Bloqueo y contrabloqueo: la partida decisiva.

Operaciones navales.

Moderador: Lutzow

Avatar de Usuario
Lutzow
Großadmiral
Großadmiral
Mensajes: 70989
Registrado: 12 Dic 2009
Agradecido : 1914 veces
Agradecimiento recibido: 7779 veces

Medallas

Parches

Re: Bloqueo y contrabloqueo: la partida decisiva.

Mensaje por Lutzow »

Durante los primeros treinta y dos meses de guerra, los mercantes británicos habían navegado independientemente, estableciendo su propio rumbo y velocidad, ajustándose vagamente a un sistema de enrutamiento establecido por el Almirantazgo. Se pensaba que la seguridad radicaba en un gran número de buques mercantes ampliamente dispersos, en el manto de la noche y las tormentas, en el equipamiento de algunos con cañones, en zigzagueos ocasionales y, lo más importante, en la suerte. En Enero de 1917, un memorándum del Almirantazgo reiteró específicamente esta política y condenó cualquier otra: “Siempre que sea posible, los buques deben navegar solos, el sistema de varios barcos que navegan en conserva o como convoy no se recomienda en ningún área donde sea posible un ataque submarino. Es evidente que cuanto mayor sea el número de barcos que forman el convoy, mayores serán las posibilidades de que un submarino pueda atacar con éxito”

Para Abril de 1917 la realidad había hecho trizas estas suposiciones, con 372 mercantes hundidos en ese mes, una media superior a los doce al día. La nueva solución, aceptada a regañadientes por el Almirantazgo, pasaba por el sistema de convoyes que acababa de condenar. Irónicamente, la Armada británica ya había tenido un éxito sustancial con el convoy, los Escuadrones de Batalla de la Grand Fleet habían navegado repetidamente en el Mar del Norte bajo escolta de destructores sin sufrir ninguna pérdida. Ciertamente era un convoy un tanto sui géneris, con buques navegando a una velocidad que doblaba a las de los mercantes y con tripulaciones bien entrenadas, pero tampoco los transportes de tropas con escolta enviados al Mediterráneo habían sufrido pérdidas sustanciales, o incluso en aguas propias la Royal Navy escoltaba tropas y suministros a través del Canal hasta Francia todos los días sin perder un hombre, un arma o un caballo. También los barcos que transportaban carbón a Francia empezaron a navegar en convoy, dado que el carbón era una importante exportación británica y esencial para la economía y la producción de guerra de sus aliados, solo Francia necesitaba importar 1,5 millones de toneladas de carbón cada mes y los carboneros realizaban 800 viajes de ida y vuelta cada treinta días. En Febrero, cuatro convoyes, que el Almirantazgo prefería denominar salidas controladas, navegaban todos los días escoltados por arrastreros armados. Entre el 10 de Febrero, cuando zarpó el primer convoy, y finales de Abril, se realizaron 2.600 salidas de convoyes de ida y vuelta a Francia y solo 5 carboneros resultaron hundidos, la tasa de pérdida fue de 0.19 por ciento. El 4 de Abril se tomó la decisión de convoyar el comercio escandinavo; carbón británico en dirección a Noruega y minerales metálicos, nitratos, madera y alimentos a Gran Bretaña. En el primer mes de este arreglo, la tasa de pérdidas se desplomó del 25 por ciento al 0.24 por ciento.

¿Por qué, entonces, el Almirantazgo esperó tanto antes de extender el sistema de convoyes a la zona vital de los Enfoques Occidentales? La respuesta de Jellicoe se basaba, en gran parte, en la falta de destructores. Cuando Sims preguntó si los convoyes podrían funcionar en esta área crítica, Jellicoe dijo que la cantidad de escoltas disponibles era "totalmente insuficiente". Fue para compensar esta escasez que el Primer Lord del Mar había presionado a Sims, y Sims, a su vez, había presionado al El Departamento de la Marina para que enviara destructores estadounidenses a Europa. Pero el Almirantazgo tenía otras razones para la cautela, los Oficiales navales dudaban de la capacidad de los buques mercantes que navegaban en columnas para mantener una formación cerrada, especialmente de noche; los mercantes, según la Armada, no podrían seguir las señales y zigzaguear al unísono; variaban en velocidad y tendían a rezagarse, una dificultad que solo podía superarse reduciendo la velocidad del convoy a la del barco más lento. Además, se pensaba que la llegada simultánea de una gran cantidad de barcos congestionaría gravemente los puertos y las instalaciones de los muelles, lo que ralentizaría la descarga de las mercancías.

Las dudas del Almirantazgo eran compartidas por los curtidos hombres que capitaneaban los mercantes británicos; el 23 de Febrero de 1917, tres semanas después de que comenzara la campaña submarina irrestricta, Jellicoe invitó a diez Capitanes de barcos mercantes a visitarlo en el Almirantazgo, donde el Primer Lord del Mar solicitó sus puntos de vista sobre la viabilidad de navegar en convoy como protección contra los submarinos. Enfatizó la necesidad de mantener el puesto en estrecha formación, lo ideal sería que los barcos viajaran en líneas separadas por sólo 400 metros. "Absolutamente imposible", respondieron a coro los diez Capitanes: "Tenemos tan pocos Oficiales de cubierta competentes que el Capitán tendría que estar en el puente las 24 horas". Además carecían de telégrafos adecuados en la sala de máquinas con los que ajustar la velocidad, sus inexpertos ingenieros no podían hacer los delicados ajustes necesarios, la mala calidad del carbón que quemaban proporcionaba una potencia variable a las hélices, lo que hacía imposible las constantes y ligeras variaciones de velocidad necesarias para mantener el puesto. En general, sus barcos no tenían suficiente personal y este era inexperto, no podían maniobrar de noche o con niebla en formación cerrada sin luces, estaban seguros de que perderían más barcos debido a colisiones de los que los submarinos podrían hundir. Por todo ello los Capitanes declararon enfáticamente que no querían convoyes, preferían navegar solos y correr el riesgo.

En el tiempo trascurrido entre esta reunión y finales de Abril la situación no dejó de empeorar, en tres meses casi dos millones de toneladas de mercantes habían sido enviadas al fondo del mar, y en el mismo periodo de tiempo la Royal Navy solo había logrado hundir siete submarinos. Estos sombríos datos obligaron al Almirantazgo a reconsiderar los convoyes atlánticos, Duff ya estaba monitorizando los resultados de los convoyes de carbón a Francia y Jellicoe había aprobado la institución de convoyes a Escandinavia, el obstáculo para extender el convoy a los Enfoques Occidentales seguía siendo la falta de escoltas. Jellicoe fue muy criticado por su tardanza en autorizar el convoy oceánico, pero para él se trataba de sacar conclusiones de datos técnicos, no se opuso al convoy puramente por principio, su naturaleza era ser cauteloso, como demostró en la batalla del Jutlandia, no era dado a tomar iniciativas sin disponer primero de toda la información necesaria, pero el tiempo apremiaba a Gran Bretaña.


Delenda est Putinlandia

Es mejor permanecer con la boca cerrada y parecer un idiota, que abrirla y confirmarlo...
-----------------------------------------------------
Ab insomne non custita dracone
Avatar de Usuario
Lutzow
Großadmiral
Großadmiral
Mensajes: 70989
Registrado: 12 Dic 2009
Agradecido : 1914 veces
Agradecimiento recibido: 7779 veces

Medallas

Parches

Re: Bloqueo y contrabloqueo: la partida decisiva.

Mensaje por Lutzow »

Los métodos de Lloyd George eran muy diferentes a los de Jellicoe. Viendo cómo se disparaban las pérdidas de barcos, rugió de rabia y vertió su desprecio hacia el "paralizado y confuso Almirantazgo" con su "atmósfera de nerviosismo agazapado", su "condición de total desesperación" y sus "documentos paralizantes". “Había mirado a los atemorizados ojos de nuestros Almirantes y sólo vi pesimismo aturdido". Los "Altos Almirantes" eran "hombres cuya cautela excedía su valor", que "andan con sombría tristeza y corazones abatidos, cuyos informes están llenos de desesperación". Durante la última semana de Abril, el Primer Ministro organizó un pequeño teatro, o eso es lo que dijo más tarde. El 23 de Abril planteó en el Gabinete de Guerra la cuestión de las pérdidas de embarcaciones y la posibilidad del convoy. Jellicoe, que estaba presente en la reunión, dijo que el convoy estaba siendo considerado, que el obstáculo era la escasez de escoltas, que se habían prometido destructores estadounidenses pero ninguno había llegado todavía. Esa noche en el Almirantazgo Duff fue a la oficina de Jellicoe y le dijo que las pérdidas de mercantes lo habían convencido de que debía intentarse ampliar el sistema de convoyes, y Jellicoe le pidió que redactara un acta en la que se detallara esta recomendación. El 25 de Abril el Gabinete de Guerra se volvió a reunir para discutir la crisis de los submarinos. Según Lord Beaverbrook, que no estaba presente, Lloyd George "anunció su intención de ir él mismo al Almirantazgo y tomar decisiones perentorias", fijándose la visita para el 30 de Abril. El 26 Duff redactó su informe para Jellicoe y al día siguiente el Primer Lord del Mar aprobó las recomendaciones y autorizó un convoy experimental desde Gibraltar al Canal. Como resultado, cuando Lloyd George llegó al Almirantazgo tres días después, Jellicoe le dijo al Primer Ministro que el sistema de convoyes estaba siendo probado. Según Hankey, que estaba presente, Lloyd George se alegró "y pasó todo el día allí muy agradablemente, almorzando con el Almirante Jellicoe y su esposa y cuatro niñas pequeñas". La versión de Beaverbrook, que una vez más no estaba allí, era que "el 30 de Abril el Primer Ministro aterrizó en el Almirantazgo, se sentó en la silla del Primer Lord y tomó las riendas"

Diecisiete años después, Lloyd George anunció en sus Memorias de Guerra que era responsable de la decisión de adoptar el convoy: "Al parecer, la perspectiva de ser anulado en su propio santuario galvanizó al Almirantazgo. En consecuencia, cuando llegué allí y encontré a la Junta en un estado de ánimo decaído, insistí en que estudiasen el convoy de Gibraltar". El profesor AT Patterson, biógrafo de Jellicoe y editor de sus cartas, califica el relato de Lloyd George como "una parodia de los hechos". El informe de Duff era lo suficientemente largo y detallado, dice Patterson, como para "virtualmente excluir la posibilidad de que se haya elaborado en unas pocas horas" después del anuncio de la visita del Primer Ministro. En 1928 Duff escribió a Jellicoe y declaró enfáticamente que su propia propuesta de convoyes había sido influenciada sólo por las crecientes pérdidas de embarcaciones: "Mi impresión fue que él (Lloyd George) vino a investigar la organización del Almirantazgo en general. No hay ningún fundamento para creer que su visita fuera de alguna manera la causa de mi sugerencia de que había llegado el momento de iniciar los convoyes". El propio Jellicoe escribió más tarde que cualquier declaración de que su aprobación del acta de Duff y la decisión de iniciar los convoyes de prueba "fue el resultado de la presión ejercida sobre el Almirantazgo por el Gabinete de Guerra es bastante incorrecta. Las opiniones de los Oficiales navales experimentados sobre una cuestión técnica que implica la más grave responsabilidad no podrían verse afectadas por la opinión externa, por muy alta que fuese la posición de donde emanaba esa opinión". Sir Edward Carson, que era Primer Lord del Almirantazgo en ese momento, leyó con indignación la afirmación de Lloyd George en las Memorias de Guerra del ex primer ministro. "El pequeño petimetre", dijo de Lloyd George, había escrito "la mayor mentira jamás contada".

