Panzer, detrás del mito (III) El fiel de la balanza

Historia Militar 1939-1945.

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Mensaje por Trancos-Alatriste »

Japa escribió: KURSK
y en su Batallas Decisivas el general Fuller tan sólo dedica una línea a mencionarlos.
Es que el señor Fuller destila en toda su obra un evidente desprecio a todo lo oriental, y a los rusos también.

Si has leido el libro, recordarás el capítulo de la Batalla de Poltava, y los epítetos que dedica al pueblo ruso, "compuesto de auténticos brutos, que exigían como dueño a un bruto superior a ellos", y les tilda de "hordas mongólicas".

Estocada: Yo soy ruso y ese libro arde.


"Un ejército de ciervos dirigido por un león es mucho más temible que un ejército de leones mandado por un ciervo." Plutarco.
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Mensaje por Japa »

Sí: sospecho que el amigo Fuller era profundamente anticomunista y eso derivó en una fobia patológica a todo lo ruso. Una lástima, porque su obra es excelente, pero queda coja por ese motivo. Considerar El Alamein como una batalla decisiva y dejar de lado Kursk o Bagration es una muestra de ceguera muy anglosajona. Al menos Churchill elogia a los soviéticos.
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Mensaje por uge »

Japa escribió:

Sin embargo esta imagen es engañoso, ya que las divisiones del ER, partiendo de un volumen de fuerza inferior al normal en esos años (frente a los 14-15000 hombres de una división USA o alemana, una del ER desplegaba unos 9-10000 efectivos), estaban por debajo de su nivel de fuerza establecido debido a las tremendas sangrías de los dos años precedentes
Una división de infanteria sovietica cuenta con unos efectivos teóricos inferiores al del resto de divisiones de infanteria de ejercitos de las grandes potencias. Sus efectivos al completo rondan alrededor de 10.000 hombres. Cuenta con tres regimientos de infantería (con tres batallones cada uno); pero sus unidades de reconocimiento, ingenieros, transmisiones y artillería son más ligeras que en otros ejercitos.
La diferencia más marcada la encontraremos en las unidades de intendencia que los rusos reducen a su mínima expresión.

Saludos
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Mensaje por Japa »

Eso se debe en parte a que el apoyo artillero se organizaba en base a grandes unidades de artillería, no a nivel regimental. Igualmente se empleaban grandes unidades de exploración, principalmente de caballería. Un concepto como el de "división de artillería" es exclusivo del ER en esos años
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Mensaje por Japa »

Sölo un breve inciso: como me ha hecho notar Leiva (gracias, Leiva), el cambio de tendencia de los historiadores occidentales no se produce a comienzos de los 80, sino de los 70.
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Mensaje por uge »

Japa escribió:Eso se debe en parte a que el apoyo artillero se organizaba en base a grandes unidades de artillería, no a nivel regimental. Igualmente se empleaban grandes unidades de exploración, principalmente de caballería. Un concepto como el de "división de artillería" es exclusivo del ER en esos años
En efecto, se desviste a muchos santos para vestir a uno sólo. Todos los obuses dedicadados al fuego de apoyo general se concentraron en divisiones de artillería que cumplían correctamente con las misiones de fuego preplaneadas, pero que carecian de flexibilidad y precisión para apoyar puntualmente las maniobras regimentales.
Las divisiones de infantería se quedaron con solo dos batallones para respaldar con fuego indirecto la maniobra de sus tres regimientos; la potencia de fuego era insuficiente y la escasez de especialistas y equipos de comunicación llevaron en la práctica a apoyar a la infantería mediante fuego directo.
Esta excesiva concentración en unidades artilleras independientes condujo a la artillería soviética a ser escasamente efectiva si la comparamos con el número de piezas que utilizó.
Saludos
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Mensaje por Japa »

Y por fin, ¡Rock And Roll!

El mapa, por cierto, es del libro de Osprey sobre la batalla que pronto verá la luz en castellano. Los únicos mapas decentes del flanco norte que he encontrado en al red estaban en ruso y me parecieron demasiado complicados.

Imagen

EL FRACASO DEL IX EJÉRCITO

Uno de los mitos, probablemente el más extendido, presenta los combates en torno al saliente como un dantesco choque de masas acorazadas. Sin embargo los combates entre carros fueron escasos, y estuvieron más bien centrados en el avance del II PzKorp SS. Por el contrario, en los combates al norte del saliente fueron la excepción antes que la regla: el ER se apoyó sobre todo en la infantería y la artillería, y fueron estas armas las que finalmente detuvieron a las fuerzas de Model.

5 DE JULIO

Como vimos, la madrugada del 5 de julio la artillería soviética se adelantó al asalto alemán. La eficacia del tiro soviético fue mediana y las fuerzas germanas no sufrieron demasiadas bajas, pero el duelo artillero entablado a continuación obligó a demorar el asalto alemán varias horas, que las fuerzas del IX aprovecharon para reagrupar sus puntas de asalto, desorganizadas en la granizada soviética. Model vaciló durante esas horas, pensando que la ofensiva enemiga que tanto temía iba a adelantarse a la suya por apenas unos minutos. Sin embargo no hubo movimientos de tropas rusas, y los alemanes iniciaron su avance.

En el aire se produjeron combates muy duros, que en su conjunto fueron ganados por la LW. Gracias a la red de radar Freya los aviadores de la VI LF se adelantaron al ataque inicial de los aviones soviéticos. Los pilotos alemanes ganaron la superioridad local y la mantuvieron varios días, aunque tras reponerse del golpe inicial la VVS empezó a aumentar su presión día a día.

Hacia las 5,30 de la madrugada las primeras tropas del XXIII Cuerpo se lanzaron contra las posiciones situadas entre el XIII y el XLVIII ejércitos del Frente Central. El objetivo era alcanzar lo antes posible la zona en torno a Maloarkhangelsk, aunque el ataque cumplía sobre todo una función distractoria, mientras se preparaba el golpe principal. Debido a ello las fuerzas asaltantes no llevaban apenas apoyo blindado, aparte de algunas baterías de StuG, El avance se volvió enseguida una agonía para la infantería alemana y el empuje inicial se vio frenado apenas a 1,5 km de las posiciones iniciales.

Con un apoyo acorazado más adecuado, el asalto principal tuvo un buen inicio, El plan alemán era abrirse camino con un fuerte asalto de la 20ª PzDiv y la 6ª InfDiv apoyada por el 505 sPzAbt y un batallón del 656 regimiento de PzJg ( cazacarros Ferdinand). Model confiaba en que se abrieran paso con la suficiente contundencia como para lanzar al día siguiente a la 2ª PzDiv como refuerzo a fin de aprovechar el éxito. De este modo esperaba conservar intacta su fuerza acorazada el mayor tiempo posible, temiendo que las fuerzas del ER situadas frente al 2ª PzArm en el saliente de Orel se lanzaran al asalto y le embolsaran contra las líneas del Frente Central.

Lo que no previó Model es que el punto crucial de la batalla se iba a dar ese primer día, porque el avance del 505 sPzAbt superó las expectativas y arrolló las posiciones de la 15ª división de fusileros. Butyrky, en el centro del dispositivo soviético, cayó en las primeras horas mientras la 20ª PzDiv lograba hacerse con las posiciones soviéticas en Bobrik y la 6ª InfDiv, en el flanco izquierdo, avanzaba bajo la cobertura de los Tiger del 505 y los Ferdinand hacia las posiciones de Ponyri, amenazando con partir en dos el las defensas de Rokossovsky. Si en ese momento la 2ª PzDiv hubiera estado lista para reforzar el asalto es probable que se hubiera logrado la penetración, pero no era así y el esfuerzo de las tropas que encabezaron el combate iba a ser a la postre baldío. Rokossovsky reaccionó a toda prisa y mandó dos brigadas CC, una de artillería de campaña y una de morteros para reforzar las posiciones amenazadas mientras el 27ª regimiento acorazado de Guardias lanzaba un feroz contraataque. Las fuerzas restantes de la 15ª de fusileros lucharon por cada palmo del terreno sin ceder al pánico.

Un segundo avance contra Alexandrovka por parte de la 292ª InfDiv avanzó bien con el apoyo de dos compañías de Ferdinand, pero los fusileros del ER lograron frenar a la infantería alemana y los cazacarros quedaron aislados de sus tropas de cobertura. Igualmente al oeste del asalto principal las fuerzas de la 258ª InfDiv habían sido frenadas casi en seco hacia Muravi. Sólo en el centro del dispositivo alemán se había logrado un avance considerable, pero a costa de fuertes pérdidas, sobre todo por los campos de minas. El desgaste del 505 sPzAbt era alto, y aunque los Tiger dañados por las minas podían recuperarse y repararse el tiempo corría contra los alemanes. Para la infantería intentar cubrirse del feroz fuego de las posiciones soviéticas en los campos crecidos había sido inútil porque el cereal estaba sembrado de minas que habían pasado inadvertidas a la observación aérea.

A mediodía las fuerzas asaltantes estaban agotadas. Las unidades de ingenieros sufrieron muchas bajas mientras trataban de limpiar caminos para los panzer a través de las minas. Sin apoyo de la infantería, los lentos Ferdinand que avanzaban hacia Alexandrovka se vieron rodeados por los soldados soviéticos que lograron inmovilizar y destruir varios de los pesados cazacarros. La infantería soviética se aferraba al terreno como si les hubieran clavado ahí, los blindados pasaban sobre trincheras aparentemente vacías pero cuando se alejaban los fusileros descargaban un diluvio de balas sobre los granaderos que les seguían o se lanzaban sobre la espalda de los carros alemanes con minas, botellas de gasolina, lanzallamas…Los panzer y StuG retrocedían para abrir paso a la infantería y el proceso volvía a repetirse en la siguiente posición, y así metro a metro, imponiendo un desgaste tremendo a las tropas germanas. Incluso las tropas de ingenieros del ER fueron capaces de plantar nuevos campos de minas casi en las narices de los avances alemanes.

Al final del día las tropas alemanas apenas habían penetrado 7-8 km en el dispositivo soviético. Las bajas eran altísimas: casi 20000 hombres, en su mayoría heridos. Lo peor, la ocasión de romper de forma directa a través del frente había pasado y ahora los refuerzos del ER se preparaban para la lucha del día siguiente. Aún así Model se mostraba optimista en sus informes, ya que creía que al día siguiente se lograría la ruptura.
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Mensaje por Japa »

6 DE JULIO

El segundo día de combates amaneció bien para los alemanes. Dos brigadas acorazadas soviéticas se lanzaron al contraataque, pero la LW y la artillería germana lograron desorganizar el asalto; en vez de una embestida concentrada los carros llegaron a las lineas alemanas espaciadamente. Los 16 Tiger operativos del 505 barrieron a las fuerzas asaltantes sin dificultades, eliminando casi 50 carros soviéticos en apenas diez minutos. Los carros soviéticos supervivientes se retiraron: apenas habían logrado ganar algo de tiempo para los soldados que se fortificaban más al sur, y a un precio atroz. Sólo la artillería del ER logró mantener a raya a las fuerzas que se lanzaron en persecución de los T-34 derrotados.

Los combates iban a centrarse en torno a las posiciones de Olkhovatka y la colina 274, la mayor altura de la zona, desde la que los soviéticos iban a frenar todos los ulteriores avances alemanes. El 505 reforzó el asalto de las dos PzDiv de refresco mandadas por Model, la 2ª y la 9ª, mientras la 18ª encabezaba el ataque hacia Ponyri y las tropas de la 216ª InfDiv y la 78 de asalto, apoyadas por dos batallones de StuG, se lanzaban hacia Maloarkhangelst.

