados bajo juramente por los que habían conocido bien a Pacelli durante su vida.

A mediados de 1997, yo estaba en un estado de shock moral. El material que había reunido equivalía no a una exoneración sino a una acusación más escandalosa que la de Hochhuth. La evidencia era explosiva. Mostraba por primera vez que Pacelli era patentemente, y por demostración de sus propias palabras, anti-judío. Revelaba que había ayudado a Hitler al poder y al mismo tiempo socavado la potencial resistencia católica de Alemania. Mostraba que había negado implícitamente y trivializado el Holocausto, a pesar de tener conocimiento fiable de su verdadero alcance. Y, peor, que era un hipócrita, pues después de la guerra retrospectivamente había tomado indebido crédito para expresarse atrevidamente contra la persecución nazi de los judíos.]

Yo me he bajado unas 34 páginas del libro, pero como ya os he dicho no lo leí entero, y lo que leí apenas alcanza en páginas el 10% de la obra. No puedo, pues, emitir un juicio sobre las afirmaciones de su autor. Pero ahí está para quien quiera adquirirlo.

http://www.amazon.com/gp/product/067088 ... e&n=283155

Saludos cordiales
José Luis
“La autoridad del Estado no puede existir como un fin en sí mismo, ya que en tal caso todas las tiranías de la Tierra serían inatacables y quedarían consagradas. Si un Gobierno recurre a la fuerza para llevar a un pueblo a la ruina, la rebelión no es sólo un derecho, sino un deber para cada ciudadano de ese pueblo” (Adolf Hitler, “Mi Lucha”).
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Mensaje por Prinz Eugen »

Pla escribió:Estimado Prinz, el título del hilo no entiendo qué dudas genera.
Perdona Pla, pero estaba imbuído en la contestación anterior, y no me fijé en lo que pusiste. Como aclara Mencey, el título anterior era otro, si no recuerdo mal ponía "¿Era Pío XII un Papa nazi?".
José Luis escribió:John Cornwall, historiador británico
¿John Cornwell es Historiador, o simple periodista?. Te pongo lo que dice el Vaticano respecto a dicho "libro".
http://www.conoze.com/doc.php?doc=1216
«El Papa de Hitler» desprestigia a los grandes judíos de este siglo

Las vicisitudes en torno al Papa Pío XII y la manera en que la Iglesia católica se opuso al nazismo y a la persecución contra los hebreos sigue acaparando gran interés en Roma. Mañana, la Sala de Prensa del Vaticano presentará el libro del padre Pierre Blet, S.J., «Pío XII y la Segunda Guerra Mundial en los archivos vaticanos». El debate está asegurado.

Para comprender mejor el argumento, «Zenit» ha entrevistado a Antonio Gaspari, escritor del libro «Los judíos, Pío XII y la leyenda negra», un volumen editado en castellano e italiano (aparecerá en otros idiomas en los próximos meses), en el que se narran las historias de muchos judíos salvados del Holocausto gracias a la obra de asistencia de Pío XII y de la Iglesia católica.

Testimonios judíos

La polémica ha estallado con la publicación del libro del periodista británico John Cornwell con el provocador título «El Papa de Hitler». «Lo que más sorprende del trabajo de Cornwell --reconoce Gaspari-- es constatar cómo se las ha apañado para no citar nunca los testimonios autorizados y sumamente representativos de muchísimas personalidades judías a favor de Pío XII. Albert Einstein escribió en la revista "Time", en 1940, que frente a la barbarie nazi "sólo la Iglesia permaneció en pie para detener el camino de las campañas de Hitler para suprimir la verdad" y el científico confesó que "antes nunca experimenté ningún interés por la Iglesia, pero ahora experimento un gran cariño y admiración hacia ella, pues la Iglesia fue la única que tuvo el valor y la obstinación para apoyar la verdad intelectual y la libertad moral. Tengo que confesar que aquello que en un tiempo despreciaba, ahora lo alabo incondicionalmente».

«Justos entre las Naciones»

«Cornwell no tiene en cuenta tampoco las declaraciones a favor de Pío XII de personajes como Golda Meir e Isaak Herzog --continúa explicando el autor de «Los judíos, Pío XII y la leyenda negra»--, dos de los fundadores del Estado de Israel. Por no hablar de los miles de obispos, sacerdotes, religiosas y religiosos, católicos comprometidos que arriesgaron y perdieron la vida que para proteger a los judíos de la persecución nazi y que hoy están inscritos en la pared de honor de la calle de Jerusalén que conduce hacia el Yad Vashem, el memorial del Holocausto. Se trata de "Justos entre las Naciones", el más alto reconocimiento atribuido por el Parlamento israelí a todos aquellos que salvaron la vida de uno o más judíos destinados a los campos de exterminio».

