Muchas gracias compañero.
Ahora en un tono más calmado, ya estoy en disposición de hablar sobre el, en mi opinión, grave error que cometió Rundstedt (junto con Kluge y Hitler) durante la campaña de Francia, lo que desmonta el mito que sobre la famosa
Haltbefehl (orden de paro) de las formaciones blindadas cerca de Dunkerque.
La orden de parar del 24 de mayo no provino de Hitler. De hecho, Hitler no podía parar a las formaciones blindadas porque, en esos momentos, ya habían sido detenidas por Kluge y Rundstedt. La película de los hechos fue la siguiente:
SITUACIÓN AL 21 DE MAYO Y LOS AVANCES REALIZADOS POR LOS ALEMANES DESDE EL 16
Antes de entrar en materia, quisiera resaltar un hecho importante que influirá en todos los cruciales acontecimientos posteriores y que fue el famoso contraataque que los blindados del Cuerpo expedicionario británico realizaron en Arras el 21 de mayo contra el flanco norte del avance alemán, siendo finalmente rechazados por la actuación de la 7.
Panzer Division de Rommel. En verdad esos días los aliados disponían de una ocasión perfecta para cortar la cabeza del avance alemán. En efecto, la avanzada panzer tenía su flanco derecho descubierto, por lo que una contraofensiva aliada conjunta desde el norte (británicos) y desde el sur (franceses) podía cortar la retaguardia blindada alemana, aislándola de su infantería, de tal manera que los cercadores (panzers) quedarían cercados, produciéndose un Dunkerque al revés. ¿Por qué no se llevó a cabo esta contraofensiva franco-británica en toda su extensión? Por las mismas razones en las que (lo veremos después) Brauchitsch y Halder se basaron para asumir el riesgo de continuar hacia el mar teniendo expuesto el flanco derecho: la desorganización del alto mando aliado y su lentitud para la toma de decisiones y ejecución de las mismas.
PLAN DE ATAQUE CONJUNTO FRANCO-BRITÁNICO PARA CORTAR EL AVANCE ALEMÁN EL 21 DE MAYO DE 1940
El 23 de mayo de 1940, el
generaloberst Günther von Kluge, comandante en jefe del 4.
Armee, además de sus formaciones de infantería, tenía bajo su mando 10 divisiones panzer y 6 divisiones motorizadas que formaban el ala izquierda de su ejército, entre la costa del Canal y Arras, mientras que las formaciones de infantería avanzaban sobre el ala derecha, entre Arras y Valenciennes. A las 1640 horas Kluge habló con Rundstedt, y, según el libro de Karl-Heinz Frieser (1), nombró por primera vez el fatídico término
aufschliessen (cerrar). Quería significar que las formaciones rápidas del ala izquierda debían ser detenidas para permitir cerrar a las formaciones que les seguían. Rundstedt estuvo totalmente de acuerdo en detener a las formaciones panzer sobre el río Aa para esperar a la infantería. El intento de contraataque británico en Arras del 21 influiría enormemente en esta decisión y tanto Kluge como Rundstedt pretendían evitar nuevas sorpresas pese a disponer ya los panzers de Guderian y Reinhardt (XIX
Armeekorps y XXXXI
Armeekorps encuadrados en el
Panzergruppe Kleist) de 5 cabezas de puente en la principal barrera de los británicos, el Aa, entre Gravelinas y Saint-Omer, a pesar de que el terreno en la punta sur de la bolsa, sembrado de canales, de fosos y de zonas inundadas, no era el idóneo para los tanques.
LINEA DISCONTINUA: EL FRENTE EL 25 DE MAYO
En consecuencia, el cuartel general del 4.
Armee cursó a las 2000 horas del día 23 de mayo la orden de "cierre" para el día 24. De esta forma, sólo se les permitió continuar con el ataque al este de Arras a dos cuerpos de infantería, el II y el VIII, mientras que los grupos panzer de Kleist y Hoth debían interrumpir su avance por un día "
para hacer todas las preparaciones para continuar el ataque el 25 de mayo".
Esto no gustó a Brauchitsch ni a Halder, y a medianoche comunicaron telefónicamente al cuartel general del
Heeresgruppe A que el 4.