La resistencia de las tropas soviéticas fue demasiado para los asaltantes. Una y otra vez los blindados alemanes se lanzaron al asalto y una y otra vez fueron rechazados. Las brigadas de artillería del ER y la brigada de morteros equipada con katiushas fueron vitales en esas horas de batalla, concentrando un fuego devastador sobre los avances alemanes. Pese al dominio de la LW los aviones de la VVS se lanzaban continuamente contra las fuerzas atacantes (según palabras de un testigo alemán, jamás había visto semejante concentración de aviones rusos). Cayeron docenas de aviones soviéticos, pero el ataque alemán fue rechazado.

Un nuevo contraataque acorazado, esta vez por parte del XIX cuerpo acorazado, se lanzó contra las fuerzas en torno a Olkhovatka. De nuevo los cañones de largo alcance de los Tiger y la rápida actuación de la LW frenó el asalto con grandes pérdidas. Ese día el 505 sPzAbt se cobró casi un centenar de carros soviéticos entre T-34 y T-70.

Sin embargo el balance del día era descorazonador para los alemanes. las bajas ascendían ya a más de 25000 y el segundo día de combates sólo había aportado un par de kilómetros en los puntos más fáciles. Ahora, al caer la noche, unidades aisladas de panzer eran atacadas por los fusileros del ER y sus tripulaciones pasarían horas de angustia mientras esperaban que la mañana trajera refuerzos. Las pérdidas de carros por minas y averías eran muy altas. El 505 apenas podía reunir una compañía de Tiger. La mayoría de los carros eran reparables y se esperaba la inmediata llegada de otra compañía (el batallón había iniciado la batalla incompleto) pero la lucha del 6 de julio no presagiaba nada bueno.
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Mensaje por Japa »

7 y 8 DE JULIO

En los siguientes días Model lanzó sus ataques de forma más amplia, tratando de flanquear la dura resistencia de Olkhovatka. La 18ª PzDiv más la 292ª y 86ª InfDiv se lanzaron contra el pueblo de Ponyri. Los defensores igualaron e incluso superaron la determinación de sus camaradas al Oeste. Campos de minas, carros enterrados hasta la torreta, apoyo artillero desde casi todas las direcciones posibles… las fuerzas de Model se vieron arrastradas a una lucha callejera en un espacio asombrosamente pequeño, combatiendo por la escuela, la torre de agua, la estación…Ponyri fue la tumba de la ofensiva alemana y fue justamente bautizado como el pequeño Stalingrado

Las tropas soviéticas se movían tras las líneas reagrupándose para reforzar de nuevo la colina 274. Model no se había olvidado de su flanco derecho y de nuevo lanzó el día 7 a la 2ª PzDiv contra Olkhovatka apoyada por la 9ª PzDiv más la 4ª PzDiv (de su reserva acorazada). Durante el día 8 los combates arreciaron en torno a la colina 274 y Ponyri. De las seis PzDiv de Model, ya estaban luchando cinco,

9 AL 11 DE JULIO

Los combates se sucedieron de forma similar los tres siguientes días de la batalla. El 11 de julio finalmente la colina 274 y Ponyri estaban parcialmente dominadas por tropas alemanas, pero era un triunfo ridículamente pequeño para el tremendo castigo que había sufrido el IX Ejército. Las tropas de Model estaba exhaustas, y sus unidades acorazadas habían sido diezmadas. El terreno estaba en manos alemanas y la mayoría de los carros dañados podían ser recuperados, pero la posición táctica de las tropas alemanas era ahora una verdadera pesadilla.

Lo que Model había tratado de evitar, la amenaza de un envolvimiento, aparecía ahora como una sombra ominosa sobre el horizonte así que se preparó para la defensa. El 505 fue retirado de primera línea para reagruparse y reponer bajas. Sólo se habían perdido en combate cinco Pz VI, pero los demás estaban muy desgastados y necesitaban una inmediata puesta a punto. El 505 y los batallones de sturmartillerie pasaron a ser el núcleo de la reserva defensiva del IX Ejército.

Las tropas de infantería, tras seis días de batalla, estaban al límite de sus fuerzas. El gasto en combustible y municiones había superado todas las previsiones. Aún más grave, la LW había perdido el dominio del aire: ahora la VVS combatía de nuevo en cada parcela del espacio aéreo.

El IX Ejército no podía dar un paso más: Model había fracasado.
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Mensaje por Japa »

ERRORES

Otro de los lugares comunes sobre Kursk es que la batalla estaba decidida antes de comenzar, hicieran lo que hicieran los alemanes, pero la realidad es diferente. El ER no tenía en ese momento una superioridad abrumadora: sólo la tenía en artillería, donde duplicaba e incluso triplicaba en algunos sectores a los alemanes, pero en carros, por ejemplo, la relación era de 1 a 1'4. ¿Podrían haber logrado los alemanes una victoria decisiva? es dudoso, ya que no había un verdadero objetivo estratégico en Zitadelle, pero sí podían haber causado pérdidas al ER lo bastante graves como para que se el frente hubiera quedado estabilizado al menos en lo que quedaba de año. Pero para ello hubieran sido necesario que se cumplieran los objetivos operacionales previstos, y como podemos ver el IX Ejército ni siquiera logró algo parecido a una ruptura.

¿Ese resultado era inevitable? No. Model cometió varios errores en su planificación. El más grave fue adoptar un despliegue inicial demasiado rígido: al situar la reserva acorazada lejos de la línea del frente no pudo reaccionar a tiempo cuando la ocasión crítica se produjo antes de tiempo. Un segundo error fue no concentrar adecuadamente la fuerza y dispersarla durante los combates. El único momento en que se luchó con fuerzas concentradas fue el primer día en el sector central del avance (la 20ª PzDiv, el 505 sPzAbt y un batallón de Ferdinand) y entonces sí hubo progresos, pero enseguida el esfuerzo acorazado se dispersó. En vez de agrupar en días siguientes sus fuerzas acorazadas Model comprometió dos PzDiv a Ponyri y otras dos en la colina 274. No sólo no se lograron los objetivos con rapidez (sólo el día 11 lograron los alemanes dominar parcialmente ambos puntos) sino que las fuerzas atacantes sufrieron un fuerte desgaste.

Podemos entender la prudente disposición de la fuerza de Model el primer día de combates, pero no la falta de flexibilidad operativa y mucho menos la ausencia de concentración, ya que esos conceptos eran la base misma de la acción de las fuerzas panzer, y Model no era un recién llegado a la PanzerWaffe.

Así pues la fuerza del IX Ejército no fue aprovechada adecuadamente. Los errores del mando pasaron factura y contribuyeron a que la ofensiva germana se atascara casi en el momento de empezar.

Además, mientras que los alemanes cometieron equivocaciones, los soviéticos actuaron con una eficacia inesperada. Las cosas se hicieron de forma muy diferente a como se venía haciendo hasta entonces: un punto que ha sido pasado por alto usualmente es que el ER no sólo había logrado reconstruir su fuerza en 1943 sino que además había creado una estructura de mando mucho más flexible que la que tenía en 1941, lo que permitió mover las reservas en el frente con mucha más agilidad que los alemanes y reforzar con celeridad los puntos amenazados del dispositivo. Las unidades de artillería, sobre todo, fueron la clave de la derrota alemana. Las baterías de campaña respondieron con una contundencia tremenda a las necesidades de las fuerzas de primera línea, gracias a los observadores de avanzada y las posiciones elevadas. El nivel operativo fue muy alto, sobre todo en unidades como el batallón de Katiushas, que se trasladaron casi al momento a los puntos donde la situación se volvía crítica. Un año atrás semejante agilidad de mando hubiera sido impensable.

Al desaprovechar la oportunidad que se le brindó el primer día de los combates, Model dio a los soviéticos la ocasión de vencer, y ellos no la desperdiciaron.

Por otra parte la imagen de los choques acorazados se cae por su propio peso en las luchas del norte del saliente. Los contraataques acorazados soviéticos fueron puntuales y todos fueron frenados a poco de comenzar con grandes pérdidas. Por el contrario, fue la infantería del ER la que llevó el peso de la batalla contra los blindados. Un oficial del 505 sPzAbt comentaba tras la batalla que las medidas del ER de cara a familiarizar a sus hombres con la lucha CC habían sido tremendamente exitosos: no hubo pánico ante los avances acorazados. Incluso los soldados de la 15ª de fusileros, arrollados por el 505, resistieron a pie firme frente a los Tiger y los supervivientes lograron replegarse en buen orden y sin dejar de luchar. Las tropas se lanzaban tenazmente sobre los carros enemigos y aunque no lograran destruirlos sí que producían suficientes daños como para obligar a reparaciones. Los Ferdinand sufrieron bastante cuando fueron aislados de su infantería de apoyo y el 656 tuvo pérdidas muy fuertes, casi un 30% de sus vehículos destruidos o inutilizados. Sólo el hecho de que las fuerzas alemanas se mantuvieran sobre el terreno conquistado permitió recuperar muchos de los carros dañados, lo que redujo las pérdidas materiales.

Pero las pérdidas humanas también eran graves y esas eran difícilmente recuperables. El IX Ejército sufrió entre el 6 y el 11 de julio unas 50.000 bajas, entre ellas casi 12000 muertos. El ER tuvo más pérdidas pero podía permitírselas. Además la capacidad ofensiva de los soviéticos en torno al saliente de Orel se mantenía intacta, y eso iba a notarse de inmediato.
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Mensaje por APV »

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¿te sirve este mapa?
Conoce al enemigo y conócete a ti mismo; y en cien batallas no estarás jamás en peligro Sun Tzu.
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Mensaje por Japa »

Gracias, APV, pero el problema lo tengo con el lado norte del saliente. El lado sur, dada la fama de los combates que tuvieron lugar, está mucho mejor documentado.

De todas formas ahora le toca a las fuerzas de Hoth, así que recomiendo a todos que consulten el mapa que acaba de subir nuestro compañero, admás de los que usaré como complemento.
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Mensaje por hoff »

Uno se tira unas semanas sin echar una mirada al foro y se encuentra al niño ya con bigote...

Uno de los detalles que muestran la naturaleza a veces infantil de los generales (no solo alemanes) es que uno de los argumentos que dieron los artilleros para no "soltar" la Sturmartilleríe era que solo en ese servicio podía un artillero conseguir la Cruz de Caballero.
El miedo es natural en el prudente
Y el saberlo vencer es ser valiente


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Mensaje por Japa »

Hombre, Hoff, se te echaba de menos por aquí. Pues si te descuidas llegas y te encuentras a Manstein retirándose al DNieper.
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Mensaje por Satur »

Japa, una de las cosas que más me gusta de este libro que estás escribiendo son las conclusiones. Muy bien documentadas, pero mojándote. :dpm:
Cuando el líder eficaz ha dado por terminado su trabajo,
la gente dice que todo ocurrió de un modo natural.
LAO TSE.

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Mensaje por Japa »

EL FRENTE SUR: VICTORIAS INÚTILES

El avance del ejército alemán en la parte sur del saliente fue muy diferente al del IX Ejército, tanto en su ejecución y medios como en los resultados inmediatos. A la postre, sus esfuerzos serían tan inútiles como los de sus compañeros del norte.

