Requiem en Culp's Hill. Artista Mark Maritato.
Esta pintura representa la vívida descripción del Cabo Charles Teasdale del 14º de infantería de Brooklyn (14º regimiento de la Milicia del Estado de Nueva York) mientras se mueve cautelosamente sobre la devastación en Culp's Hill donde combatió su regimiento. Los detalles de esta escena se toman directamente de su entrada en la lechería del 4 de julio de 1863, la mañana posterior a la batalla.
Gettysburg, 4 de julio de 1863.
Todos los chicos parecían saber por instinto, no por el conocimiento recibido de que los Rebeldes se habían ido de nuestro frente. Primero uno, luego otro y poco después docenas saltaron sobre los parapetos al frente. Creo que fui uno de los primeros porque me moví con cautela y medio temiendo que me engullieran y vimos a muy pocos de nuestros chicos durante un tiempo. Cuando comenzó a hacerse más claro vi más y no había llegado muy lejos frente a nuestra línea de parapetos y justo en la parte inferior de la colina, las evidentes indicaciones de la Línea Rebelde se mostraron. las cajas de los cartuchos de madera, algunas vacías y otras medio llenas, estaban a lo largo de la línea por montones. Estas eran las cajas que generalmente se llevan en los vagones de municiones para ser servidas por el Sargento de Ordenanzas. Aquí los Rebs se habían dispersado con esa formalidad y habían colgado las cajas a lomos de mulas y caballos y los habían arrojado a lo largo de la línea para que la infantería en las líneas de batalla pudiera ayudarse a sí misma. Ahora vi la terrible carnicería a la que los rebeldes habían sido sometidos. Los cantos rodados en esta parte del campo son tan grandes y numerosos que se ocultaron detrás de ellos y los árboles de nuestro fuego frontal, pero no pudieron hacerlo desde el enfilamiento de nuestra derecha debido a la curva en nuestra línea de parapetos aquí. En cada dirección, los muertos yacían espesos y se superponían entre sí en grandes cantidades, especialmente detrás de los cantos rodados. Algunos de los muertos parecían tranquilos, otros no. Todo parecía descalzo, andrajoso y pobre, y parecía que poco después de la muerte se estaba descolorando. Un hombre de mediana edad que era muy robusto tenía una cabeza que para mí parecía casi tan grande como una medida de picoteo y casi negra en la cara también. Este lugar estaba en su soledad medio oscura, un verdadero lugar de terror. Tantas pruebas espantosas de muerte violenta y dolorosa abundan aquí. Tuve que abrirme camino y quedarme quieto rodeado de muertos y buscar un lugar para poner el pie antes de pisar para evitar pisar a los muertos. A medida que me alejaba más de nuestras líneas, los muertos disminuían en número y llegaba a un manantial. No muy lejos de este manantial había un rebelde al que primero pensé que estaba muerto. estaba muy pobremente vestido con ropas andrajosas y tenía un pedazo de tela de algodón atada alrededor de sus tobillos. Su cabeza y hombros estaban en parte levantados y apoyados contra un árbol de buen tamaño cuando se acostó aparentemente muerto. No pude ver ninguna herida ni ninguna causa visible de su muerte y mientras lo miraba, otro camarada o dos se acercó y hablaban de la pelea de ayer y de este hombre tendido ante nosotros y los otros muertos rebeldes tendidos en el campo, cuando aunque vi un movimiento de un músculo en la garganta del hombre. Traté de darle un poco de agua y él se lo tragó y fuimos superados al escuchar el agua gorgotear en su garganta. Un teniente llegó al lugar justo ahora y le dimos al hombre otra bocanada de agua. En parte abrió su ojo y comenzó a vomitar. Le dimos la vuelta y esto pareció demasiado para el pobre tipo. Vomitó un poco y evidentemente se estaba volviendo más débil. Ahora vimos que la parte inferior de la parte posterior de la cabeza, donde se une al cuello, casi había desaparecido. y todo era sangre y huesos puros y cabello empapado con la sangre del pobre. Uno de los muchachos corrió a la fila, tomó una manta y lo llevó a una ambulancia que algunos de nosotros estábamos apareciendo. No lo vi más. El pobre hombre no podría vivir. Pronto volví a mi posición en la línea y más tarde en el día en que fui a otra parte del terreno Rebelde, a saber, el lugar a nuestra derecha donde los Rebeldes habían trabajado su camino en la noche del segundo día de pelea. Una vez más, el suelo estaba cubierto de muertos, pero estaban mejor vestidos que aquellos a los que estaba mirando por la mañana. Sus uniformes grises con adornos rojos parecían nuevos y pulcros. Un joven oficial yacía boca arriba, parecía tan calmado y como si disfrutara de sus más dulces puntajes para dormir además. En un lugar, en una depresión en el suelo junto con una docena más o menos de los muertos, yacía un hombre muy apuesto, con una larga barba oscura, bigote y su caballo negro muerto a su lado. Qué espectáculo tan terrible. Los oficiales de la Unión presentes en el horrible lugar donde miraban a este oficial dijeron que era General. El Ayudante General de Ewell. Era un oficial de aspecto espléndido. Algunos prisioneros nos dijeron que se acercó a las líneas instando a los Rebeldes con la esperanza de capturarnos a nosotros y nuestra posición cuando él y su caballo fueron muertos a tiros. Sus pies no estaban fuera de los estribos mientras yacía allí muerto detrás de la roca. Estuvimos todo el día detrás de nuestras fosas de fusil. En una ocasión fui a otra parte de nuestra línea un poco a nuestra izquierda para ver un grupo de banderas Rebeldes capturadas que estaban allí. Una bandera especialmente hermosa de seda azul gruesa tenía el siguiente lema "Dulce et Decorum set Pro Patvia Mori". Una bandera muy elegante. Hacia la noche tuvimos una tormenta muy fuerte. También escuchamos un fuerte cañoneo hacia la noche. Se supone que es nuestra caballería en busca del enemigo que, según los informes, retrocedió en completa retirada. Nuestras raciones son escasas, pero esta noche recibimos algo del tren del 5º Cuerpo.
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