De este modo, «El Papa de Hitler» descalifica los testimonios de hombres y mujeres que son considerados hoy día no sólo como padres del Estado de Israel, sino también como grandes exponentes de la aportación cultural y científica judía de este siglo.

Gaspari también duda de la profesionalidad de la investigación del periodista británico. «Cornwell dice que ha pasado meses de estudio en Roma, por ello estoy sorprendido de que no haya tomado en consideración, por ejemplo, el caso de Israel Zoller, el rabino de Roma durante aquel período que, conmovido por el cariño de Pío XII hacia el pueblo judío, se convirtió al catolicismo tomando el nombre de Eugenio, en homenaje a Pío XII, que se llamaba Eugenio Pacelli».

«Al hacer una investigación de este tipo --añade Antonio Gaspari--, Cornwell y quienes acusan a Pío XII de todo tipo de calumnias deberían haber constatado que todos estos testimonios no los ha pedido el Vaticano, sino que han llegado espontáneamente de parte de gente que quería agradecer al Papa por lo que hizo por ellos. ¿Ha habido un personaje en el mundo durante aquellos años que recibiera un reconocimiento mayor por parte del pueblo judío?».

Una investigación «escandalosa»

Pero Cornwell dice que se basa en documentos recogidos en la Secretaría de Estado de la Santa Sede. «Me parece que sobre esto el autor británico no cuenta más que mentiras. Dice que ha pasado meses estudiando en los archivos vaticanos y resulta que no pasó ni siquiera tres semanas en la Secretaría de Estado y ni siquiera se presentó todos los días. Cornwell dice que ha visto documentos relativos al período precedente a la guerra, y sin embargo, sólo pudo analizar aquellos que eran precedentes al pontificado de Pío XII, hasta 1922. Afirma haber encontrado un documento exclusivo que probaría el antisemitismo del Papa Pacelli y sin embargo no se trata más que de una carta cuyo contenido deforma de manera vulgar y que, además, ya había sido publicada en Italia hace siete años. Todo esto no habla a su favor. Es más, tengo la impresión de que con el objetivo de lanzar el "scoop" de su vida, publicando un libro sensacionalista, Cornwell no hace más que republicar las calumnias que se han lanzado contra Pío XII desde que a inicios de los años sesenta apareciera una obra de teatro en su contra titulada "El vicario"».

Entonces, ¿por qué ha hecho tanto ruido este libro? «Creo que la gran popularidad de Juan Pablo II no le gusta nada a algunos grupos, y por ello, en los últimos tiempos, se han tratado de vender libros escandalosos contra la Iglesia católica. Me parece que los editores no están muy interesados en comprobar la profesionalidad de estas acusaciones, lo importante es que se hable mal del pontificado y de la Santa Sede. Además, eso garantiza polémica y cobertura por parte de la prensa. El libro de Cornwell parece que apunta hacia este objetivo».
Saludos.
Por el bien del Foro escribe con decoro.
Pobre del sabio que cae en la soberbia, pues no puede ver lo que está al alcance de los niños. Cae así en la peor necedad.
Quien bien tiene y mal escoge, del mal que le venga que no se enoje.
Por la ignorancia nos equivocamos, y por las equivocaciones aprendemos.-Proverbio romano-

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josé luis
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Mensaje por josé luis »

Estimado Prinz,

Ya he adelantado la salvedad de que no leí el libro, sino sólo un extracto, y que no podía (ni puedo) formarme un juicio sobre las afirmaciones de su autor. Y en esas estoy. Yo no me formo juicios de lo que desconozco, y no me sirven las reseñas ni las opiniones de otros lectores o autores. Leo, y después saco mis conclusiones. En este caso no puedo hacerlo. Sólo saqué el libro a colación porque me pareció, y me parece, interesante para el tema del topic.

En cuanto a la profesión del autor, he dado la información que hay en el libro al respecto.

