Los Comandos Alemanes atacan Desde Túnez

Alemania, EE.UU, Gran Bretaña, Italia, Balcanes, Africa del Norte..etc

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Juan Manoel
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Los Comandos Alemanes atacan Desde Túnez

Mensaje por Juan Manoel »

Queridos Amigos, sin duda los comandos del Regimiento “Brandemburg” fueron en cierta forma la contrapartida alemana del LRDG y SAS británicos. Quizá no en la amplitud, ni en la cantidad de acciones que éstos realizaron, pero se puede afirmar con la poca información disponible que los elementos del Regimiento “Brandemburg” realizaron acciones del mismo tipo. Ejemplos hay varios como la Operación Salaam-Cóndor, raid de larga distancia para llevar espías a El Cairo después de un viaje de 1.700 millas en Mayo de 1942, o del Comando Dora, para patrullar el sector sur de Libia, en Junio de 1942.

Pero también, se tiene antecedentes que elementos del Regimiento “Brandemburg”, llevaron a cabo acciones comando detrás de líneas enemigas, como las realizadas desde Túnez.

Los Comandos alemanes atacan desde Túnez :

En la Navidad de 1942, en la posición de Buerat, a doscientos kilómetros de Trípoli, se hallaba un joven capitán junto al coronel Bayerlein, inclinado sobre un mapa de la zona meridional de Túnez. Tres puntos estaban señalados con cruces azules detrás de las líneas enemigas : tres puentes sobre ríos y Wadis en el pedazo de línea férrea entre Oran y Argel, en la zona de Tebessa, Gafsa, Tozeur. La línea de ferrocarril podía convertirse en un trayecto vital para el aprovisionamiento aliado. Junto a la línea férrea estaban también los tendidos de líneas telefónicas y telegráficas : había, pues, vía de aprovisionamiento y transmisiones. Era preciso acabar con ella.

En su informe general sobre las luchas de su XC Cuerpo de Ejército en Túnez, el general Nehring escribe sobre las diversas medidas y operaciones tácticas : “Para semejantes cometidos se enviaron comandos de lucha muy hacia el Oeste. No existen testimonios documentales sobre sus éxitos contra vías férreas, puentes y depósitos de reservas.”

No existen testimonios documentales. Y así fue durante mucho tiempo; porque los servicios de información aliados buscaron tales testimonios, incluso tiempo después del final de la guerra. Los valientes y arriesgados comandos debían ser enviados bajo unas condiciones de riguroso secreto.

Hoy es posible ya informar sobre algunas de esas audaces acciones.

El capitán Fritz Von Koenen era hijo de un granjero del Suroeste de Africa y hablaba inglés como segunda lengua materna. Mandaba la 13° Compañía del Regimiento “Brandemburg”. La primera mitad de la compañía llegó a Túnez con Von Koenen al mismo tiempo que los primeros paracaidistas, en Noviembre de 1942. El 5 de Diciembre, fue trasladada la segunda mitad de la compañía por avión desde Nápoles. Fue llevada al idílico Hammamet, junto al mar, en las villas entre naranjales y limoneros. Pero no había ocasión para una vida ociosa. En cualquier lugar donde se combatiera, podía verse, durante las primeras semanas de la campaña de Túnez, a la Unidad Especial “Koenen”, aunque los brandemburgueses no estaban allí para intervenir en acciones regulares. Su actividad era de otra clase : los brandemburgueses se establecían detrás de las líneas enemigas y dirigían el fuego de su propia artillería, cortaban comunicaciones, cambiaban las indicaciones de las rutas, convertían en intransitables las pistas y muchas otras cosas.

El 26 de Noviembre de 1942, a medianoche, partieron una vez más los brandemburgueses. Del aeródromo de Bizerta partieron tres “Ju 52” con planeadores que debían remolcar hacia el sur.

Los planeadores son poco confortables. Se vuela sentado sobre una tabla con asideros colocados uno detrás de otro. Para los pies hay también tablas a derecha e izquierda del suelo del aparato.

De vez en cuando el capitán Von Koenen, sentado detrás del piloto, miraba hacia atrás y pasaba revista a sus hombres. Ahí estaba el suboficial Hans Neumann, cuyo valor había sido puesto a prueba en otras acciones. Detrás de él, el intérprete Reginald Dade. Después estaba el sargento Sloka. Y otros cinco hombres. Un planeador no podía llevar más peso. No tenían ya nada que decirse : todos conocían el plan y el papel que debían desempeñar en él. Todos sabían que bajo los asientos estaban las cajas con armas, aparatos y... ciento cincuenta kilogramos de explosivos. Entre los hombres iban también algunos guías árabes, que ayudarían al retorno a las líneas amigas.