Más tarde, Jellicoe escribió: “Uno puede deducir de algunos libros escritos tras la guerra que aparentemente hubo ciertos Oficiales menores que fueron recibidos por el Sr. Lloyd George, quien les dio sus ideas para lidiar con la amenaza submarina. Es cierto que el Sr. Lloyd George me hizo una o dos sugerencias para enfrentar la amenaza, pero estas eran de tal naturaleza que no podrían haber emanado del cerebro de ningún Oficial naval".El lenguaje y el comportamiento de Lloyd George en este episodio eran totalmente característicos de este galés de elevado ego, incapaz de aceptar una derrota y dispuesto a alcanzar el éxito sin tener en cuenta el costo que podía tener para los demás. Su hijo mayor Richard lo describía del siguiente modo:

"Mi padre", explicó Richard Lloyd George, "una vez bajo el hechizo del ejercicio de su propio encanto, tanto si se trataba de una audiencia en una reunión pública como si consistía en una sola persona, se dejaba llevar completamente, sin ninguna otra idea en su cabeza, sin pensar en las consecuencias. Mi padre fue probablemente el mayor Don Juan natural en la historia de la política británica, toda su vida, incluyendo 53 años de matrimonio con mi madre, estuvo involucrado en una serie de asuntos con mujeres. La principal salvaguarda de mi padre en estas cuestiones fue que casi nunca se involucró emocionalmente en serio, no tenía sentido de lealtad hacia sus amantes y podía presentar una defensa indignada, con protestas rotundas de que estaba siendo "víctima de estas arpías vanagloriosas que querían presumir de su conquista". Casi nunca había una relación continuada en el tiempo, así que en cualquier momento podía declarar sin miedo a contradecirse: "Apenas conozco a esa mujer, no la he visto durante meses y no tengo la menor intención de volver a verla". "Retratar su vida sin tener en cuenta este lado de su personalidad", concluye el hijo, "es como no relatar la discapacidad auditiva de Beethoven durante la composición de sus grandes obras"

El 10 de Mayo dieciséis buques mercantes, navegando en tres columnas y escoltados por dos mercantes y tres yates armados, partieron de Gibraltar hacia Inglaterra, navegando a seis nudos y medio. Ocho días más tarde el convoy fue recibido en el borde exterior de la zona de peligro submarino por seis destructores de Devonport, y el 20 de Mayo los dieciséis mercantes llegaron ilesos a Plymouth. No se habían encontrado submarinos y, lo que es igualmente importante, los Capitanes de los mercantes se dieron cuenta de que podían mantener la posición, obedecer las señales y zigzaguear al unísono, y además que "habían disfrutado de más sueño del que habían tenido durante meses". Este éxito tuvo como consecuencia que se formase otro convoy experimental, esta vez a través del Atlántico Norte. El 24 de Mayo doce barcos mercantes partieron de Hampton Roads hacia Gran Bretaña, navegando a 9 nudos. Fueron escoltados la mayor parte del camino por el crucero HMS Roxburgh y, al llegar a la zona de peligro, recibidos por ocho destructores. Dos vapores se rezagaron y abandonaron el convoy, uno de los cuales fue torpedeado, mientras el resto de barcos alcanzaron su destino sin novedad el 7 de Junio. A pesar de la niebla y el mal tiempo, la Armada informó que el mantenimiento de la formación había sido excelente.

El éxito de estos dos convoyes de prueba animó al Almirantazgo a ampliar el esfuerzo, en Junio sesenta y cuatro buques mercantes, reunidos en cuatro convoyes, fueron escoltados desde Hampton Roads a Gran Bretaña. Reunidos de forma segura y recibiendo instrucciones dentro de los puertos americanos en lugar de en mar abierto, los convoyes del Atlántico Norte empezaron a partir cada cuatro días. A finales de Julio, veintiún convoyes formados por 354 barcos habían cruzado el Atlántico, de los cuales los submarinos solo hundieron dos. Este descenso en las pérdidas de embarcaciones destruyó la objeción de "demasiados huevos en una sola cesta" que para primeros de año representaba el sentir del Almirantazgo respecto al convoy. La presencia de escoltas eliminaba la amenaza de ataque artillero y obligaba a los submarinos a utilizar sus torpedos, si sus Comandantes eran capaces de sortear a la escolta y encontrar una buena posición de disparo. Esencialmente, como Sims lo describió gráficamente, el convoy se las arreglaba para "establecer una milla cuadrada de la superficie del Océano en la que los submarinos no podían operar y luego mover esa milla cuadrada hasta llegar a puerto".

A menudo, los submarinos nunca llegaron a ver el convoy o sus escoltas, como escribiría más tarde Churchill: "La inmensidad del mar es tan grande que la diferencia entre el tamaño de un convoy y el de un solo barco se reduce en comparación con la insignificancia. De hecho, había casi tantas posibilidades de que un convoy de cuarenta barcos en orden cerrado se deslizara sin ser percibido entre los submarinos de patrulla como las que había para un solo barco, y cada vez que esto ocurría, cuarenta barcos escapaban en lugar de uno" Este fenómeno también fue observado por Karl Doenitz, por entonces Comandante de un submarino: “Los Océanos se quedaros vacíos de repente. Durante largos períodos de tiempo, los submarinos, operando individualmente, no veían nada en absoluto; y luego, de repente, se localizaba una enorme multitud de barcos, treinta o cincuenta o más de ellos, rodeados por una fuerte escolta de buques de guerra de todo tipo. El submarino solitario, que probablemente había visto el convoy por pura casualidad, atacaría entonces, acometiendo una y otra vez durante varios días y noches hasta alcanzar el agotamiento físico del Comandante y la tripulación. El solitario submarino podría hundir uno o dos barcos, o incluso varios, pero eso era un pobre porcentaje del total. El convoy seguiría navegando, en la mayoría de los casos ningún otro submarino alemán lo vería y llegaría a Gran Bretaña, llevando un precioso cargamento de alimentos y materias primas”.

El éxito del convoy obligó a los Oficiales navales que luchaban contra los submarinos a cambiar su forma de pensar. Formados en la tradición de guerra ofensiva de la Royal Navy, anteriormente habían considerado el convoy como una táctica defensiva en la que los buques de guerra entregaban la iniciativa al enemigo, la mayoría de los Oficiales preferían la caza agresiva de submarinos, pero la experiencia puso estas tácticas patas arriba. El convoy concentraba las fuerzas navales de superficie donde el enemigo sumergido estaba obligado a acudir si deseaba causar daños, el convoy actuaba como un imán donde las fuerzas de escolta podían combatir y hundir a los submarinos. Sin embargo, para que el convoy funcionara, tenía que haber suficientes barcos de escolta. ¿Dónde los encontraría Gran Bretaña?
Delenda est Putinlandia

Es mejor permanecer con la boca cerrada y parecer un idiota, que abrirla y confirmarlo...
-----------------------------------------------------
Ab insomne non custita dracone
Avatar de Usuario
Antigono Monoftalmos
General de Ejercito
General de Ejercito
Mensajes: 18159
Registrado: 10 Jun 2009
Ubicación: Mar Cantábrico
Agradecido : 101 veces
Agradecimiento recibido: 1717 veces

Medallas

Parches

Re: Bloqueo y contrabloqueo: la partida decisiva.

Mensaje por Antigono Monoftalmos »

Lutzow escribió: 15 Feb 2020 "Tenemos tan pocos Oficiales de cubierta competentes que el Capitán tendría que estar en el puente las 24 horas". Además carecían de telégrafos adecuados en la sala de máquinas con los que ajustar la velocidad, sus inexpertos ingenieros no podían hacer los delicados ajustes necesarios, la mala calidad del carbón que quemaban proporcionaba una potencia variable a las hélices, lo que hacía imposible las constantes y ligeras variaciones de velocidad necesarias para mantener el puesto. En general, sus barcos no tenían suficiente personal y este era inexperto, no podían maniobrar de noche o con niebla en formación cerrada sin luces, estaban seguros de que perderían más barcos debido a colisiones de los que los submarinos podrían hundir. Por todo ello los Capitanes declararon enfáticamente que no querían convoyes, preferían navegar solos y correr el riesgo.
Madre mía, que situación más mala...estaban en cuadro...y se la ponían en bandeja a los submarinos del Káiser :~i
El momento ideal para ser un héroe, es aquél en que se ha acabado la batalla y los otros tipos han muerto, que Dios los tenga en su gloria, y tú te llevas todo el mérito.
Harry Flashman
Avatar de Usuario
Lutzow
Großadmiral
Großadmiral
Mensajes: 70989
Registrado: 12 Dic 2009
Agradecido : 1914 veces
Agradecimiento recibido: 7779 veces

Medallas

Parches

Re: Bloqueo y contrabloqueo: la partida decisiva.

Mensaje por Lutzow »

Bueno, sin adelantar acontecimientos, parece claro que los Capitanes mercantes subestimaban la valía de sus tripulaciones...

Saludos.

P.S. No sé ni dónde me ando con eso de adelantar acontecimientos, si acababa de subir el capítulo siguiente al que menciona Antígono, donde se entra de lleno en los convoyes...
Delenda est Putinlandia

Es mejor permanecer con la boca cerrada y parecer un idiota, que abrirla y confirmarlo...
-----------------------------------------------------
Ab insomne non custita dracone
Avatar de Usuario
Lutzow
Großadmiral
Großadmiral
Mensajes: 70989
Registrado: 12 Dic 2009
Agradecido : 1914 veces
Agradecimiento recibido: 7779 veces

Medallas

Parches

Re: Bloqueo y contrabloqueo: la partida decisiva.

Mensaje por Lutzow »

El viernes 4 de Mayo de 1917, seis modernos destructores de la US Navy atracaban en el puerto irlandés de Queenstown, causando una gran impresión en los marinos británicos, pues los buques de la clase Tucker habían sido asignados recientemente, estaban bien armados, tenían una velocidad de 30 nudos y una gran autonomía de 4.600 kilómetros a 20 nudos, cualidad que resultaría de gran ayuda para actuar en los Enfoques Occidentales. Los barcos sitos en el puerto dieron la bienvenida a los recién llegados enarbolando la bandera estadounidense en sus mástiles, en la ciudad la bandera de las barras y estrellas ondeaba en edificios públicos y casas particulares, a lo largo de la costa, miles de personas vitoreaban y saludaban a los recién llegados. El Comandante estadounidense era Joseph K. Taussig, quien en 1900, cuando era un guardiamarina de 21 años, había sido herido cerca de Tientsin durante la rebelión de los bóxer, compartiendo Hospital con un Capitán de la Royal Navy de 40 años llamado John Jellicoe, que había sido gravemente herido el mismo día. Diecisiete años después, cuando Taussig desembarcó en Queenstown, el Primer Lord del Mar lo recibió en nombre de "la nación y el Almirantazgo británico y con todos los buenos deseos posibles de mi parte. Todos tendremos que hacer nuestro trabajo para someter a la piratería”.

Imagen
Destructor clase Tucker.

