Proyectos de Rescate de José Antonio Primo de Rivera.

Historia Militar 1936-1939.

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David L
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Proyectos de Rescate de José Antonio Primo de Rivera.

Mensaje por David L »

El rescate de José Antonio Primo de Rivera fue uno de los objetivos de los falangistas desde el primer momento de la sublevación en julio del 36. Primo de Rivera estaba preso en Alicante desde marzo del 36 acusado de posesión de armas y de alentar el terrorismo falangista. En este post me gustaría destacar uno de aquellos planes que se idearon fomentado por los alemanes, los cuales habían puesto sus ojos en el lider fascista como lider de masas, y las discrepancias alemanas entre el embajador Wolckers y el consul accidental Knobloch sobre el plán a llevar a cabo para el rescate. Estos hechos que voy a trasquibir fueron sacados a la luz una vez terminada la IIGM por el German Foreign Policy, dice así el relato:


El 13 de octubre reapareció el cónsul accidental von Knobloch en compañía de dos españoles. Dijo que de acuerdo con Franco había sido autorizado por el partido fascista español para fijar una cita con el gobernador civil a bordo de un buque alemán o argentino y mediante el soborno de una suma ilimitada inducirle a libertar al jefe fascista, Primo, que está detenido aquí. Si este intento de liberación no triunfa pasados cuatro días se planeaba la liberación por la fuerza de mil fascistas, cuya llegada aquí a bordo de barcos mercantes y escoltados por dos cruceros nacionales estaba ya preparada.

Tras extensas deliberaciones en el Deutschland, durante las cuales Knobloch fue interrogado sobre sus planes y su falta de realismo probada; el almirante Carls decidió lo que sigue con mi aprobación:

1) Un intento de sobornar al gobernador parece condenado al fracaso dado su actitud izquierdista y, especialmente, porque él no puede de ninguna formasoltar vivo a un prisionero sin acuerdo, a favor o en contra, de los anarquistas que vigilan la cárcel. De tal tentativa resultaría sólo la muerte del prisionero.

2) La liberación por la fuerza, que con la debida preparación y ejecución tendría posibilidades de conseguirse, ofrece pocas garantías de sacar al prisionero vivo. Está guardado por anarquistas especialmente escogidos.

3) Así pues, los esfuerzos iniciados por la embajada deben continuarse, y sólo si fracasan debe considerarse de nuevo la liberación por la fuerza, a llevar a cabo sólo por españoles.


Knobloch alega que la liberación de Primo es cuestión vital para el fascismo español, porque tarerá una revolución nacional-socialista del pueblo español, ahora durante la guerra civil , porque sino es así, tras la victoria, elementos reaccionarios, como el partido clerical-militar y los carlistas, impedirán a Franco la ejecución de su programa. Esta es también- se alega- la opinión de círculos importantes del partido en Alemania.


Como veís las discrepancias en la diplomacia alemana en cuanto a como realizar el rescate de Primo de Rivera e intentar no causar problemas a su embajada en España estaban a la orden del día.

Un saludo. egc41


"Lo que me interesa es la historia, vivir la historia, estar lo más posible dentro de la historia".

Josep Pla (1897-1981), escritor y periodista catalán.
caracalla
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Mensaje por caracalla »

Ante el fracaso de esta maniobra de Knobloch, cuenta Payne en “Historia del fascismo español” que los jefes falangistas concibieron un plan más directo para tratar de conseguir la liberación de su jefe: propusieron que un comando diese un golpe de mano en Alicante. Todos los principales dirigentes falangistas apoyaron este proyecto, a pesar de que la vuelta de José Antonio iba a producir bastante alarma entre muchos fanfarrones y oportunistas, ya que según Canales pag. 12

“Entre algunos mandos de la Falange se tenía mucho miedo a José Antonio, porque sabían que desaprobaría su conducta y quedarían fulminantemente destituidos”.

Pero nadie se opuso al intento decisivo de rescatar al jefe. Hasta el propio Franco dio su apoyo al mismo, aunque con cierta cautela:

Para Franco la cuestión era muy delicada, dada la poca confianza política que la Falange tenía en él. Si se hace cargo de la operación y fracasa, cae la responsabilidad sobre sus espaldas. Si no hace nada, se le culpa de omisión... Dejó la iniciativa a la Falange y ayudó en la medida en que pudo.

Se estableció un campo de entrenamiento en las afueras de Sevilla, pero también este plan se desbarató, ante las dificultades técnicas y debido a la incapacidad de los mandos falangistas (según Hedilla). Por lo tanto, se hizo preciso recurrir a una nueva intriga política.