Saludos cordiales
José Luis
“La autoridad del Estado no puede existir como un fin en sí mismo, ya que en tal caso todas las tiranías de la Tierra serían inatacables y quedarían consagradas. Si un Gobierno recurre a la fuerza para llevar a un pueblo a la ruina, la rebelión no es sólo un derecho, sino un deber para cada ciudadano de ese pueblo” (Adolf Hitler, “Mi Lucha”).
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josé luis
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Mensaje por josé luis »

Por cierto, aquí está lo que yo he leído:

http://www.reformation.org/hitler_pope.html

Saludos cordiales
José Luis
“La autoridad del Estado no puede existir como un fin en sí mismo, ya que en tal caso todas las tiranías de la Tierra serían inatacables y quedarían consagradas. Si un Gobierno recurre a la fuerza para llevar a un pueblo a la ruina, la rebelión no es sólo un derecho, sino un deber para cada ciudadano de ese pueblo” (Adolf Hitler, “Mi Lucha”).
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Mensaje por Prinz Eugen »

Eso está claro José Luis, sólo dejo de manifiesto que este autor no es trigo muy limpio que digamos, y que miente sobre el material que ha investigado, es decir lo que bien explican aquí
Cornwell dice que se basa en documentos recogidos en la Secretaría de Estado de la Santa Sede. «Me parece que sobre esto el autor británico no cuenta más que mentiras. Dice que ha pasado meses estudiando en los archivos vaticanos y resulta que no pasó ni siquiera tres semanas en la Secretaría de Estado y ni siquiera se presentó todos los días. Cornwell dice que ha visto documentos relativos al período precedente a la guerra, y sin embargo, sólo pudo analizar aquellos que eran precedentes al pontificado de Pío XII, hasta 1922. Afirma haber encontrado un documento exclusivo que probaría el antisemitismo del Papa Pacelli y sin embargo no se trata más que de una carta cuyo contenido deforma de manera vulgar y que, además, ya había sido publicada en Italia hace siete años. Todo esto no habla a su favor. Es más, tengo la impresión de que con el objetivo de lanzar el "scoop" de su vida, publicando un libro sensacionalista, Cornwell no hace más que republicar las calumnias que se han lanzado contra Pío XII desde que a inicios de los años sesenta apareciera una obra de teatro en su contra titulada "El vicario"»
Yo antes de leer algún libro investigo sobre la vida y obras de dicho autor, y así sé qué es lo que me quiere meter doblada, y qué no, cuando me decido a leerlo.

Saludos.
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Mensaje por harry_flashman »

Me temo que esto quedará como una de las eternas polémicas de la historia. Si el historiador en cuestión no es una fuente fiable por parcialidad, la agencia Zenit también es parcial, por lo que con lo que hay que contar es con los datos y documentos expurgados de su 'acompañamiento'.

Mi opinión personal ya la he dicho. No creo que una declaración pública del papa en los momentos álgidos de la guerra hubiera podido ayudar, sino más bien perjudicar, que hay testimonios y documentos que avalan una labor positiva de lucha contra el Holocausto y que no es descartable que algunas personas vinculadas a la Iglesia no tuvieran una actuación tan digna y abnegadas como otras, que sin embargo parecen mayoritarias.
¡¡Gritemos bien alto Arriba España y Viva Franco antes de poner el pie en esta tierra de cabrones!! (General Moscardó, presidente del COE, a la delegación española a los JJOO de Londres-48)
"Hitler es un hombre extraordinario. Moderado, sensible, humanista y lleno de grandes ideas" (Francisco Franco a Pedro Teotónio Pereira, 1940).
Groucho lo llevaba escrito. Tip no.
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josé luis
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Mensaje por josé luis »

¡Buenos días a todos!

¡Hola, Prinz!

Yo antes de leer, no necesariamente. Antes de gastar mis dineros comprando un libro de historia, por supuesto.

Pero este tema de la actitud de Pacelli durante la IIGM no está entre mis temas de gran interés, aunque nunca dejo de leer cualquier información al respecto, por mera deformación de lector empedernido. En mi opinión, la política de Pío XII durante la IIGM tuvo sus luces y sombras, como ya se ha apuntado aquí, aunque creo que se ha escrito y hablado muchísimo más de las luces que de las sombras. Indagar en estas últimas es, además, una tarea complicada por la lógica reserva vaticana a la hora de abrir sus archivos sobre el tema al escrutinio público. Casi siempre hay que beber de fuentes extravaticanas.