El ataque del Grupo de Ejércitos Sur iba a realizarse mediante tres puntas acorazadas; las dos primeras las formaría el IV PzArm de Hoth: el XLVII PzKorp debía lanzarse casi directamente hacia el norte, en dirección a Oboyan, y el II SS PzKorp debía atacar a su derecha, a medio camino entre el XLVIII y la ciudad de Belgorod. Ambas puntas de ataque se unirían en torno a Choyan, tras el río Psel (a medio camino de Kursk), para luego continuar avanzando hacia el norte y reunirse en Kursk con el IX Ejército de Model. La tercera punta la formaría el Destacamento Kempf, que debía iniciar su ataque al este de Belgorod, atravesando el río Donetz, y virar hacia Prokhorovka para cubrir el flanco oriental de las fuerzas de Hoth. Una vez rebasados los tres primeros anillos de defensas soviéticos se lograría suficiente espacio táctico como para maniobrar y aniquilar a todas las fuerzas enemigas presentes.

Hoth modificó a finales de junio este planteamiento estratégico ya que los informes de la observación aérea y las escuchas radiofónicas le permitieron deducir que la reserva estratégica soviética iba a concentrarse más al oeste de lo que habían previsto: era muy posible que se viera atacado de flanco en el momento de asaltar las posiciones del ER en el río Psel, una situación táctica demasiado peligrosa ya que estaría en una estrecha franja de terreno entre el Psel y el Donetz. Era una trampa que había que evitar, ya que ahí no contaría con la necesaria movilidad táctica para enfrentarse al asalto enemigo.

El general optó por cambiar la ruta de avance. El IV PzArm llevaría a cabo las primeras fases de la ofensiva de acuerdo a lo previsto pero antes de alcanzar el Psel los dos PzKorp virarían hacia el este para dirigirse directamente a Prokhorovka: ahí se enfrentarían con la reserva acorazada soviética en posición ventajosa y terreno de su elección, mientras el Destacamento Kempf cerraba la tenaza sobre las fuerzas soviéticas desde el este. De este modo esperaba aniquilar a la mayor parte de las fuerzas acorazadas soviéticas entre el 11 y el 15 de julio y retomar su ruta hacia el encuentro con Model en Kursk. Eso tira por tierra la idea tantas veces expuesta de que la batalla de Prokhorovka fue un golpe soviético que cortó por sorpresa el avance alemán: Hoth contaba con que los combates tendrían lugar precisamente allí, y avanzó en esa dirección deliberadamente por considerar que era la mejor opción táctica. Manstein aprobó las modificaciones propuestas por Hoth antes de que Zitadelle tuviera su fecha de ejecución decidida.

Aquí podemos ver ya una diferencia importante con las operaciones del IX Ejército. Al contrario que Model, Hoth no se atuvo férreamente a los planes establecidos sino que tuvo suficiente visión como para modificarlos en base a las informaciones sobre la fuerza soviética. Como veremos la flexibilidad operativa se mantendría durante los combates para evitar situaciones peligrosas ya que Hoth previó diversos movimientos en función de lo que fuera sucediendo durante el avance y no verse sorprendido. Lo que no impidió que cometiera varios errores graves, pero no adelantemos acontecimientos.

Así pues, el 4 de julio los tres grupos acorazados estaban desplegados en sus posiciones de partida, con el XLVII PzKorp de Knobelsdorff en el flanco izquierdo del asalto, el II SS PzKorp de Hausser en el centro del dispositivo y el Destacamento Kempf en el flanco derecho. El LII Cuerpo del general Ott debía amagar una finta hacia el Psel para atraer fuerzas enemigas y luego iría desplegándose en el flanco izquierdo del avance del XLVII.

El mismo 4 de julio la infantería del IV PzArm inició una serie de ataques preliminares a fin de facilitar el asalto que debía romper el frente enemigo. Una serie de tormentas torrenciales obstaculizó mucho los movimientos alemanes, sobre todo en el área del XLVII PzKorp. Las unidades de granaderos de la GrossDeutschland consiguieron alcanzar sus objetivos, pero las de la 3ª PzDiv no, lo que ralentizaría el avance inicial de las fuerzas de Knobelsdorf. En el sector del II SS PzKorp las lluvias fueron menos intensas y las tropas de avanzada aseguraron varios pasos de gran importancia, lo que facilitaría mucho la penetración.

El LII cuerpo se vio enfrentado en su asalto lateral a una resistencia enemiga muy superior a lo previsto y se replegó rápidamente tras sufrir fuertes pérdidas.

Tras esos movimientos preparatorios, sólo parcialmente exitosos, todo estaba listo para que se iniciase la ofensiva.
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5 DE JULIO: Destacamento Kempf

Kempf esperaba poder atravesar al menos los dos primeros dispositivos de defensa soviéticos durante el primer día. Sobre las 2'30 de la madrugada las fuerzas del Destacamento iniciaron el paso del Donetz, sin apoyo de la LW (que estaba concentrada en apoyar al IV PzArm) pero con una fuerte pantalla artillera. Pese a las inevitables fricciones (Goering había exigido que los regimientos de Flak mantuvieran su mando independientemente del Heer) el apoyo de los 88 fue decisivo en esos primeros momentos. Las fuerzas de la LW se dispusieron en tres escalones de avance tras las puntas del Destacamento, el primero para batir directamente los puntos fuertes del dispositivo soviético, el segundo concentraba su fugo para frenar los contragolpes enemigos junto a la artillería de campaña del Heer y el tercero, además de apoyar a la artillería, cubriría la defensa antiaérea del Destacamento (además de las piezas de 88 los tres regimientos alineaban casi 900 cañones AA de calibres inferiores).

Como vimos, el Destacamento Kempf estaba formado por tres cuerpos de ejército, el III PzKorp del general Speider, el IX Cuerpo de Rauss y el XLII Cuerpo del general Mattenklott. El III PzKorp llevó a cabo la maniobra principal de ruptura en la zona de Gorodische y desde la cabeza de puente que mantenía la 168ª InfDiv al este de Belgorod. A su asalto siguieron los cruces realizados por las fuerzas de Rauss. El XLII, por su parte, llevó a cabo un amago distractorio al sur del río Neshegol (un afluente del Donetz que dividía en dos la zona de frente asignada al Destacamento Kempf) y cubrió con su artillería el asalto del IX Cuerpo.

El avance inicial fue rápido ya que la eficacia de la barrera artillera alemana contra las primeras posiciones del ER había sido muy alta. La resistencia se endureció repentinamente a 4 ó 5 km del río, con duros combates defensivos, continuos contraataques y un fuerte asalto por parte de los aviones del VVS, que fue repelido gracias a la densa concentración de artillería AA. La mayor amenaza para el avance se produjo cuando las fuerzas del IX Cuerpo se vieron atacadas de flanco por unidades acorazadas, pero fueron repelidas gracias a los 88.

El III PzKorp tuvo algunos problemas en el asalto inicial. Las 7ª y 19ª PzDiv lograron cruzar el río y avanzar pese a la fuerte resistencia, pero la 6ª PzDiv y la 168 InfDiv se vieron frenadas al noroeste de Belgorod lo que iba a desequilibrar el avance del Destacamento y producir un estrechamiento de su penetración. Más adelante veremos las consecuencias. De momento, los retrasos producidos implicaban que tan sólo el primer cinturón defensivo soviético fue atravesado en ese primer día de combates.

Sólo una consideración antes de pasar al II SS PzKorp. Recordemos que el 503 sPzAbt no fue utilizado de forma concentrada, ya que Kempf consideraba que sus PzDiv no tenían suficiente fuerza para la ruptura inicial, así que las PzDiv 7ª y 19ª recibieron una compañía de 12 Tiger cada una como apoyo quedando el 503 reducido a una compañía más la fuerza de apoyo del HQ (24 Tiger) desplegada como apoyo al mando de artillería.
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5 DE JULIO: IV PzArm

El asalto inicial del II SS PzKorp progresó rápidamente en el centro del ataque alemán, ya que el terreno estaba en mejores condiciones: las lluvias de esa noche no fueron demasiado intensas en su sector. El apoyo aéreo le permitió abrirse paso combatiendo a través de fuertes defensas anticarro y en conjunto las tres PzGrDiv de Hausser avanzaron de forma bien organizada. El primer cinturón defensivo fue atravesado conforme a las previsiones y las unidades de Hausser mantenían un ímpetu considerable pese a lo duro de los primeros combates.

Por su parte el XLVIII PzKorp se movió más lentamente, no tanto por la presión de los defensores (que de todas formas era igual de formidable que frente a Hausser) como por las duras condiciones del terreno que en muchos sitios se había vuelto un verdadero barrizal (y el paso de centenares de vehículos pesados no mejoraba precisamente el estado del suelo). Un cauce que los alemanes esperaban pasar sin problemas se había convertido en una cenagoso arroyo cerca de Butovo y el obligado parón de los alemanes les expuso a un feroz fuego artillero de los soviéticos. Además el apoyo aéreo era muy inferior al de Hausser. Pese a todo al caer la noche las fuerzas del XLVIII habían alcanzado una línea entre Korovino y Dragunskoye, y al igual que sus compañeros del II SS PzKorp quedaban en buena posición táctica para asaltar el segundo cinturón defensivo.

Aparte de la dura resistencia soviética, el primer día de combates dejó dos puntos negativos: primero, el avance tenía lugar en un frente más estrecho de lo previsto; el LII Cuerpo no estaba en condiciones de avanzar por su cuenta hacia la rivera del Pena y el flanco izquierdo de Knobelsdorff quedó abierto a los contraataques soviéticos

Segundo, la 10ª PzBr se había estrenado del modo más penoso posible: en la marcha hacia sus posiciones de partida casi la cuarta parte de sus Panther quedó fuera de combate por averías mecánicas graves. Durante las operaciones iniciales sus carros se vieron metidos en campos de minas no descubiertos y a eso se sumaron más averías de todo tipo. Se esperaba que esta unidad fuera la clave del avance del XLVII PzKorp, y a la hora de la verdad se convirtió en una rémora.

Como puede verse tanto en estos combates como en los del Destacamento Kempf, Hoth y Manstein plantearon una apertura diferente a la empleada por Model, lanzando en un primer asalto las PzDiv al combate de forma concentrada para garantizar una rápida ruptura y evitar verse empantanados en las primeras defensas enemigas.

A la hora de valorar esta decisión debemos recordar que las tácticas de penetración establecidas en los años de entreguerras para las PzDiv se basaban en asaltos estrechos en forma de lanza que ganarían rápidamente espacio de maniobra tras las líneas enemigas, como había pasado en Francia en 1940. Sin embargo (como ya vimos en los combates de El Alamein) esas ideas eran inútiles frente a posiciones de una gran profundidad defensiva, y en el caso de Kursk hubieran supuesto un suicidio para los asaltantes. En vez de ello los alemanes desarrollaron nuevas tácticas de asalto en la primavera del 43. La más llamativa es la denominada PanzerKeile en la que las unidades de carros adoptaban una formación más ancha, en forma de diamante, con los carros pesados Tiger en una estrecha cuña al frente para abrir camino, aprovechando su gran resistencia al fuego artillero, seguidos por un abanico de carros medios y cerrando las unidades de panzergrenadier en sus SdKfz 251, siguiendo de cerca a los panzer para apoyarles de modo directo. En vez de intentar penetrar por un estrecho punto del frente, la PzDiv golpeaba ahora como una gran maza. De este modo se esperaba romper a través de un frente amplio para evitar la inmovilidad táctica tras la primera línea defensiva enemiga. Es por eso, por cierto, que Kempf decidió repartir sus Tiger para apoyar las penetraciones iniciales.

