Meseta de GlièresEl 11 de noviembre de 1942, los alemanes invadieron la zona no ocupada en Francia para evitar que los aliados desembarcasen en la costa mediterránea. Días más tarde, el 27 de noviembre, el Ejército francés permitido por el Armisticio (100.000 hombres) fue desarmado y disuelto. El gobierno de Vichy ordenó a los oficiales al mando de todas las unidades a entregar todas sus armas a las fuerzas del Eje. Sin embargo, contrariamente a la mayoría de sus compañeros, Vallette d'Osia, comandante en jefe del 27º Batallón de chasseurs alpins (de cazadores alpinos) en Annecy (Alta Saboya), se negó a cumplir la orden y en la clandestinidad creó el Armée secrète.
En aquel momento, Alemania estaba gravemente necesitada de mano de obra para reemplazar a todos sus trabajadores movilizados. Por esta razón, los alemanes empujaron al gobierno de Vichy al establecimiento de un proyecto de trabajo forzado en Francia: el STO (Servicio du travail obligatoire). El 16 de febrero de 1943, se llamó a tres primeros contingentes anuales de reclutas para trabajar en Alemania. Desde principios de abril, miles de jóvenes se negaron a abandonar a Francia y pasaron a la clandestinidad. Muchos de ellos se fueron a las montañas boscosas de la región de Saboya en los Alpes franceses. Allí, los grupos organizados de la resistencia francesa (los Movimientos Unidos de Resistencia y el Frente Nacional Comunista) se esforzaron por reagrupar a todos estos rebeldes en campamentos y proporcionarles en la medida de lo posible un entrenamiento militar, sí bien solo una minoría estaba dispuesta a luchar. Con todo, los maquis se fueron multiplicado durante el verano de 1943, a pesar de que fueron perseguidos por las tropas italianas o la policía Vichy, y de que contaron con escasos apoyos de los Aliados o la Francia Libre. Este movimiento espontáneo, evidentemente, fue subestimado. A pesar de ello, por el otoño, ya había comenzado la guerra de guerrillas dirigida contra la Milicia colaboracionista francesa. Como muy pocos oficiales del ejército francés se unieron a los maquis, los centros de formación fueron generados por el Armée secrète. Cuando Vallette d'Osia fue detenido en septiembre, el Comandante Romans-Petit, comandante regional de la Armée secrète en Ain, tomó el mando de la AS en la Alta Saboya y creó un centro de formación en Bornes, cerca de la meseta de Glières. Con el fin de hostigar al enemigo y en espera de la invasión Aliada, el AS necesitaba urgentemente armas. Por desgracia, la mayoría de los depósitos ocultos de armas fueron descubiertos por las fuerzas de ocupación por sí mismos o a través de denuncias. Por lo tanto, para encontrar buenas zonas de lanzamiento para suministrar a los maquis armas y equipo de sabotaje, se envió una misión desde Londres a la región de Saboya. Dicha misión estaba compuesta por el Teniente Coronel Heslop del Special Operations Executive (SOE)y el capitán Rosenthal de las fuerzas francesas libres, y tenía por objetivo evaluar las capacidades y dificultades de los maquis saboyanos.
Seis fueron las zonas de lanzamiento examinadas y la meseta de Glières fue elegida como la mejor. Esta alta, remota y allanada montaña en línea con el lago de Annecy era realmente ideal para lanzar suministros e incluso tropas paracaídistas después del desembarco Aliado. El comandante Romanos Petit puso al frente de los maquis al Teniente Tom Morel. Tom Morel había sido instructor en el Colegio Militar de St Cyr, y se trataba de un oficial inteligente, dinámico y audaz, a quien se le había concedido la Cruz de la Legión de Honor en el frente de batalla de los Alpes en 1940. Fue a Morel, junto a un centenar de hombres, el encargado de recoger los abastecimientos paracaidistas proporcionados por la RAF, y ante todo construir una fortaleza para ser defendida hasta el último hombre. El 6 de febrero de 1944, el Comandante Romanos Petit tuvo que regresar a Ain, donde su maquis fueron atacados por los alemanes; así se hizó cargo del mando de la Alta Saboya el Capitán Clair asistido por el Capitán Rosenthal como oficial de enlace con Londres. Dos días más tarde, el capitán Rosenthal, representante de la Francia Libre, convenció a los otros miembros de la plana para reagrupar a la mayoría de los maquis en la meseta de Glières, con el fin de establecer una base para atacar a los alemanes y llevar a cabo sabotajes. Además, debido a que los Aliados ponían en duda el valor de la resistencia francesa, parecía más acuciante que nunca demostrar su capacidad para socavar el poder militar alemán en Francia a gran escala.