Taussig también fue recibido por el Vicealmirante Sir Lewis Bayly, el Comandante en Jefe británico en Queenstown, quien debía tener el control operativo de docenas de destructores estadounidenses durante los próximos dieciocho meses. Taussig y sus Capitanes subieron por la empinada colina hasta el Admiralty House y encontraron en la cima un hombre serio, con el rostro curtido por el mar y cabello gris como el hierro, parado en un uniforme gastado con las manos detrás de la espalda. Se saludaron, luego se volvió hacia Taussig y le preguntó: "¿Cuándo estarás listo para zarpar?" "Estamos listos ahora, Señor, tan pronto como terminemos de cargar combustible", dijo Taussig.

Imagen
Joseph K. Taussig.

El 17 de Mayo otros seis destructores estadounidenses llegaron a Queenstown, seguidos de otros tantos una semana después. Estos y todos los buques estadounidenses posteriores que arribaron a Irlanda fueron puestos bajo el mando de Bayly porque Sims había convencido a sus superiores en Washington de que los buques de guerra estadounidenses en Europa, y la Armada de los EE. UU. en su conjunto, deberían usarse como un grupo de refuerzo para las fuerzas navales aliadas. Al contrario que Pershing y el US Army, Sims convenció a sus superiores en Washington para rechazar cualquier idea de intentar operar una flota estadounidense independiente en Europa, dejando de lado el orgullo nacional en aras de ganar efectividad con el fin de vencer en la guerra. Bayly jugó su papel a la perfección, poco después de que los destructores americanos llegaran a Queenstown la mayoría de los destructores británicos de Bayly fueron transferidos al Canal y al Mar del Norte, dejando al Vicealmirante británico al mando de una fuerza mayoritariamente estadounidense. "Cuidaba de nuestros barcos y sus hombres con el ojo celoso de un padre", dijo Sims. "Siempre se refería a 'mis destructores' y 'mis americanos' y ay de cualquiera que intentara interferir con ellos. Una o dos veces surgió una disputa entre un Capitán americano y uno británico, en tales casos el Vicealmirante Bayly defendió enérgicamente a los estadounidenses: "Hicisteis lo correcto", decía a nuestros hombres y luego reprendía a los británicos". El esfuerzo de Bayly por crear una fuerza internacional tuvo éxito, los Oficiales americanos le llamaban Tío Lewis y hacía sentir a los estadounidenses que la Casa del Almirantazgo era su hogar temporal. También se desarrolló un fuerte vínculo personal entre Bayly y Sims, hasta el punto de que cuando el primero debió cogerse cinco días de licencia a finales de Junio, solicitó al segundo que se hiciese cargo de la base en Queenstown, de tal modo que durante este periodo de tiempo Sims fue Comandante en Jefe de todas las fuerzas navales británicas y estadounidenses que operaban en la costa de Irlanda.

Imagen
Sir Lewis Bayly.

A finales de Junio Bayly tenía bajo su mando veintiocho destructores estadounidenses; para el 5 de Julio, treinta y cuatro; a finales de ese mes, treinta y siete. Finalmente, 8.000 marineros estadounidenses se asentaron en Queenstown; cuando terminó la guerra, había setenta y nueve destructores estadounidenses en aguas europeas, no solo en Irlanda, también en Brest y Gibraltar. De todos ellos solo uno se perdió por la acción del enemigo, el USS Jacob Jones, torpedeado el 6 de Diciembre de 1917, hundiéndose ocho minutos más tarde con la pérdida de 66 tripulantes, la mayor parte de ellos debido al estallido de las cargas de profundidad una vez el destructor se fue a pique. El autor de este hundimiento fue el submarino SM U-53, comandado por el célebre Hans Rose, cuya inesperada visita en Octubre de 1916 había asombrado a los ciudadanos de Newport, Rhode Island. Rose tuvo el gesto humanitario de emerger tras el ataque y recoger a dos heridos graves, al tiempo que radiaba su posición aproximada con el fin de que se auxiliase a los náufragos, antes de desaparecer de la escena.

Imagen
Hans Rose.

En Mayo de 1918, en el aniversario de la llegada de los primeros destructores estadounidenses a Queenstown, Bayly emitió un memorándum para todas las fuerzas navales de los Estados Unidos bajo su mando: "Mandarte es un honor, trabajar contigo es un placer, y conocerte es conocer las mejores cualidades de la raza anglosajona."

No solo el incremento en el número de escoltas resultó decisivo para complicar la misión de los U-boats, también sus prestaciones antisubmarinas mejoraron con el trascurso de los meses, desde hidrófonos más modernos que ya empezaban a ser capaces de señalar la presencia de un sumergible aun con el buque que los portaba en movimiento, hasta el uso masivo de cargas de profundidad. Estas ya se habían desarrollado en 1916 y en Diciembre de ese año se cobraban su primera víctima, pero su producción fue lenta y la asignación normal a principios de 1917 era de dos cargas de profundidad por buque antisubmarino, para aumentar un año más tarde a entre 35-40 cargas por cada destructor.

Ni el convoy ni las mejoras en las escoltas marcaron la diferencia rápidamente, en Mayo de 1917 las pérdidas de mercantes se redujeron a 616.000 toneladas, una disminución significativa respecto a la masacre de Abril, pero esto no se debió ni al comienzo del convoy oceánico ni a la llegada de buques de guerra estadounidenses; ninguno de los dos había tenido tiempo de surtir efecto, las pérdidas disminuyeron porque la flota submarina simplemente no pudo mantener el tremendo esfuerzo que había realizado en Abril y hubo menos efectivos en las zonas de caza, pero la perspectiva para el personal naval alemán seguía siendo brillante. En Mayo solo dos U-boats resultaron hundidos, mientras que ocho nuevos fueron asignados, de modo que en Junio los submarinos lograron hundir otras 696.000 toneladas, pero a partir de ese momento las disposiciones aliadas empezaron a ofrecer réditos y la marea gradualmente comenzó a cambiar. En Julio se hundieron 555.000 toneladas, en Agosto, la cifra se redujo a 472.000 toneladas; el promedio fue de más de medio millón de toneladas al mes, pero el plazo que había dado el Almirante Holtzendorff para la rendición de Gran Bretaña estaba pasando y no había signos de que los británicos tuviesen ninguna intención de demandar la paz. En Septiembre las pérdidas se redujeron a 353.000 toneladas y diez submarinos resultaron hundidos; en este mes ochenta y tres convoyes cruzaron el Atlántico. En Octubre, las pérdidas aumentaron nuevamente hasta las 466.000 toneladas, pero cayeron drásticamente en Noviembre a 302,000 toneladas, cuando el 90% del transporte marítimo británico navegaba en convoy. Aunque las pérdidas aumentaron nuevamente en Diciembre hasta las 411.000 toneladas, lo peor ya había pasado; de Enero a Abril las pérdidas mensuales promediaron 325.000 toneladas, desde Mayo hasta el final de la guerra, alrededor de 230.000 toneladas, cuando el 92% de los mercantes aliados navegaban en convoy, con una tasa de pérdidas inferior al 0,5%.

Para la Armada alemana la curva de pérdidas había ido en la dirección opuesta, entre Mayo y Julio de 1917 se perdieron quince submarinos, pero se asignaron veinticuatro nuevos y la proporción se mantuvo favorable: cincuenta y tres buques mercantes se hundieron por cada submarino perdido. El Alto Mando alemán entendió que la campaña submarina irrestricta no iba a poner a Gran Bretaña de rodillas en seis meses, pero en lugar de darse por vencido, el Estado Mayor Naval extendió el límite de tiempo y a principios de Julio se ordenó la construcción y entrega de noventa y cinco nuevos submarinos a partir del verano de 1918. Las pérdidas alemanas aumentaron drásticamente en los últimos cinco meses de 1917, se hundieron treinta y siete submarinos, más otros veinticuatro de Enero a Abril de 1918, y a partir de este último mes los astilleros estadounidenses y británicos estaban construyendo más tonelaje comercial del que estaba siendo destruido, los submarinos habían resultado derrotados. En realidad no fue el número de U-boats hundidos el hecho determinante para hacer fracasar la campaña submarina, más bien fue la tasa de supervivencia de los buques mercantes. El hundimiento de submarinos era una ventaja, no una necesidad, lo que resultaba realmente decisivo era que los barcos mercantes sobrevivieran y entregaran sus cargas; si podían lograrlo, ya fuese porque los sumergibles habían sido evitados u obligados a mantenerse alejados de los convoyes, no importaba cuántos submarinos se enviaran a pique.

Tal y como temían Bethmann Hollweg y Bernstorff, la campaña submarina no solo no había sacado a Gran Bretaña de la guerra sino que sumó a sus enemigos el tremendo potencial económico, industrial y humano de Estados Unidos, sellando el destino del Imperio alemán. Pero una última ventana de esperanza se abrió con la Revolución rusa, sino para ganar la guerra, si al menos para poder negociar en condiciones favorables, pues el derrumbe del Imperio zarista no solo permitía concentrar tropas en el Frente Occidental, también en cierto modo rompía en parte el bloqueo que asfixiaba Alemania; veremos cómo sus líderes dilapidaron esta última oportunidad que les había sido concedida.
Delenda est Putinlandia

Es mejor permanecer con la boca cerrada y parecer un idiota, que abrirla y confirmarlo...
-----------------------------------------------------
Ab insomne non custita dracone
Avatar de Usuario
Lutzow
Großadmiral
Großadmiral
Mensajes: 70989
Registrado: 12 Dic 2009
Agradecido : 1914 veces
Agradecimiento recibido: 7779 veces

Medallas

Parches

Re: Bloqueo y contrabloqueo: la partida decisiva.

Mensaje por Lutzow »

El Imperio ruso estaba prácticamente fuera de combate desde que a mediados de Julio de 1917 la Ofensiva de Kérenski, que buscaba poder negociar la paz desde una posición más favorable, fracasó y hundió definitivamente la moral de las tropas rusas. La Revolución bolchevique de Noviembre, auspiciada por los alemanes, tuvo como consecuencia el caos absoluto y la imposibilidad de que Rusia pudiese oponerse a cualquier término de paz propuesto por Alemania, por mucho que Trotski intentase retrasar el final todo lo posible en la esperanza de que la Revolución prendiese entre las tropas de las Potencias Centrales. Pese a las desorbitadas pretensiones germanas, que incluían la administración de toda Polonia, Bielorrusia y Lituania, así como la independencia de Ucrania y Finlandia, finalmente hubo de ceder y el Tratado de Brest-Litovsk se firmaba el 3 de Marzo de 1918.


Imagen
Mapa con el Tratado de Brest-Litovsk.

