MARISCAL DE CAMPO MARTÍN DE LA CARRERA HUET
Publicado: 15 Nov 2018
Antes de empezar, decir que en el Archivo General Militar de Segovia no existe ni hoja de servicios ni expediente de matrimonio del individuo del que voy a narrar su biografía militar. Tan solo dicen que solo conservan algunos documentos referidos al citado personaje, pero de los que no me dan copia.
Al final, como es costumbre, añado las fuentes de que me he valido para esta biografía y unos apéndices. Si el administrador correspondiente la considera oportuna publicarla como ARTÍCULO, ... pues eso.
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Martín de la Carrera Huet Álvarez de Sotomayor nació en la ciudad de Málaga, el diecisiete de agosto de 1775 y fue bautizado como Martín María de la Asunción Pablo José el siguiente día diecinueve, en la parroquia de los Santos Mártires.
Era hijo de noble cuna y cuyo padre, que se llamaba Luis de la Carrera Álvarez de Sotomayor y natural de Lucena, también era militar, Capitán de una de las tres Compañías del Regimiento del primer Batallón de la Princesa. Su madre fue María Antonia Huet Bontempo, natural de Alicante.
Así mismo, sabemos por una descripción aparecida en un libro escrito por Vicente Blasco Ibáñez que
"...era una especie de joven paladín de los descritos en libros de caballerías, célebre por su membruda complexión y por la facilidad con que de un Sablazo derribaba, sin duda, dos o más enemigos."
Fue instruido en las primeras letras, así como en la gramática latina, filosofía y matemáticas y a los diez años se le sentó plaza de Cadete en el Regimiento de la Princesa, del que su padre, como ya se ha dicho, era Capitán de Granaderos y con quién pasó a Nueva Granada para permanecer de guarnición en Cartagena de Indias. En estos tiempos obtuvo su empleo de Subteniente.
Una vez vuelto a la Península, pasó al Regimiento de Sevilla y en 1793, ya con el empleo de Teniente, pasó a Francia cuando la Guerra del Rosellón, campaña durante la cual demostró sus excepcionales dotes como soldado y como oficial, granjeándose el aprecio y las recomendaciones de los General Caro, Ricardos o el conde de la Unión.
Efectivamente, hallándose en Algeciras desde el veinte de mayo de 1792, se embarca el veinticuatro de febrero de 1793 para Barcelona, pasando el río Tech el siguiente diecinueve de abril y por orden del General Ricardos pasan, al mando del Mariscal Diego de la Peña, a la Cerdaña francesa el veinticinco, invadiendo el país y ocupando varios pueblos y sucediendo la acción de Tuhir del veintinueve y treinta de junio
Particularmente célebre fue su actuación en la conocida como Jornada de la Percha, pues cuando en un momento de la refriega, viéndose solo y a merced de los enemigos, su arrojo, intrepidez y valentía se adelantó a estos llegando a un par de cañones, logrando prenderles fuego e inutilizarlos, a la vez que estorbaba e impedía la acción de una columna enemiga. Solo una bala de fusil, que le pasó rozando, dio con él en el suelo, dejándolo, aparentemente, muerto.
Mas viendo los franceses que tan solo estaba herido y admirados de su valor, lo recogieron y lo curaron y tras acabar la guerra solicitó su pase al arma de Caballería, pasando en 1795 como Capitán al Regimiento de Caballería del Rey, donde sirvió hasta el de 1800, año en el que pasó a la Real Brigada de Carabineros y al detall de Reales Guardias de Corps.
En 1801 nos lo encontramos, además, como Ayudante de campo del General Jefe de la Vanguardia, marqués de la Solana, hasta que en 1808 pidió y obtuvo su agregación como Coronel en el Regimiento que ya servía, en el del Rey, y tras tomar su patente y pasaporte pasó a Dinamarca a ponerse a las órdenes del marqués de la Romana, siendo precisamente Martín de la Carrera quien, tras ser proclamado como rey de España José Napoleón, comunicó el diez de agosto de 1808 al marqués de la Romana la noticia en Niboorg, Fionia, Dinamarca.
