Lutzow escribió:Pues es exactamente lo mismo que viene a decir Donald:
https://edition.cnn.com/2019/12/26/poli ... index.html
Así que supongo que el Presidente tampoco será para ti un "modelo de conducta", o quizá sí, porque parece que todas tus filias y fobias se mueven en base a motivos ideológicos y no a la Razón...
Saludos.
En realidad el único modelo de conducta que sigo es el mío. Que suele ser bastante bueno. Nunca me han detenido ni puesto una multa, mientras que otros que se autoproclaman gente maravillosa no pueden decir lo mismo. Paradojas de la vida.
Pues claro que tengo fobia por motivos ideológicos a Al-Qaeda. Como el resto, digo yo.
La farsa de esta guerra, que ha sido llevada a límites propios de un psicoanálisis, ha sido la creación del mito de que esta se trataba de una dicotomía entre el bien y el mal. Pero nunca ha existido esa dicotomía. Bueno, si que ha existido, pero entre la civilización y la barbarie. Y racionalmente todo el mundo lo ha sabido, hasta los mayores contrarios a Putin y Assad lo han sabido en el fondo.
Los rebeldes no han sido jamás ni serán en el tiempo que les quede demócratas ni defenderán ningún tipo de libertad (y menos aún de la forma en la que se les ha presentado).De hecho, nunca en una década hicieron el menor ademán no ya material, sino formal, de abrazar esos valores.
Durante los primeros años toda la prensa occidental vivió en una especie de ola victoriosa de fanatismo que les llevó a repetir hasta la saciedad la caída de Assad en un proceso colectivo de auto-convencimiento que les hizo confundir la fantasía con la realidad.
Cuando la burbuja explotó el fanatismo migró a una desaforada y sangrienta versión que les llevó a exigir la muerte de grupos sitiados en vez de reconocer que la rendición era la mejor opción, de hecho era la única.
Y cuando ya no queda duda alguna de quienes son los rebeldes (la nueva Al Qaeda, es decir, unos asesinos y terroristas) se niegan a aceptar la realidad evidente y siguen con una ensoñacion ridicula de que Idlib hay “rebeldes” en una “fortaleza”.
Pero esta reacción es emocional, no racional. Vamos, que en realidad se dejan llevar y si hacen lo que hacen (y dicen lo que dicen) es porque en el fondo son gente tan miserable y degenerada que son capaces de hacer alegatos a favor de lo más bajo de la humanidad con tal de poder sobrellevar una sensación terrible de impotencia y humillación que les llega hasta el tuétano.
Porque en caliente vale que se digan tonterías, pero no tras una década.
Y porque en el fondo estoy seguro que ninguno de ellos, en un momento de brutal choque con la realidad, preferiría pasar, en persona, una semana de parranda en Idlib que en Damasco, sabiendo quién domina el cotarro en sus calles. Nadie.
Pero mira, al final, toda esta caterva se va a tener que j*der. Y yo personalmente me alegro, porque han demostrado ser incompetentes, infantiles, cobardes y mentirosos. Lo peor de lo peor. Así que deberían reflexionar, si quieren.
Así que, en lo que a mi respecta, se pueden ir a por amapolas el Washington Post, el New York Times, The Guardian, la telaraña de Think-thanks estadounidenses que no saben lo que es pensar, el Congreso de los EEUU, los Cascos Blancos y todo aquel que considere que tengo que sentir simpatía (no te digo ya, rendir pleitesía) a una gente que se dedica a poner bombas en trenes en hora punta.