Lanzamientos aliadosEl 31 de enero de 1944, fue declarado el estado de sitio en la Alta Saboya. Cualquiera que fuera descubierto en posesión de armas o ayudando a los maquis sería objeto de consejo de guerra y ejecución inmediata. Buscados por la policía de Vichy y mal provistos, la mayoría de los maquis se agruparon en la meseta de Glières para la creación de la base de operaciones según lo previsto. Poco después, un centenar de resistentes comunista franceses y alrededor de cincuenta republicanos españoles se unieron a sus fuerzas para conseguir refugio y obtener armas. El Teniente Tom Morel dio la bienvenida a todos los voluntarios y no despreció a los combatientes comunistas como el gobierno de Vichy intentaba para dividir la resistencia. Desde el 13 de febrero, los cuatrocientos cincuenta maquis, bajo el mando de oficiales del 27 batallón de chasseurs alpins, fueron asediados por dos mil Milicianos y la policía francesa. A pesar de que sufren de hambre y frías condiciones, recogieron tres abastecimientos paracaidistas que contenían de alrededor de trescientos contenedores repletos de armas pequeñas (subfusiles Sten, fusiles Enfield, ametralladoras ligeras Bren y granadas Mills) y explosivos. La gran desventaja de los maquis para cualquier acción militar de envergadura era su falta de armas pesadas: en la meseta de Glières, el batallón sólo tenía varias antiguas ametralladoras pesadas y dos morteros de 81 mm.
Maquis de GlièresDespués de una sangrienta escaramuza con las fuerzas de Vichy, habían llegado a un acuerdo por el cual ambas partes se mantendrían neutrales temporalmente. Sin embargo, cinco maquis fueron tomados prisioneros por la policía de Vichy. Indignado por dicha traición el Teniente Tom Morel decidió tomar rehenes. Así, en la noche del 9/10 de marzo de 1944, ciento cincuenta maquis rodearon el pueblo de Entremont y capturaron sesenta miembros del GMR de Vichy (policía especialmente formada para luchar contra la Resistencia), pero su venerado comandante en jefe, el Teniente Tom Morel, fue asesinado a traición.
Milicia francesa de VichyEl gobierno de Vichy convino la intervención de fuerzas alemanas en el caso de que las fuerzas de Vichy no hubiesen reducido rápidamente la rebelión abierta en Glières. El 12 de marzo de 1944, después de tuviese lugar el mayor abastecimiento paracaidista Aliado, los alemanes comenzaron a bombardear la zona con aviones de ataque terrestre. La RMG y la Milicia francesa realizaron varios ataques, pero terminaron en fracaso. Finalmente, el 23 de marzo, tres batallones de la 157ª División de Reserva de Wehrmacht y dos batallones de policía alemana, con más de cuatro mil efectivos, ametralladoras pesadas, morteros de 80 mm, cañones de montaña de 75 mm, obuses de 150 mm y vehículos blindados, llegaron a la Alta Saboya.