El cable que servía para remolcarles brillaba iluminado por la luna. Describiendo un gran arco, los remolcadores se adentraban en el país a una altura de dos mil quinientos metros. Estaba acordado que los planeadores debían ser soltados a setenta kilómetros del objetivo. De allá llegaron las luces de las bengalas. Los pilotos soltaron el cable. El ruido de los motores cesó. En silencio, empezó a planear el avión de Von Koenen en dirección al objetivo. Abajo, iluminadas por la luna estaban la línea de ferrocarril y el puente que con su amplio arco estaba tendido sobre el Wadi El Kbir.

El piloto condujo el avión en vuelo horizontal durante un trecho. Después, la caja comenzó a inclinarse. El viento silbaba con fuerza. En rápido vuelo se dirigieron a tierra; todos se agarraron con fuerza. Finalmente se posaron sobre los ciento cincuenta kilos de materia explosiva. El hábil piloto amortiguó el golpe. Quitó la cubierta de cristal. Los patines del planeador sonaban sobre los matorrales. Estaban cubiertos por alambre espinoso, por lo que frenaban bien y rápido.

Estaba descendiendo ya el segundo planeador; también aterrizó sin tropiezo. Pero ¿ dónde estaba el tercero ? Desaparecido. No se podía ver nada. Sólo a la vuelta podrán enterarse den que el “Ju “ que lo remolcaba se unió por error a una unidad alemana, que volaba camuflada. Cuando el piloto se dio cuenta de su error, era ya demasiado tarde.

Ya en el suelo, los comandos son alertados. Los hombres corren con rapidez. Se arrojan al suelo. Las ametralladoras están en posición. Pero todo sigue tranquilo. El capitán Von Koenen, el suboficial Neumann y un ordenanza se adentran asaltando el puente, de trescientos metros de longitud.

- Es algo enorme – murmura Von Koenen.

Se adelantan con precaución. Temen que haya centinelas enemigos. Pero los franceses se hallan en el interior del pequeño edificio de la estación, dormitando bajo la luna y detacándose en blanco al otro lado del puente. Beben vino argelino, o duermen. Von Koenen mira a través de sus prismáticos. Puede leer las letras negras de la estación : Sidi Bou Baker.

El ordenanza vuelve hacia atrás. Y más tarde vienen jadeantes el sargento Sloka con los demás. Llevan consigo la carga explosiva, y Von Koenen quita los seguros.

Neumann dirige la colocación de las cargas : dos cargas de tres kilos en la parte superior del puente. Un hilo respectivamente delante y detrás del puente, sobre la línea férrea. Dos potentes cargas de setenta kilos cada una en la parte más ancha del pilar central del puente. Mientras un hombre trepa a uno de los postes telegráficos para cortar los alambres. Como no dispone de tenazas, destroza los alambres con un hacha. El corte vibra, y cuando acaba de cortar el último de los alambres, el poste se inclina con rapidez hacia el lado contrario de forma que el hombre se salva por un pelo de ser precipitado hacia abajo.

Cuando están en condiciones de preparar la mecha para la explosión, se dan cuenta de que éstas no están. Estaban en el tercer planeador, que ha desaparecido.

Pero ¿ que clase de cazador brandemburgués sería si no tuviera a mano algunos cartuchos detonadores ? Y Neumann los tiene. Estos diabólicos artefactos tienen el inconveniente de que sólo poseen un margen de sesenta segundos de combustión. El tiempo es muy escaso. Hay que hacerlo bien. Neumann hace sonar su silbato como señal para que se pongan en funcionamiento los percutores en las dos cargas principales.

La luna domina el paisaje clara y radiante. El silbato suena con estridencia. Los tres hombres de la parte superior del puente arrancan las cápsulas explosivas y echan a correr. Neumann observa y escucha. La primera mecha comienza a arder. Hay que encender la segunda inmediatamente. Escucha : la mecha arde. Han pasado veinte segundos. Es preciso huir en seguida. Queda enredado entre los alambres telegráficos, caídos en trono e él, y se cae. El sargento Sloka salta al Wadi desde el puente, a una altura de cinco metros, para ayudar a Neumann. Sloka se tuerce el pie en la caída. Afortunadamente Neumann se ha incorporado y puede acercarse a su ayudante. Agarra a Sloka y lo arrastra hacia el borde del Wadi. Se arrojan al suelo. Suena la primera detonación en la vía férrea. Pero ¿ y las otras dos explosiones ? Debían producirse simultáneamente. Neumann se levanta y mira hacia el puente. En ese momento surgen grandes llamaradas. La fuerza expansiva hace que sus piernas vacilen y pierda el equilibrio, siendo precipitado contra el suelo. Las piedras pasan silbando sobre sus cabezas. Pero los hombres no se asustan; no tienen la menor sensación de temor, sino de triunfo : ¡ lo han conseguido !

