JU 290 Ejército del Aire (Una joya perdida)
Publicado: 11 May 2006
Entre los aviones que en la década de los 50 lució la cruz de San Andrés, sin duda alguna el más llamativo fue el Junkers Ju-290. Por su capacidad y gran radio de acción, aquel cuatrimotor era todo un lujo comparado con los vetustos Ju 52 y la pareja de DC-3, sobre los que recaían las tareas de transporte militar. Pero, ¿Cómo llegó a formar parte del ejército del aire?
Una oscura noche de marzo de 1945, el personal de servicio en la torre de control del aeropuerto de Muntadas (antiguo Barcelona- El Prat), se esforzaba por observar el avión de Lufthansa entre la densa niebla. La guerra en Europa tocaba a su fin y no sería de extrañar que pudiera haber sido derribado por los cazas aliados, ya llevaba retraso y cuando la cosa era preocupante oyeron el ruido de motores que señalaban la llegada del esperado avión.
Tras el reglamentario circuito, los controladores vieron como a excesiva velocidad discurría sobre la pista; tanta, que la rebasó saliéndose de ella. Cuando los servicios de socorro llegaron al lugar, comprobaron asombrados como a pesar de la espectacularidad- había saltado dos acequias para terminar en un arrozal- las averías que presentaba podían considerarse mínimas., lo que confirmó los técnicos al día siguiente, al apreciar la rotura del compás de la pata izquierda, dobladas tres palas de la hélice del motor interior izquierdo y dos del exterior del mismo lado. También presentaba pequeños desgarros en el borde de salida y alerón del ala de babor.
Aquel Ju-290 A5 Werk Nr 110 178, tal como registraba su cartilla, tan solo había volado 514 horas desde su salida de fábrica en 1943, habiéndose efectuado el Overhaul de 450 horas el mes anterior. Por otro lado, sus motores BMW 801D con: 26, 30,72 y 79 horas eran prácticamente nuevos.
Rescatado bajo la supervisión de la tripulación y técnicos alemanes, éstos como si presagiaran el largo tiempo de inactividad que le esperaba, se preocuparon de vaciar los depósitos de combustible para evitar su deterioro y de engrasar los motores, protegiéndolos con sus correspondientes lonas, quedando estacionado en un lugar discreto del aeropuerto.
Al acabar la guerra el avión fue incautado junto con el material de Lufhansa en su almacén de Muntadas, pero pasarían mas de dos años hasta que en septiembre de 1947, se decidió subastar un” lote de chatarra de avión, incluyendo un avión de 4 motores”. Dicho lote fue adquirido por el empresario bilbaino Eliodoro Elorrieta, junto a otros asociados, por 1.600.000 Ptas.
Tras localizar a los mecánicos alemanes, tras no pocas indagaciones, en Barcelona, se inició las reparaciones del avión para ponerlo en condiciones de vuelo. Finalizados los trabajos, el avión, que había abandonado la pintura negra por el gris metálico original, efectuó el vuelo de prueba en manos del piloto Teodosio Pombo, quien pudo comprobar sus excelentes características. Días más tarde el mismo piloto llevo el avión a Madrid, el viaje fue normal pero a la hora de la aproximación el sistema hidráulico del tren se negó a funcionar y todos a bordo (Elorrieta, el mecánico Balaguer y el propio Pombo) colaboraron para bajarlo a mano. Esto no fue lo peor, sino la multa de 5.000 pesetas que el jefe del aeropuerto les metió a su llegada por las dos pasadas rasantes que realizaron al fallarles también la radio, hasta que unos destellos verdes les autorizó a tomar tierra.
Los propietarios pensaban explotarlo trayendo mercancía desde África, o venderlo a Sudamérica o alquilarlo a Iberia, pero nada se concretaba y el tiempo pasaba.