Al respecto hay que añadir que Guderian consideraba muy negativamente esta táctica ya que en su opinión los Tiger eran un recurso demasiado escaso y debían mantenerse concentrados en vez de repartirlos para apoyar la ruptura. Aunque su presencia facilitaba la penetración se les sometía a un duro desgaste mecánico que podía a corto plazo comprometer su uso contra los contraataques acorazados enemigas. Debe decirse en elogio de las unidades de mecánicos de las PzDiv que sus esfuerzos para mantener los Tiger del Grupo Sur en funcionamiento durante Zitadelle fueron realmente sobrehumanos, pero es cierto que a medida que avanzó la ofensiva su tasa de disponibilidad fue decayendo con rapidez.
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6 y 7 DE JULIO: Destacamento Kempf

Kempf reorganizó sus fuerzas para aprovechar adecuadamente la ruptura inicial y movió la 6ª PzDiv hacia el este para apoyar el avance de la 7ª, lo que dejó a la 168ª encargada de eliminar las posiciones al norte de Belgorod y asumir el contacto con el avance del II SS PzKorp. La 6ª y 7ª PzDiv unidas lograron romper a través del segundo cinturón defensivo soviético en dirección a Melekhovo. Luego giraron hacia el norte a lo largo del río Razumnaya mientras las fuerzas de infantería del IX cuerpo se situaban al este del avance acorazado, presionando hacia la rivera del Koren, a fin de mantener a las fuerzas de refuerzo soviéticas lo más alejadas posible de la penetración. A su vez la 19ª PzDiv avanzó por entre el Razumnaya y la línea férrea Belgorod-Kursk sin demasiados obstáculos.

Los soviéticos lanzaron fuertes ataques acorazados contra el flanco oriental del Destacamento, pero fueron repelidos por las fuerzas de la 106 InfDiv. Al igual que los fusileros del ER en el frente del norte, los granaderos alemanes dejaron pasar a los carros soviéticos para cortar el avance de su infantería de apoyo de modo que las fuerzas CC pudieran acabar con los T-34 sin problemas. Los cazacarros Nashorn y los StuG se demostraron tan letales como los Flak de la LW, formando fuertes puntos de apoyo que dividieron el ataque en pequeños grupos fácilmente eliminables. Los ataques fueron muy enérgicos pero descoordinados. Sin embargo los mandos del OKH habían esperado que la resistencia soviética se desmoronara tras las rupturas, y la dureza de los combates a que se enfrentaba el avance alemán demostraba hasta qué punto estaban equivocados. En previsión de mayores asaltos Kempf envió unidades de reserva a su flanco.

Más al norte los soviéticos contraatacaron contra las puntas de avance de Kempf y contra su flanco izquierdo, ya que la lentitud del avance de las fuerzas al norte de Belgorod en contraste con la penetración de las PzDiv estaba creando una cuña enemiga entre el Destacamento y las fuerzas del II SS PzKorp, que el enemigo estaba aprovechando para lanzar fuertes golpes contra los flancos de los avances alemanes.

El avance de Kempf se estaba retrasando más de lo previsto, y la brecha con el IV PzArm iba a volverse cada vez más ancha. Sin embargo al finalizar el día 7 habían logrado abrir una cuña en las defensas soviéticas que alcanzaba en algunos puntos los 15 km y empezaba a disponer de espacio para ganar una cierta movilidad táctica.
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6 y 7 DE JULIO: IV PzArm

Los combates del día 6 se iniciaron con fuertes barreras de artillería soviéticas contra el XLVIII PzKorp. Las unidades de Knobelsdorff se encontraron en una maraña de obstáculos y campos minados no localizados que ralentizaron mucho su avance inicial. Como es de suponer, la 10ª PzBr, situada bajo el mando de la GrossDeutschland, sufrió mucho por estas causas y continuó su goteo de Panther averiados.

Pese a todo las unidades del XLVII hicieron buenos progresos y a la caída de la tarde las unidades en avanzada habían atravesado el segundo cinturón defensivo soviético a la altura de Novenkoye.

Esa noche Knobelsdorff reagrupó sus fuerzas y colocó la 167ª InfDiv bajo el mando del II SS PzKorp para que se situara al día siguiente a su flanco derecho. Esta unidad inició pues los combates bajo el mando del XLVIII PzKorp pero a partir del 2ª día se unió a las fuerzas de Hausser, que es donde suele incluírsela en las plantillas de la batalla pese a ser una unidad del Heer.

El 7 la GrossDeutschland continuó avanzando hacia el norte dirigiéndose hacia las riveras del río Pena; la 3ª PzDiv cubría su flanco izquierdo, en dirección hacia Oboyan. La 332ª InfDiv del LII Cuerpo cubrió a su vez el flanco izquierdo del avance acorazado al sur del Pena. Durante la marcha se sucedieron los contragolpes acorazados soviéticos: todos fueron rechazados de forma contundente por los panzer. En la persecución de las unidades derrotadas la GrossDeutschland y la 11ª PzDiv avanzaron con gran rapidez ganando terreno hasta Verkhopene, en la cabecera del Pena. Sin embargo la ausencia de fuerzas adecuadas de infantería impidió aprovechar el éxito ampliando el terreno conquistado hacia el oeste, lo que dejó los flancos de la penetración bastante sobreextendidos. La 332ª no bastaba para cubrir las posiciones occidentales y expandir la penetración. La posibilidad de nuevos ataques contra el largo flanco de la GrossDeutschland llevó a un rápido despliegue en ese sector de la 3ª PzDiv. Pese a todo ahora las unidades de Knobelsdorff estaban en una buen aposición táctica ya que podían batir con su artillería las posiciones de los soviéticos en los cruces del Psel al sur de Oboyan.

Las fuerzas de Hausser, por su parte, ralentizaron algo su avance durante el día 6 ya que su flanco derecho fue sometido a fuertes ataques por parte de las fuerzas soviéticas que se introducían a través del hueco que había quedado entre ellos y el Destacamento Kempf. La TotenKopf se encargó de cubrir ese flanco mientras la Leibstandarte continuaba con la presión principal apoyada por la Das Reich. Sin embargo no fue posible embolsar a las tropas soviéticas ya que el núcleo de las fuerzas defensoras se retiró hacia el norte en buen orden cubiertos por la artillería.

Ese día la 167ª InfDiv atravesó las líneas del II SS PzKorp para relevar a las unidades de la Totenkopf en el flanco derecho. Eso produjo inicialmente cierta desorden ya que las tropas de la 167 tenían que cruzar a través de la retaguardia de las tres divisiones SS, pero permitió incrementar el empuje de la ofensiva ahora que la Totenkopf apoyaba el avance de la Leibstandarte. Aun así la presión soviética desde el flanco derecho de Hausser se mantuvo en aumento

Al final del tercer día de la ofensiva las fuerzas de Hoth habían abierto una cuña de unos 25-30 km de anchura y unos 15 km de profundidad en las lineas soviéticas. No obstante fue aumentar el espacio de maniobra en el ala izquierda del avance y en el flanco derecho la separación con las fuerzas de Kempf se había agrandado.
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PROBLEMAS DE BASE
A priori la penetración alemana en el el dispositivo soviético parecía prometedora, tal vez algo más lenta de lo esperado, pero se estaban cumpliendo las previsiones. Sin embargo un vistazo más detallado revela que se habían producido algunos errores en los planes alemanes que iban a repercutir en el conjunto de la batalla en días posteriores.

Mirando la penetración se puede ver claramente que no estaba equilibrada: las fuerzas de Hausser habían marcado el avance más amplio y homogéneo, pero a su derecha el Destacamento Kempf progresaba demasiado despacio y no cumplía su misión de protección del II SS PzKorp. A la izquierda el avance del XLVII se apoyaba por su costado en el de Hausser pero no ganaba terreno hacia el oeste lo que prolongaba su línea vulnerable.

El problema del Destacamento Kempf suele explicarse por su mayor debilidad, algo que no es infundado, pero además el despliegue inicial de esa agrupación tenía varios errores: el más grave era que no se había dispuesto adecuadamente para cumplir su principal misión, es decir la cobertura de Hausser, y no había aplicado suficiente fuerza inicial en la ruptura a través de la cabeza de puente al noreste de Belgorod. El cuerpo principal del 503 sPzAbt apoyó ese asalto pero se le había desplegado en un terreno totalmente inadecuado y sufrió fuertes pérdidas (aunque sólo dos de sus Tiger estaban más allá de toda reparación); la 6ª PzDiv, que apoyaba el avance de la 168ª InfDiv, fue inmediatamente sacada de ese lugar para redesplegarla en el punto de mayor éxito del ataque, esto es tras la 7ª PzDiv. Es lógico tratar de aprovechar el punto de ruptura más exitoso, pero ese desplazamiento obligó a la 6ª a atravesar la retaguardia de casi todo el Destacamento lo que produjo un importante caos e implicó que de las tres divisiones acorazadas de Kempf, una no participara en los combates de ruptura durante casi todo el primer día. Además ese movimiento, pese a ser lógico en teoría, no lo era en la práctica porque dejaba la principal misión del Destacamento en manos de la unidad más débil de toda la agrupación, la 168ª InfDiv, que no fue capaz de mantener el ritmo de avance de las PzDiv. Eso produjo la cuña entre el Destacamento y el II SS PzKorp que fue de inmediato aprovechada por el ER para lanzar ataques contra el flanco de Hausser, justo lo que se suponía que Kempf tenía que evitar.

En lo que respecta al IV PzArm, Los mitómanos de las Waffen SS siempre aluden a la firme penetración del cuerpo de Hausser hacia Prokhorovka como prueba del superior espíritu de lucha de las tropas de Himmler. Por otra parte los detractores explican este episodio como consecuencia del acúmulo de material en esas divisiones, lo que les daría un potencial de combate muy superior. Sin embargo ambos tópicos son bastante falsos.

Hausser (un general veterano y capaz, un verdadero viejo zorro) desplegó sus fuerzas de forma muy equilibrada, planeando un esquema de penetración a nivel divisionario que le permitió abrir una amplia brecha en el frente soviético Así ganó con rapidez suficiente espacio de maniobra como para poder sus fuerzas de acuerdo a las necesidades del momento. Además el terreno frente a él era mucho más adecuado para el ataque que el situado frente al XLVII y las lluvias lo habían afectado mucho menos. Esos factores, unidos al fuerte apoyo de la LW concentrado sobre su punta de avance le permitió un avance más profundo e igualado. Todo eso se vio beneficiado por la mayor homogeneidad de sus tres divisiones ya que su potencial era muy similar y no había puntos frágiles en su dispositivo, sencillo pero eficaz: mantenía la presión principal con la Leibstandarte, y las Das Reich y Totenkopf escalonadas a su izquierda apoyaban su avance en un frente amplio. Por supuesto la moral de combate de las tropas de Hausser era muy alta, pero también lo era la de la mayoría de los soldados del XLVII: la ventaja de Hausser no fue el fanatismo de sus hombres, sino una excelente disposición táctica facilitada por un terreno favorable. Esta disposición fue lo bastante manejable como para permitir el paso de la 167 InfDiv a través de todo el dispositivo sin producir un desajuste muy grande, como sucedió cuando la 6ª PzDiv hizo lo propio a través de las fuerzas de Kempf.
¿Y qué hay acerca de la mayor concentración de medios? Pues a excepción del mayor número de Tiger (42 de Hausser frente a los 14 de la GrossDeutschland) es falso, ya que las tropas del XLVIII PzKorp contaban con 566 panzer frente a los 394 del II SS PzKorp, La única disparidad eran los carros pesados, pero el XLVIII tenía bajo su mando los 200 Pz V de la 10ª PzBr, mientras que Hausser no había recibido ni un solo Panther. Dadas las grandes expectativas que despertaban estos carros (sobre todo en el propio Hitler) es absurdo pensar que se subequipó al XLVIII en beneficio del II SS. Más bien fue al contrario ya que Hausser solicitó que la 10ª fuera dividida, asignándose un batallón a cada cuerpo acorazado, cosa que fue rechazada rotundamente por Manstein y Hoth.