Cuando la nube de polvo se ha esfumado, el puente, a la luz de la luna, surge como una boca sin dientes.

En principio, el lugar acordado para encontrarse era una pequeña hondonada meridional. Pero ahora se demostraba que estaba demasiado cerca del edificio de la estación, desde el cual los franceses empezaron a disparar encarnizadamente sus ametralladoras. Von Koenen ordenó reunirse junto a los planeadores.

- ¿ Estamos todos ? – miró a su alrededor.

- No.

- Faltan dos hombres.

El sargento Sloka se ofrece de voluntario para buscarles. Los demás pasan inclinados hacia la montaña. Antes se colocan cargas explosivas en los planeadores. Segundos más tarde estallan detrás de las sombras que huyen rápidamente.

Al amanecer los guías árabes del comando habían encontrado un pequeño Wadi en el Djebel Bou Ramli. Allí se tendieron los hombres en el suelo y se durmieron, pues de haber seguido avanzando durante el día corrían grave riesgo de tropezarse con el enemigo.

Imagen

Como en otros frentes, los comandos especiales lucharon en Túnez. Los “Cazadores Brandemburgueses” formaban la contrapartida alemana del LRDG y el SAS británicos. Tras haber volado un puente, un comando se oculta en un Wadi, en espera de la llegada de la noche.


Hacia el mediodía los centinelas dieron la alarma. Subían algunos árabes hacia el pequeño Wadi. El intérprete fue enviado hacia ellos. Se le vio gesticular. Después se acercaron corriendo todos juntos. Uno de ellos se sacó el albornoz típico y resultó ser Berger, uno de los dos desaparecidos. Como alemán de Palestina, había conseguido hacerse entender en una aldea árabe próxima, y los habitantes lo habían conducido a un escondite con seguro instinto. Orgullosos, charlaban con abundancia de gestos con Reginald Dade, intérprete de Von Koenen, y se ofrecieron a sacar a la columna de la zona de peligro inmediatamente y por camino seguro. Al oscurecer partió el comando. En una marcha forzada de sesenta y cinco kilómetros los árabes condujeron a los hombres a través del Djebel hasta la ciudad de Gafsa, la dejaron atrás y llegaron al Djebel de Orbata por un atajo secreto. Seis días después de la voladura, llegó Von Koenen a Maknassi. Medio día después un grupo de árabes trajo al segundo desaparecido, Hannes Feldmann, bien alimentado y cabalgando sobre un asno. Sólo el sargento Sloka no regresó, y, según informes de agentes, había sido capturado por una patrulla francesa y fusilado.

La noche que el capitán Von Koenen partió con sus veinte hombres hacia Wadi El Kbir, volaron también otros diez hombres de su compañía, al mando del teniente Hagenauer y del suboficial de zapadores “Poldi”, en un planeador, para la acción contra el puente que se encontraba al norte de Kasserine. Pero la empresa se realizó bajo una mala estrella. En el aterrizaje hubo un choque. Y finalmente el grupo entero fue capturado por una sección blindada de reconocimiento francesa. Sólo dos hombres, el cabo primero Franz Wodjerek y el suboficial Willi Clormann, se salvaron tras una marcha de once días, con sesenta y siete cigarrillos, una botella de “Coca Cola” y dos pistolas con siete balas cada una, hasta las líneas alemanas. También ellos fueron ayudados por campesinos tunecinos.

¿Qué sucedió con la tercera cruz azul del mapa?

Catorce días después, el 10 de Enero, se inició la acción contra un puente que se hallaba en la parte meridional de Túnez, en la zona de Tozeur. El capitán Bisping, jefe del comando, y el sargento Klima se decidieron a emprender la acción por tierra en camión desde Kebili, porque el objetivo se encontraba al norte del lago salado de Scott Djerid y había una base italiana avanzada en el Djebel Morra. Pero el paso del comando fue localizado por fuerzas francesas de protección. Con grandes esfuerzos pudieron salvarse los brandemburgueses, recurriendo a la huida. Después de una apreciación psicológicamente adecuada, lo intentaron la noche siguiente, y esta vez lo consiguieron. El sargento Klima colocó con tranquilidad los explosivos alrededor del pilar central del puente. Una parte de ella fue empleada en la parte superior del puente; el resto, entre los raíles del ferrocarril. Klima encendió las mechas, que tenían un margen de diez minutos... Y después partió el camión a toda marcha en dirección contraria. A los diez minutos se detuvieron en el borde del Djebel y sacaron los prismáticos. El puente tenía un aspecto majestuoso a la luz de la luna. Entretanto habían pasado ya quince minutos.