A primeros de octubre Hedilla pidió a Franco los fondos necesarios para organizar un viaje del escritor falangista Eugenio Montes a Francia. Una vez obtenido el dinero, Montes trató de ponerse en contacto con importantes personalidades españolas y francesas, en Francia, para conseguir que interviniesen en favor de José Antonio. Estas gestiones duraron seis semanas y en ellas estuvieron implicadas personas tan dispares como José Ortega y Gasset, el ministro francés Yvon Delbos y la esposa del embajador de Rumania en España. La principal figura del bando republicano con la que se estableció contacto fue Indalecio Prieto. Pero una vez más fue imposible conseguir ningún resultado. Parecía como si la suerte del jefe estuviese echada.

La última persona del mundo exterior que visitó a José Antonio fue Jay Allen, un periodista norteamericano que se entrevistó con él a finales de octubre. Era evidente que el jefe de la Falange estaba muy mal informado acerca de los acontecimientos. Le pidió noticias a Allen, diciéndole que no podía saber con certeza lo que estaba ocurriendo en el resto de España; el periodista eludió la cuestión preguntándole qué diría si supiese que las fuerzas de Franco no representaban otra cosa que la vieja España conservadora, aferrada egoístamente a sus privilegios tradicionales. José Antonio le replicó que no creía que ello pudiera ser cierto, pero que, si lo fuese, era algo distinto de aquello por lo que la Falange había luchado siempre.
Saludos y buen año
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David L
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Mensaje por David L »

Uno de los objetivos de Montes en París fue el intentar conseguir mediación para canjear a José Antonio Primo de Rivera por el hijo de Largo Caballero capturado al principio de la GCE durante la evasión del Regimiento de Trasmisiones del Pardo y custodiado posteriormente en una carcel de Sevilla, a lo que su padre, Fco Largo Caballero jefe de gobierno en aquellos momentos se negó en redondo. También se pensó en canjearlo por las hijas del General Miaja. Hasta Indalecio Prieto parece que intentó su canje por 30 presos republicanos y 6 millones de pesetas, propuesta que fracasó aunque se habló de que Franco había aceptado.

Un saludo.
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Josep Pla (1897-1981), escritor y periodista catalán.
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Mensaje por David L »

Se llegó a intentar la liberación de Primo de Rivera mediante una expedición falangista comandada por el famoso falangista Agustín Aznar, el cual desmbarcó en Alicante con una cantidad importante de dinero dispuesto a intentar el soborno de la CNT local. Ricardo de la Cierva habla de que portaba un millón de pesetas donado por Queipo de LLano( como hecho curioso comentar que José Antonio Primo de Rivera golpeó tiempo atras al mismo Queipo en respuesta a las acusaciones e insultos que éste dedicó a su padre Miguel Primo de Rivera), en cambio Hugh Thomas comenta que ni tan siquiera por 8 millones de pesetas logró Agustin Aznar que alguien le ayudara a sacar a tan importante preso.

Un saludo.
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Mensaje por David L »

Ramón Cazañas, Jefe Territorial de la Falange en Marruecos, intentó por su cuenta y riesgo un intercambio de la mujer e hijas de Miaja que se encontraban en Melilla por la libertad de José Antonio Primo de Rivera, además ofrecían a Miaja la libertad de pasar al bando nacional si así lo quería éste. Según parece no se permitió e salvoconducto al intermediario y esto supuso el fin de la operación.

Un saludo.
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Lord Summerisle
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Re: Proyectos de Rescate de José Antonio Primo de Rivera.

Mensaje por Lord Summerisle »

Me llama la atención que se escriba sobre los proyectos más bizantinos sin antes haber comentado la que por lo visto fue la tercera intentona de todas y también la más simple y "berlanguesca", al menos desde mi punto de vista.

Parece que las autoridades penitenciarias de la cárcel de Alicante de preguerra fueron muy permisivos con Primo de Rivera y le permitieron recibir muchas visitas de familiares y amigos. Además, pronto entabló relación con el resto de los "camaradas" nativos que iban siendo detenidos a su vez y con los amigos y simpatizantes de éstos, entre los que se contaban algunos militares de las guarniciones de Alcoy y Alicante. En esas circunstancias, a Primo de Rivera le fue fácil comunicarse con el resto de células y militares golpistas en el exterior y recibía algunas noticias de los preparativos del golpe. De hecho, enviaba circulares a su gente con las instrucciones a seguir cuando se produjera la sublevación militar.

Los militares de la zona más cercanos a Primo de Rivera eran los tenientes Pascual, Luciáñez y Pignatelli, del Regimiento de Infantería Tarifa 11, de Alicante. Parece que en junio del 36 esos individuos planificaron su rescate con ayuda de otros dos tenientes del Regimiento de Infantería Vizcaya 12, de Alcoy -Candela y Gómez-, pero por alguna razón que desconozco se abandonó el proyecto. No obstante, sirvió para estrechar lazos entre los falangistas y los militares golpistas, lo que tendría sus consecuencias en el futuro.

