8.8 cm Flak 18 Selbstfahrlafette camino al asedio de Leningrado. Vincent Wai.
Destructor de Búnkeres llamado «
Bufla», resultado de montar sobre un semioruga Sd.Kfz. 8 un 8.8 cm Flak 18. Esta adición más el blindaje adicional (14.5 mm máximo) y la correspondiente munición, sobrecargo al chasis en dos toneladas, poniendo en peligro la confiabilidad del tren de rodaje, que se desgastaban prematuramente. Para poner las 17 toneladas en orden de funcionamiento,
la suspensión y el chasis reciben refuerzo. Por otro lado, los golpes consecutivos tienden a dañar el
motor Maybach HL 85, que debe estar mejor aislado en su compartimiento. Al mismo tiempo, se requieren
cambios estructurales para adaptar la máquina a su misión de «
caza búnkeres». Así, la desviación lateral, inicialmente de 5° a la derecha y a la izquierda, se eleva a 151', es decir, a un círculo de 302°, afín de comprometer los objetivos que están sesgados. Estas mejoras demoran la entrega del «
Bufla», y el cronograma prevé el ensamblaje de una docena de máquinas para el mes de noviembre de 1938, el resto se programó para 1939.
Un informe de pruebas del 23 de agosto de 1938 en el campo de
Kummersdorf da una idea del potencial de los 8,8 cm Flak 18 (Sfl.) auf Zugkraftwagen 12t (Sd.Kfz. 8):
Durante estas pruebas, la velocidad inicial muy alta debida a la arquitectura de la pieza, así como al uso de proyectiles perforantes, permitió que en el 30% de los casos se destruyeran al primer impacto objetivos ubicados a 800 o 900 metros. En casi todos los casos, las casamatas han sido destrozados por el impacto del segundo proyectil. En vista de tales resultados, se puede decir que el «88» no solo es capaz de superar pequeñas estructuras fortificadas, sino que también puede destruir un vehículo blindado mediano o incluso uno pesado. A cambio, debe tenerse en cuenta que las armas así modificadas ya no pueden atacar a los aviones enemigos.
Durante el verano, se emiten instrucciones para formalizar el despliegue de «Bufla»:
El Flak 18 de 8.8 cm (Sfl.) Es un arma con buena movilidad y muy alta potencia de fuego. Por esta razón, solo debe usarse contra posiciones de artillería fortificadas, casamatas y objetivos que representan un peligro real. Es cierto que los rendimientos balísticos mostrados por su proyectil Panzergranate 39 le aseguran un gran potencial de destrucción.
El 8.8 cm Flak 18 Selbstfahrlafette y el Zugkraftwagen 12t (Sd.Kfz. 8) participaron en la
campaña polaca en septiembre de 1939. Los informes de personal que sirvió en la 1. Kompanie schwere Panzerjager Abteilung 8. son entusiastas:
El arma goza de buena maniobrabilidad y buena movilidad. La batería es muy rápida y la apertura de fuego requiere solo unas pocas decenas de segundos por vez. Desde este punto de vista, nuestros cañones autopropulsados son muy superiores a los «88» montados sobre montaje cruciforme. La movilidad de nuestras armas permite una verdadera flexibilidad en su uso táctico. Podemos cambiar de posición después de dos o tres disparos. Esto nos permitió no sufrir pérdidas en Polonia, la artillería enemiga no tuvo tiempo de encontrarnos y de hacer un disparo contra nosotros. La infantería, con la que trabajamos, nos lo agradecio mucho. Al punto en el que se nos ha pedido constantemente que intervengamos contra fortificaciones, nidos de resistencia o contra muchos vehículos blindados. En veintiún días de combate, recorrimos 6.000 kilómetros sin tener que solventar ningún problema mecánico.
Finalmente, solo diez
«Bufla» son producidos sobre el chasis del Sd.Kfz. 8. Si bien son formidables contra los bunkeres, su función inicial, estos semiorugas también resultan ser potentes cañones antitanques. Papel en el que destacarán al librarse la campaña de Francia (mayo-junio de 1940) y en el momento de la operación «Barbarroja» (junio de 1941). El 8.8cm Flak 18 (Sfl.) auf Zugkraftwagen 12t (Sd.Kfz. 8)
se empleo hasta marzo de 1943, fecha en que se pierde el último ejemplar. La longevidad y la tabla de caza son elocuente prueba de los méritos de este
Bunkerflak.