Antigono Monoftalmos escribió:Si el Reino Unido en pleno auge no pudo frenar la independencia de los EEUU, un territorio pequeño en comparación con la América española; ¿cómo iba a evitar la independencia de todo un continente una España arruinada por tantos años de guerra y de ejércitos saqueando su territorio?. Era imposible, y la actitud del gobierno de Fernando VII y las clases privilegiadas no ayudó. Como menciona Losada en su libro Las Guerras de España:
Luchar por mantener América era invertir en soldados, y sobre todo en barcos. Pero sin dinero era imposible hacerlo. Todo ello fue el resultado de la negativa del Rey y de las clases privilegiadas del Antiguo Régimen a aceptar reformas económicas que alterasen el orden establecido. Pero sin una reforma liberal, que implicase cobrar impuestos a la nobleza y a la Iglesia, sin desamortizar sus tierras y acabar con los señoríos, era imposible recaudar lo que el Estado precisaba para su funcionamiento. Las clases gobernantes prefirieron perder América y aceptar la ruina del Estado a perder sus privilegios. Un claro ejemplo de como su pretendido patriotismo pasaba, ante todo, por su cartera.
Y también cita a Josep Fontana:
Uno de los precios que hubo que pagar por la aceptación de unos ingresos bajos, fue la decadencia del ejército y la ruina total de la marina, lo que implicaba la renuncia definitiva a la reconquista de las Américas y la dimisión de España en su papel de potencia europea. Los defensores de la tradición aceptaron pagar este precio a cambio de salvar sus queridos privilegios.
Así que queda claro, que los culpables no fueron los "malvados" liberales ni los "impíos" masones, sino los "santos defensores de la tradición", la aristocracia, el Rey y el alto clero, que en vez de reformar y renovarse, prefirieron que todo permaneciera igual aunque ello implicara la pérdida de los mercados americanos, la ruina del ejército y la armada, y la conversión de España en un país subdesarrollado en la periferia de Europa. Quienes arruinaron al país fueron los estamentos privilegiados, quienes no contentos con ello, volverían a hundirlo con las guerras carlistas.
Hay ciertas cosas en las que no se te puede negar razón. Sobre todo en lo tocante a privilegios, que no eran exclusivamente monopolio de las clases que citas. Pero en defititiva estas cuestiones no dejaban de ser astillas en un tablón. A todo el mundo que se asoma al proceso independentista de Hispanoamérica parece que se les olvida, aunque personalmente lo que creo es que directamente lo desconoce, que ese proceso es desde el principio un plan estratégico a largo plazo que nace en Londres a mediados del XVIII, pero que no es hasta el momento de las guerras napoleónicas y concretamente la que en Gran Bretaña es conocida como Peninsular War, cuando surge de verdad la posibilidad de llevarlo a cabo hasta el final.
Yo invito a todo el que esté interesado en conocer la verdad última de todo ello, que investigue un poco todo el proceso, fechas, protagonistas, viajes y estancias de esos personajes en el Reino Unido, cómo fueron captados, como se les ayudó y asesoró. Y finalmente lo que supuso en definitiva la independencia desde el punto de vista comercial para el continente y quién se llevo a la postre el gato al agua de todo este pasteleo infame. Sí, eso es, justamente esos dos paises que estamos pensando ahora mismo: Gran Bretaña, primero y Estados Unidos, finalmente.
Así que, sobre todo nuestros amigos hispanoamericanos, me vais a perdonar cuando digo no tengo en ninguna estima por esos próceres de la patría como Bolívar, Miranda, San Martín y tantos otros, cuya falta no es que, como españoles, fueran criollos o no, se revolvieran contra su propio país, sino el haberse dejado captar y manipular como marionetas por los británicos. El propio Miranda recaló en Londres en fechas tan tempranas como 1785, donde creó, por supuesto bajo directrices inglesas, un centro de captación por el que posteriormente pasarían todos los demás y donde, por cierto, jugó un papel fundamental la logia masónica inglesa. Posteriormente algunos de estos criollos establecerían logias masónicas en sus paises de origen. Así pues, esta independencia no nace como un grito de libertad de los oprimidos pueblos nativos que buscaban sacudirse del yugo de la intolerante metrópoli. Va a se que no fue eso. Fue un proceso donde se enfrentaron muy principalmente criollos que querían apartarse de España, contra criollos que querían seguir junto a España. Esa idea románticamente absurda e imposible que todavía susbiste hoy de ejercitos ciudadanos de hispanoamericanos luchando contra ejércitos de soldados españoles peninsulares, jamás existió, porque no había practicamente soldados peninsulares estacionados en Hispanoamérica, casi con la sola excepción de Cuba donde sí que seguían siendo principalmente militares procedentes de España. En el resto del continente, la inmensa mayor parte de las fuerzas realistas estaban consituidas por criollos, tanto la tropa como los mandos. Como de hecho eran precisamente los protagonistas de los que hablo. Conviene recordar que el ser descendiente de europeos era algo de suma imporancia social en aquellos tiempos, estableciéndose una clara distinción racial que incluso al propio Francisco Miranda le creo no pocos problemas, puesto que lo acusaban de ser mestizo de blanco y guanche canario, y por tanto "blanco de orilla", que lo situaba por debajo de los peninsulares y criollos blancos. Claro que todo esto duele reconocerlo porque corta de cuajo la idea de lucha contra el invasor español que queda de maravilla en el imaginario colectivo de todos esos paises. Es más y añado. NO solamente eran criollos ambos, principalmente descendientes de europeos, sino que no pocas veces los mismos indígenas y los mestizos se posicionaron a favor de seguir siendo parte de España. Nada mejor que ser paisano de uno para saber qué puedes esperar del vecino de al lado. Y tanto indígenas como mestizos sabían perfectamente lo poco que podían esperar de los criollos europeos tal y como efectivamente sucedió. Hasta fechas bien recientes, los gobierons de los paises hispanoamericanos estaban y siguen estando constituidos mayoritariamente por los hijos de esos criollos de europeos, descendientes directos de esos que se alzaron contra el mismo país del que partieran sus abuelos.
Así pues, podría perfectamente definirse el proceso de independencia como un conflicto de guerra civil entre españoles, criollos y no criollos. Pero técnicamente eran españoles todos ellos.
Hay tanto de manipulación en la historia que a veces parece casi un trabajo imposible el buscar un poco de luz que se abra paso entre tanta falsedad.
Alguien puede tener la tentación de comparar esto con la independencia de EEUU, pero hay demasiadas diferencias como para asemejar un proceso con el otro.
Nunca discutas con un imbécil, te hará descender a su nivel y allí te ganará por experiencia.
El corazón del hombre necesita creer algo, y cree mentiras cuando no encuentra verdades que creer.