Hoy en Tiempos Modernos analizamos la guerra del Rif con la ayuda del historiador y profesor, Luis Togores.
Guerra de África, segunda guerra de Marruecos, guerra del Rif: así se llama al conflicto bélico que España libró en la región del Rif, en el norte del actual Marruecos, durante 20 años: entre 1907 y 1027, y que marcó a una generación de españoles. No fue una guerra de España contra el reino de Marruecos, sino contra las cabilas bereberes que ocupaban el territorio del Rif. Y fue cualquier cosa menos una guerra convencional: nunca hubo enfrente un ejército propiamente dicho, un cuerpo de oficiales rival con el que establecer comparaciones, un estado con el que pactar treguas o intercambios de prisioneros. La del Rif fue una guerra asimétrica por definición: los únicos frentes estables eran los que los propios españoles creaban con sus líneas de abastecimiento y protección, líneas una y otra vez perforadas por los ataques sorpresivos de los rifeños. El enemigo no sólo era un guerrillero con un perfecto conocimiento de su territorio, sino también un pueblo extraño, ajeno, con costumbres propias –y poco tranquilizadoras- y una fe, el islam, que bendecía su esfuerzo y le dotaba de una misión mucho más que guerrera.
La guerra tuvo tres fases bien diferenciadas. La primera, de asentamiento en el territorio, vino marcada por el desastre del Barranco del Lobo en 1909, donde las tropas españolas, mal equipadas y mal entrenadas sufrieron un duro revés. A partir de ese momento, la guerra consistió fundamentalmente en un permanente empeño español de crear y mantener puestos de control, los blocaos, frecuentemente asaltados por los rifeños, mientras se negociaba políticamente con los líderes tribales. Pero la exaltación nacionalista rifeña, de la mano de Abd el Krim, abrió en 1921 un nueva fase de guerra abierta cuya primera consecuencia fue el desastre de Annual, gravísima derrota española. Esta segunda fase, feroz, terminó a mediados de 1924, cuando Francia, potencia colonial vecina, intervino.
La colaboración hispanofrancesa culminó en el desembarco de Alhucemas, en 1925, una gigantesca y eficiente operación dirigida en persona por el general Primo de Rivera y que terminó conduciendo a la progresiva desaparición de toda resistencia en los meses siguientes. La guerra se dio oficialmente por concluida en mayo de 1927. Detrás quedaban 26.500 bajas españolas entre muertos y heridos. De allí salió una generación específica de militares: los “africanistas”, como Franco,
Mol, etc. El Protectorado español en el Rif se extinguió en 1956, cuando esos territorios pasaron a formar parte del Reino de Marruecos.
[...] y 100 millones de ducados [...] ------------------------------------ Ab insomne non custita dracone
Otro dato sobre la pésima fama que tenia la ametralladora Colt en Africa.
En junio de 1921 el Gobierno reactiva el proyecto para la ocupación de Ifni.El asunto se le encarga al Inspector General de los destacamentos del Sahara y Delegado del Alto Comisario en la zona sur de Marruecos, Tte.Coronel Francisco Bens Argendoña.Este redacta el plan de operaciones, en cuanto a personal necesario, " un capitan segundo jefe, otro capitan ayudante y secretario, 2 tenientes o alféreces, 2 sargentos, 4 cabos, 1 corneta, 53 soldados, y 1 unidad de ametralladoras con 3 maquinas con su personal correspondiente sin ganado, escrito a mano por el propio Bens: a ser posible que no sean sistema Colt , y de artillería 1 cabo y 4 soldados, además una sección de zapadores con 1 teniente, 1 sargento, 2 cabos, y 26 soldados, una estación radiotelegráfica con 1 teniente, 2 radios, 2 motoristas, 1 ordenanza.Asimismo 2 soldados panaderos con todo el material necesario, 1 medico de categoría teniente o capitan acompañado de 2 soldados".