El Ejército japonés, 1942-1945. Islas Salomón y Nueva Guinea, 1942-43. Stephen Andrew
De izquierda a derecha:
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Soldado superior de la 20.ª División de Infantería (Nueva Guinea, 1943).
Este hombre participó en la terrible retirada de la 20.ª División por Nueva Guinea en 1943, en la que murieron al menos diez mil hombres. Lleva camisa y pantalón tropicales, con vendas de lana caqui y zapatos
tabi de lona negra y caucho, con su característico dedo gordo separado. Su gorra tropical tiene desplegada la cogotera de cuatro piezas. Los parches con el empleo de
joto-hei están en el cuello de la camisa. Como es el tirador de una ametralladora ligera Tipo 96, lleva el estuche de herramientas y, como arma defensiva, una pistola Tipo 14.
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Soldado de la 2.ª División de Infantería (Guadalcanal, islas Salomón, 1942).
Este
nito-hei forma parte de un grupo de asalto especial y lleva el equipo mínimo: el cinto con dos cartucheras de 30 tiros (y una de 60 en la espalda), la cantimplora y el macuto. Su uniforme es el típico tropical, con camisa y bombachos de algodón ligero; la divisa de grado va encima del bolsillo izquierdo, no en el cuello. En torno al cuerpo lleva una banda blanca que indica tanto a sus enemigos como a sus camaradas que está preparado para morir por el emperador. Va armado de un mosquetón Tipo 99 de 7, 7 mm, más apto para la lucha en la jungla que el fusil ordinario.
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Francotirador del 124.° Regimiento de Infantería (Guadalcanal, 1942).
El 124.° Regimiento formaba parte de la 35.ª Brigada del general Kawaguchi y a final de agosto fue enviado a toda prisa desde Rabaul como refuerzo. El Ejército japonés puso un gran énfasis en la ocultación en la defensa y, al menos inicialmente, proveyó a sus francotiradores con ropa especial de camuflaje basada en las centenarias capellinas de paja de arroz tradicionales. Sobre su uniforme tropical estándar, este hombre lleva un traje de dos piezas hecho de hierba trenzada: un chaleco cerrado en el pecho y una capellina que cubre los hombros. Su fusil Arisaka Tipo 97 de 6,5 mm tiene un visor telescópico de 2,5 aumentos montado muy atrás en razón de que el soldado japonés medio era corto de brazos. En torno a la boca ha sujetado arpillera y follaje. Los francotiradores solían disponer de unos trepadores, unos armazones de metal con dos puntas que se sujetaban debajo de los zapatos y que, junto a un cinturón parecido al que usan los mecánicos de telefonía, les permitía subirse rápidamente a lo alto de los árboles. Allí solían sujetarse con una cuerda de seguridad y aguardaban la llegada de las tropas aliadas, empeñándolas por delante o detrás a distancias medias o cortas y luchando hasta el final, sin opción para la retirada. También actuaban desde «nidos de araña» perfectamente mimetizados en el terreno. Idealmente, dos hombres de cada pelotón estaban entrenados como tiradores de élite.