Dicha noticia la recibió, según podemos leer,
"...El Marqués, más receloso, más indeciso ó menos afrancesado, encontró una oposición más decidida en todas las guarniciones de su demarcación, ya enteradas de la situación de España por el ayudante Llanos, que había regresado en compañía del Coronel D. Martín de la Carrera, testigo y autor de los sucesos de Madrid y del levantamiento general de las provincias..."
Una vez la Romana convencido de que debía volver rápidamente a defender a España de Napoleón, Martín de la Carrera fue de los que con más eficacia contribuyó al embarque de las tropas españolas en barcos que los ingleses habían puesto a su disposición para volver a España.
Efectivamente, el Regimiento de Caballería del Rey, que se hallaba en Jutlandia, partió para Randers y Ahrus, pasando con él a Fionia, reuniéndose, así, con el ejército, embarcando todos para la isla de Langelad, donde después de nueve días de espera, pasaron a Goteborg, Suecia, donde recibieron auxilios, partiendo de esta plaza el siguiente trece de septiembre para España, alcanzando el puerto de Santander el diez de octubre.
Es probable que en estas fechas obtuviera el empleo de Brigadier.
Tras pasar con la Romana al Principado de Asturias, fue comisionado para ir a Puebla de Sanabria, poniendo a la plaza y su partido en defensa y alarma, recogiendo piezas de artillería y dinero, con lo que pasaba a Portugal para ponerlo a buen recaudo. Así mismo, pasó a Tuy y Vigo reclutando gente para el ejército que se estaba formando.
Efectivamente, en abril de 1809 se levantó por parte de los caudillos gallegos una división llamada División del Miño, a la que se le agregó una partida procedente de tierras salmantinas y capitaneadas por José maría Vázquez, apodado el Salamanquino, la cual división fue puesta el siete de mayo a las órdenes de Martín de la Carrera, quien había estado por tierras de Puebla de Sanabria recogiendo voluntarios y dispersos del ejército del marqués de la Romana, habiendo sido atacado en la Puebla por los franceses, pero los rechazó con los cañones que hasta entonces había tenido ocultos. Pasó tras esto a Orense con mil quinientos hombres de infantería, setenta de caballería y nueve cañones, aumentando sus fuerzas con milicianos que habían participado en el cerco de Tuy.
Con la adición de esta gran fuerza se llegó a contar la División del Miño con una fuerza de dieciséis mil hombres, algunos caballos y nueve piezas de artillería, con todo lo cual puso rumbo a Santiago de Compostela, donde al llegar le salieron a oponérseles tres mil hombres del General Maucune, a los que derrotó, llegando a Santiago el siguiente día veintitrés de mayo. En la ciudad encontraron un depósito con fusiles y vestuario, así como cuarenta arrobas de plata que los franceses habían robado de las iglesias.
Tras esta victoria, Martín de la Carrera, aun Brigadier, envió un parte de la acción, la cual apareció publicado en la Gazeta del Gobierno del cuatro de julio de ese año:
"El brigadier D. Martin de la Carrera ha dado parte de que habiendo tenido noticias positivas de que derrotado y arrojados de Portugal los enemigos, se dirigia el Mariscal Soult con las reliquias de su exército por Orense á Lugo para reunirse con la división de Ney, se puso en marcha [Martín de la Carrera] con las tropas de su mando desde Vigo en la madrugada del dia 21 de mayo ultimo con ánimo de impedir que lo verificaran, y de empeñar una acción...
.... Cargados los enemigos empezaron á desordenarse, y el fuego de nuestra artillería, que no en valde tiene la opinión de ser la mejor de Europa, con un fuego el mas vivo y acertado, llenó inmediatamente el campo de cadaveres, y los vencedores de Austerlitz tuvieron que abandonarlo. Dos o tres veces intentaron reunirse inutilmente, pues estrechados por nuestros valientes soldados, se entregaron á una vergonzosa fuga, en que fueron perseguidos hasta que cerró la noche, de modo que no pudieron oponerse sino muy parcialmente, pagando siempre su atrevimiento.