Nada... Klima se puso nervioso. Transcurren veinte minutos, y sigue sin pasar nada.

- Algo falla; tengo que ir a comprobarlo.

El capitán Bisping le detuvo; se estaba acercando un tren. Sonó el silbato de la locomotora ante el puente. Todos miraban tensos hacia el puente. Entonces sonó la explosión. Los hombres saltaron al camión y abandonaron aquel lugar. Las fotografías aéreas, que se obtuvieron al día siguiente, mostraban que entre las ruinas del puente volado estaban la locomotora y los vagones de un tren destrozado.

La venganza de los ingleses no se hizo esperar. Un submarino británico desembarcó un comando en Hammamet, que, al parecer, debía hacer estallar por los aires la central de Von Koenen. Pero la segunda mitad de la compañía, estaba al acecho. Hermann Müller que tenía guardia en la playa, oyó el ruido de un bote y después el chasquido que produce el alambre de púas al ser cortado. Lanzó tres bengalas de color blanco, y a la luz de las mismas se vieron varias siluetas de unas sombras que avanzaban rápidamente. Se emprendió una caza despiadada : el grupo desembarcado huyó; pero dentro de las cuarenta y ocho horas siguientes fueron localizados y capturados ocho de ingleses que habían sido desembarcados por el submarino, junto con su “capitain” británico, por la recién formada Legión Arabe del coronel Von Hippel, que por cosas del destino había sido antes comandante del Regimiento “Brandemburg”. Un teniente del comando inglés que había intentado alcanzar el submarino a nado, fue arrastrado muerto hasta la costa.

Los comandos del Regimiento “Brandemburg” continuaron en operaciones hasta el fin de la campaña en Africa. Junto a ellos lucharon muchos árabes, algunos de los cuales siguieron en sus filas en el continente europeo.

Se sabe el caso de Achmed El Bedui. Este árabe desconocido salió de Africa en el último buque, en el que viajaba un comando especial del regimiento, que debía salvar de Túnez material secreto, especialistas y oficiales de Estado Mayor para el frente del Este, siguiendo las órdenes del Alto Mando de la Wehrmacht. Era el asistente del teniente doctor Wagner, que acababa de caer mandando un comando de “Cazadores Brandemburgueses”. Achmed fue uno de los muchos que habían apostado por Alemania. No quiso quedarse en Africa y partió con su nuevo comandante, el capitán Kuhlmann, hacia el tempestuoso continente europeo. Efectuó un largo viaje con sus camaradas alemanes. Pasaron por Palermo, Nápoles, Roma y Atenas. Combatió en el Egeo, ante Corfú y en el Peloponeso. Se le concedió la condecoración de la infantería alemana de asalto y la “Cruz de Honor”. Cuando su compañía partió hacia el cautiverio, él seguía con ellos. Al final tuvo que comparecer ante un Consejo de Guerra Francés, que le condenó a muerte, como ciudadano francés, de acuerdo a la ley.

Fuente : Los Zorros del Desierto ( Paul Carell )

Saludos.


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Mensaje por Vonderheydte »

Hola Juan Manoel, impresionante. :dpm:

Dices...
Se sabe el caso de Achmed El Bedui. Este árabe desconocido salió de Africa en el último buque, en el que viajaba un comando especial del regimiento, que debía salvar de Túnez material secreto, especialistas y oficiales de Estado Mayor para el frente del Este, siguiendo las órdenes del Alto Mando de la Wehrmacht. Era el asistente del teniente doctor Wagner, que acababa de caer mandando un comando de “Cazadores Brandemburgueses”. Achmed fue uno de los muchos que habían apostado por Alemania. No quiso quedarse en Africa y partió con su nuevo comandante, el capitán Kuhlmann, hacia el tempestuoso continente europeo. Efectuó un largo viaje con sus camaradas alemanes. Pasaron por Palermo, Nápoles, Roma y Atenas. Combatió en el Egeo, ante Corfú y en el Peloponeso. Se le concedió la condecoración de la infantería alemana de asalto y la “Cruz de Honor”. Cuando su compañía partió hacia el cautiverio, él seguía con ellos. Al final tuvo que comparecer ante un Consejo de Guerra Francés, que le condenó a muerte, como ciudadano francés, de acuerdo a la ley.