Por entonces el Imperio alemán tenía en armas aproximadamente a 4.750.000 hombres, se había asegurado una gran cantidad de materias primas en los territorios ocupados o en los países satélites, como el carbón del Donetsk, los cereales de Ucrania y los de Rumanía (que también había firmado la paz y comprometido a ceder toda su cosecha a los Imperios Centrales), y de no ser por la entrada en el conflicto de Estados Unidos, se habría asegurado la victoria en el Este y al menos un empate en el Oeste, pero el error de la campaña submarina irrestricta conllevaba que cientos de miles de hombres se estuviesen preparando al otro lado del Atlántico para ser destinados al Frente Occidental, y esos soldados, que un año y medio antes a Ludendorff le “importaban un comino”, ahora comprometían toda la estrategia alemana. Existía la opción realista, la de aceptar que la idea de jugárselo todo a una carta con la campaña submarina había resultado un fracaso, que a medio plazo la guerra estaba perdida y buscar el modo de negociar con Wilson en base a sus Catorce Puntos, que fueron promulgados el 8 de Enero, desde una posición de fuerza, pues gracias a las ganancias en el Este el Imperio alemán estaba capacitado para resistir al menos dos años, causando grandes bajas a sus enemigos. Para ello habría que haber adoptado una estrategia defensiva en la cual el sostenimiento de sus aliados, por débiles que fuesen, resultaba decisivo, pues el Imperio Austrohúngaro mantenía a raya a Italia y Bulgaria a la Fuerza Expedicionaria de Salónica, que contaba con 700.000 hombres; el Imperio otomano resultaba más complicado de ayudar dada su deficiente logística, pero su caída no supondría una gran pérdida una vez cumplida la misión de haber bloqueado a Rusia durante casi toda la guerra. Con 200.000 soldados apoyando a cada aliado, ejerciendo de amalgama de las tropas locales y siempre manteniendo una actitud defensiva, se podrían haber consolidado ambos frentes, el italiano y el balcánico, mientras con 3.350.000 hombres el Frente Occidental nunca hubiese estado tan fuertemente defendido. El millón restante era necesario en el antiguo Frente Oriental, tanto por la cantidad de territorio a controlar como por la inestable situación en el mismo, con bolcheviques, rusos blancos e intervencionistas aliados enfrentados, pero sobre todo era vital que esos hombres hubiesen sido utilizados con el fin de consolidar gobiernos títeres, principalmente en Ucrania, asegurándose una buena cosecha para alimentar a la población y a las tropas alemanas durante el próximo invierno. En estas circunstancias, y dado que los Aliados no hubiesen podido emprender una ofensiva hasta como pronto finales de 1918, es de esperar que Alemania hubiese resistido un combate generalizado a lo largo de todo el Frente Occidental en 1919, sufriendo sin duda muchas bajas, pero probablemente causando más, de tal modo que a finales de año Wilson, muy sensible a la muerte de sus compatriotas y preocupado por la revolución bolchevique, hubiese podido aceptar debatir sus Catorce Puntos, cediendo en temas sensibles para el Imperio alemán como la salida al mar de Polonia, Imperio que podría haber convencido a unos agotados británicos y franceses a concluir un tratado de paz en base a devolver Bélgica, ceder Alsacia-Lorena y el pago de algunas compensaciones económicas, con lo que Alemania podría haber salido bien librada de una guerra estratégicamente mal llevada.

Las ideas de Ludendorff eran otras, el mismo hombre que había echado en cara al Embajador Bernstorff que no confiaba en la fuerza de Alemania, dudaba de la moral de sus tropas para mantener una serie de grandes batallas defensivas en el Frente Occidental, y por lo tanto, decidió volver a jugárselo todo a una nueva carta con una serie de ofensivas en la primavera de 1918 que debían obtener la victoria total; el dictador de facto del Imperio no estaba dispuesto a negociar una paz que no contemplase las ganancias territoriales obtenidas por Alemania durante la guerra, Bélgica incluida. El Kaiser, que ya debería estar chasqueado ante las promesas incumplidas de que Gran Bretaña sería puesta de rodillas o que ningún soldado estadounidense pisaría suelo europeo, se dejó embaucar de nuevo con el proyecto de la prevista ofensiva hasta el punto de declarar: "Si una delegación británica viniese a demandar la paz, primero debe arrodillarse ante el estandarte imperial alemán, porque esta es una victoria de la monarquía sobre la democracia". La receta para el desastre estaba servida.
Delenda est Putinlandia

Es mejor permanecer con la boca cerrada y parecer un idiota, que abrirla y confirmarlo...
-----------------------------------------------------
Ab insomne non custita dracone
Avatar de Usuario
Lutzow
Großadmiral
Großadmiral
Mensajes: 70989
Registrado: 12 Dic 2009
Agradecido : 1914 veces
Agradecimiento recibido: 7779 veces

Medallas

Parches

Re: Bloqueo y contrabloqueo: la partida decisiva.

Mensaje por Lutzow »

Este hilo se me ha ido un poco de las manos, me he dejado llevar por mis obsesiones imperiales y me encuentro narrando las Ofensivas de Primavera en el Frente Naval… Como no es cuestión de dejarlo así, ya no queda otra que hacer un pequeño resumen del Finis Germaniae predicho por Bethmann-Hollweg antes de incluir una reducida biografía de los personajes que han desfilado a través de estas páginas, mis disculpas por el tostón.

Para Marzo de 1918 Ludendorff había reunido unos 3.600.000 hombres en el Frente Occidental, tropas escogidas incluyendo todos los soldados menores de 35 años, alcanzando una ligera ventaja numérica sobre los efectivos aliados, que se sabía resultaba circunstancial por la llegada masiva de estadounidenses, que el General alemán calculó no resultarían determinantes hasta mediados del verano. Fue en lo único que no se equivocó, efectivamente las tropas procedentes de Estados Unidos durante la primavera ascendían a 318.000 hombres pero estaban faltos de equipamiento e instrucción; en Abril llegaron 119.000 más, para el 1 de Junio había 650.000 soldados estadounidenses en Francia, ese mes llegaron otros 279.000 y en Julio 250.000, de modo que para el 31 de Julio más de un millón de soldados estadounidenses estaban en el continente europeo.

No existía un plan estratégico u operacional más allá de atacar en el punto de encuentro de las líneas francesas y británicas, con la esperanza de expulsar a estos últimos del continente para luego lidiar con un Ejército francés supuestamente desmoralizado. Para Ludendorff todo consistía en abrir una brecha y lo demás vendría rodado, sin marcarse ningún objetivo operacional, lo que supondría un grave error que aceleraría el derrumbe de Alemania. Cuando el 21 de Marzo se inició la ofensiva denominada Michael las tácticas artilleras de Bruchmuller y de los stosstruppen obtuvieron un extraordinario éxito táctico aplastando al Quinto Ejército británico, rompiendo sus líneas y logrando un avance como no se había visto en el Frente Occidental desde 1914, pero los británicos lograron restablecer nuevas líneas defensivas y los problemas logísticos de los atacantes hicieron que finalmente su avance se detuviese a siete kilómetros de Amiens, que solo una vez iniciada la ofensiva y al fracasar el ataque sobre Arras, se tomó como objetivo. Si hubo una mínima oportunidad de que las Ofensivas de Primavera hubiesen logrado éxito, este pasaba por haber tomado Amiens (lo que se pudo haber logrado si hubiese sido el objetivo principal del ataque) para acto seguido realizar otra ofensiva más al Norte con el fin de capturar Hazebrouck, pues ambas ciudades eran importantes nudos ferroviarios por donde pasaba más del 50% del suministro de la BEF, que seguramente se hubiese visto obligada a abandonar Ypres y necesitaría mucho tiempo para reorganizar sus líneas de abastecimiento, lo que hubiese otorgado a los alemanes la posibilidad de continuar presionándoles hacia los puertos del Canal. Aunque aún habrían de trascurrir varios meses de ofensivas germanas, con nuevas victorias tácticas pero sin el menor sentido estratégico, la guerra estaba definitivamente perdida cuando no se logró ocupar Amiens, pues no solo en Michael los alemanes sufrieron casi 240.000 bajas de hombres insustituibles, además sirvió para que los Aliados creasen un mando único en la figura del Mariscal Foch y que en Estados Unidos Wilson ampliase el reclutamiento hasta los cuatro millones de efectivos, de los que la mitad fueron trasladados a Europa antes del Armisticio.

El golpe final de la Kaiserschlacht se lanzó el 15 de Julio, cuando Ludendorff atacó entre Reims y Soissons; seis puntas de lanza alemanas cruzaron el Marne y avanzaron siete kilómetros, pero luego se detuvieron en seco. Dos días después Foch contraatacó el saliente del Marne con veintitrés divisiones, incluidas cinco divisiones estadounidenses que contaban con el doble de efectivos que cualquier División aliada o germana. En la noche del 18 de Julio Ludendorff ordenó a las tropas alemanas que habían cruzado el Marne tres días antes que se retiraran a través del río. Tres semanas después, en el Norte, el Ejército británico inició una nueva ofensiva, el 8 de Agosto un ataque encabezado por 600 tanques rompió las estiradas líneas germanas y avanzó más de diez kilómetros el primer día capturando miles de prisioneros y cientos de cañones. Después de que se les hubiese prometido la victoria antes de iniciarse las fracasadas Ofensivas de Primavera, la moral de las tropas se quebró: "Estáis prolongando la guerra" o "esquiroles", gritaban quienes se retiraban a las unidades de refuerzo que se acercaban. "El 8 de Agosto fue el día negro del Ejército alemán en la historia de esta guerra", dijo Ludendorff más tarde.

"No conoces a Ludendorff, que es genial en un momento de éxito", dijo una vez Bethmann-Hollweg a un colega "pero si las cosas van mal, pierde los nervios". Esta sentencia se hizo muy evidente después del 8 de Agosto, cuando el estado de ánimo de Ludendorff se movía entre el pánico, la rabia indiscriminada y un optimismo alegre e irracional. El 14 de Agosto, solo seis días después del "Día Negro", Ludendorff y Hindenburg se encontraron con el Kaiser, el Canciller von Hertling, el Príncipe Heredero y el Emperador austríaco Karl en el Cuartel General de Spa, Bélgica. Karl había venido a anunciar que el Imperio austrohúngaro no podía continuar la guerra durante el invierno: "Estamos totalmente acabados", pero Ludendorff propuso en cambio "paralizar gradualmente la voluntad del enemigo de luchar con una defensa estratégica", que hubiese sido la decisión correcta en Marzo, pero en las condiciones actuales, tras haber sufrido casi un millón de bajas durante la Kaiserschlacht, resultaba una quimera. El Alto Mando alemán continuaba estando totalmente alejado de la realidad, Ludendorff admitía que no se podía ganar la guerra, pero afirmaba que si se podía mantener un frente defensivo, Alemania aún podría conservar Bélgica y Luxemburgo, y Austria podría salvar su imperio multiétnico. Para lograr esta "defensa estratégica", Ludendorff exigió ayuda para reforzar el Frente Occidental, y el emperador Karl, desviado de su propósito original, se encontró prometiendo enviar Divisiones austriacas a Francia. Hindenburg cerró la conferencia diciendo: "Espero que podamos defendernos en suelo francés y, por lo tanto, al final imponer nuestra voluntad al enemigo". Unos días después, el Príncipe Heredero Rupprecht de Baviera hizo una evaluación diferente y más realista de la situación, escribiendo al Príncipe Max de Baden: "Debido a la errónea operación más allá del Marne y la serie de fuertes reveses que la siguieron, absolutamente fatales tanto material como moralmente, nuestra situación militar se ha deteriorado tan rápidamente que ya no creemos que podamos resistir durante el invierno, incluso es posible que ocurra una catástrofe antes”.
Delenda est Putinlandia

Es mejor permanecer con la boca cerrada y parecer un idiota, que abrirla y confirmarlo...
-----------------------------------------------------
Ab insomne non custita dracone
APV
General de Ejercito
General de Ejercito
Mensajes: 17197
Registrado: 11 Abr 2006
Agradecido : 10 veces
Agradecimiento recibido: 594 veces

Medallas

Parches

Re: Bloqueo y contrabloqueo: la partida decisiva.