Ahora bien, precisamente fue la 10ª PzBr el punto más erróneo del despliegue del XLVIII. Esa unidad fue puesta bajo el mando de la GrossDeutschland, lo que convirtió a esa división en un cuerpo acorazado por sí misma, con un total de 350 panzer, 14 flammpanzer, y 35 StuG, casi 400 vehículos acorazados. Esa fuerza igualaba al total de la fuerza acorazada de Hausser, pero mientras que éstas se situaron en un frente de unos 15 km para la penetración, la GrossDeutschland avanzó en un ancho de 4 km, lo que unido al espantoso terreno que habían dejado las lluvias generó un asombroso atasco de vehículos y frenó el empuje inicial del XLVIII. Es decir, que el XLVIII avanzó con más dificultades al comienzo de la ofensiva no por tener menos fuerza que Hausser, sino por tener más en mucho menos terreno.

La responsabilidad inicial de ese despliegue masivo en torno a la GrossDeutschland se reparte a partes iguales entre Hoth, Manstein y Hitler. Hoth quería concentrar una fuerza abrumadora en la mejor unidad del Heer para que su avance fuera mucho más contundente que el de las unidades SS. Manstein no vio nada malo en ello (como si el hecho de meter 400 carros y cazacarros en una extensión de frente tan pequeña no fuera evidentemente un error) y Hitler estaba deseoso de ver a sus flamantes Panther avanzar en masa contra los aterrados rusos que, sin duda, huirían ante semejante muro de acero.

Otro defecto en el planteamiento de Hoth fue el empleo del LII Cuerpo. Sin apoyo acorazado esas unidades carecían de fuerza para atravesar las defensas soviéticas, y dado que eran la única fuerza de infantería disponible en el flanco izquierdo tuvieron que ir avanzando dentro de la penetración del XLVIII PzKorp, lo que dificultó aún más los movimientos.

Había un último error en el conjunto del dispositivo Sur, y es la ausencia total de reservas. Todavía Kempf podía recibir en caso de urgencia el apoyo de algunas unidades desplegadas al sur de Kursk, entre ellas la SS PzGrDiv Wiking, pero el IV PzArm iba a meter todas sus fuerzas en combate desde el primer momento. Sin reservas, las propias tropas en avance debían tratar de aprovechar los éxitos en las penetraciones sin dejar de combatir, lo que limitaba la expansión del frente y a la postre impidió que le XLVIII ganara suficiente espacio como para tener libertad de maniobra. A medida que se profundizase en las líneas soviéticas, la penetración se haría más estrecha, ya que las pocas unidades de infantería disponibles irían desplegándose para cubrir los flancos sin contar con fuerza suficiente como para ampliar el terreno y ganar cobertura.

¿Se podría haber dispuesto de una reserva? Es posible: parte del LII Cuerpo y la 10ª PzBr hubiera podido mantenerse en reserva. Así se hubiera contado con una o dos divisiones de infantería para apuntalar el terreno conquistado y destinar un batallón de Panther a cada uno de los PzKorp. Dado que se conocía sobradamente el tipo de problemas que podían dar los Pz V hubiera sido más sensato que lanzarlos a la batalla desde el comienzo. Eso hubiera mejorado el movimiento del XLVIII, que no se hubiera visto obstaculizada por esa enorme unidad. Por otra parte la 11ª PzDiv situada entre la GrossDeutschland y el cuerpo de Hausser estuvo utilizada por debajo de sus posibilidades, así que hubiera sido factible mantenerla también como reserva operativa. Ahora bien, es dudoso que Hitler hubiera consentido ese uso de los Panther y tampoco parece probable que Hoth hubiera aceptado reducir la fuerza de avance del XLVIII, así que esas posibilidades jamás llegaron a contemplarse.

El resultado de esos errores de despliegue marcaron el desarrollo de los combates a lo largo de Zitadelle ya que a la altura del día 7 de julio era imposible corregirlos. Así pues las fuerzas de Hoth lograron un buen avance, pero tenían varios palos trabados en las ruedas.

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8 al 11 DE JULIO: El retraso del Destacamento Kempf

Desde el comienzo de la ofensiva el Destacamento Kempf se enfrentó con éxito a las fuerzas soviéticas que trataron de cortarle el paso. En los tres primeros días de combate destruyó o dañó al menos a seis divisiones de fusileros, dos brigadas acorazadas y tres regimientos de carros, amén de diversas fuerzas de artillería y un buen número de aviones soviéticos, gracias a su potente pantalla antiaérea. Sin embargo no logró romper la brecha que le separaba del flanco derecho de Hausser ni obtuvo suficiente espacio operacional como para maniobrar con libertad.

Los contraataques desde las posiciones soviéticas al oeste del Donetz, en la cuña a la izquierda de Kempf, estaban ralentizando demasiado el avance y el día 8 el mando procedió a reagrupar las fuerzas del Destacamento mientras se decidía el curso de acción a seguir.

Frente a Kempf se habría ahora un nuevo cinturón defensivo soviético, Dado que el Destacamento no tenía suficiente fuerza como para cubrir su propio flanco derecho a la vez que concentraba su fuerza para asaltar las nuevas posiciones enemigas, Manstein alteró los planes iniciales y frenó el avance lateral del Destacamento de modo que el III PzKorp, la fuerza móvil más poderosa de Kempf, fuera hacia el oeste para incrementar la presión en ese ala del avance; de ese modo podría tomarse contacto con las fuerzas de Hausser y embolsar a los soviéticos en la cuña de Belgorod-Prokhorovka, y apoyar al II SS PzKorp en los previsibles combates que tendrían lugar contra la reserva acorazada soviética. Este nuevo enfoque fue apoyado por el comandante del III PzKorp, general Breith, que confiaba en abrirse camino hacia el noroeste sin demasiados problemas. El resto de la fuerza de Kempf estableció una pantalla defensiva a todo lo largo del flanco este de la penetración germana poniendo en juego todo el peso de su potente defensa contracarro. El III PzKorp era la fuerza que mejor estaba avanzando hacia el norte, así que el cambio de planes era bastante razonable a la luz del desfase que estaba sufriendo Kempf respecto a Hausser. Breith debía avanzar hacia el norte flanqueando las fuertes defensas soviéticas en torno a Sabynino y, una vez profundizado lo suficiente como para maniobrar, viraría al oeste para acudir al encuentro de Hausser.

Entre el 9 y el 11 de julio las fuerzas del III PzKorp avanzaron por la ribera del Razumnaya y alcanzaron la ciudad de Rzhavets, a menos de 12 km de Prokhorovka y viraron hacia el oeste. El día 12 de julio la 6ª PzDiv atravesó el Donetz, mientras la 19ª y la 7ª la seguían. Sin embargo no fue posible compensar el retraso. Ese mismo día el V Cuerpo Mecanizado de Romistrov se lanzó contra las fuerzas del III PzKorp, cortando su avance. Las fuerzas del II SS PzKorp tendrían que luchar solas con la reserva soviética.
Última edición por Japa el 26 Ene 2008, editado 1 vez en total.
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8 AL 11 DE JULIO: hacia Prokhorovka

El mismo 8 de julio las fuerzas del XLVIII se vieron envueltas en duros combates con unidades del X Cuerpo acorazado y II mecanizado soviéticos. Las tropas de Knobelsdorff resistieron exitosamente y rechazaron los asaltos, pero las posiciones hacia la cuenca del Pena estaban peligrosamente expuestas y no iba a ser fácil consolidarlas.

El día 9 las fuerzas del XLVIII continuaron luchando a la defensiva en su frente norte, hacia Oboyan, mientras la 3ª PzDiv limpiaba las orillas del Pena con un fuerte ataque contra las posiciones soviéticas en Berezovka, siendo rápidamente reemplazada en la nueva línea por la 332 InfDiv. Esta fuerza era insuficiente para asegurar la explotación del éxito y la mayoría de las tropas soviéticas se retiraron en buen orden.

El día 10 continuaron las operaciones en el flanco izquierdo del XLVIII al norte de Bakovo, tratando de despejar en lo posible la amenaza en el sector del Pena y preparándose para los fuertes contraataques que se esperaban por el frente norte. Ante esa previsión Hoth envió las últimas tropas disponibles del LII Cuerpo. En las luchas siguientes las fuerzas de Knobelsdorff lograron embolsar fuertes contingentes de carros enemigos y rechazar los principales ataques. A lo largo del día 11 los combates se sucedieron con una dureza tremenda, ya que los soviéticos hicieron fuertes intentos de liberar a las fuerzas rodeadas. Los carristas del ER combatieron sin desmayar hasta que en última instancia abandonaron sus vehículos ya sin combustible y lograron atravesar a pie las líneas alemanas (no había suficiente infantería como para sellar el cerco). En el flanco oeste la 3ª PzDiv logró igualmente importantes victorias que aseguraron por un tiempo las posiciones en la ribera del Pena.

Finalizado el día 11, el XLVII PzKorp tenía por fin suficiente espacio de maniobra como para iniciar su giro hacia el este y de apoyar el ataque de Hausser. Sin embargo las bajas habían sido muy altas: la X PzBr estaba prácticamente fuera de combate y hubo que retirarla hacia el sur, y el resto de las fuerzas acorazadas de Knobelsdorff habían sufrido un fuerte desgaste. La mayor parte de las bajas entre los panzer eran por avería y podían repararse, pero hacia el 11 de julio las PzDiv del LXVIII estaban por debajo del 60% de su capacidad de combate.

¿Y Hausser?

El 8 de julio las fuerzas del II SS PzKorp se enfrentaron a un fuerte contragolpe acorazado que intentaba separar a los dos PzKorp de Hoth. La Leibstandarte rechazó los ataque enemigos pero la presión no cesó.

Pese a todo los siguientes días la Leibstandarte y la Das Reich continuaron avanzando a lo largo de la línea de ferrocarril que llevaba al norte. La Totenkopf, relevada ya de los combates defensivos en el flanco derecho por la 167ª InfDiv, se desplazó hacia el flanco izquierdo de Hausser para proteger el nuevo avance de los contraataques enemigos y el conjunto del pzKorp viró hacia el este durante el día 11, sin que la fuerte resistencia del ER cediera ni un ápice. Ahora Hausser se preparó para los combates que esperaba en el espacio abierto al sur de Prokhorovka. Ya estaba claro que las fuerzas de Kempf no iban a llegar a tiempo de apoyarle, y Manstein calibró diversas opciones de cara a aliviar la presión frente al III PzKorp y poder establecer un frente unificado una vez las reservas soviéticas fueran batidas por las tropas SS.

