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El sendero luminoso
Despegar a oscuras significa volar también a oscuras, en una época en que el vuelo instrumental aun no existe, y con referencias terrestres inexistentes, dada la oscuridad. Como no se puede correr el riesgo de que se dispersen las unidades de la expedición, Hitler ordena que en tierra se dispongan señales luminosas muy potentes para indicar el trayecto de Colonia a Aquisgrán, 73 kilómetros. La primera esta en Efferen, la segunda en Frechen, otra en Luchenberg. Cuando sobrevuelan una, los pilotos de los planeadores ven la siguiente y a menudo incluso más. En Aquisgrán, casi en la frontera, cesa el sendero luminoso y el remolque de los aparatos con motor. A partir de ahi los planeadores han de volar por si solos durante 28 kilómetros, hasta sus objetivos, a los que llegaran en el preciso momento en que ya hay suficiente luz como para poder efectuar un buen aterrizaje, pero no la suficiente para que se les descubra en vuelo. Para efectuar este largo planeo, el cálculo demuestra que en el punto de desenganche cada planeador deberá encontrarse a 2600 metros de altura, cosa que entre, otros problemas, plantea el de la elección de los hombres.
Guardia de honor de los Fallschirmjager en Hildesheim
El adiestramiento del grupo de asalto comenzó en Noviembre de 1939 en el cuartel-fortaleza de Hildesheim. Los 400 seleccionados con todo cuidado se apartan casi por completo del mundo. Ningún permiso, muy estricta censura en su correspondencia, prohibición categórica de hablar con soldados pertenecientes a otros destacamentos. Cada uno de los hombres se ve obligado a firmar la siguiente declaración:
Estoy al corriente de que seré castigado con pena de muerte si diese intencionalmente o incluso por distracción informaciones orales, escritas o dibujadas acerca de mi puesto de trabajo y del cometido que tengo que cumplir
Durante el adiestramiento, dos de los soldados cometen indiscreción insignificante y son condenados inmediatamente a muerte. Para suerte suya, la sentencia seria conmutada tras el éxito estrepitoso de la acción.
Desde un principio, los saboteadores se adiestran con modelos de yeso y fotografías, aprendiendo a reconocer el menor detalle de sus objetivos, marcados solo con un numero. Hasta el momento de la partida, ninguno, ni siquiera los oficiales, reciben información alguna de lo que se trata. Por lo que saben, podría tratarse de un fuerte británico, ruso o italiano. El silencio es total por su propio interés; la menor indiscreción les pondría en peligro de muerte.
Al adiestramiento teórico sigue el práctico. Todo el grupo se traslada a los fuertes checoslovacos de Altvater, algo parecidos a Eben Emael. Durante días y semanas, los cuatro núcleos "invaden" Altvater, volando y aterrizando con cualquier tiempo, aunque llueva, truene o nieve.
Al final -cuenta el teniente Witzig-, experimentamos un profundo respeto por el plan que debíamos ejecutar. Con el paso del tiempo, adquirimos cada vez mayor confianza en el y en nuestras fuerzas, y muy pronto nos convencimos de que nosotros, los atacantes, nos sentiríamos mas seguros sobre el fuerte que los belgas dentro de el.
En Febrero de 1940, el "Grupo Koch" esta perfectamente preparado, por lo que es trasladado a las proximidades de Colonia con el mayor de los secretos. No queda ya sino esperar el momento de la acción.
La prealarma llega el 5 de Mayo, la confirmación el 6, la orden de ejecución el 9 con las primeras luces. Cada uno de los hombres escribe a su casa, se confiesa según su religión y repasa mentalmente todos los puntos de instrucciones. A las 3 de la madrugada del 10 de Mayo de 1940, en dos campos de aviación comienza el embarque; a las 4.20, los grandes Ju-52 ponen en marcha los motores. Esta a punto de comenzar la audaz empresa contra el coloso llamado Eben Emael. El tiempo es bueno, sopla un ligero viento del este, por lo que es necesario calcular exactamente la velocidad, pues un solo minuto de anticipación puede hace llegar a los planeadores demasiado pronto a sus objetivos.