Volvieron los enemigos á querer salir al encuentro, animados por un refuerzo que recibieron de 800 hombres de infantería; pero no fueron menos escarmentados, y tuvieron que abandonar la ciudad de Santiago con pérdida de 8 banderas, 5 caxas de guerra, 30 caballos, 800 fusiles, 442 cananas, muchas municiones y efectos de parque, 2.400 pares de zapatos, 700 vestuarios y 41 arrobas de plata que tenían en la casa de la Inquisición, donde la fundían en barras....
Según declaración de los prisioneros constaba su fuerza de 2700 hombres de infantería, 200 de caballería, 9 cañones de 4 y un obús de 6 pulgadas, que sirvieron tan mal que ni un solo herido tuvimos de esta arma, y su perdida ha consistido en mas de 400 hombres muertos, entre ellos un General de brigada y 5 oficiales, y tambien 38 prisioneros, de los quales estaban heridos 25 con dos oficiales, sin contar al general Moguier que lo fue con dos balazos, y 80 carros que entraron en la Coruña.
Por nuestra parte hemos tenido 29 hombres muertos con el subteniente del real cuerpo de artillería D. Gerónimo Salamanca; 80 heridos, ....
Concluye el brigadier Carrera diciendo: que .... no puede omitir que el ataque fué en el día que se celebró la aparición del santo apóstol Santiago, y en el campo mismo donde se manifestó la estrella, según la tradición histórica"
El seis de junio de 1809 partió el Mariscal Pablo Morillo de Pontevedra con la División del Miño en dirección a Vigo con el propósito de observar al enemigo y al llegar a San Payo se encontró con su puente estaba cortado, por lo que encargó a Martín de la Carrera que formase uno de barcas, lo cual ejecutó nuestro hombre con rapidez y perfección, pudiendo pasar nuestros hombres, pero de pronto se presentó el Mariscal Ney con tres mil hombres, de los cuales cuatrocientos eran de caballería, y seis cañones.
Los combates se sucedieron, como es conocido, los días siete, ocho y nueve, con la victoria indiscutible de los españoles, obligando a los franceses a retirarse de Galicia.
Al final, como es costumbre, añado las fuentes de que me he valido para esta biografía y unos apéndices. Si el administrador correspondiente la considera oportuna publicarla como ARTÍCULO, ... pues eso.
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Martín de la Carrera Huet Álvarez de Sotomayor nació en la ciudad de Málaga, el diecisiete de agosto de 1775 y fue bautizado como Martín María de la Asunción Pablo José el siguiente día diecinueve, en la parroquia de los Santos Mártires.
Era hijo de noble cuna y cuyo padre, que se llamaba Luis de la Carrera Álvarez de Sotomayor y natural de Lucena, también era militar, Capitán de una de las tres Compañías del Regimiento del primer Batallón de la Princesa. Su madre fue María Antonia Huet Bontempo, natural de Alicante.
Así mismo, sabemos por una descripción aparecida en un libro escrito por Vicente Blasco Ibáñez que
"...era una especie de joven paladín de los descritos en libros de caballerías, célebre por su membruda complexión y por la facilidad con que de un Sablazo derribaba, sin duda, dos o más enemigos."
Fue instruido en las primeras letras, así como en la gramática latina, filosofía y matemáticas y a los diez años se le sentó plaza de Cadete en el Regimiento de la Princesa, del que su padre, como ya se ha dicho, era Capitán de Granaderos y con quién pasó a Nueva Granada para permanecer de guarnición en Cartagena de Indias. En estos tiempos obtuvo su empleo de Subteniente.
Una vez vuelto a la Península, pasó al Regimiento de Sevilla y en 1793, ya con el empleo de Teniente, pasó a Francia cuando la Guerra del Rosellón, campaña durante la cual demostró sus excepcionales dotes como soldado y como oficial, granjeándose el aprecio y las recomendaciones de los General Caro, Ricardos o el conde de la Unión.