Al otro extremo de la Europa ocupada, el día 10 se produjo por fin el temido desembarco aliado en Sicilia. Hitler se vio envuelto en una de sus peores crisis de nervios, ya que ahora se imaginaba asaltos similares en el sur de Francia, el norte de Italia, Grecia…

Para ese momento el IX Ejército ya había quedado totalmente frenado en su ataque en el lado norte del saliente, así que la posibilidad de un encuentro de ambas pinzas en Kursk empezaba a desaparecer rápidamente, y se iba a diluir como un azucarillo en las próximas horas: las fuerzas frente al saliente de Orel iban a pasar a la ofensiva abortando definitivamente el ataque de Model. Si embargo la situación en el flanco sur aún parecía prometedora.

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12 DE JULIO: La leyenda de Prokhorovka

De toda la operación Zitadelle ningún combate ha generado tanta mitología como la batalla de Prokhorovka.

De acuerdo a la versión canónica, el IISS PzKorp se lanzó al asalto hacia el norte, con una poderosa falange acorazada de 600 panzer, entre ellos más de un centenar de Tiger y Panther. buscando un punto débil en las posiciones soviéticas. El fracaso en el avance de Kempf permitió que el V Ejército Acorazado de Guardias de Rotmistrov, con más de 900 carros entre T-34 y KV, se lanzara al contraataque contra Hausser, directamente contra su flanco. Los casi 1500 carros se enzarzaron en un duelo apocalíptico que cubrió el campo de batalla de humo y polvo impidiendo que la LW o la VVS pudieran apoyar a sus fuerzas. Los carristas soviéticos se lanzaron a una frenética cabalgada digna de la Carga de la Brigada Ligera en Balaclava para cerrar distancias y buscar el cuerpo a cuerpo. Agotadas las municiones, los conductores soviéticos usaban sus T-34 como arietes acorazados buscando la colisión contra los carros alemanes. Los poderosos cañones de 88 y 75 eran ahora inútiles en el cuerpo a cuerpo y, al acabar el día, los alemanes se replegaron dejando sobre el terreno más de 300 panzer ardiendo.

Como se ha podido ver en los últimos años, ese relato no es más que una fabulación. El día 12 de julio los alemanes quedaron victoriosos sobre el campo de batalla y sus bajas fueron muy reducidas, los combates prosiguieron en el área hasta el día 18 y las fuerzas implicadas en ambos mandos eran de mucha menor magnitud.

El avance de Hausser no buscaba penetrar puntos débiles, buscaba destruir a las fuerzas acorazadas soviéticas a fin de despejar el lado sur del saliente antes de retomar el avance. Las divisiones SS se emplearon de la manera que habían usado hasta ese momento, con la Leibstandarte encargándose del combate principal mientras la Das Reich y la Totenkopf cubrían sus flancos.

No hubo ninguna falange acorazada de 600 panzer ya que todo el cuerpo de Hausser al completo de sus plantillas no hubiera alcanzado los 400, y tras una semana de combate sus fuerzas estaban desgastadas; en el mejor de los casos hubieran podido empeñar unos 200 carros y tal vez una cincuentena de StuG. Por otra parte las PzGrDiv no lucharon como un bloque sino que la Leibstandarte llevó el peso de los combates y las fuerzas de las otras dos divisiones sólo intervinieron parcialmente: las fuerzas alemanas en la arena de Prokhorovka el día 12 de julio no excedían el centenar de vehículos acorazados, con tal vez quince Tiger en uso y desde luego sin un sólo Panther a la vista, ya que los únicos disponibles en el frente habían ido quedando en la cuneta tras el avance del XLVIII PzKorp.

En cuanto a las fuerzas soviéticas, el V Ejército de Guardias desplegó ese día unos 500 carros de combate en el sector principal, lo que es una fuerza tremenda pero está muy lejos del casi millar de carros de la leyenda. Además esa cifra incluía 140 carros ligeros T-60 y 70, sin valor en un combate con carros. El resto de su fuerza se emplearía en días posteriores ya que la lucha, como ya he dicho, no terminó el día 12, sino que se prolongó casi una semana.

El asalto soviético no fue una acción improvisada, ya que el día 12 todo el frente germano en el saliente fue atacado: como vimos, el III PzKorp de Kempf se enfrentó al V cuerpo mecanizado; por otra parte las fuerzas del XLVIII fueron atacadas al este de la carretera a Oboyán por dos divisiones de fusileros apoyadas por una brigada acorazada que trataron de romper a través de su flanco izquierdo. Estos ataques tenían el objetivo de evitar que el IV PzArm pudiera enviar refuerzos a Model, ya que ese mismo día se inició la ofensiva soviética contra el saliente de Orel.

Lo único cierto de la leyenda es que el día arrancó con los carristas soviéticos lanzados a una carga de la muerte, y tanto es así que la mayoría de los carros soviéticos que participaron fueron destruidos antes de entrar en distancias aceptables de combate. Su infantería acompañante (es decir, los fusileros que iban a lomos de los carros) logró descabalgar a tiempo y establecer puntos defensivos por el campo de batalla, pero a costa de tremendas bajas.

Los alemanes avanzaron hacia la ciudad y una segunda carga suicida se lanzó contra ellos. Ese día Michael Wittman destruyó una docena de T-34. Los Tiger de la 13ª compañía de la Leibstandarte cubrían el avance y cortaron el ímpetu del asalto soviético casi desde su arranque gracias a su ventaja en distancias de tiro. En la llanura abierta de Prokhorovka el 88 era letal y el asalto se saldó con la virtual aniquilación de la fuerza atacante. A lo largo del día se sucedió la misma pauta: los avances alemanes eran contraatacados por los carros soviéticos, y éstos eran rechazados una y otra vez con durísimas pérdidas.

La Leibstandarte no fue frenada hasta la tarde cuando Rotmistrov lanzó sus fuerzas de reserva a la batalla. Las pérdidas de nuevo fueron enormes pero los alemanes no lograron acercarse a la ciudad, aunque quedaron dueños del campo de batalla.

Las otras divisiones de Hausser no estuvieron ociosas. La Totenkopf, a la izquierda de Leibstandarte, presionó hacia el río Psel para evitar que las tropas del 5ª Ejército de Guardias cortara el flanco del PzKorp, y la Das Reich por la derecha se enfrentó a las tropas de Romistrov que estaban desplegadas al sur de Prokhorovka. Ambos combates fueron de gran dureza y finalizaron, al igual que la lucha principal, cuando los avances alemanes quedaron finalmente frenados al caer la tarde.

Ese día el Frente de la Estepa perdió unos 500 carros (sólo el 5º Acorazado de Guardias perdió casi 400), mientras que los alemanes sufrieron 70 bajas en su fuerza acorazada, aunque casi el 40 % de esos panzer estaban reparados al día siguiente (y como veremos lo mismo sucedió con los carros de Romistrov).

Los panzer de Hausser no dejaron de avanzar en todo el combate y su asalto fue finalmente frenado, pero no derrotado. A lo largo del día todos los combates se resolvieron con victorias de los Waffen. Cuando acabó el día no hubo columnas de supervivientes alemanes huyendo hacia el Oeste. No se veían cientos de panzer destruidos en la llanura, ni nadie en el mando soviético gritó eufórico ¡Los tigres están ardiendo!. Tampoco había nubes cegadoras y asfixiantes de polvo y humo, entre otras cosas porque las lluvias de los días precedentes habían humedecido el terreno. Fue un duro combate, pero las épicas escenas narradas en la historia oficial soviética y transcritas por los cronistas occidentales nunca tuvieron lugar.

¿Fue entonces Prokhorovka una victoria alemana? A nivel táctico sí, ya que en el campo de batalla las fuerzas del II PzKorp salieron victoriosas, pero a nivel estratégico no, ya que no se logró destruir a las fuerzas soviéticas en torno a Prokhorovka y al día siguiente la lucha continuaría con las fuerzas de Hausser casi en la misma posición de la que habían partido: el esfuerzo no había rendido lo esperado. La situación el día 12 quedó estratégicamente en tablas, aunque los alemanes, pese a su agotamiento, mantenían la moral muy alta. El 13 ambos bandos se reorganizaron para continuar la lucha: esa pausa es el motivo de que se considerase erróneamente que la batalla de Prokhorovka concluyó el día 12.

El mismo día 13 las fuerzas del XLVIII pzKorp se vieron envueltas en un feroz contraataque por parte del X Cuerpo acorazado en su flanco occidental que logró romper a través de sus líneas, demasiado extendidas, así que Knobelsdorff tuvo que lanzar toda su fuerza disponible para cerrar la brecha. Los últimos restos de la 10ª PzBr fueron retirados ese día después de haber perdido casi todos sus Panther. El XLVIII logró equilibrar la situación, pero no estaba en condiciones de reforzar a Hausser.

El 14 las fuerzas de Hausser renovaron su avance y conquistaron grandes áreas al sur de las posiciones de Prokhorovka rechazando todos los ataques soviéticos. Por su parte el XLVIII logró rechazar a las últimas fuerzas del X y consolidó sus posiciones al noroeste.

Ahora las fuerzas de Hoth estaban en condiciones de concentrar su fuerza para un combate decisivo con el resto de la reserva soviética y, una vez reunidas con las tres PzDiv del III PzKorp, proseguir su avance hacia el norte. Sin embargo los acontecimientos se precipitaron más allá del frente sur: la ofensiva soviética contra el saliente de Orel, que Kluge había creído poder contener sin desviar demasiadas fuerzas del IX Ejército, se reveló como una amenaza a la supervivencia de todo el Grupo de Ejércitos Centro. Manstein recibió órdenes del OKW muy claras: el IV PzArm debía detenerse y consolidar sus posiciones entre el Pena y el Psel, sin avanzar más. Era la sentencia de muerte para Zitadelle.

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Que puedo decir?....


:Bravo :Bravo :Bravo

Saludos
¡El tanque del comandante al frente, como guía a seguir! - Heinz-Wilhelm Guderian
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Gracias, Guderian.

ZITADELLE ¿VENCEDORES?

Los alemanes, como hemos visto, no fueron militarmente vencidos en el saliente de Kursk, y de hecho las unidades del Grupo de Ejércitos Sur avanzaron de victoria en victoria hasta el día 14 de julio. Sin embargo los objetivos establecidos por el OKW eran la eliminación del saliente de Kursk y la aniquilación de las fuerzas soviéticas en el área, más las reservas que los soviéticos lanzaran a la batalla en apoyo de esas fuerzas; el saliente no fue eliminado y las fuerzas soviéticas, aunque gravemente dañadas, sobrevivieron. Los ejércitos germanos no fueron vencidos, pero no alcanzaron sus objetivos. Los generales alemanes fueron muy claros a la hora de evaluar el resultado de Zitadelle: nulo

Pero en una guerra no hay nulos a menos que ambos bandos fracasen en sus objetivos. El bando alemán no había alcanzado los suyos, ya que pese a haber vencido sobre el terreno, no habían ganado la batalla pero ¿qué hay respecto a los soviéticos?

Dejando a un lado la iconografía estalinista sobre Kursk, cuya falsedad ya hemos expuesto sobradamente, ¿qué resultados obtuvo Stavka de los combates entre el 5 y el 14 de julio? Para evaluarlo debemos saber qué objetivos buscaban los generales del ER en ese combate.

