por 101airbone el Vie 10 Jun 2005 14:32
Muy buenas:
Aquí pongo la narración sobr el hecho que tengo. Es bastante antigua pero es del Comandante George C. Macnally, que parece ser que fue el que llevó la investigación para destruir las maquinas y detener a los falsificadores así que creo que se le puede dar bastante crédito. La operación se llamó "Operación Bernhard", por cierto.
" [...] Para comenzar, se me informó que en 1943 una alarmante cantidad de billetes ingleses falsificados se había abierto camino a Londres a través de Zurich, Lisboa, Estocolmo y otras zonas neutrales. Empezaron a llegar en lotes de 100.000 libras esterlinas o más, y la calidad e la falsificación mejoraba siempre.
Un espia alemán fue arrestado luego en Edimburgo. Lo habían llevado cerca de las costa de Escocia en un hidroavión y había ganado la costa en un bote de caucho. Portaba una maleta atestada de billetes, que eran la falsificación más fina que el Banco de Inglaterra hubiese visto jamás.
El Banco comprendió entonces que el autor de la fechoria era el propio gobierno alemán, y que el crédito mismo de la Gran Bretaña podía correr grave riesgo. [...] Si surgían dudas sobre la autenticidad de los billetes, en plena guerra, las consecuencias podían ser sumamente graves, no sólo para Inglaterra sino también para la causa aliada. El Banco tuvo que rendirse, finalmente, ante lo inevitable.
El mundo financiero internacional sufrió una sacudida cuando el Banco anunció que retiraba de la circulación sus billetes de todas las denominaciones y que los cambiaría por billetes de cinco libras de un nuevo diseño. Transcurrido determinado plazo, los antiguos billetes dejarían de tener curso legal.
Ante un Parlamento perfecto, el Ministro de Hacienda explicó con cautela que una de las razones que justificaban la medida era la existencia de una extensa falsificación. No dió más detalles, y la prensa británica respetó la consigna de no indagar más.
El hecho es que durante tres años, los nazis habían impreso un nñumero incalculable de billetes ingleses falsos que estaban desbaratando fortunas, complicando y enmarañando Bancos e industrias y sangrando a la Tesoreria británica millones de libras.
Con estos antecedentes e información iniciamos la cacería de los hombres y de la maquinaria que dirigían y componían la gran empresa de la falsificación.
[...]
A comienzos de la guerra, Heinrich Himmler había creado en su cuartel general secreto la Oficina 6-F-4, un organismo que se proponía desquiciar la economía de la Gran Bretaña mediante la falsificación en gran escala de sus billetes de banco. El proyecto comenzó en realidad a cristalizar cuando se designó director ejecutivo al comandante Kruger en 1942.
[...]
La oficina 6-F-4 envió atados del producto de Bernhard a los representantes de la Gestapo en las embajadas y consulados de Alemania en Turquia, España, Suiza y Suecia con instrucciones de pasarlo en los Bancos locales. Casi todos los billetes fueron aceptados sin dificultad. Himmler rebosaba de júbilo.
ahora bien, al salir de las prensas los billetes eran meticulosamente inspeccionados y clasificados. Los mejores, la primera clase, eran destinad por la oficina 6-F-4 a compras en paises neutrales y al fondo de operaciones de espias y saboteadores de Himmler en el exterior. Los billetes de segund clase, que tenían leves imperfecciones aunque siempre constituían una falsificación excelente, se repartían entre las unidades de la Gestapo en los paises ocupados, para pagar la informanción y subsidios a los colaboracionistas, que preferían la salvaguardia de los billetes del Banco de Inglaterra para el caso de que la cosas no marcharan bien.
Los billetes de tercera clase, se acumulaban y guardaban para un fantástico proyecyo de himmler: lanzarlos desde aeroplanos sobre las islas británicas. [...]
Una de las principales víctimas de los billetes de primera clase fue el famosos "Cicerón".
[...]
Terminada nuestra investigación, nos dimos a sacar la cuenta de la producción total de la Operación Bernhard. Era algo espantoso. [...] Se produjeron casi nueve millones de billetes del Banco de Inglaterra, con un valor de 140 millones de libras esterlinas, aproximadamente. De esta suma, 1.500.000 libras fueron enviadas a Turquía y al Cercano Oriente; 3.000.000 fueron distribuidas por la 6-F-4 en Francia y los Paises Bajos; 7.500.000 pagaron facturas alemanas en España, Portugal, Suiza y los países escandinavos. Otros 62.000.000 de libras escaparon de ser quemados en Redl Zipf y fueron pescadas en el Río Enns por aurtriacos, rusos, norteamericanos e ingleses, o escaondidas por los soldados de las tropas de asalto."
El autor también dice que los sobrantes de la operación fueron arrojados al Lago Topliz, como se ha dicho anteriormente.
Un saludo
En la guerra: determinación.
En la derrota: resistencia.
En la victoria: magnanimidad.
En la paz: conciliación. W. Churchill
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