Raid sobre Lae & Salamaua, marzo 1942

[MiguelFiz]

Las repercusiones por el lado japonés serian vastas, aunque no evidentes al principio. El raid de la aviación embarcada norteamericana causo algunos daños y algunos buques fueron hundidos o dañados, la gran mayoría de las tropas ya habían sido desembarcadas y tanto Lae como Salamanua estaban ya bajo firme control nipon. En principio no hubo cambios en los planes inmediatos, asi pues, una pequeña fuerza del ejercito japonés fue desembarcada en Finschhafen al día siguiente sin contratiempos, ocupando el sitio e iniciando la remodelación del pequeño aeródromo.

Pero los planes posteriores si que fueron modificados, el almirante Inohue comentaría después que las épocas de operaciones fáciles por parte de la armada imperial habían terminado. La prevista toma de Port Moresby, planificada para mediados de abril, tuvo que ser movida a principios de mayo, pues Inohue solicitaba ahora portaviones para poder garantizar las peticiones del ejercito imperial de apoyo aéreo sostenido, ya que la capacidad de Rabaul para poder proporcionar dicho apoyo no era suficiente, como se vio en este raid, ya que los primeros aviones A6M solicitados a toda prisa apenas llegaron a la zona después de las 1300.

Ese requisito –que hubiese portaviones apoyando la operación sobre Port Moresby- venia acompañado por supuesto de otro igualmente importante, que Port Moresby fuese, en la medida de lo posible, nulificada como base avanzada.

Inohue por tanto envio las respectivas solicitudes a los altos mandos para la disposición temporal de portaviones. Dado que la flota combinada tenia ya en calendario los raids sobre Ceylan para la primera semana de abril, esa solicitud solo podría ser atendida para finales de dicho mes o principios de mayo, como finalmente ocurrió. Dado que el 18 de abril tuvo lugar el raid de Doolitle sobre Tokio, Yamamoto se vio obligado a concentrar el grueso de la flota combinada en las aguas territoriales, concediendo solo el grupo del Shokaku y Zuikaku para el apoyo lejano de la operación de Port Moresby y Tulagi, así como al portaviones ligero Shoho para apoyo cercano a la flota de desembarco. Como ya sabemos, las consecuencias de lo que luego se denomino como Batalla del Mar del Coral fueron que los daños en el Shokaku, las bajas en el Zuikaku y la perdida del Shoho tendrían profundos efectos en la posterior derrota de Midway. Vamos, que como Jonathan parsall & Anthony Tully comentan en su libro sobre Midway “Shattered Sword”, la flota combinada con sus seis portaviones de línea era una fuerza imparable, y era el tipo de sistema de armas que debía de usarse todo junto, o mejor no usarse. En otras palabras, usar los portaviones de la Kido Butai en destacamentos era como quemar la pólvora en infiernillos…

La otra consecuencia, por lo general menos comentada pero igualmente importante, es el tiempo extra brindado a los aliados permitió que para finales de marzo fuesen destacados allí los primeros elementos de caza (escuadrón #75 de la RAAF), los cuales, a pesar de que llevaron en general un balance negativo en cuanto a victorias / derribos (al igual que las unidades norteamericanas que les siguieron) si lograron que junto a las condiciones duras que implicaba atacar desde Rabaul o desde las bases recién conquistadas de Lae, la aviación de la marina imperial se las viera difíciles. con un grado de perdidas creciente tanto por acción enemiga como por simple desgaste de las tripulaciones y el clima siempre agresivo. Cuando la operación naval contra Port Moresby fracaso, el ritmo de bajas simplemente continuo y se agrando cuando los aliados emprendieron la ofensiva con la toma de Guadalcanal. La perdida de tripulaciones y aviones sostenida durante esos meses significo que la capacidad de la aviación de la marina imperial terminaría colapsando a finales de 1942, eso se vio por ejemplo en la incapacidad de poder apoyar adecuadamente tanto al ejercito en la campaña de Kokoda como luego en no poder sacar provecho de la victoria de Santa Cruz, por citar dos ejemplos.

