Existía otra razón menos pública para dotar de una elevada velocidad a estos buques, pues antes de la guerra el Almirantazgo no veía a los submarinos como una amenaza para las líneas de suministro marítimo de Gran Bretaña, el peligro para el comercio británico provendría de los rápidos trasatlánticos alemanes reconvertidos en cruceros auxiliares. En consecuencia el Almirantazgo subvencionó la construcción del RMS Lusitania y sus gemelos con un préstamo de 2,6 millones de libras a largo plazo y bajo interés, así como 75.000 libras anuales como subvención. A cambio la Cunard acordó poner los buques a disposición del Gobierno previa solicitud, con el uso obvio de convertirlos en cruceros auxiliares en caso de guerra y asignados para cazar sus equivalentes alemanes. Ambos buques fueron diseñados para llevar hasta doce cañones de 152 mm, con los cargadores necesarios, los elevadores de proyectiles y las plataformas giratorias para colocar las armas en la cubierta principal. Cuando estalló la guerra los RMS Mauretania y Aquitania fueron requisados, pero el RMS Lusitania quedó en servicio de la Cunard. El 24 de Septiembre de 1914, el Gobierno informó oficialmente a la naviera que el papel del RMS Lusitania sería continuar prestando un servicio de alta velocidad entre Liverpool y Nueva York con el Almirantazgo teniendo prioridad en su espacio de carga.

RMS Lusitania.
Fue en este papel principal que el RMS Lusitania se alejó de su muelle hacia el río Hudson justo después del mediodía del 1 de mayo de 1915, y se abasteció en el puerto de Nueva York para comenzar su viaje número 202 a través del Atlántico. A bordo llevaba 1.266 pasajeros, entre ellos 129 niños pequeños y bebés, el empresario millonario Alfred Gwynne Vanderbilt, viajando a Inglaterra por negocios relacionados con caballos de carreras, el productor teatral Charles Frohman*, y una tripulación de 696 personas.
*Frohman, uno de los empresarios más exitosos de su época, era famoso por su mordaz ingenio. Cuando la célebre actriz inglesa Mrs. Patrick Campbell reaccionó a las críticas sobre su actuación alegando que “era una artista”, Frohman le replicó rápidamente: "Señora, su secreto está a salvo conmigo".
Pero este viaje se inició con sombríos presentimientos cuando apareció un anuncio con bordes negros publicado en cincuenta periódicos estadounidenses el 22 de Abril:
Aviso
A los viajeros que pretenden embarcarse en el viaje por el Atlántico se les recuerda que existe un estado de guerra entre Alemania y sus aliados y Gran Bretaña y sus aliados, que la zona de guerra incluye aguas adyacentes a las Islas Británicas, que de acuerdo con la notificación formal dada por el Gobierno Imperial Alemán, los buques que enarbolan la bandera de Gran Bretaña o de cualquiera de sus aliados pueden destruirse en esas aguas y que los viajeros que navegan en la zona de guerra en barcos de Gran Bretaña o sus aliados lo hacen bajo su propio riesgo.
Embajada Imperial Alemana
Washington, D.C.
El anuncio fue obra de diplomáticos y simpatizantes alemanes en los Estados Unidos que poseían lo que consideraban una fuerte evidencia de que el RMS Lusitania llevaba contrabando en forma de municiones y suministros militares en sus viajes hacia Gran Bretaña. En la Embajada alemana estaban frustrados por frecuentes artículos en la prensa estadounidense sobre los horrores de la guerra submarina en comparación con el bloqueo. "El pueblo estadounidense no puede visualizar el espectáculo de cien mil, incluso un millón, de niños alemanes hambrientos como resultado del bloqueo británico, pero pueden contemplar el rostro de un niño pequeño ahogándose en medio de los restos causados por un torpedo alemán", dijo el Dr. Bernhard Dernburg, agregado de prensa de la Embajada alemana.
Si el aviso alemán preocupaba a los pasajeros de Lusitania, no sirvió para persuadir a ninguno de ellos para que desembarcara. El viaje parecía seguro, desde que Alemania anunciase en Febrero su campaña submarina contra buques mercantes, el transatlántico había hecho cuatro viajes de ida y vuelta sin ser molestado. Si un submarino llegase a detectar al RMS Lusitania en la zona de guerra, el transatlántico estaría enarbolando una bandera neutral estadounidense. (El coronel Edward House, enviado especial del presidente Wilson, que viajó a Europa varias veces en el RMS Lusitania después de que comenzara la guerra, señaló en su diario el 5 de Febrero de 1915, "Esta tarde, cuando nos acercamos a la costa irlandesa, la bandera estadounidense fue izada."). La naviera y el Capitán del barco habían asegurado a los pasajeros que el gran buque podía escapar fácilmente de cualquier submarino gracias a su velocidad. Incluso si sucediera lo peor, habría suficientes botes salvavidas; después del desastre del RMS Titanic, la Cunard había aumentado el número de botes salvavidas del RMS Lusitania de veintidós a cuarenta y ocho.
