Primeros muertos civiles en Madrid.

Historia Militar 1936-1939.

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34_brigada_mixta
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Primeros muertos civiles en Madrid.

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El día amanececió cálido y soleado así que Manuel Alonso y su mujer Pilar Gómez López, de 24 años, fueron a pasar el domingo a la Playa de Madrid con sus hermanos Luis, Carmen, de 16, Manuela y Maravillas, y la niña Martina Fernández Berrihuete.

Carlos Tejero Solsona y su mujer Purificación Rodríguez Gil cogieron a las hijas de esta Purificación Rodríguez Rodríguez (de su anterior matrimonio) y dos más y eligieron la zona del Puente de San Fernando.

Pablo Peñalba Hernando, 26 años, había ido a bañarse a Puerta de Hierro con su primo José Hernando. Jesús Moreno Balaguer, 40 años, fue a dar un paseo.

Tras una mañana de baños, risas y juegos y mientras hacían la sobremesa empezaron a correr rumores por la zona: había movimiento militar en los cuarteles de Madrid tras un sábado casi tranquilo. Todos ellos decidieron volver al centro.

Se fueron montando por el camino en un camión REO pintado de rojo, matrícula M-51036, propiedad de José Ramirez Tovar, burgalés de 31 años, que además era Guardia de Seguridad aunque ese día libraba y o se fue con la camioneta a buscar clientes un domingo o recogió a la gente por propia voluntad. Podía ser cerrado o abierto, pero asientos traseros tenía. Lo guardaba en un solar de la calle Tenefife, 29 o 31, por la zona aunque a buena distancia de la Huerta del Obispo donde vivía su conductor Esteban Álvarez aunque al lado de su casa en Navarra 39.

En el Puente de los Franceses se montaron unos cuatro milicianos con armas largas, los mismos que habían avisado a algunos de los bañistas que preguntaron si pasaba por el Cuartel de la Montaña. Al llegar a Ferraz esquina al Cuartel en la puerta próxima a Rosales, recibieron la voz de "Alto" proveniente de dos Guardias de Seguridad, desconocidos para el dueño de la camioneta, que patrullaban la acera de Rosales.
Se bajaron los milicianos obedeciendo la orden de desalojar y depositar sus armas en el suelo o cuerpo a tierra según versiones y diciendo "Quietos" con el puño en alto mientras inmediatamente sonaban disparos de fusil y ametralladora. De tres Guardias de Seguridad y de los soldados del Cuartel. No se contestó al fuego.
Según informa el sargento Isidro Alonso Fernández en la planta primera del grupo de Alumbrado existían dos baluartes con sacos terreros y en los balcones de la fachada hacia Rosales sacos terreros con fusileros y tres ametralladoras. En la esquina con Ferraz, el pabellón del comandante jefe, en los balcones a dos calles había dos ametralladoras y fusileros.
En la camioneta se constataron después muchísimos taladros por disparo de fusil o ametralladora, observándose en el interior restos de meriendas, sangre en abundancia en casi todos los asientos.

Murieron en el acto Luis, Manuela y Maravillas, así como la niña Martina. También tres de los milicianos. Las hermanas familia de los muertos, Pablo Peñalba y Jesús Moreno resultaron heridos. No se reporta heridas en los ocupantes de las plazas delanteras.
Mariano Corrales Martínez de 20 años, tuvo más suerte. Habla de cinco o seis hombres con armas largas, él ademas corta.
Unos guardias que había paseando por la acera que da a Rosales y unos soldados que estaban en la muralla les dijeron "Armas a tierra" para inmediatamente hacer una descarga y a continuación siguieron disparándoles durante siete y ocho minutos.
Acabado el tiroteo les metieron a un garage a mano izquierda entre gritos de hijos de puta, socialistas y tal o cual proferidos por un capitán. Aquí les quitaron las armas y municiones, los carnets, y los enviaron al calabozo.
Un compañero le dice que está herido en pierna y codo, y lo llevan al botiquín, luego al Equipo Quirúrgico, con los demás heridos.