Por otra parte, si yo fuera católico estaría ciertamente ilusionado con el actual Papa, Benedicto XVI. Este hombre tiene sobrado bagaje intelectual y personalidad para propiciar la transformación de la Iglesia Católica en una Iglesia moderna. Esto, claro está, en mi opinión un poco impertinente, pues no pertenezco a ninguna iglesia y a ninguna religión.

Saludos cordiales
José Luis
“La autoridad del Estado no puede existir como un fin en sí mismo, ya que en tal caso todas las tiranías de la Tierra serían inatacables y quedarían consagradas. Si un Gobierno recurre a la fuerza para llevar a un pueblo a la ruina, la rebelión no es sólo un derecho, sino un deber para cada ciudadano de ese pueblo” (Adolf Hitler, “Mi Lucha”).
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La polemica sobre Pio XII y la ayuda a los judíos

Mensaje por ALCALA GALIANO »

Estimados colegas, adjunto una versión de dos historiadores españoles, sobre un tema tan apasionante. Más que criticar al representante de la Iglesia, se trata se criticar a ésta, según vamos observando.


http://apologetica.org

Pío XII defendió a los judíos

Lo demuestran un par de historiadores españoles.

Tomado de ACI, 4/10/02



MADRID, 4 Oct. 02 (ACI).- Los sacerdotes e historiadores valencianos Vicente Cárcel Ortí y Juan Shenck Sanchis, recientemente fallecido, acaban de publicar un libro titulado "Pío XII ¿defensor de los judíos?" en el que niegan "las acusaciones infamantes de quienes le han atribuido silencio frente al holocausto".

En diálogo con la agencia AVAN, el P. Cárcel recordó que Pío XII hizo por los judíos "cuanto le fue humanamente posible y, ciertamente, mucho más que el presidente norteamericano, Roosevelt, y el primer ministro británico, Churchill, quienes estaban mucho mejor informados de lo que pasaba en Alemania y callaron durante años".

En la obra, los autores demuestran que "Pío XII ordenó secretamente a la Iglesia ayudar a los hebreos y limitó los daños de la guerra cuanto le fue posible".

Durante la ocupación de Italia por las tropas de III Reich, Pío XII "dio instrucciones expresas" para que tanto en el Seminario Romano como en la Universidad Gregoriana y en las iglesias de Roma y conventos pudieran ser escondidos judíos. "Se les facilitó documentación falsa omitiendo su condición de hebreos para evitar que fueran perseguidos por los nazis", explicó el sacerdote historiador.

Cuando Pío XII murió "muchas comunidades hebreas manifestaron abiertamente su reconocimiento hacia aquel Papa que había salvado a innumerables hebreos de la deportación y de la muerte", dijo el P. Cárcel, al recordar que "el rabino jefe de la sinagoga de Roma al concluir la guerra e impresionado por la actitud del Pontífice con los judíos, se convirtió al cristianismo y quiso ser bautizado con el nombre de Eugenio, en homenaje a Eugenio Pacelli, Pío XII". El propio rabino, Eugenio Zolli, escribió años después un libro contando su conversión.

Instrumentalizando el "Holocausto"

Hitler consideraba a Pío XII "su peor enemigo" y en diversas ocasiones dijo que, una vez terminada la guerra, "habría eliminado para siempre en Europa tanto a la Iglesia como al cristianismo, a los que consideraba como un producto del judaísmo". Sin embargo, los autores del libro, publicado por Edicep, sostienen que "desde hace unos cuarenta años, periódicamente, se lanzan a través de diversos medios de comunicación, hábilmente manipulados, acusaciones interesadas contra Pío XII por haber callado sobre los crímenes nazis".

Vicente Cárcel ha precisado que "sin querer quitarle nada en absoluto al terrible holocausto judío, en los últimos años está siendo instrumentalizado ideológicamente por parte de algunos, interesados en sacar ventajas políticas de aquellos hechos para someter a chantaje a algunas instituciones que consideran antihebreas".

El Pontífice, "al igual que la Cruz Roja Internacional o el Congreso Mundial Judío, socorrieron a las víctimas pero no hicieron declaraciones públicas de condena contra las atrocidades nazis porque en ese momento hubieran sido contraproducentes y habrían desencadenado una represión aún mayor", según el historiador valenciano.

Los ataques contra Pío XII, "en libros de valor histórico muy dudoso, así como en obras de teatro, cine y literatura, corren el riesgo de envenenar el clima de confianza existente hoy entre cristianismo y judaísmo", concluyó.
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Un cordial saludo
HISTORIA MAGISTRA VITAE
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