
Ford Modelo T Patrol Car.
Generalmente se asocian los nombres de Sollum, Bir Hacheim y Siwa con las operaciones mecanizadas de la Segunda Guerra Mundial, pero de hecho, los blindados británicos también se usaron activamente en el Desierto Occidental durante la Gran Guerra. El enemigo era una secta religiosa musulmana conocida como Senussi, armada y pagada conjuntamente por Alemania y Turquía, y suministrada por U-boats. Se podría pensar que un ejército de tribus del desierto representaba una pequeña amenaza para los británicos en Egipto, pero con la mayor parte de la guarnición permanente sirviendo en los Dardanelos y la población al borde de la revuelta, la amenaza era muy grave, especialmente porque los Senussi poseían artillería y ametralladoras con instructores turcos para manejarlas.
Los Senussi lucharon duro y bien, causando pérdidas considerables hasta la llegada del escuadrón de vehículos blindados Rolls-Royce del Duque de Westminster, que cambió el rumbo irrevocablemente. Los miembros de la tribu no podían esperar competir con la potencia de fuego y la movilidad de los autos, y sufrieron una derrota devastadora tras otra hasta que finalmente fueron expulsados de su fortaleza del desierto en Siwa. En Bir Hacheim, un pozo hasta ahora desconocido en el corazón del desierto, perdieron su carta de negociación de triunfo cuando los blindados descendieron desde el norte, liderando un largo convoy de Ford y Rolls Royce, vehículos auxiliares y ambulancias.
Con sus fuerzas derrotadas, los Senussi se retiraron a las profundidades de Libia y, finalmente, los vehículos blindados fueron reemplazados por Light Motor Batteries (LAMBY para abreviar), cada una de los cuales consistía en una serie de patrullas de automóviles ligeros equipados con Fords modelo T. Los autos diferían poco de sus contrapartes civiles, salvo que se construyó un pequeño espacio de carga en la parte posterior para el transporte de suministros. Por lo general, llevaban una tripulación de dos personas y estaban armados con una ametralladora Lewis, y aunque parece que no se proporcionó un montaje estándar para el arma, fue lo suficientemente fácil de manejar, ya sea desmontada durante el combate o desde el propio vehículo.
Lo mejor del Call Of Duty, es que ni te duelen los tiros ni pagas la munición.
El Maestro Zebra.
Ab insomne non custita dracone