Un par de cosas sobre lo dicho por el compañero forero Coronel:
Oigo decir mucho que las milicias repblicanas eran muy inferiores al ejército regular de los nacionales en entrenamiento (aunque parece que no tanto en equipos, dado los que recibieron de la URSS) y eso demuestra la carencia militar de Franco, ya que tardo tanto tiempo en eliminarlas.
Sobre eso, recordemos que los alemanes en Rusia las pasaron moradas con los guerrileros rusos que también debían estar mal adiestrados
Otra cosa, si los guerrilleros republicanos tenían una voluntad de luchar hasta el final comparable digamos a la de los vietnamitas o los partisanos rusos, ¿La guerra hubiera acabado con la caída de Madrid
El Ejército Popular de la República siempre trató de ser un ejército regular, nada que ver con los partisanos. Cierto que hubo partidarios de la guerra de guerrillas, infiltrándose y armando a sus partidarios en la retaguardia, que culminaron con la creación del
XIV Cuerpo de Ejército Guerrillero (realmente de tamaño de una brigada o poco más), pero no tuvo mucha actividad aunque sí trascendencia histórica: alguna de sus acciones y protagonistas fueron la base de la novela de Hemingway “
Por quién doblan las campanas”; pero su vital trascendencia fue tras la guerra, influyendo tanto en la formación de la OSS norteamericana (a través de varios de sus integrantes norteamericanos) como en las guerrillas de Castro, entrenadas por ex-oficiales españoles. Sobre el particular puedes leer (están en la red): “
Las guerrillas en el Ejército Popular de la República (1936-1939)” de Rodríguez Velasco y “
Transnational Soldiers and Guerrilla Warfare from the Spanish Civil War to the Second World” de J. Marco. La acción más conocida tipo comando del
XIV Cuerpo de Ejército Guerrillero, fue el asalto al fuerte-prisión de Carchuna, espectacular pero de muy escasa trascendencia. Pero los dirigentes republicanos no se decidieron nunca por este tipo de acción y la guerra fue básicamente convencional, con dos ejércitos con líneas de frente delimitadas.
El problema del Ejército Popular de la República no fue la falta de medios, que faltaron (pero también al otro bando), sino su falta de unidad, fue un ejército nacido de un caos revolucionario, al que le faltaron mandos profesionales (muchos eran totalmente desleales y otros muchos sospechosos), muy politizado y mediatizado por la división política entre los diferentes partidos del frente popular, y nacionalistas catalanes y vascos.
Tambien oigo decir que Franco no entendia el concepto de guerra relámago. Pero creo que en 1940 los anglofranceses tampoco y se supone que eran generales mejores...y ya habían visto la experiencia de la guerra de España, así que su caso era más grave.
El ejército español, como casi todos, estaba muy influido por la doctrina francesa. El ejército francés, triunfador en 1.918, era el modelo a seguir. Nuestros reglamentos estaban basados en los franceses. Por tanto ambos bandos partían de la misma doctrina de origen francés, basada en una guerra metódica, donde el fuego predominaba sobre el movimiento. Las fuerzas republicanas nunca practicaron la guerra relámpago ni nada parecido. Se suele oír que Vicente Rojo (jefe de estado mayor del EPR) era partidario de la guerra de movimientos pero realmente su planteamiento operacional es el clásico, lineal, la batalla metódica, con preparaciones artilleras, movimientos lentos, tiempos preestablecidos, ... En el Ebro se trata de conseguir a sorpresa pero es un ataque frontal. Por ejemplo, los republicanos tuvieron una importantísima superioridad en carros de combate, incluso con una cincuentena de carros rápidos BT-5 muy aptos para la penetración, y no supieron usarlos. En general usaron los carros en unidades pequeñas en apoyo de la infantería, pura doctrina francesa.
