Los liberales primerizos, y los que hubieron hasta llegado el Sufragio Universal querían sus propios privilegios, y no la supresión de los privilegios sin más, sobre todo querían tener privilegios económicos y políticos (es decir quitarles a los demás, para quedárselo para ellos solos, sin el pueblo ni nada, puro monopolio). Para ello no dudaron primero en aliarse con la nobleza, y luego con el Rey, o mejor dicho con la Regente Mª Cristina, para lograr sus objetivos, traicionando así todo lo que prometían en sus escritos.Pla escribió:y terminó desconfiando de los "Persas" y del los "Clericales", que tano daño le hicieron al país y a la Corona (no confundir a los persas ni con los iranios ni con nada que suene a reformismo, y no confundir a los clericales ni con el clero ni con la religión: fueron el partido político del privilegio, que afirmaron en su propaganda y en su denominación puras mentiras para combatir a los liberales).
Sobre los llamados "clericales", sólo defendían la legalidad vigente ya establecida (la de poco antes de la invasión napoleónica), y por supuesto no estaban de acuerdo con la usurpación del poder que encabezaban los proto-liberales que obedecían ciegamente lo que les decía su Logia.
Sobre los "persas" no eran unos mentirosos, ya que verdaderamente pretendían reformar las Instituciones de la Corona, pero de acuerdo con el Rey, y no a su espalda, y mucho menos en su contra, haciendo de la "Constitución" un dogma por el que se podía condenar a muerte por retocarla, cuando ni siquiera fue aprobada por todos los españoles, ni todos los representantes del Rey estaban presentes, empezando por el mismo Rey. Los "persas" eran gente docta, notarios, abogados, etc... y propugnaban reformas políticas que, reconociendo la libertad, la propiedad y la seguridad de las personas, evitasen la monarquía arbitraria mediante leyes emanadas conjuntamente del Rey y las Cortes. Las Cortes deberían, según los "persas", ser convocadas "con procuradores de España y de las Indias" en las que se conservaría "el decoro de la dignidad real y sus derechos y los que pertenecen a los pueblos, que son igualmente inviolables". Según dicho Manifiesto, el monarca se comprometía a defender la libertad y seguridad individual como muestra de un gobierno moderado que aborrecía tanto el despotismo como la arbitrariedad, permitiría la libertad de prensa y establecería la separación de las rentas del Estado y de la Corona. Las leyes se establecerían conjuntamente por el Rey y las Cortes.
Como se puede comprobar, Fernando VII también hizo caso omiso a este Manifiesto, pese a haberlo firmado y jurado cumplir. Era por tanto un Rey perjuro, todo lo que juraba era "papel mojado" para él.
Tampoco hay que olvidar que prácticamente todo el pueblo español apoyaba dicho Manifiesto y a su Rey Fernando VII.
Saludos.