Jack el destripador

[josé luis]

Va perfectamente. Acabo de pulsar el enlace que he colgado arriba y todo va bien.

José Luis

[Pablorojo]

Ahora sí, por suerte.

Saludos.

[Bruno Stachel]

Espero que hayas pedido una reedición revisada (la mía es de 2002), pues la edición original es de 1994. Cuanto más tardía, mejor, pues así repasa las últimas teorías y extravagancias.

También te recomiendo The Jack the Ripper A-Z, ya citada, y The Ultimate Jack the Ripper Sourcebook de Stewart P. Evans, con quien tuve el placer de debatir en casebook. Stewart aporta un montón de documentación oficial y prensa de la época.

Ciao
José Luis

Pues todavía no lo se, porque el genio de mi librero me ha llamado a eso de las 8 para decir que me van a traer el de Cornwell también, además del de Sudgen. A ver como le hago entender a ese hombre que sólo quiero el de Sugen, pero en fin. El A-Z es una de mis asignaturas pendientes, igual que el de Evans. A ver si hay suerte.

Y por cierto, me alegro una barbaridad de volver a coincidir contigo, José Luis. Es siempre un gustazo poder leerte, de corazón lo digo.

El link con casebook a mi siempre me ha funcionado bien, por cierto.

[josé luis]

¡Hola a todos!

Y por cierto, me alegro una barbaridad de volver a coincidir contigo, José Luis

Igualmente

Las especulaciones sobre qué tipo de persona debía ser el asesino han sido mucho menos numerosas y desarrolladas que las de la identidad del asesino. Quiero exponer aquí la “teoría del médico”.

Nunca ha habido unanimidad sobre este asunto entre los autores que dieron sus trabajos a las editoriales. Tampoco hubo acuerdo en la época entre los policías que investigaron el caso y los médicos que participaron en las autopsias de los cadáveres de las víctimas. Cualquier discusión sobre el tema debería basarse primeramente en lo que dijeron esos médicos de la época. Veamos, pues, este particular en las cinco “víctimas canónicas”.

1) En el caso de Polly Nichols, cuyo cuerpo sin vida fue hallado a las 03:40 del 31 de agosto de 1888 en Buck’s Row, el doctor Llewellyn fue quien realizó la autopsia. Informó en el juicio que el asesino “debía poseer algún conocimiento anatómico rudimentario”.

2) En el caso de Annie Chapman, cuyo cuerpo sin vida fue encontrado sobre las 06:00 del 8 de septiembre de 1888 en el núm. 29 de Hanbury Street, el doctor Phillips practicó la autopsia. Declaró: “Obviamente, el trabajo fue el de un experto, de uno, al menos, con tal conocimiento de exámenes anatómicos o patológicos que le permitieron cortar los órganos pélvicos con un solo golpe de cuchillo.”

3) En el caso de Elizabeth Stride, cuyo cuerpo sin vida fue hallado a las 01:00 del 30 de septiembre de 1888 en Berner Street, los doctores Blackwell y Phillips realizaron la autopsia. En esta ocasión, el asesino fue probablemente interrumpido por la llegada de un testigo, y no pudo completar su “trabajo”. Stride sólo tenía una incisión en la garganta, y Phillips declaró que el asesino sabía dónde cortar para que la herida fuese mortal.

4) En el caso de Catharine Eddowes, cuyo cuerpo sin vida fue hallado a las 01:44 del 30 de septiembre de 1888 en Mitre Square, el doctor Gordon Brown (con la presencia de los doctores Sequeira, Saunders y Phillips) practicó la autopsia. Brown afirmó que el asesino tenía “tanto pericia quirúrgica como conocimiento anatómico”.

5) Finalmente, el caso de Mary Jane Nelly, salvajemente mutilada en Dorset Street. El doctor Bond (y Philipps) realizó la autopsia y declaró que el asesino no tenía conocimiento alguno de anatomía.

