Faluya, una ciudad de matyoría suní, siempre ha sido uno de los principales focos de insurgencia. Pero las dos batallas por esta ciudad se desataron a raíz de unos terribles hechos acontecidos en ella. Un vehículo en el que viajaban mercenarios de la empresa Black Water, fue atacado. Cuantro contratistas de seguridad de esta empresa murieeon, todos de nacionalidad estadounidense. Una gran muchedumbre se dedicó a descuartizar y colgar de un puente los cadáveres calcinados de estos homres, en unas imágenes que logró captar un cámara y que fueron difundidas por todo el mundo.
Las baterías de artillería se instalaron en los alrededores de la ciudad, junto con francotiradores y carros de combate. Faluya fue cercada, y en la ciudad se introdujeron pelotones de soldados, grupos de un centenar de hombres, que se enfrentarían a un terorífico combate urbano. Los regimientos 1º y 5º del 3º batallón de marines, 3º y 8º del 1º batallón de marines, regimiento 2º del 2º batallón de infantería y el regimiento 7º del 2º batallón de caballería serían los encargados de entrar en la ciudad.
En pocos días, las tropas estadounidenses se hacen con gran parte de la ciudad, toman el hospital, la autopista 10 y los puentes sobre el úfraes, donde hunden los botes para no ser víctimas de atentados suicidas. En el lado del río dominado por los estadonidenses, se establacan hospitales mlitares de campaña. Los combates se centran en el barrio de Jolan. Los insurgentes se hacen fuertes en hospitales y mezquitas. Las tropas estadounidenses tienen que combatir casa por casa, puerta por puerta. Las trampas y bombas son habituales en la ciudad. Algunos soldados mueren al abrir puertas. Los insurgentes habían colocado bombas en las puertas de tal forma que estas explotaran al abrirlas. También se suceden los ataques suicidas. Las tropas estadounidenses se ven sometidas a una tensión permanente, mientras recorren la ciudad. A esto se suma que los soldados tienen entre 19 y 22 años, y que los tenientes rondan generalmente los 25 años. No todos los insurgentes son iraquíes, ni todos buscan el martirio. Algunos son hombres bien preparados para un combate de estas características. Saben buscar buenas posiciones de disparo, son buenos tiradores, y se moeven con rapidez por una ciudad reducida a escombros. Un francotirador mantiene en jaque a todo un pelotón en una calle durante horas, causando a los americanos dos bajas mortales. Los soldados estadounidenses gastan enormes cantidades de munición, para descubrir posteriormente, que el francotirador se había retirado del lugar unos horas antes. Los insurgentes acechan en cada esquina, y lanzan proyectiles de mortero que causan muchos heridos a las tropas asaltantes.
En otra ocasión, un grupo de soldados sube a un minarete, desde el que unos ind¡surgentes habían abierto fuego. El minarete ha recibido una intensa luvia de proyectiles estadounidenses, y ya no salen disperos de él, pero los soldados suben para asegurarse. El soldado que va en cabeza tiene 22 años, y es alcanzado en la cara por las balas de un iraquí que se escondía en lo alto del minarete, cayendo muerto al instante. Sus compañeros acaban con el insurgente, pero se tienen que retirar ante un ataque de cientos de insurgentes.
En una mezquita, más de un centenar de insurgentes resisten a las tropas estadounidenses, que lanzan sobre ella todo su potencial de fuego. Tras unas horas de combate, los marines entran en la mezquita, en la que sólo hay muertos y heridos. Un cámara que acompaña al pelotón, graba cómo un soldado remata a un herido en el suelo en esta mezquita, imágenes que causan gran polémica en el mundo entero.
Las emboscadas en las calles de Faluya son constantes, y los tanques no suelen acompañar a los pelotones, que se desplazan más velozmente sin elos, pero con menor cobertura de fuego. En una calle estrecha, un Bradley es alcanzado por un RPG y empieza a arder. El combate ubano favorece a los insurgentes, que aunque sufren muchas más bajas que os esadounidenses, son capaces también de causar mayores pérdidas a los americanos que en batalla campal. En ocasiones, combatientes iraquíes disfrazados de soldados de la Guardia Nacional iraquí, atacan por sorpresa a las tropas americanas. os pelotones pasan las noches en edificios de la ciudad, y en ocasiones, duros ataques de los insurgentes están cerca de rodear esos edificios. Los helicópteros sobrevuelan la ciudad y bombardean puntos señalados por las tropas terrestres que recorren la ciudad. La aviación elimina puntos concretos donde la resistencia es muy feroz. Los combates no cesan ni por la noche, y las explosiones de obuses o proyectiles de mortero iluminan la ciudad, cuyo sistema eléctrico está destruido.
La población civil sufre las consecuencias de los combates. La ciudad está devastada y muchos civiles mueren en los bombardeos. La Cruz Roja habla de catastrofe y no da abasto para ayudar a los civiles heridos.
El número de muertos se desconoce, el Gobierno de Estados Unidos admitió la muerte de unos 1.200 insurgentes, mientras que el Gobierno iraquí habla de más de 2.000 muertos, entre ellos civiles. La Cruz Roja, contabilizó 6.000 no combatientes muertos en la última semana de combates. Otros fuentes hablan de entre 60.000 y 90.000 muertos si se suman las dos batalas que han acontecido en la ciudad. El ejército estadounidense perdió alrededor de 70 soldados y tuvo algunos cientos de heridos.
Un grupo de Hummer avanza por una devastada calle de Faluya.
Artilería estadounidense en Faluya.
Soldados estadounidenses combaten en Faluya.
Una calle tras los duros combates.
Un grupo de soldados recorre una calle desierta.