La intención de Zukhov al plantear la batalla defensiva en el saliente no era derrotar ahí a los alemanes, aunque toda pérdida que se infringiera a los nazis sería más que bienvenida, sino alterar la situación del frente del Este. En el estado en el que habían quedado las cosas tras los combates de Kharkov estaba claro que los alemanes, operando en lineas interiores, estaban en condiciones de reunir rápidamente fuerzas móviles capaces de aniquilar cualquier penetración soviética. En esas condiciones, una ofensiva tras el periodo de barros, como pedía Stalin en 1943, hubiera sido un suicidio y podría significar la destrucción de las reservas tan duramente reconstituidas a lo largo del invierno del 42. El ER había logrado alcanzar una razonable superioridad numérica y material sobre los alemanes en la primera mitad de 1943, pero la capacidad operativa de las fuerzas germanas podía equilibrar esa diferencia y desbaratar otra vez la fuerza soviética.

Sin embargo Zukhov previó que los alemanes tratarían de pasar a la ofensiva de nuevo ese año porque las ofensivas de verano de 1941 y 1942 habían dado impresionantes resultados iniciales y era lógico pensar que en 1943 volverían a intentarlo en Kursk. Al establecer el dispositivo defensivo del saliente, en vez de evacuarlo o adelantarse con una ofensiva propia a la alemana, Stavka trataba de descolocar a los alemanes. Si sus reservas y sus principales fuerzas acorazadas podían ser conducidas a una batalla de desgaste en ese sector, no estarían en condiciones de repetir la rápida reacción de Kharkov y sería factible lanzar las ofensivas soviéticas sin peligro de perder la iniciativa por una inesperada reacción alemana.

Desde ese punto de vista, Kursk se convirtió en un cebo para atraer a las fuerzas acorazadas alemanas, y desde luego funcionó. Las pérdidas del ER fueron muy grandes, mucho más de lo que esperaban los mandos soviéticos: unos 1500 carros de combate y cañones ATP, más de 200000 muertos y cientos de miles de heridos; pero el resultado fue el esperado. En el norte del saliente el Grupo de Ejércitos Centro vio su fuerza operativa separada en dos, con una frágil porción defendiendo las posiciones de Orel frente a los soviéticos y el núcleo principal atascado en una durísima lucha posicional con su capacidad de reacción muy reducida. En el sur las fuerzas de Manstein estaban dentro de una profunda cuña en el dispositivo soviético, con unas comunicaciones logísticas bastante estiradas, rodeadas por fuerzas soviéticas al norte, este y oeste, y sin suficiente espacio operativo como para moverse con la rapidez con que lo habían hecho varios meses atrás.

Además, aunque las pérdidas alemanas durante Zitadelle no fueran ni de lejos tan altas como proclamaron los soviéticos, no eran neligibles. Entre heridos, muertos y prisioneros los atacantes habían perdido cerca de 75000 hombres en apenas una semana de lucha, y si bien las pérdidas materiales absolutas no eran altas (la mayoría de los carros o cañones de asalto dañados eran reparables) el desgaste había sido muy fuerte y las unidades acorazadas, tan pacientemente reconstruidas por Guderian, estaban ahora, en el mejor de los casos, a un 50% de su potencial combativo. Las reservas de combustibles y municiones se habían consumido en la dura batalla del saliente y costaría tiempo y esfuerzo volver a reponer los depósitos. Aún peor, la LW había hecho un esfuerzo supremo en esos días, y estaba al borde de la crisis frente a una VVS que empezaba a ganar el espacio aéreo frente a una oposición germana cada vez más débil.

Zukhov quería que los alemanes se atascaran en un combate estratégicamente inútil, y lo había conseguido; el mando germano planteó y desarrolló Zitadelle de la forma que él esperaba, con lo que el mariscal obtuvo el resultado que buscaba. Daba igual que las fuerzas de Manstein hubieran logrado importantes victorias tácticas: el vencedor estratégico era el ER, porque pese a las derrotas en el campo de batalla había alcanzado los objetivos que se proponían sus mandos.

Y, todavía con las fuerzas de Hoth avanzando, Stavka se dispuso a cosechar el premio.
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OREL

Habíamos dejado a las fuerzas del Grupo de Ejércitos Centro atascadas en la pesadilla del flanco norte el día 11 de julio. El IX Ejército estaba situado en una posición muy delicada y Model lo sabía. Si los soviéticos se lanzaban a la ofensiva y cortaban sus comunicaciones toda su fuerza quedaría embolsada en un nuevo Stalingrado. ¿Qué fuerzas cubrían su flanco, en previsión de esa eventualidad?

Al este del IX Ejército estaba el II PzArm de Rudolf Schmidt. Tras ese sonoro nombre se disimulaba una fuerza mayoritariamente de infantería, dividida (de norte a sur) entre los Cuerpos LV bajo el mando de Jaeschk, con 5 InfDiv, el LIII del general Cloessner, con una PzGrDiv (mucho peor equipada que las del IV PzArm) y 4 InfDiv, y el XXXV del general Rendulic con otras cuatro InfDiv. La reserva del II PzArm incluía las únicas dos PzDiv de todo ese ejército (la 5ª y la 8ª, con menos de 120 panzer entre las dos) y otras dos InfDiv. La fuerza artillera de todo el II PzArm era de unas 630 piezas en total. Como podemos ver no se trataba de un ejército demasiado impresionante. Su verdadera ventaja táctica era que las fuerzas del Grupo de Ejércitos Centro ocupaban esas posiciones desde 1941 y habían tenido tiempo y medios para preparar bien sus defensas.

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Cuando el 11 de julio se iniciaron los combates en el frente del II PzArm (en torno a Bolkhov y Ulyanovo, el lado norte del saliente de Orel) Kluge no les dio demasiada importancia: consideró que las fuerzas de Schmidt podrían sostenerse sin dificultades si recibían algunos refuerzos, así que ordenó a Model que cesara sus actividades ofensivas del IX Ejército y se preparara para sostener sus posiciones a la espera de reanudar la ofensiva una vez solucionada la situación. Las PzDiv 12ª, 18ª y 2ª0 y la 36ª InfDiv debían prepararse para actuar como reserva móvil del II PzArm. Sin embargo para el día 13 empezó a aclararse la situación y la verdadera magnitud del ataque soviético empezó a vislumbrarse. Kluge estaba convencido de que el enemigo sólo quería aliviar la presión sobre las fuerzas de Rokossovsky: asumía que dada la gran concentración de fuerza del ER en las defensas del saliente no era posible que Stavka se dispusiera a pasar a la ofensiva. Sin embargo el día 14 ya estaba claro que la intención del enemigo era precisamente esa, pasar a la ofensiva (operación Kutuzov), barrer al II PzArm y cercar al IX Ejército contra el Frente Central para posteriormente aniquilarlo. Con eso el Grupo de Ejércitos Centro dejaría de existir. La inteligencia alemana había subestimado de manera asombrosa las reservas soviéticas.

El OKW entregó el mando conjunto del IX Ejército y el II PzArm a Model. Éste decidió mantenerse a la defensiva hasta tener claras las líneas maestras del ataque soviético y, entretanto, reforzó al II PzArm con la 2ª PzDiv, dos batallones de StuG y uno de Nebelfewer. La 12ª y 18ª PzDiv se concentraron en rechazar a las fuerzas soviéticas en Bolkhov y Ulyanovo mientras las fuerzas de refuerzo, seguidas por la 8ª PzDiv y fuerzas de infantería, se dirigían al nuevo frente. Al día siguiente parecía que la situación se había estabilizado, pero en ese momento las fuerzas del Frente Central pasaron a su vez a la ofensiva contra el IX Ejército dentro del saliente, reforzándose con tropas procedentes del sector central del mismo. Aunque inicialmente el IX se sostuvo, Model pidió permiso para iniciar la retirada.

Las fuerzas de Model fueron saliendo poco a poco de la trampa apoyándose en la pantalla de sus fuerzas CC. De nuevo los cañones de los Tiger y Ferdinand marcaron la diferencia: el 505 SpzAbt actuaba como un apagafuegos de un lado a otro con sus escasos carros utilizables. Las unidades de Stug se mostraron igualmente invaluables a la hora de lidiar con la amenaza. Hacia el 18 las fuerzas del IX Ejército habían vuelto a sus posiciones de partida, 12 días atrás.

En ese momento los soviéticos se lanzaron de nuevo en fuerza contra el II PzArm y para el 20 de julio el XI Ejército de Guardias se había abierto paso por entre el LV y el XIII cuerpos. Las tropas alemanas se prepararon para retirarse a fin de alcanzar las posiciones de la línea Hagen, casi 80 km al oeste de la línea original del frente y el 24, después de haber lanzado todas sus reservas al combate, Model dio inicio al repliegue de sus dos ejércitos. Esa retirada se dividió en cuatro repliegues escalonados. La dura resistencia de las fuerzas de infantería del II PzArm les había costado casi la aniquilación como unidades combatientes, pero eso permitió al IX Ejército salir a tiempo de la trampa. Model pudo redesplegar sus fuerzas para de cubrir la retirada sin que se convirtiera en una huida, lo que salvó al Grupo de Ejércitos Centro del desastre.

Entre el 31 de julio y el 17 de agosto las tropas de Model lucharon paso a paso en su repliegue hacia las posiciones al este de Bryansk. Las fuerzas soviéticas no aflojaron la presión ni un sólo momento, pese a que las repentinas lluvias convirtieron los caminos en lodazales. El 4 de agosto las fuerzas alemanas alcanzaron su primera línea de defensa temporal en Kromy.

Sin dar un respiro al enemigo, el día 5 las tropas del ER trataron de romper la línea pero fueron rechazadas con duros esfuerzos y el apoyo de todas las fuerzas disponibles de la LW en el sector. El II PzArm completó la evacuación de Orel y dio comienzo la segunda fase del repliegue hasta el río Moshchenka, la segunda línea prevista. Los soviéticos continuaron tratando de flanquear a las fuerzas que se replegaban pero a medida que las líneas se acortaban Model pudo empezar a reorganizar sus fuerzas ganando movilidad táctica y sólo el día 10, tras durísimos combates en torno a la ciudad de Dmitrovsk, se inició la tercera fase del repliegue alemán. Para entonces las ofensivas contra el Grupo de Ejércitos Sur ya habían comenzado y todo el frente se había convertido en una tormenta.

El 13 de agosto los dos ejércitos de Model lograron unirse y dio comienzo la última fase de la retirada: el 15 las fuerzas alemanas comenzaron a desplegarse en la línea Hagen y hacia el 17 ya habían establecido una sólida posición defensiva. Model había logrado sacar a sus tropas de la trampa de Orel, pero sus fuerzas acorazadas estaban tremendamente diezmadas y todos los esfuerzos del IX Ejército en Zitadelle se habían perdido. Además, la falta de previsión de la inteligencia alemana había dado una falsa seguridad de cara a organizar la ofensiva contra Kursk y se habían establecido importantes depósitos logísticos en el saliente que habían tenido que ser destruidos por los alemanes en retirada o habían caído en manos soviéticas. La moral de las agotadas tropas alemanas no estaba en su mejor momento, y su equipamiento material quedó bajo mínimos.
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Mensaje por Japa »

Por cierto: el mapa de la ofensiva del grupo Sur en Zitadelle que iba a subir es el que puso APV así que por eso no he añadido nada; es claro y conciso, como vereis si lo comparáis con el que acompaña esta entrada.