Bien, en ningún caso los médicos que realizaron las autopsias o participaron en ellas afirmaron que el asesino era un médico, sino, algunos, que tenía conocimientos anatómicos y pericia en el manejo del cuchillo. El asesino podía ser un cazador, un matarife, un estudiante de medicina…….y, naturalmente, un médico.

En mi opinión personal, el asesino era alguien acostumbrado al uso del bisturí o del cuchillo, es decir, probablemente un médico o un matarife. La opinión del Dr. Bond no me merece mucho crédito por su falta de rigor en el informe que realizó de la autopsia de Mary Jane. Escribió que el cuerpo de la víctima estaba completamente desnudo, cuando cualquiera que eche una ojeada a la fotografía del cadáver puede comprobar fácilmente lo contrario. Quizás el Dr. Bond, como el resto de sus colegas, no estaba exento de un cierto “pudor victoriano” que le hacía ver desnudo un cuerpo femenino escaso de ropas. Y por la misma razón, quizás el Dr. Bond, como algunos de sus colegas, era incapaz de afirmar públicamente que un bellaco del calibre del Destripador podía pertenecer a la noble profesión de la medicina. Porque, no lo olvidemos, existía la creencia generalizada de que el asesino no podía ser alguien de bien, alguien de la buena sociedad, sino un rufián de los bajos fondos. De igual forma que existía un fuerte prejuicio social para aceptar que este rufián fuese un inglés, “alguien de los nuestros”; era mucho más tranquilizador acusar a algún emigrante del East End, un judío polaco o ruso, un demente del extracto social más bajo de Whitechapel y Spitafields.

Lo que está claro es que el asesino era hábil y rápido. Según los expertos, la extracción del riñón (caso Eddowes) es una tarea complicada: requiere saber dónde está localizado y no es fácil llegar a él (está recubierto por una membrana). Si tenemos en cuenta que el asesino llevó a cabo esa operación en una casi completa oscuridad y en la excitación de la comisión de un delito capital (probablemente habiendo cometido otro asesinato hacía tres cuartos de hora tan sólo), no parece sencillo aceptar que fuese un inexperto o un simple cazador. Al menos, tendría que ser un buen matarife. La extracción del útero de la Chapman fue ejecutada con gran limpieza, sin dañar los tejidos adyacentes. El asesino estranguló, al menos, a tres de sus víctimas hasta quitarles la vida o dejarlas inconscientes, y luego las degolló. Con el estrangulamiento evitaba los gritos y que, al cortar, manase mucha menos sangre de sus víctimas.

En todo este proceso hay método y conocimiento, más que ritual o azar.

Saludos cordiales
José Luis

[Bruno Stachel]

Hasta la reina Victoria dijo que no podía tratarse de un británico.

Cierto es que parece necesaria una cierta habilidad quirúrgica para cometer esas mutilaciones, pero, si mal no recuerdo, las autoridades médicas modernas han puesto esto en duda. Por ejemplo, en el destripamiento de Chapman, la parte inferior del útero y la cérvix fueron extirpadas mediante un corte limpio a través del canal vaginal, pero el resto de la "operación" fue sumamente torpe.

Sinceramente, en esto no se con que carta quedarme, pues es cierto que se require una cierta habilidad para hacer lo que hizo Jack, y más aún teniendo en cuenta las circunstancias -de noche, con poca luz y en mitad de una furia asesina.

Wynne Baxter, por cierto, expuso la teoría de que un norteamericano había estado buscando en los hospitales londinenses úteros para exportarlos en conserva. Este macabro comercio justificaría los asesinatos, idea que el gremio médico se apresuró a desmentir.

[Pablorojo]

El caso del riñón es ejemplificador. Es un órgano retroperitoneal, es decir está detrás del resto de vísceras y por lo tanto bastante oculto, y dentro de una membrana ( fascia ) la cual a su vez está recubierta de grasa (" la celda renal " ).

Indudablemente que requería el asesino ciertos conocimientos anatómicos y habilidad en el manejo del cuchillo, y sobre todo a la velocidad con que actuó y la poca luz.

Saludos.