Mensaje por APV »

Lutzow escribió: 23 Feb 2020 El Imperio ruso estaba prácticamente fuera de combate desde que a mediados de Julio de 1917 la Ofensiva de Kérenski, que buscaba poder negociar la paz desde una posición más favorable, fracasó y hundió definitivamente la moral de las tropas rusas. La Revolución bolchevique de Noviembre, auspiciada por los alemanes, tuvo como consecuencia el caos absoluto y la imposibilidad de que Rusia pudiese oponerse a cualquier término de paz propuesto por Alemania, por mucho que Trotski intentase retrasar el final todo lo posible en la esperanza de que la Revolución prendiese entre las tropas de las Potencias Centrales.
La situación era tan grave en el ejército ruso, que cuando vieron que los bolcheviques mareaban la perdiz, los alemanes desencadenaron la Operación Faustschlag, donde fue un simple paseo de estación en estación: Narva, Smolenks, Minks, Kiev,... cayeron en esos 11 días.
De haber querido podían haber seguido tranquilamente hasta San Petersburgo o Moscú sin encontrar una verdadera resistencia (y de haber tomado Tula y sus fabricas de armas hubiera acabado con cualquier atisbo de formar en el futuro el ejército rojo).

El frente italiano también estaba frito, Caporetto era un desastre que haría imposible una ofensiva italiana en bastante tiempo. Y de haber dispuesto de unas veinte o treinta divisiones frescas para un nuevo impulso la defensa del Piave se hubiera roto (los anglo-franceses eran tan pesimistas que sus divisiones enviadas a reforzar a los italianos las colocaron en una nueva línea tras el Mincio).
¿La pérdida del Cuadrilátero, Venecia, Padua,... como hubiera afectado políticamente a Italia?
Conoce al enemigo y conócete a ti mismo; y en cien batallas no estarás jamás en peligro Sun Tzu.
Avatar de Usuario
Lutzow
Großadmiral
Großadmiral
Mensajes: 70989
Registrado: 12 Dic 2009
Agradecido : 1914 veces
Agradecimiento recibido: 7779 veces

Medallas

Parches

Re: Bloqueo y contrabloqueo: la partida decisiva.

Mensaje por Lutzow »

Quizá las Potencias Centrales hubiesen podido sacar a Italia de la guerra en 1918, ¿pero a qué coste? Los medios, tanto humanos como materiales, eran limitados y estamos hablando de un frente secundario donde en ningún caso se iba a ganar la guerra, si se adoptaba una postura estratégica defensiva global con el fin de lograr una paz aceptable, había que intentar consolidar tanto al Imperio austrohúngaro como a Bulgaria, pero la partida decisiva se jugaría en el Frente Occidental, y en mi opinión es allí donde había que dedicar el esfuerzo principal, cavando como topos durante todo el año, creando múltiples líneas defensivas y acumulando munición para poder ofrecer una resistencia tenaz e inquebrantable durante todo 1919, con el fin de desgastar tanto a los Aliados que estos estuviesen abiertos a negociar un acuerdo de paz en base a los Catorce Puntos...

Saludos.
Delenda est Putinlandia

Es mejor permanecer con la boca cerrada y parecer un idiota, que abrirla y confirmarlo...
-----------------------------------------------------
Ab insomne non custita dracone
APV
General de Ejercito
General de Ejercito
Mensajes: 17197
Registrado: 11 Abr 2006
Agradecido : 10 veces
Agradecimiento recibido: 594 veces

Medallas

Parches

Re: Bloqueo y contrabloqueo: la partida decisiva.

Mensaje por APV »

Si Italia salía de la guerra en otoño de 1917 (aunque eso es a discutir) el bloqueo de Otranto se rompe, y Grecia unida a la guerra de manera forzada podría replantearse su posición. Eso podría suponer el cierre del frente macedonio ante una concentración de esfuerzos, lo que liberaría a Bulgaria y Austria de frentes.

Empezar 1918 con un único frente en Europa (a parte el de Palestina y Mesopotamia) daría muchas cartas para negociar.
Conoce al enemigo y conócete a ti mismo; y en cien batallas no estarás jamás en peligro Sun Tzu.
Avatar de Usuario
Lutzow
Großadmiral
Großadmiral
Mensajes: 70989
Registrado: 12 Dic 2009
Agradecido : 1914 veces
Agradecimiento recibido: 7779 veces

Medallas

Parches

Re: Bloqueo y contrabloqueo: la partida decisiva.

Mensaje por Lutzow »

Ciertamente sería muy complicado sacar de la guerra a Italia a finales de 1917, pero en lo fundamental no importaría mucho la fecha, sino el coste/beneficio, que sería alto tanto en hombres como en material porque no solo habría que aplastar a los italianos sino a los francobritánicos que había tras ellos, y ello no hubiese resultado sencillo ni barato... El bloqueo de Otranto se rompe relativamente, pero no es algo que tenga mayor importancia, solo un submarino fue atrapado en él durante toda la guerra, y la K.u.K. era inferior a la Armada francesa y los refuerzos que pudiesen enviar los británicos, nada cambiaría en el mar. El Ejército de Salónica estaba en Grecia de facto, ya contaba con 700.000 efectivos y no se iba a mover de allí aunque el Gobierno griego se replantease su postura... En resumen se habrían gastado stosstruppen y material muy necesario para a cambio lograr como mucho que algunas Divisiones austrohúngaras, muy inferiores a las alemanas en todos los sentidos, fuesen trasladadas al Frente Occidental, no veo que merezca la pena arriesgar tropas importantes en un frente secundario cuando todo se iba a jugar en Francia y Flandes...

Saludos.
Delenda est Putinlandia

Es mejor permanecer con la boca cerrada y parecer un idiota, que abrirla y confirmarlo...
-----------------------------------------------------
Ab insomne non custita dracone
APV
General de Ejercito
General de Ejercito
Mensajes: 17197
Registrado: 11 Abr 2006
Agradecido : 10 veces
Agradecimiento recibido: 594 veces

Medallas

Parches

Re: Bloqueo y contrabloqueo: la partida decisiva.

Mensaje por APV »

En Caporetto solo había unas 7 divisiones alemanas y su desgaste fue relativo en comparación con el enorme botín adquirido, la experiencia ganada y obligar a trasladar 11 divisiones de la Entente e importantes recursos Italia.

Una segunda oleada de 10 divisiones hubiera podido empujar el frente más allá de esa zona con enormes efectos políticos.
Y liberar el frente dejaría a Austria con 60 divisiones disponibles para enviar a Macedonia o a Rusia relevando fuerzas alemanas.

Porque romper el frente occidental no dejaba de ser complejo, y lo mejor ahí era estancarlo y negociar.
Conoce al enemigo y conócete a ti mismo; y en cien batallas no estarás jamás en peligro Sun Tzu.
Avatar de Usuario
Lutzow
Großadmiral
Großadmiral
Mensajes: 70989
Registrado: 12 Dic 2009
Agradecido : 1914 veces
Agradecimiento recibido: 7779 veces

Medallas

Parches

Re: Bloqueo y contrabloqueo: la partida decisiva.

Mensaje por Lutzow »

Caporetto fue uno de los mayores triunfos de la Gran Guerra, pero difícilmente se le hubiese podido sacar mayor partido cuando las tropas alemanas y austrohúngaras avanzaron tanto desde su punto de partida que la logística se estiró al máximo, enviar diez Divisiones alemanas más al Piave seguramente solo hubiese complicado aún más la misma... Para sacar a Italia de la guerra, que pese al desastre de Caporetto aún contaba con más de un millón de efectivos a los que sumar los refuerzos franco-británicos, habría que haber realizado en 1918 un esfuerzo muy contundente a costa de las tropas que defendían el Frente Occidental, y sin seguridad de obtener una victoria decisiva... Es sencillo escribir a toro pasado, pero sigo pensando que la mejor opción para Alemania era mantenerse a la defensiva en todos los frentes en espera de las grandes ofensivas aliadas en el Occidental, y a raíz de cómo de efectiva resultase la defensa, negociar con mayor o menor fuerza, pero siempre en mejores condiciones que tras las desastrosas Ofensivas de Primavera.

Saludos.
Delenda est Putinlandia

Es mejor permanecer con la boca cerrada y parecer un idiota, que abrirla y confirmarlo...
-----------------------------------------------------
Ab insomne non custita dracone
Avatar de Usuario
Lutzow
Großadmiral
Großadmiral
Mensajes: 70989
Registrado: 12 Dic 2009
Agradecido : 1914 veces
Agradecimiento recibido: 7779 veces

Medallas

Parches

Re: Bloqueo y contrabloqueo: la partida decisiva.

Mensaje por Lutzow »

Todo el fantasioso andamiaje existente en la mente de Ludendorff se empezó a venir abajo un mes más tarde de la reunión en el Cuartel General de Spa; cuando el Emperador Karl regresó a Viena se olvidó de las Divisiones prometidas y el 10 de Septiembre volvió a su intención original y dirigió una oferta de paz a los Estados Unidos, pero no sirvió de nada, el Secretario de Estado Lansing rechazó de inmediato la nota. El 20 de Septiembre los socialdemócratas en el Reichstag exigieron que el Canciller von Hertling solicitase un armisticio inmediato sobre la base de ninguna anexión territorial y la democratización completa del sistema político alemán. El 27 del mismo mes Bulgaria abogó por un armisticio, ofreciendo desmovilizar su Ejército y devolver todo el territorio conquistado. Mientras tanto en Spa, en la tarde del 28 de Septiembre, Ludendorff se vino abajo. Temblando, comenzó a imprecar contra el Kaiser, el Gobierno y los políticos del Reichstag, hasta el punto de que su personal tuvo que cerrar la puerta de su cuarto para silenciar sus lamentaciones hasta que gradualmente se calmó. A las seis de la tarde, todavía pálido, Ludendorff descendió a la suite de Hindenburg para explicar sus razones para exigir un armisticio inmediato; creía que en el Oeste Alemania tendría que aceptar los Catorce Puntos de Wilson, pero que en el Este aún se podría mantener el inmenso botín obtenido en el Tratado de Brest-Litovsk con los bolcheviques. Al día siguiente, el Kaiser, el Canciller von Hertling y el Ministro de Asuntos Exteriores Paul von Hintze llegaron a Spa. Ludendorff anunció bruscamente que debía alcanzarse un armisticio "de inmediato, lo antes posible", lo mejor sería organizarlo dentro de las siguientes veinticuatro horas. El Kaiser, Hertling y Hintze estaban estupefactos, la única forma de terminar la lucha tan rápido sería rendirse. Guillermo II acordó que Wilson debería ser abordado acerca de un armisticio, y como Hertling estaba enfermo y gastado debido a su avanzada edad, el 1 de Octubre el Kaiser le pidió a su primo el Príncipe Maximilian, heredero del Gran Ducado de Baden, que se convirtiera en Canciller y negociara un armisticio inmediato. Max aceptó, pero dijo que las negociaciones llevarían tiempo; rogó "diez, ocho o incluso cuatro días antes de que tenga que apelar al enemigo". Ludendorff respondió diciendo: "Quiero salvar a mi Ejército", y bombardeó al Príncipe Max con telegramas, seis en un solo día, e intento apresurar al Kaiser. "No soy un mago", respondió Guillermo II con irritación, “deberías haberme dicho eso hace catorce días". El 4 de Octubre el Rey Fernando de Bulgaria abdicó y huyó a Viena, al día siguiente el Príncipe Max envió una nota a Wilson a través de Suiza, aceptando los Catorce Puntos del Presidente como base para las negociaciones de paz. Lansing respondió en nombre de Wilson el 8 de Octubre, exigiendo la pronta evacuación alemana de todo el territorio ocupado en Francia y Bélgica como garantía de buena fe, y el Gobierno alemán se comprometió a ello cuatro días más tarde. Mientras tanto los Ejércitos aliados avanzaban de forma lenta pero constante en todo el frente, el 17 de Octubre la Armada perdía Ostende y dos días más tarde fue evacuado Zeebrugge después de cuatro años de ocupación alemana, teniendo que dinamitar cuatro submarinos y cinco destructores que no estaban listos para navegar. En cuatro años de guerra los alemanes habían derrotado a rusos y rumanos y habían mantenido a raya a los Ejércitos combinados de Francia y el Imperio británico, pero ahora se enfrentaron a un enemigo nuevo con (para fines prácticos) recursos ilimitados. Esta situación insostenible fue el resultado directo del colosal error de juicio de los líderes militares y navales de Alemania al autorizar la guerra submarina sin restricciones; el Ejército estadounidense llegó a Francia, no solo a pesar de los submarinos, sino debido a ellos. Como señala David Zabecki, el principal historiador de las Ofensivas de Primavera: "En mi análisis final sobre Ludendorff tengo que concluir que, en muchos sentidos, fue un reflejo del Ejército alemán en su conjunto en la primera mitad del siglo XX: dotados tácticamente, operacionalmente defectuosos y estratégicamente una ruina".

