Lidia Litvyak
Publicado: 03 Mar 2020
Una figura que me resulta irresistiblemente atractiva fue la piloto de caza rusa Lidia Litvyak. Una mujer no muy grande (cuando menos para los estándares rusos), nada corpulenta y físicamente no muy fuerte, que se las apañó, a los mandos de diversos cazas rusos, los muy rústicos de los dos primeros años de la Gran Guerra Patria, para cepillarse una docena de aviones alemanes, entre ellos ocho o nueve Bf-109 (uno de ellos pilotado por un experte de campanillas). Si queréis más datos pinchad aquí: https://es.wikipedia.org/wiki/Lidia_Litviak
En general, el mundo de los pilotos de caza durante la WWII es un mundo de hombres. Salvo la CCCP, mucho más avanzada en eso que ahora llamamos 'Igualdad' que sus potencias coeténeas, ninguno de los contendientes puso mujeres a combatir en cazas, demostrando así un machismo lamentable. Los ingleses fueron los que menos timidez mostraron a la hora de sentar una señora en el cockpit de un Spitfire. Crearon una unidad compuesta por mujeres -sólo mujeres- cuya función era llevar de las pistas de las fábricas a las de las bases aéreas los aviones recién fabricados o recién reparados. Lo hicieron por simple tacañería, ya que su escasez de pilotos capaces de hacer pipí de pie les duró toda la guerra. Con el tiempo los americanos lo hicieron también, inspirados por las excelentes experiencias británicas, aunque tanto los unos como los otros las licenciaron al terminar la guerra. A los mandos superiores de las respectivas fuerzas aéreas las mujeres no les gustaban mucho -sospecho que no solo en el plano aeronáutico-, cosa muy de lamentar. Hoy en día creo que ya se han curado de remilgos, aunque tampoco estoy demasiado al corriente.
En el III Reich eran cantidad las mujeres que sabían volar, porque llegaron a los planeadores al mismo tiempo que los Galland y los Mölders. Sin embargo, y aunque algunas demostraron ser condenadamente buenas, el supermachismo característico de los sistemas fascistas las relegó a servir como helferinnen. Hacían lo mismo que las inglesas, llevar aviones reparados de un lado para otro, aunque sólo a partir de 1943 y hasta finales de 1944. Por culpa de eso nos hemos perdido deliciosas situaciones en las que una preciosa Lidia Litviak a los mandos de un La-5FN se las viera con una Anna Reitsch (tampoco estaba mal del todo) a los de un Gustav-2. Una pena que nos lo hayamos perdido.
En general, el mundo de los pilotos de caza durante la WWII es un mundo de hombres. Salvo la CCCP, mucho más avanzada en eso que ahora llamamos 'Igualdad' que sus potencias coeténeas, ninguno de los contendientes puso mujeres a combatir en cazas, demostrando así un machismo lamentable. Los ingleses fueron los que menos timidez mostraron a la hora de sentar una señora en el cockpit de un Spitfire. Crearon una unidad compuesta por mujeres -sólo mujeres- cuya función era llevar de las pistas de las fábricas a las de las bases aéreas los aviones recién fabricados o recién reparados. Lo hicieron por simple tacañería, ya que su escasez de pilotos capaces de hacer pipí de pie les duró toda la guerra. Con el tiempo los americanos lo hicieron también, inspirados por las excelentes experiencias británicas, aunque tanto los unos como los otros las licenciaron al terminar la guerra. A los mandos superiores de las respectivas fuerzas aéreas las mujeres no les gustaban mucho -sospecho que no solo en el plano aeronáutico-, cosa muy de lamentar. Hoy en día creo que ya se han curado de remilgos, aunque tampoco estoy demasiado al corriente.
En el III Reich eran cantidad las mujeres que sabían volar, porque llegaron a los planeadores al mismo tiempo que los Galland y los Mölders. Sin embargo, y aunque algunas demostraron ser condenadamente buenas, el supermachismo característico de los sistemas fascistas las relegó a servir como helferinnen. Hacían lo mismo que las inglesas, llevar aviones reparados de un lado para otro, aunque sólo a partir de 1943 y hasta finales de 1944. Por culpa de eso nos hemos perdido deliciosas situaciones en las que una preciosa Lidia Litviak a los mandos de un La-5FN se las viera con una Anna Reitsch (tampoco estaba mal del todo) a los de un Gustav-2. Una pena que nos lo hayamos perdido.