Sesenta y seis años después de ser liberado de un campo de prisioneros custodiado por tropas japonesas, un veterano de la campaña de las Filipinas ha vuelto a revivir los horrores de la guerra al recibir un misterioso paquete que sin ninguna nota ni explicación contenía siete medallas militares, entre ellas la Cruz de Servicio Distinguido y la Estrella de Plata.
El paquete, que llegó a casa del Capitán retirado del ejército Tom Harrison, (de 93 años) justo el día de su 65º aniversario de bodas, supuso también vez una dolorosa experiencia. Recordar a sus compañeros caídos, la terrible “marcha de la muerte” de Bataan, y luego un duro cautiverio que duro tres años y medio, no fue algo sencillo.
Tras el bombardeo de Pearl Harbor los Estados Unidos entraron en la guerra, y Harrison pasó meses luchando contra los japoneses en las Filipinas. En abril de 1942 20.000 americanos, que se quedaron sin alimentos y municiones debieron rendirse en la península de Bataan, frente a la isla de Corregidor. Después de sobrevivir a la larga y mortífera marcha hasta un campo de prisioneros y donde al que se salía de la fila y caía era seguro que le mataban a golpes o a bayonetazos, estuvo en cautividad hasta que en 1945 fue liberado por los Rangers del Ejército de los EE.UU.
"Me trae recuerdos, pero también me hace sentir como si alguien apreciara mi servicio", dice Harrison mientras permanece sentado en su sala de estar junto con las medallas. "También me recuerda a la gente que sirvió en las Filipinas, ahora soy el único superviviente de mi unidad. He perdido a la mayor parte de mis amigos."
Harrison aún recuerda hasta los más pequeños detalles de su estancia en la guerra, y hace unos 20 años plasmó sus experiencias en un libro llamado "Survivor", lo que le ha permitido que le sea más fácil hablar sobre el sufrimiento, la enfermedad y el hambre que pasó durante el cautiverio.
A pesar del ahora renovado interés de su familia acerca de sus experiencias en la guerra, Harrison se muestra reacio a hablar sobre ello, sosteniendo que está particularmente satisfecho de recibir una Citación de Unidad Presidencial, ya que con ella también se reconoce a los hombres con los que se formó y sirvió.
Como hemos comentado, por su liderazgo y valentía logró dos de los más altos honores del Ejército, la Cruz de Servicio Distinguido y la Estrella de Plata, medallas se otorgan solamente por actos extraordinarios de valor desinteresado. Harrison dice que no recuerda - o no quiere explicar - lo que hizo para lograrlas. "No me gusta hablar de lo que hace a un héroe. No es algo de lo que me guste dar difusión, pero mis hijos están impresionados, y mis nietos dicen que es increible”.
Estrella de Plata, Legión de Mérito y Cruz de Servicio Distinguido.
Resulta frecuente que los veteranos de la Segunda Guerra Mundial reciban medallas décadas más tarde, porque relativamente a pocos se les otorgaron inmediatamente después de la guerra, dice el 1st Sergeant Dennis Meeks, gerente de una empresa con sede al Carolina del Sur y que trabaja con oficiales del Ejército para distribuir las medallas a los veteranos.
Debido a que los metales como la plata o el bronce eran necesarios para sobrellevar el esfuerzo de la guerra, a muchos veteranos se les concedieron cintas y otros se licenciaron, lo que significa que muchos debían solicitar recibir sus medallas, algo que la gran mayoría no hizo.
"Dejaron la guerra a un lado cuando se terminó", dice Meeks. "Tenían otras preocupaciones, como formar una familia o iniciar una carrera”
En cuanto a medallas de Harrison, sigue siendo un misterio quien las solicito, ya que según cuenta su hijo, nadie en la familia se tomó la molestia de hacerlo.
"Si se decide a hacerlo uno puede acostumbrarse a cualquier cosa", dijo Tom sobre su terrible experiencia.
Fuentes:
http://ap.stripes.com/dynamic/stories/U ... 3-10-31-20
http://www.deseretnews.com/article/7053 ... later.html