Dado que los meses transcurrían y la cuenta de gastos ascendía, los propietarios piensan que la única salida era ofrecérselo al Ejercito del Aire, así solicitan audiencia con el Ministro del Departamento, general Gonzalez Gallarza. Éste les escucho cordialmente pero todo parecía indicar una negativa, ante la falta de medios y presupuestos, aparte de ¿Qué podía hacer el ejército del aire con un solo avión? Cuando todo parecía perdido Ignacio Muguruza tuvo la genial ocurrencia de recordarle al “Juan Sebastián Elcano”, el único buque escuela de la Armada y enfocar la oferta hacia este camino. Al ministro le gustó la idea y tras el oportuno estudio, por un precio total de 2.750.00 pesetas, el Ju-290 pasó a formar parte de nuestra aviación militar.
El 29 de Abril de 1950 tras la oportuna inspección en vuelo que resulto satisfactoria se firmo la adquisición. Poco tiempo después, el Ju-290, luciendo la escarapela rojigualda y la cruz de San Andrés, con el numeral 74-23, pasó a formar parte de la Escuela Superior de Vuelo ubicada en Matacán.
El día 1 de Julio realizó su primer vuelo a Villa Cisneros, invirtiendo en la vuelta 6,35 horas.
En octubre, junto a los Ju-88 del 13 regimiento, participa en unas maniobras aeronavales en las islas de Madeira, tomando parte el día 30 en el gran desfile aéreo, que con más de 250 aviones, se celebró en aguas de Cádiz, coincidiendo con la revista naval que presidió Franco.
En Julio de 1951, el Ju 290 pilotado por el teniente coronel Pombo Somoza, se entrena en su faceta de viajes de fin de curso, trasladando a Las Palmas a los componentes de la III Promoción de la AGA, tarea que llevó a cabo los años siguientes con la IV y V Promociones en respectivos vuelos a Italia y Portugal. Poco después, octubre de 1953, por la falta de repuestos el majestosos Ju 290 acaba en la chatarra. Perdiéndose una joya para nuestro museo del aire.
Fuente “Canario” Revista AVION REVUE Nº 124 Oct.1992
Salutën
Una oscura noche de marzo de 1945, el personal de servicio en la torre de control del aeropuerto de Muntadas (antiguo Barcelona- El Prat), se esforzaba por observar el avión de Lufthansa entre la densa niebla. La guerra en Europa tocaba a su fin y no sería de extrañar que pudiera haber sido derribado por los cazas aliados, ya llevaba retraso y cuando la cosa era preocupante oyeron el ruido de motores que señalaban la llegada del esperado avión.
Tras el reglamentario circuito, los controladores vieron como a excesiva velocidad discurría sobre la pista; tanta, que la rebasó saliéndose de ella. Cuando los servicios de socorro llegaron al lugar, comprobaron asombrados como a pesar de la espectacularidad- había saltado dos acequias para terminar en un arrozal- las averías que presentaba podían considerarse mínimas., lo que confirmó los técnicos al día siguiente, al apreciar la rotura del compás de la pata izquierda, dobladas tres palas de la hélice del motor interior izquierdo y dos del exterior del mismo lado. También presentaba pequeños desgarros en el borde de salida y alerón del ala de babor.
Aquel Ju-290 A5 Werk Nr 110 178, tal como registraba su cartilla, tan solo había volado 514 horas desde su salida de fábrica en 1943, habiéndose efectuado el Overhaul de 450 horas el mes anterior. Por otro lado, sus motores BMW 801D con: 26, 30,72 y 79 horas eran prácticamente nuevos.
Rescatado bajo la supervisión de la tripulación y técnicos alemanes, éstos como si presagiaran el largo tiempo de inactividad que le esperaba, se preocuparon de vaciar los depósitos de combustible para evitar su deterioro y de engrasar los motores, protegiéndolos con sus correspondientes lonas, quedando estacionado en un lugar discreto del aeropuerto.
Al acabar la guerra el avión fue incautado junto con el material de Lufhansa en su almacén de Muntadas, pero pasarían mas de dos años hasta que en septiembre de 1947, se decidió subastar un” lote de chatarra de avión, incluyendo un avión de 4 motores”. Dicho lote fue adquirido por el empresario bilbaino Eliodoro Elorrieta, junto a otros asociados, por 1.600.000 Ptas.