La continuación de la guerra en el mar amenazó con alterar el impulso hacia la paz, el 4 de Octubre el buque de pasajeros Hirano Maru fue torpedeado frente a las costas de Irlanda con la pérdida de 292 vidas, el 10 de Octubre un submarino torpedeó el vapor irlandés Leinster; de las 720 personas a bordo, 176 se ahogaron, incluyendo mujeres y niños. El 14 de Octubre Wilson exigió el fin de la campaña submarina y anunció que ni Estados Unidos ni sus aliados "consentirán en considerar un armisticio mientras las fuerzas armadas de Alemania continúen con sus prácticas ilegales e inhumanas. En el mismo momento en que el Gobierno alemán se acerca a los Estados Unidos con propuestas de paz, sus submarinos se dedican a hundir barcos de pasajeros". Balfour fue más conciso: "Brutos que eran y brutos que permanecen".

El mando de la Armada alemana estaba ahora en manos nuevas, el 11 de Agosto el Almirante von Holtzendorff, que padecía una enfermedad cardíaca grave, fue reemplazado como Jefe del Estado Mayor Naval por Scheer, quien a su vez entregó la Flota de Alta Mar a Von Hipper. Scheer rápidamente trasladó la sede del personal naval desde Berlín a Spa, de este modo podría coordinar la política más estrechamente con Ludendorff, a quien admiraba. Desafiando la realidad de que la guerra casi había terminado, Scheer se negó a renunciar a la campaña irrestricta de submarinos e inmediatamente exigió un absurdo programa de choque para construir 450 nuevos sumergibles a razón de treinta y seis por mes. Cuando Wilson insistió en la terminación de la campaña submarina sin restricciones, Scheer y Ludendorff se unieron en una feroz oposición: "La Armada no necesita un armisticio", declaró Scheer el 16 de Octubre, mientras que Ludendorff dijo al día siguiente: "Permitirnos ser privados de nuestro arma submarina equivaldría a la capitulación". Pero ambos perdieron esta batalla cuando el Príncipe Max, al amenazar con renunciar, obtuvo una orden del Kaiser y, el 20 de Octubre, Alemania renunció a la campaña submarina contra el tráfico mercante. Más tarde Ludendorff se quejó de que “esta concesión a Wilson fue el golpe más fuerte para el Ejército y especialmente para la Armada, el Gobierno había arrojado la toalla”, palabras cuanto menos curiosas en boca de alguien que exigía a gritos un armisticio, y en un momento en el cual la campaña submarina no tenía ninguna relevancia en el conjunto de la guerra. El 21 de Octubre Scheer puso todos los U-Boat a disposición del Comandante de la Hochseeflotte para actuar contra los buques de guerra aliados; después de veintiún meses, la campaña submarina irrestricta había concluido.
Delenda est Putinlandia

Es mejor permanecer con la boca cerrada y parecer un idiota, que abrirla y confirmarlo...
-----------------------------------------------------
Ab insomne non custita dracone
Avatar de Usuario
Lutzow
Großadmiral
Großadmiral
Mensajes: 70989
Registrado: 12 Dic 2009
Agradecido : 1914 veces
Agradecimiento recibido: 7779 veces

Medallas

Parches

Re: Bloqueo y contrabloqueo: la partida decisiva.

Mensaje por Lutzow »

El 17 de Octubre, durante una conferencia en Berlín, Ludendorff de repente negó haber exigido un armisticio en veinticuatro horas y ahora declaró que Alemania poseía la fuerza suficiente para seguir luchando, bien porque había perdido completamente la cabeza o posiblemente pensando en culpar a otros del inevitable desastre, del que él era uno de los principales responsables. El 23 de Octubre Wilson agregó una nueva condición para la paz, la renuncia del Kaiser: “Si el Gobierno de los Estados Unidos debe tratar con los mandos militares y los autócratas monárquicos de Alemania debe exigir, no negociaciones de paz, sino la rendición". Al ser informado Guillermo II y su esposa Dona, cayeron en la histeria. "El hipócrita de Wilson finalmente se quitó la máscara", dijo el Kaiser, "el objetivo de esto es derribar mi Casa, dejar a un lado la monarquía". La Emperatriz se enfureció ante "la audacia del advenedizo al otro lado del mar, que se atreve a humillar una casa principesca que puede recordar siglos de servicio a su pueblo y su país". Ludendorff se rebeló contra las condiciones militares de Wilson, diciendo que iban mucho más allá del simple armisticio en el campo de batalla que estaba buscando, y el 24 de Octubre, desafiando la autoridad del Canciller, emitió una proclamación al Ejército refrendada por Hindenburg. Las propuestas de Wilson, declaró, son "una demanda de rendición incondicional y, por lo tanto, son inaceptables para nosotros como soldados". El Príncipe Max de Baden, enfurecido por esta insubordinación, nuevamente le dio al Kaiser una opción: o Ludendorff o él mismo. El 26 de Octubre, Guillermo II convocó a Hindenburg y Ludendorff en el castillo de Bellevue de Berlín. Hablando primero con Ludendorff, el Káiser reprendió al General por refrendar un anuncio al Ejército que estaba en conflicto directo con la política del Canciller y el Gobierno; Ludendorff inmediatamente ofreció su renuncia, que fue aceptada sin reparos; chocando los talones, el General que había dominado Alemania durante veintiséis meses, partió. Posteriormente Hindenburg ofreció su propia renuncia, pero se le dijo perentoriamente: "Quédate". Después de este suceso el pueril Guillermo II se mostró feliz: “Los gemelos siameses", declaró, “ahora están separados”.

El 27 de Octubre Alemania aceptó todas las condiciones de Wilson, dos días más tarde el Imperio austrohúngaro acordó un armisticio con Italia, y el 2 de Noviembre, con el resto de potencias aliadas. El 31 de Octubre el Imperio otomano también acordó un armisticio, poco después de que lo hubiese hecho Bulgaria; el Imperio alemán había perdido a todos sus aliados.

Durante la agonía de Alemania, dos grupos de la Armada, primero los Almirantes, luego los marineros, tomaron el asunto en sus propias manos. La Hochseeflotte seguía siendo una fuerza poderosa, de modo que Scheer y el personal naval decidieron usar los buques de superficie en una última acción ofensiva, una variación audaz de los anteriores intentos fallidos de atraer a una porción de la Grand Fleet. La diferencia esta vez era que los alemanes tenían la intención de disputar una batalla, independientemente de si los submarinos habían logrado reducir la superioridad numérica de la flota enemiga o no. Además, para los Almirantes no resultaba lo más importante si la Flota de Alta Mar ganaba o perdía, solo les interesaba que infligiera un gran daño en la Grand Fleet. Von Hipper estuvo de acuerdo con Scheer en que "una batalla honorable por parte de la flota, incluso si se tratara de una lucha a muerte, sembrará la semilla de una nueva Armada alemana en el futuro". Además de preservar el honor, una batalla que infligiese graves daños en la Grand Fleet también podría influir en las negociaciones de paz a favor de Alemania, aunque resulta probable que en la mente de Scheer la operación lograse torpedearlas y de este modo continuar la guerra.

La operación se puso en marcha el 22 de Octubre cuando el Capitán Magnus von Levetzow, del Departamento de Operaciones del Personal Naval, llegó a Wilhelmshaven y le dio la orden de Scheer a Hipper: "La Flota de Alta Mar zarpará para atacar la flota inglesa lo antes posible". Nada se puso por escrito ni se radió, por dos razones: primero, Scheer deseaba mantener el plan en secreto de los británicos; segundo, sabiendo el impacto que tendría la operación en las negociaciones de armisticio, deseaba ocultarlo también al Gobierno alemán en Berlín, ni el Kaiser ni el Canciller fueron informados. Scheer explicó más tarde que ya le había mencionado a Guillermo II que abandonar la guerra submarina significaba que la flota de superficie volvería a tener "total libertad de acción", y como el Kaiser no había reaccionado, Scheer entendió su silencio como una aprobación tácita.

Hipper emitió sus órdenes tácticas el 24 de Octubre, toda la Flota de Alta Mar saldría de Heligoland Bight por la noche y avanzaría hasta el extremo de sus campos de minas; cinco cruceros de batalla, dieciocho acorazados, doce cruceros ligeros y setenta y dos destructores. El propósito de la operación era atraer a la Grand Fleet sobre campos de minas recién colocados y seis líneas de submarinos en su probable ruta hacia el sur del Mar del Norte, donde la Hochseeflotte esperaría para enfrentarse a su contraparte, a última hora de la tarde, con la luz favorable y cerca de los campos de minas propios. Con el fin de crear un señuelo para el agresivo Beatty, cruceros ligeros y destructores realizarían dos incursiones, a lo largo de la costa belga y hacia el estuario del Támesis; luego se retirarían a la costa holandesa, donde se concentraría toda la Flota de Alta Mar. Si por casualidad ambas flotas de batalla no se encontraban, todos los destructores alemanes tenían órdenes de buscar a los británicos durante la noche y lanzar sus torpedos en andanadas, no menos de tres por cada destructor a un tiempo. La operación, a pesar de su apariencia de Götterdämmerung, estaba bien planificada y tenía posibilidades de éxito, al menos para salvaguardar el honor de la Armada, o como esperaba Scheer: "Un éxito táctico podría revertir la posición militar y evitar la rendición", aunque esto último no dejaba de ser una nueva quimera, tanto por la abrumadora superioridad numérica de la Armada aliada como por la desesperada situación militar de Alemania. Así lo entendieron buena parte de los marineros, que pronto tomarían las riendas de la flota.
Delenda est Putinlandia

Es mejor permanecer con la boca cerrada y parecer un idiota, que abrirla y confirmarlo...
-----------------------------------------------------
Ab insomne non custita dracone
APV
General de Ejercito
General de Ejercito
Mensajes: 17197
Registrado: 11 Abr 2006
Agradecido : 10 veces
Agradecimiento recibido: 594 veces

Medallas

Parches

Re: Bloqueo y contrabloqueo: la partida decisiva.