El Ejército Republicano contó con asesores soviéticos, que con frecuencia hacían política, en tanto que los franquistas tuvieron la colaboración de los mandos alemanes e italianos, pero Franco casi siempre mantuvo mano férrea en la dirección de operaciones. Sin embargo a un nivel inferior, los instructores alemanes en las academias de oficiales de complemento, dieron muy buen resultado. Los italianos, con su concepto de ‘guerra celere’, participaron en la gran ofensiva del 38, que cortó en dos el territorio republicano, y que fue lo único parecido a la guerra de movimientos que hubo, que en buena parte era casi imposible por las carencias en vehículos y comunicaciones.
Por otro lado no hay que olvidar que en 1936 la Wehrmacht estaba aun naciendo y su doctrina era casi desconocida. Aunque es verdad que ya había cierta críticas de la doctrina gala, empezaba la motorización en todos los ejércitos, en España se hablaba en alguna publicación de los defectos del patrón francés, pero no iba más allá.
A este respecto suele contraponerse la posición de dos militares (Rojo y Franco) como ejemplo, pero ésta era absolutamente diferente. Franco era generalísimo de los ejércitos y jefe del gobierno y del estado. Como tal dirigía la estrategia y se ocupaba de forma general de las operaciones. Vicente Rojo era un jefe de estado mayor, primero del Ejército del Centro y luego de todo el Ejército Popular, sin fuerza política. Podía planificar operaciones pero siempre bajo la dependencia del ministro de defensa y los jefes de los Ejércitos y por otro lado no contaba totalmente con la Fuerza Aérea, muy controlada por los soviéticos y el PCE, y le falló en diversas ocasiones, como en el Ebro. Antes de la guerra era un reconocido tratadista de cuestiones militares: dirigía la prestigiosa Colección Bibliográfica Militar y había sido profesor de la academia de infantería. Pero también hay que tener en cuenta que carecía de experiencia en el mando de grandes unidades (al inicio de la guerra era comandante de estado mayor). Rojo preparó planes muy ambiciosos, pero que eran inejecutables por un ejército tan poco estructurado como el republicano. Aunque algunos de sus planteamientos estratégicos y operacionales pudieran ser más imaginativos que los de los nacionales siempre fracasaron, posiblemente por que el Ejército Popular carecía de capacidad para ejecutar este tipo de operaciones.
Se dice que era poco valeroso, pero también que fue herido en acción lo que prueba lo contrario. En mi parecer las dos cosas no son necesariamente incompatibles; se puede tener mucho valor físico ante el peligro, pero ser indeciso ante la necesidad de tomar decisiones
Cauto sí, valor personal nunca le faltó. En la guerra de Marruecos era tenido por temerario.
Y si los nacionales eran tan archienemigos de la República, como los republicanos de los nacionales, ¿La república no podría tener el mismo interés que se le atribuye a Franco en una guerra larga, de desgaste, que permitiera exterminarlos a todos y así purgar a España de ellos? Dado que habían instituido las famosas checas y habían metido mano dura en sus propios territorios podría ser que juzgaren aconsejable en aquella época librar una guerra larga que les permitiera identificar a todos los enemigos de la República primero, y hacer una limpieza de todos ellos después, entonces sí que tendrían el mismo interés creado que Franco en preferir una guerra más larga (pero decisiva para el ganador) que una corta, pero que luego dejara la puerta abierta para nuevas rebeliones...
Esta hipótesis se repite de Franco, pero es difícil saber qué tiene de verdad. Yo creo que ambos querían ganar la guerra, y uno no puede dedicarse a hacer el tonto porque puede perderla. Algunas decisiones cuestionadas de Franco (el Alcázar o la ofensiva hacia Valencia) tienen un fondo político. El desvió al Alcázar, consolidar su mando y aumentar la moral de su zona; y el decidir iniciar la ofensiva de Valencia en vez de ocupar Cataluña, por la actitud francesa en caso de llegar a la frontera, y posiblemente por subestimar al enemigo. Muy posiblemente en la obstinación de Franco en prolongar la batalla del Ebro sí hubo un cierto afán de machacar al Ejército de Modesto, de claro signo comunista.