Exactamente a las 4.30, la primera sección de los tres Ju-52 despega, arrastrando tras de si un largo cable de acero en cuya extremidad está atado el pesado planeador cargado de hombres y explosivos. Un fuerte tirón y el gran pajarraco comienza a moverse, primero con sacudidas y saltos, luego cada vez mas seguro y veloz. Los Ju-52 de remolque están ya en el aire, pero los suboficiales pilotos de los planeadores tienen aun sus pajarracos clavados en el suelo, pues para remontarse es necesaria velocidad y el coeficiente de carga es muy alto. Por fin, casi en el límite del campo, los pilotos accionan con delicada decisión la
cloche y los planeadores se alzan dócilmente, mientras que el tren de aterrizaje se desengancha. El vuelo es ahora menos peligroso, pero siempre delicado: hay que vigilar cada uno de los movimientos del remolcador y actuar de modo que la tensión del cable de remolque no disminuya, pero que tampoco sea demasiado elevada. Con ojos atentos se escudriña en la noche para descubrir las señales luminosas. Lentamente, pero con seguridad, los grupos, subdivididos en 41 planeadores, toman altura.
El primer incidente ocurre nada mas al abandonar Colonia, cuando el grupo "Granito" avista el segundo punto luminoso. El piloto del Ju-52 que remolca el undécimo planeador ve con terror como en la oscuridad en la noche viene hacia el una fila de llamitas azules; instantáneamente se da cuenta de que se trata de un aparato desconocido que sigue su misma ruta a la misma altura, pero en sentido contrario. El choque parece inevitable y el piloto reacciona por instinto lanzando el gran aparato en un picado frenético hacia la izquierda. El piloto del planeador, sargento Pilz, más que ver, intuye la maniobra y trata de seguir detrás, pero el cambio de rumbo ha sido demasiado repentino y brusco. El planeador empieza a virar y descender; con un tirón seco, el cable de acero se rompe, mientras el Ju-52 se aleja, perdiéndose en la oscuridad de la noche. La situación seria dramática para cualquiera, pero Pilz sabe que hacer: vira hacia Colonia, cruza el Rin y logra aterrizar en un prado.
El teniente Witzig -pues es su planeador el que corre la imprevista aventura- nada mas echar pie a tierra ordena a sus hombres que liberen el prado de cualquier obstáculo, abatiendo setos y rellenando concavidades. Luego, corriendo, se dirige hacia la carretera mas próxima, para un automóvil y se hace llevar al campo de aviación del Ostheim, donde ve que en sus pistas no hay un solo Ju-52. Con calma telefonea a todos los aeródromos de la zona; por fin en el de Gütersloh logra hacerse con un aparato. Son las 5.05 y dentro de veinte minutos sus hombres se hallaran en el fuerte de Eben Emael; el teniente Witzig no quiere renunciar por nada del mundo a encontrarse entre ellos.
Un segundo incidente se produce veinte minutos después de haber despegado el grupo. Le ocurre al planeador nro 2, pilotado por el sargento Brendenbeck. Inopinadamente, Brendenbeck ve encenderse dos débiles luces rojas en la punta de las alas de su remolcador; el gran Ju-52 balancea repetidamente las alas, desengancha el cable del remolque hace un giro y vuelve a Colonia. El sargento se queda sorprendido. Se encuentra a solo 1500 metros de altura, lo que no basta para llegar ni siquiera a la frontera. Por una razón ignorada el piloto del Ju ha decidido abandonar a su planeador (uno de los motores no funcionaba de forma regular). Brendenbeck no se desanima. Apenas ha rebasado el "punto luz" de Luchenberg, y con la altura a la que va, puede llegar a las proximidades de Düren, a mas de mitad de camino de la frontera. Aterriza magistralmente en un prado; en seguida saltan a tierra sus hombres, se procuran tres automóviles y se lanzan a todo gas hacia la línea del frente. Llegaran a tiempo para la rendición del fuerte. "Granito" vuela ahora con solo nueve de sus once planeadores, pero los hombres no lo saben. Entre aparato y aparato no existen enlaces, en cuanto a disminución de la fuerza. Cada uno de los grupos esta en disposición de "cubrir" en parte las tareas de otro, de modo que ninguno de los objetivos en el interior del fuerte escape al ataque simultaneo.
Fuentes: Mencionadas y http://www.1rtr.net/hildesheim3.html
Continua. Saludos a todos.