Mensaje por APV »

O sería un desastre como ya comenté en otro hilo, los británicos estaban aparejando para zarpar y en tierra la Entente preparaba la ofensiva de ruptura final que cortaría la retirada al ejército alemán en Bélgica.
Conoce al enemigo y conócete a ti mismo; y en cien batallas no estarás jamás en peligro Sun Tzu.
Avatar de Usuario
Lutzow
Großadmiral
Großadmiral
Mensajes: 70989
Registrado: 12 Dic 2009
Agradecido : 1914 veces
Agradecimiento recibido: 7779 veces

Medallas

Parches

Re: Bloqueo y contrabloqueo: la partida decisiva.

Mensaje por Lutzow »

Tenemos un antiguo hilo sobre el Plan de salida de Hochseeflotte: https://www.elgrancapitan.org/foro/view ... 01&t=20941 Muy mal se tenían que dar las cosas para que se convirtiese en un desastre, dado que hubiese sido difícl que la Grand Fleet pasara inadvertida tanto para los submarinos como para los dirigibles, y en cualquier caso se iba a combatir cerca de los campos minados propios... Pero daba lo mismo el resultado, en ningún caso lo alemanes podían lograr una victoria aplastante que hubiese revertido el dominio del mar, la idea era salvar el honor y si de paso se podían hundir algunos dreadnoughts británicos y torpedear el armisticio, tanto mejor... Mejor obviamente para Scheer y aquellos otros incapaces de aceptar la derrota, para el Imperio alemán hubiese supuesto la invasión de su propio territorio a poco que la guerra se alargase.

Saludos.
Delenda est Putinlandia

Es mejor permanecer con la boca cerrada y parecer un idiota, que abrirla y confirmarlo...
-----------------------------------------------------
Ab insomne non custita dracone
Avatar de Usuario
Lutzow
Großadmiral
Großadmiral
Mensajes: 70989
Registrado: 12 Dic 2009
Agradecido : 1914 veces
Agradecimiento recibido: 7779 veces

Medallas

Parches

Re: Bloqueo y contrabloqueo: la partida decisiva.

Mensaje por Lutzow »

El 27 de Octubre Scheer aprobó el plan de Hipper y la operación se programó para ser ejecutada tres días más tarde. Veintidós submarinos tomaron posiciones a lo largo de la probable línea de avance de la Grand Fleet desde Escocia, mientras los buques de superficie de la Flota de Alta Mar se reunían en Schillig durante la tarde del 29 de Octubre, con la salida programada para el amanecer del día siguiente. Sin embargo los Oficiales no habían tenido en cuenta el cansancio de la guerra y el derrotismo de las tripulaciones alemanas, los rumores sobre la operación inminente y las palabras "misión suicida" se difundieron de boca en boca y de barco en barco. El 27 de Octubre, cuando se ordenó a los cruceros ligeros del 4º Grupo de Reconocimiento cargar minas en Cuxhaven, cuarenta y cinco fogoneros del SMS Strassbourg se escondieron en el astillero y tuvieron que ser detenidos y devueltos a su barco. Cuando los cruceros de batalla atravesaron las esclusas de Wilhelmshaven, 300 hombres de los SMS Derfflinger y Von der Tann saltaron a tierra y desaparecieron, ¿quién quiere morir combatiendo en una guerra que ya estaba perdida?

La reunión de todos los buques en Wilhelmshaven fortaleció el falso rumor de que la flota estaba a punto de zarpar para buscar un glorioso fin frente a las costas de Inglaterra. A diferencia de los Almirantes y Oficiales los marineros no tenían intención de ser sacrificados por el honor, y además consideraban la operación como un intento deliberado de sabotear las negociaciones de paz, y probablemente en este punto no estaban muy equivocados. Cuando un marinero de SMS Markgraf saltó sobre una torre y pidió tres hurras por el Presidente Wilson, una cubierta llena de hombres rugió de aprobación. La insubordinación también brotó en los acorazados SMS König, Kronprinz Wilhelm, Kaiserin, Thüringen y Helgoland , en todos estos barcos los marineros declararon que no tenían interés en "una muerte honorable por la gloria de la flota"; querían rendirse, ser licenciados y regresar a sus casas.

Alrededor de las 19:00 horas del 29 de Octubre Von Hipper convocó a sus Almirantes y Capitanes a bordo de su buque insignia, el SMS Baden, para una reunión informativa final, pero la conferencia se retrasó porque en el SMS Thüringen la tripulación causó problemas para dejar desembarcar a su Comandante. Al principio Hipper intentó ignorar las noticias de estos disturbios, pero a las 22:00 horas cambió de opinión y decidió que la flota no estaba lista para navegar. A la mañana siguiente, cuando las tripulaciones de los destructores se enteraron de los disturbios en los acorazados, pidieron continuar solos con la operación planificada y Hipper consideró esta posibilidad, pero cuando fue informado de que los actos de desobediencia se habían extendido a los SMS Friedrich der Grosse y König Albert y que los disturbios en los SMS Thüringen y Helgoland se habían convertido en motines a gran escala, decidió que no tenía más remedio que cancelar toda la operación. Para evitar la expansión del motín, ordenó dispersar a los Escuadrones de acorazados en Kiel, Cuxhaven y Wilhelmshaven, lo que no resultó buena idea porque propagó la insurrección, a finales de la primera semana de Noviembre el motín se había convertido en una revolución, que se extendió por los grandes puertos comerciales de Hamburgo y Bremen, más tarde por ciudades del interior como Colonia, Hannover, Frankfurt, Dresden, Munich y, finalmente, Berlín. Más tarde estos acontecimientos sirvieron de pretexto a altos mandos militares para crear el mito de “la puñalada por la espalda”, según el cual el Ejército nunca hubiese sido vencido de no haber sido traicionado por las revueltas en la retaguardia, una falsedad obvia, la revolución fue consecuencia de la derrota y no al contrario, pero el mito perviviría durante los siguientes lustros para desgracia de Alemania, pues fue una de las fuentes de las que se nutrió el nazismo.

En la mañana del 8 de Noviembre el Mariscal Foch, en representación de todos los Ejércitos aliados, y el Primer Lord del Mar, el Almirante Wemyss, en representación de sus Armadas, esperaron en un tren estacionado en el bosque de Compiègne la llegada de la delegación de Alemania, y Foch aseguró a Wemyss que si los alemanes se negaban a aceptar los términos del armisticio aliado, él podría forzar la capitulación de todo el Ejército alemán dentro de tres semanas. A las 7:00 horas, el tren que transportaba a los delegados alemanes, dirigido por el líder del Reichstag, Matthias Erzberger, llegó al claro del bosque y la reunión comenzó dos horas más tarde. Las demandas navales incluían la desmilitarización de Heligoland, el acceso libre a todas las naciones del Canal de Kiel, la entrega de todos los submarinos y el internamiento de los diez acorazados más modernos de la Kaiserliche Marine, seis cruceros de batalla, ocho cruceros ligeros y los cincuenta destructores más recientes; el incumplimiento de cualquiera de estos términos permitiría a los Aliados reanudar la guerra en las siguientes cuarenta y ocho horas. El representante naval alemán, Capitán Vanselow, protestó porque el internamiento de la Hochseeflotte no podía ser aceptado dado que nunca había sido vencida, pero Wemyss respondió que si eso era lo que se necesitaba, la flota alemana solo tenía que salir de sus puertos, tras lo que se levantó la sesión para que la delegación alemana pudiera comunicar estos términos a Berlín.

El 9 de Noviembre el Almirante Scheer informó al Kaiser que ya no podía confiar en la armada. "Mi querido Almirante", respondió Guillermo II, "ya no tengo una Armada". De hecho estaba perdiendo mucho más que eso, antes del final de ese día, el Kaiser había abdicado, tanto como Emperador alemán como Rey de Prusia, y el nacimiento de la República alemana había sido proclamado desde un balcón del Reichstag.
La delegación alemana regresó a Compiègne el domingo 10 de Noviembre y fue recibida a medianoche. A las 5:10 de la mañana del 11 de noviembre, el día 1.586 de la Gran Guerra, los cansados delegados finalmente firmaron el documento que ponía fin a las hostilidades ese día a las 11 de la mañana. Antes de firmar, Erzberger miró a Foch y dijo: "El pueblo alemán, que se mantuvo firme contra un mundo de enemigos durante cincuenta meses, preservará su libertad y unidad sin importar cuán grande sea la presión externa. Un pueblo de setenta millones puede sufrir, pero no puede morir", a lo que el Mariscal se limitó a responder "très bien".

El armisticio equivalía a una rendición, los mejores buques de la Armada serían internados, el Ejército tuvo que entregar buena parte de sus aviones, cañones y ametralladoras, la orilla derecha del Rhin fue ocupada por los Ejércitos aliados para evitar que el gran río pudiese convertirse en una futura línea defensiva, Alemania no tenía ninguna posibilidad de reanudar la guerra y solo le quedaba aceptar los términos de paz que le fuesen impuestos, pero aún así se mantuvo el bloqueo total, incluido el de alimentos, en una acción criminal. No existen estadísticas sobre los muertos en Alemania debido a la hambruna, pero los estudiosos piensan que rondan desde unas 400.000 hasta más de 750.000 personas, buena parte de ellas entre la firma del Armisticio y finales de Marzo de 1919, cuando se llegó a un acuerdo para que mercantes alemanes pudiesen trasladar alimentos a su patria desde Estados Unidos.

Como hemos podido leer a lo largo de estas páginas, el bloqueo británico de Alemania tuvo importantes efectos tanto en la industria como en la población germana, creando desabastecimientos de todo tipo que socavaron su moral, pero paradójicamente no fue el bloqueo lo que derrotó definitivamente al Imperio alemán, sino la respuesta al mismo, fundamentalmente la segunda campaña submarina irrestricta que conllevó la entrada en guerra de Estados Unidos; fueron los altos mandos de la Armada y del Ejército, con sus nefastas decisiones estratégicas, los máximos responsables de la derrota alemana en la Gran Guerra.
Delenda est Putinlandia

Es mejor permanecer con la boca cerrada y parecer un idiota, que abrirla y confirmarlo...
-----------------------------------------------------
Ab insomne non custita dracone
Avatar de Usuario
Schweijk
Coronel
Coronel
Mensajes: 6434
Registrado: 07 Ago 2010
Ubicación: A orillas del Moldava.
Agradecido : 13 veces
Agradecimiento recibido: 63 veces

Medallas

Parches

Re: Bloqueo y contrabloqueo: la partida decisiva.

Mensaje por Schweijk »

Un trabajo brillante (y van...). Muchas gracias, Lutzow.
"No sé lo que hay que hacer, esto no es una guerra".

Lord Kitchener

-----------------------------------------------------
Ab insomne non custita dracone
Avatar de Usuario
Lutzow
Großadmiral
Großadmiral
Mensajes: 70989
Registrado: 12 Dic 2009
Agradecido : 1914 veces
Agradecimiento recibido: 7779 veces

Medallas

Parches

Re: Bloqueo y contrabloqueo: la partida decisiva.