Tras localizar a los mecánicos alemanes, tras no pocas indagaciones, en Barcelona, se inició las reparaciones del avión para ponerlo en condiciones de vuelo. Finalizados los trabajos, el avión, que había abandonado la pintura negra por el gris metálico original, efectuó el vuelo de prueba en manos del piloto Teodosio Pombo, quien pudo comprobar sus excelentes características. Días más tarde el mismo piloto llevo el avión a Madrid, el viaje fue normal pero a la hora de la aproximación el sistema hidráulico del tren se negó a funcionar y todos a bordo (Elorrieta, el mecánico Balaguer y el propio Pombo) colaboraron para bajarlo a mano. Esto no fue lo peor, sino la multa de 5.000 pesetas que el jefe del aeropuerto les metió a su llegada por las dos pasadas rasantes que realizaron al fallarles también la radio, hasta que unos destellos verdes les autorizó a tomar tierra.
Los propietarios pensaban explotarlo trayendo mercancía desde África, o venderlo a Sudamérica o alquilarlo a Iberia, pero nada se concretaba y el tiempo pasaba.
Dado que los meses transcurrían y la cuenta de gastos ascendía, los propietarios piensan que la única salida era ofrecérselo al Ejercito del Aire, así solicitan audiencia con el Ministro del Departamento, general Gonzalez Gallarza. Éste les escucho cordialmente pero todo parecía indicar una negativa, ante la falta de medios y presupuestos, aparte de ¿Qué podía hacer el ejército del aire con un solo avión? Cuando todo parecía perdido Ignacio Muguruza tuvo la genial ocurrencia de recordarle al “Juan Sebastián Elcano”, el único buque escuela de la Armada y enfocar la oferta hacia este camino. Al ministro le gustó la idea y tras el oportuno estudio, por un precio total de 2.750.00 pesetas, el Ju-290 pasó a formar parte de nuestra aviación militar.
El 29 de Abril de 1950 tras la oportuna inspección en vuelo que resulto satisfactoria se firmo la adquisición. Poco tiempo después, el Ju-290, luciendo la escarapela rojigualda y la cruz de San Andrés, con el numeral 74-23, pasó a formar parte de la Escuela Superior de Vuelo ubicada en Matacán.
El día 1 de Julio realizó su primer vuelo a Villa Cisneros, invirtiendo en la vuelta 6,35 horas.
En octubre, junto a los Ju-88 del 13 regimiento, participa en unas maniobras aeronavales en las islas de Madeira, tomando parte el día 30 en el gran desfile aéreo, que con más de 250 aviones, se celebró en aguas de Cádiz, coincidiendo con la revista naval que presidió Franco.
En Julio de 1951, el Ju 290 pilotado por el teniente coronel Pombo Somoza, se entrena en su faceta de viajes de fin de curso, trasladando a Las Palmas a los componentes de la III Promoción de la AGA, tarea que llevó a cabo los años siguientes con la IV y V Promociones en respectivos vuelos a Italia y Portugal. Poco después, octubre de 1953, por la falta de repuestos el majestosos Ju 290 acaba en la chatarra. Perdiéndose una joya para nuestro museo del aire.
Fuente “Canario” Revista AVION REVUE Nº 124 Oct.1992
Salutën
), sobre si llevaba algo o a alguien del regimen nazi , para algo volaba a Barcelona 
) sobre el tema. Lo del aerodromo de ¿La Morgal? a 1 km de Lugo de Llanera y a dos de Posada de Llanera me suena a confusion de "Posadas" ya que el avión que está confirmado se estrella en El Mazucu, cerca de Posada... de Llanes, donde se entierran a sus tripulantes, en Mayo( 31 de mayo oficialmente, aunque parece ser que llevaba varios dias estrellado segun me comentó un anciano que era crio en esas fechas) del 44. Dudas con las matriculas muy similares, mismo avión, dos Posadas en Asturias... no se, me da que es el mismo con la equivocación de posadas, y mezclado con lo típico de jerarcas nazis escapando. me han comentado que en un libro de un tal Cristino García( ex repu y ex maquis creo) habla de ese avión de la Morga, incluso llegando don Adolf Hitler 
. Seguiré investigando a ver que salen de esos mitos, aún así si me pasais algo de bibliografía, bievenida sea. Lo unico que hay fijo de esos dos es el de Posada de Llanes, finales de mayo del 44, sin supervivientes.