Armee dejaba de estar subordinado a su grupo para pasar al
Heeresgruppe B. El cuartel general del
Heeresgrupe A envió a la mañana siguiente (1245 horas) un radiograma, una vez Hitler ya había conferenciado con Rundstedt y revocado esa orden del OKH, por medio de Blumentritt (jefe de EM de Rundstedt) el cual comunica lo ocurrido al general Mieth, del OKH. El texto del mensaje es el siguiente: (2)
- ENTWURF
Heeresgruppe A
I a
H.Qu., 24.5.1940.
An Herrn General Mieth.
1.) El Führer y general en jefe ha llegado hoy, a las 1130 horas, al acantonamiento del Grupo de Ejércitos A, en Charleville, para informarse acerca de la situación.
2.) La orden del Alto Mando del Ejército (OKH), comunicada en la noche del 23 al 24 de mayo, sobre la nueva distribución de órdenes entre los Grupos de Ejército A y B, ha sido llevada a la práctica. [?]
3.) El Führer ha ordenado que, en la zona situada al este de Arras, los Cuerpos de Ejército II y VIII, y el ala izquierda del Grupo de Ejércitos B, deben avanzar hacia el noroeste; al mismo tiempo, debe defenderse la línea Lens-Bethune-Aire-St. Omer-Gravelines (línea del Canal), para lograr así que el enemigo se estrelle contra esta favorable línea defensiva. El Grupo de Ejércitos A ha dado ya los órdenes correspondientes.
Por el Mando del Grupo de Ejércitos, el jefe de Estado Mayor, primer oficial Blumentritt.
Für das Heerensgruppeakommando
Der Chef des Generalstabes.
I.A.
Pese a todo, el OKH reitera esa misma noche por radio su orden de ataque. Sin embargo, el Estado Mayor del
Heeresgruppe A decide no dar curso a esa orden. El coronel Blumentritt anota la correspondiente observación al margen del radiograma: "...
No se da curso a esta orden porque el Führer desea que el comandante en jefe del Grupo de Ejércitos decida por sí mismo." Así era. Jodl anotó en su diario el 25 de mayo: "
El Führer.... deja tomar la decisión al Heeresgruppe A" y el diario de guerra del Heeresgruppe A lo deja bien claro cuando aparece en él que Hitler "
ha dejado libertad de maniobra a Von Rundstedt sobre el 4. Armee". (1)
Efectivamente, fue el 24 de mayo por la mañana cuando Hitler se trasladó al cuartel general de Rundstedt en Charleville para tratar del empleo posterior de las formaciones panzer. Fue entonces cuando un Hitler asombrado se enteró por Rundstedt de que el 4.
Armee había sido asignado al
Heeresgruppe B. Hitler, en parte indignado por que se hubiera tomado tal medida sin consultar con él, dejó sin efecto esa orden del OKH y se puso de parte de Rundstedt (de su pesimista visión de la situación). Y a las 1245 la famosa orden de parar fue emitida por el cuartel general del
Heeresgruppe A. En el vuelo de regreso, HItler le comentó a Jodl que estaba "muy complacido" con las disposiciones que había adoptado Rundstedt, las cuales encajaban perfectamente en su visión de la situación. (3)
LOS PANZERS DETENIDOS EN LAS CERCANÍAS DE DUNKERQUE
Esclarecedor es el texto de Kershaw (4):
- Hitler había ido en avión esa mañana, la del 24 de mayo, a Charleville, casi unos ciento setenta kilómetros al este del canal de la Mancha, a visitar el cuartel general del coronel general Gerd von Rundstedt, comandante del grupo A del ejército de tierra, que había sido quien había efectuado el notable avance en el "movimiento de hoz· a lo largo del flanco sur. Cuando llegó Hitler a las once y media, Rundstedt le dio un informe sobre la situación. La propuesta de detener el avance de las unidades motorizadas procedió no de Hitler sino de Rundstedt, uno de los generales en quien el Führer más confiaba. Hitler aceptó la propuesta, añadiendo que había que conservar los tanques para las próximas operaciones en el sur y que si se avanzaba más se limitaría el ámbito de actuación de la Luftwafe. Hitler estaba deseando continuar con el ataque hacia el sur