De hecho había razones de preocupación, pero por motivos que los pasajeros del buque desconocían; tal como afirmaban los alemanes, el espacio de carga del trasatlántico se utilizaba para trasportar municiones estadounidenses a Gran Bretaña, en este viaje 1.248 cajas de proyectiles de artillería de 76 mm, a razón de cuatro proyectiles por caja, y otras 4.927 cajas de munición para rifle, cada una de las cuales contenía 1.000 cartuchos.
El viaje se desarrolló sin mayor novedad, y cuando el RMS Lusitania se acercó a la zona de guerra designada por Alemania, el Capitán pidió a los pasajeros que no encendiesen sus cigarros en la cubierta después de la cena con el fin de mantener el buque oscurecido. A las 8:00 horas del 7 de mayo, el Capitán Turner, debido a que la densa niebla había disminuido la visibilidad, redujo la velocidad de 21 a 15 nudos. A media mañana, cuando la niebla se levantó, aumentó la velocidad a 18 nudos y estableció un rumbo hacia Queenstown, en la costa irlandesa. Su plan era pasar por el Canal de San Jorge, entre Irlanda y Gales, y alcanzar el puerto de Liverpool a la mañana siguiente sobre las 4:30.
Mientras tanto, esa misma mañana del 7 de Mayo, el Capitán Walther Schwieger estaba de pie en la vela del SM U-20 cerca de la entrada del Canal de San Jorge, contemplando la niebla que envolvía su submarino mientras cargaba sus baterías eléctricas. El día anterior le había traído éxito, usando tres torpedos, había hundido dos barcos británicos, pero ahora, bajo de combustible y con sólo tres torpedos restantes, Schwieger tomó una decisión: si la niebla no se había despejado antes del mediodía, daría fin a su crucero y regresaría a Wilhelmshaven. Ordenó inmersión y bajó a desayunar, cuando justo antes del mediodía oyó el sonido de los motores de una nave que provenían de la superficie sobre su cabeza. Dejando trascurrir diez minutos para que el barco se alejara, Schwieger emergió cuidadosamente a profundidad de periscopio y vio al crucero ligero británico HMS Juno zigzagueando lejos de él con dirección a Queenstown. La niebla se había despejado, el mar estaba en calma, y el sol era brillante. El SM U-20 emergió y a las 13:20 Schwieger vio una columna de humo a más de veinte kilómetros que parecía dirigirse hacia su posición, de modo que esperó hasta que pudo contemplar un enorme barco con cuatro altas chimeneas. De nuevo sumergido, Schwieger estableció un rumbo que interceptaría esta nave en un punto a unos 18 kilómetros de un promontorio costero rocoso llamado Old Head of Kinsale.

SM U-20, en primer plano el segundo por la izquierda.
Dos publicaciones británicas, las ediciones de 1914 de Jane's Fighting Ships y el Brassey's Naval Annual se portaban a bordo de cada submarino alemán, y en ambas figuraban los clase Lusitania en la categoría de "Royal Navy Reserved Merchant Cruiser", un transatlántico armado. El SM U-20 también transportaba a un Oficial de la marina mercante alemana cuyo deber era ayudar a identificar los buques cuya nacionalidad estaba en duda. Al observar el barco que se acercaba a través del periscopio, este Oficial civil lo identificó correctamente : "O el Lusitania o el Mauretania, ambos cruceros armados utilizados para transportar tropas", le dijo a Schwieger. (De hecho, en ese momento, el RMS Mauretania estaba a 250 kilómetros de distancia en Avonmouth, embarcando 5.000 soldados con destino a los Dardanelos.) Schwieger tenía en su punto de mira lo que él consideraba un objetivo legítimo.
A las 14:10 lanzó un solo torpedo a una distancia de 750 metros, que impactó en la amura de estribor justo detrás del puente y ligeramente hacia proa de la primera chimenea. No se disparó ningún segundo torpedo, pero la detonación del primero fue seguida por una segunda explosión mayor en la misma parte del buque, no se sabe con seguridad si debido a las municiones que trasportaba o al estallido de una caldera. El trasatlántico perdió velocidad al tiempo que su proa se hundía, escoraba a estribor y se desataban algunos incendios. Todavía sumergido, el SM U-20 se acercó y rodeó el barco que se hundía, mirando a través del periscopio, el piloto civil dijo: "Sí, por Dios, es el Lusitania".