Por lo que dices parece que se enroló en el 845 Batallón, ¿no?

http://p3.forumforfree.com/845-batalln- ... pitan.html





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Juan Manoel
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Mensaje por Juan Manoel »

Estimado Amigo, la única información de ese árabe que tengo, es la que entrega Carell en su libro, en el cual indica que sirvió hasta el final de la guerra con los Brandemburgo, siempre bajo el mando de Kuhlmann, y que al final murió en la horca. No indica el batallón en el cual sirvió.

De este artículo creo que un aspecto realmente relevante es que los alemanes por lo menos llevaron a cabo dos operaciones aerotransportadas en el Norte de Africa, muy pequeñas, per las llevaron a cabo. Carell deja entrever que quizá fueron más, pero no se tiene suficiente información.

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Mensaje por Juan Manoel »

Y obviamente, que árabes hayan seguido luchando fuera de su tierra, en lugares extraños, y por lo alemanes. Eso es realmente impactante.

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Mensaje por Juan Manoel »

Después de leer el enlace, creo que no es así. Este árabe siguió con los Brandemburg, el resto de la guerra, bajo las órdenes de Kuhlmann, que inclusive recibía cartas de él cuando estaba en cautiverio. Carell indica que siempre se lo saludaba en sus cartas con "Mon pere, mon commandant", y se despedía con "Ton fils". Su última carta fue pocas horas antes de su ejecución.

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Mensaje por Triton »

Muy bueno. :dpm:

Saludos.
........Y caminaré sin miedo por el valle de las sombras y la muerte y a nada temeré porque soy el mayor hijo de puta del valle.
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Mensaje por MiguelFiz »

Me uno a la felicitacion respecto al esfuerzo de transcripcion, sin embargo insisto en que es preferible y siempre sera mas deseable el "exprimir" los textos fuente y aportar conclusiones, contexto, situaciones geograficas, etc. cosas que enriquezcan las citas, de otra forma corremos el riesgo de que el foro se convierta en un simple escaparate acritico de determinado autor.
Actualmente leyendo...
  • "The Impact of the Russo-Japanese War" de Rotem Kowner
    "The abyss. World War I and the end of the first age of globalization" de Niall Ferguson"
    "Lost at Nijmegen: A rethink on operation 'Market Garden'! de R.G. Poulussen
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...las tropas afganas tienen 300,000 elementos bien equipados, tan bien bien equipados como cualquier ejercito en el mundo, y una fuerza aerea, contra unos 75,000 talibanes. NO ES INEVITABLE la toma de Afganistan por los talibanes.

Respuesta a la pregunta de un periodista el 7/julio/2021 de Joe Biden, comediante, entrenador de amigos imaginarios y presidente aficionado
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Juan Manoel
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Mensaje por Juan Manoel »

Estimado Miguel, la intención de abrir este tema es simplemente el entregar algo de información respecto de la homologación de las unidades del Brandemburg, respecto de el SAS y el LRDG británicos. Es muy poca la información que hay de este tipo de operaciones, quizá el hermetismo con el cual actuaron sea la razón de ello. Además sirve para darse cuenta que los alemanes realizaron algunas operaciones de ataque aerotransportado en Africa, y el mostrar un poco como eran las relaciones de los soldados alemanes con los árabes, eran excelentes, lo que queda de manifiesto con las primeras órdenes que se dieron al XC Cuerpo de Ejército, al respecto. Tanto así que algunos siguieron luchando despúes del término de la campaña en Africa, no sólo en unidades árabes establecidas, sino que en otras, también como parte de sus contingentes.

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Gral Fernando
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Mensaje por Gral Fernando »

Juan Manoel escribió:Y obviamente, que árabes hayan seguido luchando fuera de su tierra, en lugares extraños, y por lo alemanes. Eso es realmente impactante.

Saludos Amigo
Realmente poco consuetudinario.
No voy a dejar de hablarle sólo porque no me esté escuchando. Me gusta escucharme a mí mismo. Es uno de mis mayores placeres. A menudo mantengo largas conversaciones conmigo mismo, y soy tan inteligente que a veces no entiendo ni una palabra de lo que digo. (Oscar Wilde)
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Gral Fernando
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Mensaje por Gral Fernando »

Perdon, consetudinario.
No voy a dejar de hablarle sólo porque no me esté escuchando. Me gusta escucharme a mí mismo. Es uno de mis mayores placeres. A menudo mantengo largas conversaciones conmigo mismo, y soy tan inteligente que a veces no entiendo ni una palabra de lo que digo. (Oscar Wilde)
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