Efectivamente, hallándose en Algeciras desde el veinte de mayo de 1792, se embarca el veinticuatro de febrero de 1793 para Barcelona, pasando el río Tech el siguiente diecinueve de abril y por orden del General Ricardos pasan, al mando del Mariscal Diego de la Peña, a la Cerdaña francesa el veinticinco, invadiendo el país y ocupando varios pueblos y sucediendo la acción de Tuhir del veintinueve y treinta de junio
Particularmente célebre fue su actuación en la conocida como Jornada de la Percha, pues cuando en un momento de la refriega, viéndose solo y a merced de los enemigos, su arrojo, intrepidez y valentía se adelantó a estos llegando a un par de cañones, logrando prenderles fuego e inutilizarlos, a la vez que estorbaba e impedía la acción de una columna enemiga. Solo una bala de fusil, que le pasó rozando, dio con él en el suelo, dejándolo, aparentemente, muerto.
Mas viendo los franceses que tan solo estaba herido y admirados de su valor, lo recogieron y lo curaron y tras acabar la guerra solicitó su pase al arma de Caballería, pasando en 1795 como Capitán al Regimiento de Caballería del Rey, donde sirvió hasta el de 1800, año en el que pasó a la Real Brigada de Carabineros y al detall de Reales Guardias de Corps.
En 1801 nos lo encontramos, además, como Ayudante de campo del General Jefe de la Vanguardia, marqués de la Solana, hasta que en 1808 pidió y obtuvo su agregación como Coronel en el Regimiento que ya servía, en el del Rey, y tras tomar su patente y pasaporte pasó a Dinamarca a ponerse a las órdenes del marqués de la Romana, siendo precisamente Martín de la Carrera quien, tras ser proclamado como rey de España José Napoleón, comunicó el diez de agosto de 1808 al marqués de la Romana la noticia en Niboorg, Fionia, Dinamarca.
Dicha noticia la recibió, según podemos leer,
"...El Marqués, más receloso, más indeciso ó menos afrancesado, encontró una oposición más decidida en todas las guarniciones de su demarcación, ya enteradas de la situación de España por el ayudante Llanos, que había regresado en compañía del Coronel D. Martín de la Carrera, testigo y autor de los sucesos de Madrid y del levantamiento general de las provincias..."
Una vez la Romana convencido de que debía volver rápidamente a defender a España de Napoleón, Martín de la Carrera fue de los que con más eficacia contribuyó al embarque de las tropas españolas en barcos que los ingleses habían puesto a su disposición para volver a España.
Efectivamente, el Regimiento de Caballería del Rey, que se hallaba en Jutlandia, partió para Randers y Ahrus, pasando con él a Fionia, reuniéndose, así, con el ejército, embarcando todos para la isla de Langelad, donde después de nueve días de espera, pasaron a Goteborg, Suecia, donde recibieron auxilios, partiendo de esta plaza el siguiente trece de septiembre para España, alcanzando el puerto de Santander el diez de octubre.
Es probable que en estas fechas obtuviera el empleo de Brigadier.
Tras pasar con la Romana al Principado de Asturias, fue comisionado para ir a Puebla de Sanabria, poniendo a la plaza y su partido en defensa y alarma, recogiendo piezas de artillería y dinero, con lo que pasaba a Portugal para ponerlo a buen recaudo. Así mismo, pasó a Tuy y Vigo reclutando gente para el ejército que se estaba formando.
Efectivamente, en abril de 1809 se levantó por parte de los caudillos gallegos una división llamada División del Miño, a la que se le agregó una partida procedente de tierras salmantinas y capitaneadas por José maría Vázquez, apodado el Salamanquino, la cual división fue puesta el siete de mayo a las órdenes de Martín de la Carrera, quien había estado por tierras de Puebla de Sanabria recogiendo voluntarios y dispersos del ejército del marqués de la Romana, habiendo sido atacado en la Puebla por los franceses, pero los rechazó con los cañones que hasta entonces había tenido ocultos. Pasó tras esto a Orense con mil quinientos hombres de infantería, setenta de caballería y nueve cañones, aumentando sus fuerzas con milicianos que habían participado en el cerco de Tuy.