Cerco de GlièresLa nueva situación llevó al nuevo comandante en jefe, el Capitán Anjot (asistente Vallette d'Osia, a continuación, a Clair), y a los maquis a retirarse mientras que todavía tenían tiempo. Sin embargo, tras un duelo verbal durante varias semanas entre dos talentosos locutores de radio (uno para la BBC y la otra para Radio París) por todo el mundo se había extendido que un alzamiento había tenido lugar en el sureste de Francia. Es evidente que Glières se había convertido en un elemento importante en la guerra psicológica. Para honrar la resistencia francesa, el capitán Anjot, un oficial experimentado, reflexivo y impasible, lucharía frente a la derrota, pero con el objetivo de salvar la vida de la mayor parte de sus hombres.
Finalmente, el 26 de marzo de 1944, después de otro ataque aéreo y bombardeo, los alemanes tomaron la ofensiva. Estos dividieron sus fuerzas de ataque en tres Kampfgruppen designados cada uno para un objetivo concreto. El reconocimiento fue realizado por patrullas de esquí debidamente camufladas por ropajes blancos. Una de las patrullas con un pelotón de Gebirgsjäger hizo un ataque a la principal salida a la meseta y se apoderaron de un puesto avanzado en la parte posterior. Sosteniendo el ataque de unos cincuenta soldados alemanes, dieciocho maquis lucharon y resistieron durante toda la noche, pero finalmente fueron superados y derrotados. A las diez del día siguiente, el Capitán Anjot, salvado el honor, ordenó al batallón de Glières retirarse. En los días que siguieron, Capitán Anjot y casi todos sus oficiales, así como un ciento cincuenta maquis fueron encontrados muertos. Habían muerto en la batalla o, en el caso de caer prisioneros, habían sido torturados, fusilados o deportados. Para los alemanes, los maquis no eran soldados regulares sino terroristas.
Escudo 157ª División de Reserva de Wehrmacht/8.Gebirgs-Division 
En la región de Saboya la resistencia había sido totalmente destrozada. Pero esta derrota se transformó en una victoria moral y supuso un impulso a la resistencia francesa en general. Así y antes de los desembarcos aliados en junio de 1944, la resistencia francesa, se convirtió en un arma estratégica, informando a los aliados en la defensa alemana, dirigiendo el sabotaje contra las industrias de guerra, los depósitos de suministros, los ferrocarriles, las comunicaciones, y suprimiendo al enemigo en desplazamientos por carretera a través de las emboscadas de los guerrilleros. Después de la invasión, el ejército clandestino del FFI (las Fuerzas Francesas del Interior), con unos 200.000 hombres, fue capaz de entablar combates, distrayendo, algunas fuerzas alemanas y liberando algunas partes del territorio francés...
Todo tuvo su inicio y despertar en el heroico sacrificio de los maquis de Saboya.
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P.D.: Poema de José Ángel Valente, a los españoles en el cementerio de Morette- Glières
No reivindicaron
más privilegio que el de morir
para que el aire fuese
más libre en las alturas
y los hombres más libres.
Ahora yacen,
con su nombre o anónimos,
al pie de Glières y ante la roca pura
que presenció su sacrificio.
Hombres
de España entre los muertos
de la Alta Saboya:
ellos lucharon por su luz visible,
su solar o sus hijos, más vosotros
sólo por la esperanza.
La nieve aún dura prodigiosamente
viva en el aire mismo
donde morir fue un puro
acto de fe o de supervivencia.
¿Quién podría decir que murieron en vano?
Al cielo roto y a la tierra vacía,
a los pueblos de España,
a Herbás, a Mula, a todas
las islas Baleares,
a Mendavia, Viñuelas,
Ambrán, La Almunia,
Terrecampe, Tembleque,
devuelvo el nombre de sus hijos:
Félix
Belloso Colmenar, Patricio
Roda, Gabriel Reynes o Gaby, Victoriano
Ursúa, Pablo Hernández,
Avelino Escudero,
Paulino Fontava, Florián Andújar,
Manuel Corps Moraleda.
Otros duermen tal vez
bajo una cruz desnuda, lejos
de su país, de su memoria, donde
todos los muertos son
un solo cuerpo ardiente:
carne nuestra, palabra,
historia nuestra que no conocimos,
sangre sonora de la libertad.
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Monumento de Glières
