La ofensiva sobre Huesca, junio del 37.
Publicado: 10 Feb 2005
Aragón quedó desde el comienzo de la GCE divida por la mitad, con sus tres capitales de provincia en manos nacionales, y con un frente que iba desde los Pirineos oscenses hasta el límite provincial entre Teruel Y la provincia de Castellón. Fue siempre considerado un frente secundario, es decir, estaba siempre a expensa de frentes como el de Madrid o el Norte, sus acciones dependían de las necesidades bélicas de éstos últimos.
Dentro de esa dependencia, surgió la idea en junio del 37 de acbar por una vez por todas con el asedio a Huesca y de rematar la resistencia de la capital oscense por parte nacional, además se quería conseguir hacer desviar tropas del frente Norte al ejército nacional para aliviar ese frente tan maltrecho para la República.
La idea de atacar Huesca partió de el Ministro de Defensa, Indalecio Prieto, y junto a la operación en Huesca se planeó otra simultaneamente en Segovia del 30 de mayo al 12 de junio, la de la capital altoaragonesa se desarrollará del 12 al 19 de junio aproximadamente. Para el ataque contra Huesca, el día 8 de junio se instaló en Barbastro el Cuartel General y el Puesto de Mando del general Pozas. En cuanto a las unidades que participarían, además de las ya desplegadas desde el principio de la GCE se unirían desde Madrid a la 45ª División Internacional con dos Brigadas, la prestigiosa XII Brigada Mixta Internacional, vencedora de la Batalla de Guadalajara, la XII bis y otras unidades, como, por ejemplo, el Batallón Rakosi, designando como jefe al general Kleber. El ataque comtemplaba un primer movimiento, al sur del Ebro, atacando a las reservas nacionales, otro en el Pirineo, y , un tercero sobre Huesca, que era la verdadera ofensiva. Ésta tenía como objetivo cortar el pasillo de comunicación de la capital desde el norte y el sur, para lo cual formaron dos Agrupaciones, la Norte y la Sur. El día 10 comenzó el ataque sobre Aladrén, pero sin mucho éxito, y el día 11 continuó atacando la Agrupación Norte al mando del general Luckas. Los internacionales atacaron con carros de combate y el correspondiente apoyo aéreo y artillero. Por su parte, la agrupación Sur, partiendo de Huerrios, debía atacar casa Carlos, Laita y la estación de Alerre, y en una segunda ofensiva, enlazar con la Agrupación Norte. El día 16 se generalizó el ataque sobre Huesca, y los nacionales pasaron por sus peores momentos.
Las fuerzas republicanas actuantes ante el rechazo de su ataque cayó en una desorganización que llegó a ser preocupante, ya que si el objetivo era conquistar Huesca, lo mínimo era no pereder terreno. Los nacionales por su parte se organizaron con eficacia y a pesar de pasar `por momentos apurados consiguieron por fin refuerzos, dos compañías del Batallón Galicia, que les permitieron repeler la agresión republicana haciendo a éstas una cantidad d bajas importantísimas.. Las bajas en el ejército nacional también fueron importantes, concretamente el día 17, el más severo de todo el asedio, se produjeron 30 muertos y 218 heridos entre militares y vecinos del pueblo.
El día 19 los soldados del Valladolid, con el apoyo de la Brigada Movil, recuperaron algunas posiciones perdidas, con lo que la situación quedó prácticamente como estaba antes del ataque. El desenlace de este ataque estuvo marcado por un bombardeo republicano sobre Huesca que afectó entre otros, al Hospital Nuevo, siendo respondido por la artillería nacional, en uno de los duelos artilleros más importantes que se produjeron durante todo el asedio.
Uno de los fallecimientos más importantes ocurridos durante la ofensiva fue la muerte del general Luckas, tras ser alcanzado por la artillería nacional cuando regresaba a Barbastro de ver personalmente las condiciones del terreno.
En fin, un fracaso republicano que estabilizaría el frente hasta la ofensiva nacional de marzo del 38, en donde todo el frente oscense se vino abajo como un castilloo de naipes.
Un saludo.
Dentro de esa dependencia, surgió la idea en junio del 37 de acbar por una vez por todas con el asedio a Huesca y de rematar la resistencia de la capital oscense por parte nacional, además se quería conseguir hacer desviar tropas del frente Norte al ejército nacional para aliviar ese frente tan maltrecho para la República.
La idea de atacar Huesca partió de el Ministro de Defensa, Indalecio Prieto, y junto a la operación en Huesca se planeó otra simultaneamente en Segovia del 30 de mayo al 12 de junio, la de la capital altoaragonesa se desarrollará del 12 al 19 de junio aproximadamente. Para el ataque contra Huesca, el día 8 de junio se instaló en Barbastro el Cuartel General y el Puesto de Mando del general Pozas. En cuanto a las unidades que participarían, además de las ya desplegadas desde el principio de la GCE se unirían desde Madrid a la 45ª División Internacional con dos Brigadas, la prestigiosa XII Brigada Mixta Internacional, vencedora de la Batalla de Guadalajara, la XII bis y otras unidades, como, por ejemplo, el Batallón Rakosi, designando como jefe al general Kleber. El ataque comtemplaba un primer movimiento, al sur del Ebro, atacando a las reservas nacionales, otro en el Pirineo, y , un tercero sobre Huesca, que era la verdadera ofensiva. Ésta tenía como objetivo cortar el pasillo de comunicación de la capital desde el norte y el sur, para lo cual formaron dos Agrupaciones, la Norte y la Sur. El día 10 comenzó el ataque sobre Aladrén, pero sin mucho éxito, y el día 11 continuó atacando la Agrupación Norte al mando del general Luckas. Los internacionales atacaron con carros de combate y el correspondiente apoyo aéreo y artillero. Por su parte, la agrupación Sur, partiendo de Huerrios, debía atacar casa Carlos, Laita y la estación de Alerre, y en una segunda ofensiva, enlazar con la Agrupación Norte. El día 16 se generalizó el ataque sobre Huesca, y los nacionales pasaron por sus peores momentos.
Las fuerzas republicanas actuantes ante el rechazo de su ataque cayó en una desorganización que llegó a ser preocupante, ya que si el objetivo era conquistar Huesca, lo mínimo era no pereder terreno. Los nacionales por su parte se organizaron con eficacia y a pesar de pasar `por momentos apurados consiguieron por fin refuerzos, dos compañías del Batallón Galicia, que les permitieron repeler la agresión republicana haciendo a éstas una cantidad d bajas importantísimas.. Las bajas en el ejército nacional también fueron importantes, concretamente el día 17, el más severo de todo el asedio, se produjeron 30 muertos y 218 heridos entre militares y vecinos del pueblo.
El día 19 los soldados del Valladolid, con el apoyo de la Brigada Movil, recuperaron algunas posiciones perdidas, con lo que la situación quedó prácticamente como estaba antes del ataque. El desenlace de este ataque estuvo marcado por un bombardeo republicano sobre Huesca que afectó entre otros, al Hospital Nuevo, siendo respondido por la artillería nacional, en uno de los duelos artilleros más importantes que se produjeron durante todo el asedio.
Uno de los fallecimientos más importantes ocurridos durante la ofensiva fue la muerte del general Luckas, tras ser alcanzado por la artillería nacional cuando regresaba a Barbastro de ver personalmente las condiciones del terreno.
En fin, un fracaso republicano que estabilizaría el frente hasta la ofensiva nacional de marzo del 38, en donde todo el frente oscense se vino abajo como un castilloo de naipes.
Un saludo.