Con la adición de esta gran fuerza se llegó a contar la División del Miño con una fuerza de dieciséis mil hombres, algunos caballos y nueve piezas de artillería, con todo lo cual puso rumbo a Santiago de Compostela, donde al llegar le salieron a oponérseles tres mil hombres del General Maucune, a los que derrotó, llegando a Santiago el siguiente día veintitrés de mayo. En la ciudad encontraron un depósito con fusiles y vestuario, así como cuarenta arrobas de plata que los franceses habían robado de las iglesias.
Tras esta victoria, Martín de la Carrera, aun Brigadier, envió un parte de la acción, la cual apareció publicado en la Gazeta del Gobierno del cuatro de julio de ese año:
"El brigadier D. Martin de la Carrera ha dado parte de que habiendo tenido noticias positivas de que derrotado y arrojados de Portugal los enemigos, se dirigia el Mariscal Soult con las reliquias de su exército por Orense á Lugo para reunirse con la división de Ney, se puso en marcha [Martín de la Carrera] con las tropas de su mando desde Vigo en la madrugada del dia 21 de mayo ultimo con ánimo de impedir que lo verificaran, y de empeñar una acción...
.... Cargados los enemigos empezaron á desordenarse, y el fuego de nuestra artillería, que no en valde tiene la opinión de ser la mejor de Europa, con un fuego el mas vivo y acertado, llenó inmediatamente el campo de cadaveres, y los vencedores de Austerlitz tuvieron que abandonarlo. Dos o tres veces intentaron reunirse inutilmente, pues estrechados por nuestros valientes soldados, se entregaron á una vergonzosa fuga, en que fueron perseguidos hasta que cerró la noche, de modo que no pudieron oponerse sino muy parcialmente, pagando siempre su atrevimiento.
Volvieron los enemigos á querer salir al encuentro, animados por un refuerzo que recibieron de 800 hombres de infantería; pero no fueron menos escarmentados, y tuvieron que abandonar la ciudad de Santiago con pérdida de 8 banderas, 5 caxas de guerra, 30 caballos, 800 fusiles, 442 cananas, muchas municiones y efectos de parque, 2.400 pares de zapatos, 700 vestuarios y 41 arrobas de plata que tenían en la casa de la Inquisición, donde la fundían en barras....
Según declaración de los prisioneros constaba su fuerza de 2700 hombres de infantería, 200 de caballería, 9 cañones de 4 y un obús de 6 pulgadas, que sirvieron tan mal que ni un solo herido tuvimos de esta arma, y su perdida ha consistido en mas de 400 hombres muertos, entre ellos un General de brigada y 5 oficiales, y tambien 38 prisioneros, de los quales estaban heridos 25 con dos oficiales, sin contar al general Moguier que lo fue con dos balazos, y 80 carros que entraron en la Coruña.
Por nuestra parte hemos tenido 29 hombres muertos con el subteniente del real cuerpo de artillería D. Gerónimo Salamanca; 80 heridos, ....
Concluye el brigadier Carrera diciendo: que .... no puede omitir que el ataque fué en el día que se celebró la aparición del santo apóstol Santiago, y en el campo mismo donde se manifestó la estrella, según la tradición histórica"
El seis de junio de 1809 partió el Mariscal Pablo Morillo de Pontevedra con la División del Miño en dirección a Vigo con el propósito de observar al enemigo y al llegar a San Payo se encontró con su puente estaba cortado, por lo que encargó a Martín de la Carrera que formase uno de barcas, lo cual ejecutó nuestro hombre con rapidez y perfección, pudiendo pasar nuestros hombres, pero de pronto se presentó el Mariscal Ney con tres mil hombres, de los cuales cuatrocientos eran de caballería, y seis cañones.
Los combates se sucedieron, como es conocido, los días siete, ocho y nueve, con la victoria indiscutible de los españoles, obligando a los franceses a retirarse de Galicia.