La cosa quedó en un impasse hasta el levantamiento del Ejército de África el 17 de julio. Días antes, en una habitación del Hotel Victoria de Alicante -donde se hospedaba una hermana de Primo de Rivera y su cuñada- se reunieron los oficiales citados arriba con los falangistas locales para preparar el golpe en Alicante y el plan de liberación de José Antonio, que consistía en asaltar la cárcel directamente con el vivero falangista de la Vega Baja, que posiblemente era el más activo y combativo de toda la provincia, y cuyo contingente ascendía a unos cien hombres, cantidad nada desdeñable si tenemos en cuenta que en Valencia ciudad -que por entonces tenía algo más de 320.000 habitantes- se estima que sólo había unos trescientos, de los cuales 60 eran "Primera Línea" y 75 estaban encerrados (al menos en abril del 36, que es la fecha del dato). Tras el rescate de José Antonio, los falangistas se sumarían a las tropas sublevadas.

Sin embargo, el inicio de la rebelión pilló a todos por sorpresa, lo que evidencia la escasa coordinación que tenían los diversos militares golpistas entre sí y con la Falange. Los tenientes implicados en la trama falangista del Hotel Victoria, Luciáñez y Pascual, estaban en San Vicente del Raspeig de weekend; el teniente Pignatelli estaba en Lorca. Los tres intentaron regresar a sus puestos para ejecutar los planes, pero Pignatelli no llegó a su cuartel porque fue detenido. Los otros dos sí llegaron e intentaron sublevarlo, pero fracasaron. A pesar de ello, Pascual avisó a los falangistas de Callosa del Segura para que ejecutaran el plan que habían acordado en el Hotel Victoria y ahí empezó el drama, ya que ese proyecto partía de la premisa de que su desarrollo se produciría aprovechando el levantamiento de los sublevados en Alicante, cosa que no había sucedido -ni ocurriría-, de manera que los falangistas se iban a meter en la boca del lobo sin saberlo.
La noche del 18 de julio, mientras los falangistas se concentraban en una finca agrícola de Callosa, parece que hubo una tentativa de rescate por otros, sin que tenga más detalles.
La madrugada del 19 los falangistas se trasladaron a otra finca en el mismo término. Curiosamente, allí recibieron la orden directa de José Antonio de actuar a través de Antonio Macià, quien llegó a mediodía después de visitar a su hermano y a Primo de Rivera, que estaban encerrados en la misma cárcel. Y entonces empezó el festival.

A tenor de lo leído, todos se vistieron de falangista con sus correajes, chapitas, distintivos y el resto de su parafernalia habitual y a las seis de la tarde -o las cinco, según el parte falangista- iniciaron el camino en pintoresca comitiva -formada por un coche y dos camiones- para liberar a José Antonio y al resto de falangistas presos y ponerse a las órdenes de los militares del Regimiento Tarifa 11, que suponían sublevado, y encima cantando coplas, gritando consignas... en fin, con unas confianzas que daban asco. Tales fueron sus maneras que no es de extrañar que las autoridades de las localidades por las que pasaban fueran avisando al gobernador civil de Alicante, quien dio instrucciones de interceptar a tan alegre muchachada, lo cual finalmente sucedió cerca de la ciudad, concretamente en el "Barranco de las Ovejas" (parece que el paraje tiene varios nombres). La comitiva, que había quedado reducida a un coche y un camión porque el otro se había quedado averiado por el camino :), se llevó una sorpresa morrocotuda cuando una fuerza combinada de guardias civiles y de Asalto a las órdenes del capitán Rubio Funés y del teniente Romualdo Maset -algunas fuentes aseguran que solo participaron Guardias de Asalto, entre 200 y 400- les detuvo de mala manera, iniciándose un breve tiroteo -una fuente falangista asegura que duró media hora y que fue muy intenso- en el que los falangistas llevaron la peor parte: de ochenta falangistas "Primera Línea" -los hombres de acción de Falange-, cincuenta y dos fueron capturados, tres fueron enviados directamente a hacer guardia a los luceros y los demás huyeron en desbandada, entre ellos su jefe, Antonio Macià. Un cronista, Vicente Ramos, cuenta que los capturados gritaban que los habían engañado. Al parecer, fueron a Alicante pensando que el regimiento del teniente Pascual se había rebelado, pero no. En septiembre los capturados fueron fusilados salvo unos cuantos, que se libraron al ser menores de dieciocho años.

Para recuerdo de semejante chapuza, o de la "noble gesta y sacrificio" para el entender de otros, después de la guerra se erigió en ese paraje un monumento que hace unos años fue remozado para hacerlo más acorde al signo de estos tiempos. Como curiosidad, el monumento no está en su lugar originario, ya que fue trasladado en los 50 porque molestaba para construir una fábrica, lo cual fue considerado por los falangistas como un insulto por parte de los tecnócratas, quienes empezaban a tomar influencia en el poder.

- Lord Summerisle -
Blandiri cum blandiendum; Tundere cum tundendum. Lema familiar
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