sin la demora que creía que se produciría si dedicaban unos días a acosar a las tropas aliadas que tenían rodeadas en Dunkerque. Cuando llegó Brauchitsch a la mañana siguiente, el 25, con la idea de que avanzasen los tanques por las llanuras, Hitler se opuso, alegando que los numerosos canales que entrecuzaban Flandes hacían que fuese un tereno impropio para los tanques. Pero dejó que decidiera Rundstedt, que rechazó la propuesta debido a que se necesitaban los tanques para las operaciones que habían de iniciarse a continuación en el sur. Tanto Halder como Brauchitsch quedaron consternados. Tendrían que llegar a un acudrdo con un comandante supremo de la Wehrmacht que intervenía directamente en las operaciones. Pero no hubo la menor magnanimidad en la decisión de reservar los tanques. Como hemos visto, Hitler quería asestar a Inglaterra un golpe que la dejase fuera de combate para obligarla a aceptar las condiciones de paz. No tenía ningún interés en dejar que las tropas inglesas escapasen a la cautividad o a la destrucción. Göring le había convencido de que dejase a la Luftwafe acabar con el enemigo cercado. No se le ocurrió pensar que los ingleses pudiesen escapar.
Son rocambolescas las sugerenciaas que se hicieron después de la guerra de que Hitler había querido dejar que las tropas inglesas se salvasen en un acto de generosidad para animar a Inglaterra a acudir a una mesa de negociaciones con sus ejércitos intactos. El propio Hitler dijo a los miembros de su entorno unos quince días después que ""el ejército es la columna vertebral de Inglaterra y del Imperio. Si aplastamos el cuerpo invasor, el imperio está condenado. Como nosotros ni queremos ni podemos heredarlo, debemos darle una oportunidad. Mis generales no han entendido eso". Esos sentimientos, si es que alguna vez se expresaron en esos términos, no fueron más que una autojustificación por un error militar. La decisión de no avanzar sobre Dunkerque se tomó por razones militares y por consejo militar. Según su ayudante de la Luftwafe, Nicolaus von Below, "el ejército inglés no tenía ninguna importancia para él" en Dunkerque.
Rundstedt (5), Blumentritt (6) y Liddell Hart (7) se encargaron después de la guerra de crear el mito de la "orden de parar" como originada en Hitler, es decir, cargando la culpa al muerto. Pero la orden de parar era ni más ni menos, como dice Frieser, la confirmación y continuación de la orden de cierre que previamente, el 23 de mayo, había cursado Rundstedt.
Espero haber aclarado algo esta cuestión.
Saludos cordiales.
Referencias:
(1) Karl-Heinz Frieser.
The Blitzkrieg Legend. Naval Institute Press, 2005
(2) Hans-Adolf Jacobsen y Hans Dollinger.
La SGM en fotografías y documentos vol. I. Plaza & Janés, 1963.
(3) VV.AA. Correlli Barnett (ed.)
Hitler's generals. Widelfend & Nicholson, 1989.
(4) Ian Kershaw.
Hitler (vol II. 1936-1945). Círculo de Lectores, 2000.
(5) El veterano general hizo después de la guerra varias declaraciones que echaban enteramente la culpa a Hitler: "
Si yo hubiera sido libre -dijo al mayor Milton Shulman, un oficial canadiense de información-,
los ingleses no habrían salido tan fácilmente de Dunkerque. Pero yo tenía las manos atadas por órdenes directas del propio Hitler. Mientras los ingleses se embarcaban a lo largo de las playas, yo permanecía inútilmente fuera del puerto, incapaz de moverme... Estaba sentado fuera de la ciudad, mirando huir a los ingleses, mientras mis tanques y mi infantería no tenían autorización para moverse. Esta increíble tontería era debida a la idea personal de Hitler sobre la táctica." (Milton Shulman.
Defeat in the West. Greenwood Press, 1971).
(6) Günther Blumentritt.
Von Rundstedt, el soldado y el hombre. Espasa Calpe, 1955
(7) B.H. Liddell Hart.
El otro lado de la colina. Ediciones Ejército, 1983