Mensaje por Lutzow »

Gracias a ti por leerlo Schweijk, me alegra que te haya gustado... :D

Cuando disponga de tiempo subiré la bibliografía...

Saludos.
Delenda est Putinlandia

Es mejor permanecer con la boca cerrada y parecer un idiota, que abrirla y confirmarlo...
-----------------------------------------------------
Ab insomne non custita dracone
Avatar de Usuario
pepero
Capitán General
Capitán General
Mensajes: 24826
Registrado: 15 Oct 2006
Ubicación: Mallorca
Agradecido : 286 veces
Agradecimiento recibido: 5629 veces

Medallas

Parches

Re: Bloqueo y contrabloqueo: la partida decisiva.

Mensaje por pepero »

¿Esta relacionado el tema de Lenin con esas deserciones masivas en la marina alemana? Si así es el tiro les salio por la culata.

Saludos.
Pepe
--------------------------------------
Ab insomne non custita dracone
Avatar de Usuario
Lutzow
Großadmiral
Großadmiral
Mensajes: 70989
Registrado: 12 Dic 2009
Agradecido : 1914 veces
Agradecimiento recibido: 7779 veces

Medallas

Parches

Re: Bloqueo y contrabloqueo: la partida decisiva.

Mensaje por Lutzow »

Sí y no... Las teorías de Marx eran bien conocidas en Alemania y tenían sus seguidores, de hecho los espartaquistas se escindieron del SPD cuando este último decidió apoyar la guerra en 1914, pero eran una pequeña minoría... Tras el triunfo de la Revolución bolchevique lograron mayor notoriedad. el cansancio de la guerra, las privaciones debidas al bloqueo y el contacto de los soldados destinados al Frente Oriental con los revolucionarios rusos enturbiaron las aguas, de hecho algunos autores indican que hasta un diez por ciento de las tropas destinadas al Frente Occidental para las Ofensivas de Primavera, desertaron por el camino (estudios sobre el número de desertores alemanes que lograron alcanzar Suiza, Holanda, Noruega o Suecia los cifran en cerca de 100.000). Es difícil asegurarlo pero pienso que los marineros se hubiesen amotinado de todos modos hubiese triunfado o no la Revolución de Noviembre, en su mayor parte no es que buscasen crear soviets en Alemania, sencillamente estaban hartos de la guerra y no deseaban jugarse en pellejo en una salida que ellos consideraban suicida, si se les hubiese licenciado sin más probablemente no hubiesen armado tanto jaleo... En cualquier caso, a esas alturas y en lo referente a la guerra, la salida no tenía mayor sentido, pues aunque hubiese logrado un notable éxito táctico, ya hacía tiempo que estaba todo el pescado vendido...

Saludos.
Delenda est Putinlandia

Es mejor permanecer con la boca cerrada y parecer un idiota, que abrirla y confirmarlo...
-----------------------------------------------------
Ab insomne non custita dracone
Avatar de Usuario
pepero
Capitán General
Capitán General
Mensajes: 24826
Registrado: 15 Oct 2006
Ubicación: Mallorca
Agradecido : 286 veces
Agradecimiento recibido: 5629 veces

Medallas

Parches

Re: Bloqueo y contrabloqueo: la partida decisiva.

Mensaje por pepero »

Pues si el personal de marinería estaba cansado de la guerra no te digo el ejercito del frente occidental. Desde luego la salida de la flota en ese momento no tenia ningún sentido.

Saludos.
Pepe
--------------------------------------
Ab insomne non custita dracone
APV
General de Ejercito
General de Ejercito
Mensajes: 17197
Registrado: 11 Abr 2006
Agradecido : 10 veces
Agradecimiento recibido: 594 veces

Medallas

Parches

Re: Bloqueo y contrabloqueo: la partida decisiva.

Mensaje por APV »

Los mandos navales alemanes parece que no tenían tomado la temperatura a las tripulaciones de las unidades mayores, posiblemente por la falta de oficiales intermedios cualificados y porque no se hizo una labor propagandística y de motivación previa para no levantar la liebre en Berlín. Todo ello demuestra una inconsciencia del Almirantazgo.
Conoce al enemigo y conócete a ti mismo; y en cien batallas no estarás jamás en peligro Sun Tzu.
Avatar de Usuario
pepero
Capitán General
Capitán General
Mensajes: 24826
Registrado: 15 Oct 2006
Ubicación: Mallorca
Agradecido : 286 veces
Agradecimiento recibido: 5629 veces

Medallas

Parches

Re: Bloqueo y contrabloqueo: la partida decisiva.

Mensaje por pepero »

Tal vez, muchos mandos intermedios de la flota terminaron en nutrir las tripulaciones de los submarinos y los nuevos relevos no dieron la talla. Se ha comentado en este tema, y en otros, la separación existente entre los altos mandos y la marinería.

Saludos.
Pepe
--------------------------------------
Ab insomne non custita dracone
Avatar de Usuario
Lutzow
Großadmiral
Großadmiral
Mensajes: 70989
Registrado: 12 Dic 2009
Agradecido : 1914 veces
Agradecimiento recibido: 7779 veces

Medallas

Parches

Re: Bloqueo y contrabloqueo: la partida decisiva.

Mensaje por Lutzow »

Sin duda el trasvase de Oficiales y Suboficiales a los submarinos tuvo mucha influencia entre la desconexión entre los altos mandos y la marinería... Lo más gracioso de todo este asunto es que en las memorias del Príncipe Max de Baden este escribe que, de haber sido consultado sobre la operación, probablemente hubiese dado su consentimiento, por lo tanto la ocultación de Scheer (que justifica por motivos de seguridad) fue como pegarse un tiro en el pie... En cualquier caso la salida no tenía ningún sentido, aunque hubiese salido todo a pedir de boca, se hundiesen media docena de dreadnoughts británicos y se sufriesen pocas bajas, la guerra hubiese acabado igualmente en dos semanas y los buques alemanes internados; ahora bien, con mucho honor...

Saludos.
Delenda est Putinlandia

Es mejor permanecer con la boca cerrada y parecer un idiota, que abrirla y confirmarlo...
-----------------------------------------------------
Ab insomne non custita dracone
APV
General de Ejercito
General de Ejercito
Mensajes: 17197
Registrado: 11 Abr 2006
Agradecido : 10 veces
Agradecimiento recibido: 594 veces

Medallas

Parches

Re: Bloqueo y contrabloqueo: la partida decisiva.

Mensaje por APV »

Si pero ya roza la ceguera de los mandos navales no tener en cuenta el factor humano tras los motines de los austro-húngaros en Cattaro, de los alemanes del SMS Prinzregent Luitpold en 1917 o de la flota rusa del Báltico.

En cuanto al honor, la cosa podía ser peor, la Entente desencadena su ofensiva y rompe el debilitado frente de Lorena, los ejércitos alemanes en Bélgica quedan atrapados con una sola salida hacia el Reich y finalmente se produce un cerco y rendición que ni el de Sedán.
Conoce al enemigo y conócete a ti mismo; y en cien batallas no estarás jamás en peligro Sun Tzu.
Avatar de Usuario
Lutzow
Großadmiral
Großadmiral
Mensajes: 70989
Registrado: 12 Dic 2009
Agradecido : 1914 veces
Agradecimiento recibido: 7779 veces

Medallas

Parches

Re: Bloqueo y contrabloqueo: la partida decisiva.

Mensaje por Lutzow »

Es que la ceguera de Ludendorff o Scheer, como cabezas visibles de quienes querían resistir a toda costa, nos lleva a dudar de su salud mental, estaban completamente alejados de la realidad... Ya he narrado como Foch se jactaba de poder poner fin a la guerra en tres semanas, yo no tengo tan claro un avance con la suficiente rapidez como para copar al grueso del Ejército alemán antes de poder cruzar el Rhin, pero es que también daba lo mismo, con suerte consiguen una pequeña tregua durante el invierno y durante la primavera de 1919 se cae todo, por eso me llama la atención que Max Baden escriba que probablemente hubiese aprobado la operación, porque ¿qué ganaba Alemania con ello? Una derrota honorable o una victoria como mucho parcial que, a las malas, enfada tanto a los británicos como para romper las negociaciones del Armisticio...

Saludos.
Delenda est Putinlandia

Es mejor permanecer con la boca cerrada y parecer un idiota, que abrirla y confirmarlo...
-----------------------------------------------------
Ab insomne non custita dracone
APV
General de Ejercito
General de Ejercito
Mensajes: 17197
Registrado: 11 Abr 2006
Agradecido : 10 veces
Agradecimiento recibido: 594 veces

Medallas

Parches

Re: Bloqueo y contrabloqueo: la partida decisiva.

Mensaje por APV »

El problema de los ejércitos alemanes es retirarse con pocas rutas ferroviarias y de carretera para que toda su ala derecha evacue combatiendo Bélgica, el embotellamiento en Lieja sería enorme. El Príncipe Max de Baden también era muy iluso.

Foch exageraba pero en la práctica los alemanes no tenían nada para taponar la brecha y aunque los grupos de ejército de von Gallwitz y del Gran Duque de Wurtemberg podían en parte replegarse hacia el Rin en línea recta (aunque el primero sufriría el ataque), el resto no. Simplemente sería un avance todo lo rápido que el terreno y las comunicaciones les permitiera a la Entente.

La flota tenía que haber actuado más en 1916 o 1917 en el Mar del Norte o en el Báltico y no cuando se cerraba la tienda.
Conoce al enemigo y conócete a ti mismo; y en cien batallas no estarás jamás en peligro Sun Tzu.
Avatar de Usuario
Lutzow
Großadmiral
Großadmiral
Mensajes: 70989
Registrado: 12 Dic 2009
Agradecido : 1914 veces
Agradecimiento recibido: 7779 veces

Medallas

Parches

Re: Bloqueo y contrabloqueo: la partida decisiva.

Mensaje por Lutzow »

Lo veo complicado a poco que los alemanes ofrecieran un mínimo de resistencia y destrozaran la vías férreas tras su retirada, los avances entre Agosto y Octubre, aunque constantes, no es que fuesen precisamente una blitzkrieg... Pero estamos de acuerdo en que daba lo mismo y que la guerra se alargaría a lo sumo unos pocos meses más, la retirada hasta el Rhin como última baza de negociación se tendría que haber planificado al principio del verano, incluso mejor tras el fracaso relativo de Michael; acortar líneas y encomendarse a Wilson...

El problema con la flota es que no se podía arriesgar alegremente porque aseguraba el dominio del Báltico y con ello el bloqueo a Rusia, además del mineral de hierro sueco. Cuando Rusia estaba en las últimas la Operación Albión estuvo bien planificada y llevada a cabo, el Mar del Norte era otra cosa, en todo caso se podría haber intentado un plan como el elaborado por Hipper coincidiendo con las Ofensivas de Primavera, pero como admite Scheer, el problema era de nuevo que el trasvase de hombres cualificados a los submarinos había restado eficacia a los buques de superficie...

Saludos.
Delenda est Putinlandia

Es mejor permanecer con la boca cerrada y parecer un idiota, que abrirla y confirmarlo...
-----------------------------------------------------
Ab insomne non custita dracone
Responder

Volver a “Frente Naval”