SITUACIÓN DEL GRUPO DE EJÉRCITOS SUR

Hacia el 14 de julio, como vimos, cesaron las operaciones ofensivas alemanas en el sur del saliente, marcando el final de Zitadelle. A partir de ese momento las fuerzas de Manstein iniciaron los preparativos destinados a asegurar sus posiciones y despejar las riberas del Pena y el Psel (operación Roland). El día 15, con cuatro días de retraso, las fuerzas de Kempf lograron juntarse con las tropas de Hausser cercando y aniquilando a las fuerzas soviéticas que no habían logrado aún retirarse de la cuña al norte de Belgorod. Las luchas en torno al área de Prokhorovka continuaron hasta el día 18. La ciudad no llegó a caer en manos alemanas, pero el Frente de la Estepa sufrió fuertes pérdidas.

Pese al desgaste, las fuerzas de Manstein estaban bastante bien si tenemos en cuenta los duros combates que habían sostenido. La moral era alta ya que en todo momento se había avanzado y tras la lucha del día 12 tenían aún cerca del 50% de su potencial acorazado, una cifra que Manstein esperaba poder mejorar en los siguientes días. Así pues se opuso con firmeza a detener las operaciones, considerando que todavía estaba en buena situación para luchar la batalla definitiva contra las reservas soviéticas y concluir exitosamente la destrucción del saliente. Sin embargo el día 14 ya estaba claro que Model no iba a poder acudir a la cita en Kursk y que muy probablemente no lograría sostenerse en el saliente de Orel, así que las expectativas de Manstein parecen demasiado exageradas, sobretodo teniendo en cuenta que no había campo abierto para sus fuerzas al norte de Prohkorovka, sino más defensas.

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Como puede verse en el mapa, aunque el IX había atravesado los tres primeros cinturones fortificados, entre Prokhorovka (la flecha roja marca la penetración de Hausser hasta el 12) y Kursk (círculo verde) aún había varias líneas defensivas y una distnacia considerable. La movilidad operativa soviética era muy alta luego Hoth hubiera debido combatir por casi cada kilómetro de avance. Dado que además Model se estaba replegando, el IX PzArm hubiera debido avanzar contra las posiciones del frente Central, al norte de Kursk, para cortar el saliente. Sin la garantía de la superioridad aérea la idea de completar la operación Zitadelle sólo con las fuerzas de Manstein no parece muy razonable.

En este caso parece que Manstein estaba sobreestimando mucho sus posibilidades, y es bastante probable que cualquier avance posterior hacia el norte se hubiera convertido en una victoria pírrica, ya que los soviéticos se preparaban a lanzar sus operaciones principales contra el Grupo Sur. SIn embargo al ordenar cualquier acción de tipo ofensivo Hitler causó un notable perjuicio al Grupo Sur ya que Manstein podría haber intentado eliminar el flanco occidental del saliente mejorando mucho su situación y acortando el frente.

Pese a todo Manstein comfiaba en haber causado suficientes daños a las tropas soviéticas como para garantizar un cierto periodo de tranquilidad en el área, de modo que las fuerzas acorazadas bajo su mando pudieran reorganizarse y recuperarse de las pérdidas sufridas. A priori no estaba desencaminado ya que de acuerdo a los informes más de la mitad de la fuerza acorazada soviética disponible en el frente sur estaba fuera de combate. Era cierto: de algo más de 3000 carros disponibles el día 5 de julio, quedaban en servicio menos de 1400. Además Inteligencia consideraba que con un a ofensiva en marcha en el norte los soviéticos no tenían fuerzas para emprender ninguna operación en su sector. Sin embargo había varios factores que iban a desmentir esas conclusiones.

Por un lado en cuanto cesaron los combates los mecánicos del ER se lanzaron a una frenética tarea de recuperación. Ahora jugaba a favor de los soviéticos una característica del T-34 que los alemanes no habían logrado copiar ni por aproximación: su dureza y simplicidad mecánica. Apenas un par de días tras los combates de Prokhorovka en los talleres improvisados del 5ª Ejército Acorazado se pusieron de nuevo en servicio más de un centenar de carros recuperados, y a medida que pasaron los días el número fue aumentando. Habría carros equipados con restos sobrantes de dos o tres modelos distintos, con los escapes dañados, cadenas con eslabones mezclados o la caja de cambios en precario, pero lucharían. Por su parte la logística hizo horas extraordinarias para cubrir las bajas y entre los reparados y la llegada de nuevas unidades desde las reservas la fuerza acorazada soviética alcanzó en unas semanas casi el 80 % de su plantilla original.

Por supuesto las bajas humanas no eran tan fácilmente reponibles, pero aquí iba a entrar otro factor en liza: la rapidez de la reacción soviética. En vez de darse un tiempo para reorganizarse y ganar una superioridad aplastante en el frente sur los soviéticos decidieron que la velocidad era vital: los alemanes no esperaban una ofensiva tan seguida, sobretodo cuando había tantas fuerzas del ER ya comprometidas en el combate por Orel, así que Vatutin y Rotmistrov estimaron, acertadamente, que la sorpresa táctica sería decisiva.

Y el tercer factor iba a ser, como no, Hitler. Ante la imposibilidad de rechazar el desembarco aliado en Sicilia, el temor a la defección italiana, el miedo a nuevos y repentinos desembarcos en la Italia continental o el Adriático y la contundencia de la ofensiva soviética contra el Grupo de Ejércitos Centro, el Führer perdió los nervios y empezó a retirar fuerzas del Grupo Sur.

Primero las tres SS PzGrDiv fueron sacadas de la penetración y redesplegadas al sur, en torno a Stalino. Luego la GrossDeutchsland recibió la orden de pasar a disposición del Grupo de Ejércitos Centro y la 3ª PzDiv pasó a las órdenes del I PzArm. De golpe (el 18 de julio) la fuerza de Manstein se veía reducida a la mitad, y por supuesto con órdenes de no ceder ni un palmo del terreno conquistado. Aún así Manstein todavía confiaba en que no había riesgo inminente de un asalto enemigo.
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Mensaje por Japa »

OPERACIÓN RUMANTSYEV

Mientras el Grupo Sur se debilitaba gracias a las órdenes del OKW; los soviéticos se prepararon para lanzarse hacia el oeste con toda su fuerza disponible. Zukhov desplegó al Frente de la Estepa, maltrecho pero aún listo para luchar: tenía una superioridad numérica razonable, casi de dos a uno. Una nueva decisión de Hitler, destinando al II SS PzKorp a Italia, iba a facilitarle aún más las cosas de modo que hacia el 31 de julio la relación de fuerzas ya era de 3 a 1.

Hay que decir que en sus memorias Manstein cifra la superioridad enemiga en el frente sur como de 8 a 1, dando unas cifras de unidades enemigas astronómicas; la suma de sus estimaciones arroja más de doscientas divisiones frente a sus tropas. Las cifras reales eran más bajas, y puesto que las pérdidas soviéticas habían sido altas muchas unidades partieron a la lucha muy por debajo de su fuerza (hubo divisiones que no llegaban a cubrir el 20% de su plantilla).

Hay que decir que en su libro Manstein incurre en exageraciones desde el mismo comienzo de Barbarossa, y es uno de los responsables del tópico, tan extendido, de las inagotables fuerzas soviéticas lanzándose oleada tras oleada contra las líneas alemanas hasta romperlas por pura fuerza bruta.

El 17 dieron comienzo las primera operaciones contra las fuerzas alemanas al sur del saliente, en torno al río Mius. Pese al inicio de esos ataques Hitler persistió en sus órdenes de redespliegue para la Leibstandarte, que partió para Italia entregando su equipamiento a la Das Reich y la Totenkopf, que acudieron a cortar el avance soviético.

Manstein desplegó sus unidades restantes en un dispositivo defensivo amplio entre el Psel y el Mius. Los alemanes ocupaban un profundo entrante en las líneas soviéticas entre Surny (100 km al oeste de Prohkorovka) y Kharkov (unos 115 km al sur). El mariscal confiaba en que no sólo tendría tiempo de consolidar su fuerza sino que disponía de suficiente espacio como para tener suficiente movilidad táctica si los soviéticos pasaban a la ofensiva en septiembre, antes de las lluvias. Los combates en el Mius no le preocuparon demasiado y los vio como un intento enemigo de estabilizar el frente en el sur del saliente. La realidad es que los movimientos del ER le pasaron totalmente desapercibidos y convirtieron todas sus previsiones en papel mojado.

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Al igual que su operación hermana al norte, los objetivos de Rumantsyev iban mucho más allá de frenar el avance alemán. Se trataba de liberar Kharkov y empujar a los alemanes hasta el Dnieper. Los combates iniciales distrajeron la atención de los alemanes, que fueron cogidos por sorpresa el día 3 de agosto, cuando dio comienzo la ofensiva en fuerza. La maskirovka funcionó a la perfección y ni la LW ni los observadores del Heer vieron los preparativos soviéticos, incluso bajo sus narices. Los ingenieros del ER fueron capaces hasta de construir puentes sumergidos sobre el Donetz, a medio metro bajo su superficie, de modo que hubo unidades acorazadas soviéticas que atravesaron el río aparentemente flotando ante los atónitos ojos de los defensores.

Zukhov mismo coordinó las operaciones y se aplicó con un tesón implacable, sin reparar en pérdidas pero dispuesto a evitar que se produjeran nuevas sorpresas como en marzo. El golpe inicial fue de una tremenda contundencia y hubo sectores del frente alemán que simplemente dejaron de existir. Las tropas de Vatutin abrieron brecha y penetraron profundamente en las líneas alemanas al sur de Prokhorovka. El 5 de agosto Belgorod fue liberada casi a la vez que Orel, y Stalin ordenó salvas de y fuegos artificiales para festejarlo.

La rapidez del movimiento soviético fue algo totalmente inesperado para los alemanes. Antes de que pudieran reaccionar, el 7 de agosto las tropas del VI Ejército de Guardias alcanzaron Bogodunkov, al oeste de Kharkov. En la bolsa resultante la 19ª PzDiv y los restos de tres InfDiv quedaron separadas de las líneas alemanas y fueron prácticamente aniquiladas en los siguientes combates (la 19ª fue reconstituida en octubre en base al 138 PzBon)

El día 8 Manstein informó a Zeitzler que el Grupo de Ejércitos Sur debía replegarse hacia el Dnieper o sería destruido a menos que le llegaran rápidamente refuerzos. El Destacamento Kempf (ahora denominado VIII PzArm) recibió la 3ª PzDiv como apoyo.

El día 9 las primeras unidades soviéticas se acercaron a Kharkov. Iba a dar comienzo la última batalla por la ciudad. Pese a la dura resistencia alemana, encabezada por la Totenkopf (que se unió a los combates el día 12), Manstein ordenó abandonar la ciudad y replegarse el día 22. Al hacerlo desobedeció las órdenes del OKW, ya que Hitler insistía en mantenerla a toda costa puesto que su pérdida disminuiría el prestigio alemán ante los turcos y los búlgaros (razones militares de peso, como puede verse).

Al día siguiente las tropas de Konev entraron en las ruinas de la ciudad. Apenas quedaba nada en pie.
Última edición por Japa el 29 Ene 2008, editado 1 vez en total.
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Trancos-Alatriste
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Mensaje por Trancos-Alatriste »

Genial, Japa. Simplemente Genial la narración de Kursk, batalla a la que veo que le das la importancia que se merece. Para los alemanes supuso la destrucción de lo mejor de su ejército, y el principio del fin.

Estocada: A partir de entonces solo pudieron defenderse.
"Un ejército de ciervos dirigido por un león es mucho más temible que un ejército de leones mandado por un ciervo." Plutarco.
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