[MiguelFiz]

Del lado aliado las cosas desde luego también tuvieron repercusiones. De inicio los comandantes Burch y Armstrong (VS-5 y VB-5) reportaron que habían quedado varios buques con poco daño y recomendaron un segundo ataque.

Sin embargo el almirante Brown considero que ya habían estirado suficiente la liga, mas que nada porque las condiciones climáticas sobre las Owen Stanley se iban deteriorando conforme el día avanzaba, así que ordeno la retirada en cuanto los últimos aviones fueron recuperados.

Esa decisión fue al parecer muy conservadora, pero probablemente fue lo mejor, pues desde Rabaul se destinaron tres cuatrimotores Kawanishi para explorar la zona de la costa de Papúa, de hecho en la tarde el radar del Yorktown estableció un contacto no identificado a unos 55 kilómetros al noroeste, no se enviaron cazas a interceptar pues el contacto desapareció de las pantallas. Pero en verdad un Kawanishi estaba por allí, de hecho la tripulación pudo ubicar ”…un portaviones clase Saratoga, dos cruceros pesados y cinco destructores…”, enviando un reporte completo a las 1720. Sin embargo los buques norteamericanos se alejaban con cada hora y el clima empeoro, de manera que desde Rabaul no se pudo lanzar un contraataque. Para el día siguiente los portaviones norteamericanos estaban ya demasiado lejos.

Como ya mencione, hubo mucha publicidad, muchas condecoraciones y felicitaciones. Ya en privado, hubo sin embargo varias reservas.

Dado que esta operación fue la primera vez que dos portaviones norteamericanos operaban en conjunto, se develaron varias cosas a perfeccionar. Las tripulaciones de SBD por ejemplo se quejaron de que las miras telescópicas se empañaban con facilidad al picar desde media altura, hubo varias quejas al respecto, atribuyendo (correctamente) como factor a la baja eficiencia obtenida. Por parte de los Devastator del Lexington se escucharon varios casos de torpedos que o se comportaron de manera errática al llegar al agua o simplemente no estallaron al llegar sobre sus objetivos, esto se haría mas patente en la Batalla del Mar del Coral. Los pilotos de caza se quejaron de que quienes fueron equipados con bombas, vieron severamente disminuido su tiempo de estancia sobre el área, y los resultados obtenidos fueron inelegibles, de manera que se sugirió que en operaciones similares los Wildcat operasen en misión de caza pura, quizá solo apoyando en labores de ametrallamiento si no había oposición de caza enemiga. También se puso énfasis en que los Wildcat tendrían mas oportunidad si se les equipaba con depósitos suplementarios, mismos que venían en camino.

El asunto de las miras de los SBD se soluciono adoptando miras de deflexión, mientras que el problema de los torpedos seria resuelto hasta 1943, con diversas modificaciones que permitieron lograr mejor eficacia.

En el aspecto operativo el raid dio valiosas experiencias a las tripulaciones de ambos portaviones. Se puso de manifiesto que debía trabajarse mejor en cuanto a coordinar los tiempos de salida y tomar en cuenta a fondo factores como la mayor dilación en buques de la clase Lexington para poder armar un grupo de ataque debido a las limitaciones de sus elevadores en relación a la clase Yorktown.

Si bien el plan original del almirante Brown de atacar Rabaul era bastante arriesgado, las modificaciones sobre la marcha para aprovechar la oportunidad y atacar a los buques en Lae & Salamanua demostró buena capacidad de liderazgo, asi como que los EM estaban a la altura. El almirante Wilson Brown fue llamado a los EEUU luego de esta operación debido a que su salud estaba desmejorando. Aunque se retiro oficialmente en 1944, siguió como asesor naval de Roosevelt y luego de Truman.