Dentro del Cuartel nadie sabe nada. Al brigada de Ingenieros Federido Romea Cruz le despertó de la siesta un tiroteo intenso, al bajar a la entrada del cuartel vió que había sido con una camioneta de viajeros y que había algunas víctimas entre ellas una niña de corta edad. Le dijeron que al darla el alto los centinelas cuatro o cinco individuos contestaron con mosquetones siendo repelida la agresión.

El soldado de Alumbrado Joaquín Sarasa Rupérez estaba parapetado en la parte que da a Rosales, donde ya en la mañana del domingo tuvieron un tiroteo con gente de fuera del cuartel, pero consiguió no disparar nigún tiro. En la tarde también les ordenaron hacer fuego contra una camioneta, pero tampoco tiró.

Arsenio Fernández Serrano, capitán del 4ºde Infantería veraneante en Cáceres se presentó el domingo en el cuartel, donde como no tenía nada que hacer pidió permiso para retirarse, intentando salir por la puerta del Regimiento digo del Grupo de Alumbrado más próxima a su casa en Doctor Cárceles cuando en el momento de salir pasó una camioneta desde el interior de la cual hicieron disparos uno de los cuales alcanzó al declarante, siendo conducido al interior del cuartel donde fue curado.
Tras el combate unos soldados le vistieron de paisano, pero saliendo del cuartel unos individuos quisieron matarle, pero lo impidieron unos sargentos y al final acabó en comisaría, paso previo a la Prisión Celular.

Juan Borrás Barrachina, soldado de Alumbrado, sabe que el domingo se produjo una agresión al cuartel por individuos que ocupaban una camioneta resultando varios heridos que fueron llevados a la compañía para curarlos haciendo salir a los soldados para que no lo vieran. También está en la prisión. 3 de agosto.

Manuel Sainz Ruiz, como chauffer del Grupo del Alumbrado, recibió el domingo temprano la orden del jefe de taller de salir a la calle a recoger una camioneta con unos heridos a consecuencia de un tiroteo, sin que sepa las causas del mismo.

Pedro Torres Moreno, agregado de Transmisiones, relata que el domingo por la mañana y por la parte de alumbrado se oyó un tiroteo, enterándose después de que se había echado el alto a unos individuos de las milicias, y que al no pararse les habían tirado; que por la tarde volvió a oirse otro tiroteo por el mismo sitio a consecuencia del cual hubo víctimas según les dijeron.

Santos Lerones Lezcano, sargento de Alumbrado, se retiró a dormir el domingo tras salir de la guardia de prevención. De su sueño le despertaron voces de individuos que decían que había habido un tiroteo, bajando al patio y enterándose allí de que había sido agredido el cuartel y que se había contestado a la agresión. Volvió a acostarse y se levantó sobre las tres para comer y volver a acostarse.

Andrés Mendieta de Hornos, soldado de Zapadores, declara que el domingo por la tarde comenzaron a entrar en el cuartel algunos individuos vestidos de paisano los cuales al entrar hacían el saludo fascista, y el que no lo hacía lo registraban; que cuando estuvieron estos y por la parte que da a Ferraz, entre alguno de los paisanos y los cadetes que había en el interior tiraron por la parte de Alumbrado a unos individuos que iban en el alto de un automóvil.

Estos son lo hechos, no hubo tal tiroteo con unos milicianos como dicen los libros, sino un fusilamiento con tres niños muertos y al menos cuatro jóvenes socialistas. Los primeros muertos civiles de la guerra en Madrid.
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Muertos y heridos entre los asaltantes:
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Fte.Pares, Heridos en el Cuartel de la Montaña. No están todas las declaraciones, y habrá más en otros expedientes sobre el Cuartel.
Última edición por Beltranejo el 29 May 2016, editado 1 vez en total.
Razón: Editado por cambio al formato establecido del Foro


Siempre fuí esa oveja negra que supo esquivar las piedras que le tiraban a dar,
y entre más pasan los años, más me aparto del rebaño, porque no se adonde vá.
José Dominguez Muñoz, Elena Bermúdez. 34BM
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