Saludos.
Volvemos al tema central.
Los próximos días tocaremos "la escolta del altura". Como en la Regia no hicieron caso a nuestras propuestas para adoptar aviones más capacitados, la escolta quedó compuesta por bombarderos medios: Por orden cuantitativo: SM 79, Cant 1007, Fiat BR 20 y SM 84.
Una imagen de un SM 79 escoltando un mercante. El avión se ve maniobrero... pero nada más.
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Bueno, tras un montón de post analizando aviones que debieron haber protegido el tráfico y no lo hicieron al no haber sido adoptados, hoy entramos con la triste realidad: la utilización de bombarderos para la escolta de altura, a falta de nada más adecuado.
En estas funciones se usaron principalmente SM 79 y Cant 1007, aunque también los SM 84 y los Fiat BR 20 cumplieron parte del papel. En 1941 estos bombarderos tuvieron unas 4.600 horas de escolta marítima y reconocimiento estratégico sobre el mar, función que en principio no les estaba encomendaba (y que, obviamente, limitó muchísimo las acciones de bombardeo). Una cuestión a señalar, normalmente poco tratada, es que en el otoño de 1942 la producción de bombaderos se desplomó. De enero de 1940 a septiembre de 1942 se había conseguido mantener una media de 56 bombarderos al mes. Era una cifra a todas luces insuficiente, pero por lo menos estable. Pero en octubre-diciembre de 1942 la fabricación tuvo un bache importantísimo: sólo se produjeron 32 aviones. Y a lo largo de 1943 la producción todavía fue menos, 26 bombaderos mensuales. Lo peor es que no había previsión de que esta cifra se pudiera incrementar mucho en el futuro: los futuros aviones como el Cant 1018 o el Piaggio 108, por su condición de metálicos, se fabricarían en menor cantidad que los SM 79 o los Cant 1007.
Comenzamos con el SM 79. Un aparato que teóricamente los italianos consideraban capaz de ejercer múltiples funciones pero que, en esta de la defensa de los mercantes, era un “pato mojado”. La primera razón era la posición de su armamento. Como ya comentamos, la mayor parte de los ejemplares no tenían ametralladora frontal, lo que limitaba grandemente su capacidad ofensiva contra aviones enemigos. En segundo lugar, volando a baja altura, el SM 79 no podía acertar a nada sobre la superficie. En origen se trataba de un avión comercial adapatado a funciones bélicas, con una estiba de bombas vertical. Eso provocaba que las bombas necesitasen cierto tiempo de caída para estabilizarse y a escasa cota tendían a no explotar salvo que fueran "spezzoni" contra blancos terrestres. Además, el lanzamiento vertical de los artefactos hacía que fueran tremendamente imprecisos contra objetivos del tamaño de un submarino debido al desplazamiento de las bombas en el aire por el giro.
A favor del avión: su maniobrabilidad y fiabilidad incluso con un motor parado. Las operaciones de escolta las realizaban tanto unidades de bombardeo en rotación como las 172, 175 y 176 Squadriglias de Reconocimiento Estratégico. Estas unidades apreciaban estos servicios de escolta, porque cuando no los hacían tocaba volar sobre Alejandría (en 1941, de 18 vuelos que la 172 Sq. realizó sobre esta base naval, tres fueron sin retorno. En 1942 el porcentaje empeoró).
En 1942 la RA en Sicilia disponia de una media de 10-18 SM 79 para escolta de convoyes y exploración marítima. Respecto a los medios de soporte, una anécdota muestra la “guerra pobera” italiana. En Cerdeña los SM 79 a menudo se quedaron sin combustible. En una ocasión cuando una motocisterna llegó a Cagliari con combustible de Aviación el Ejército, que también estaba seco, lo requisó. El general Vespignani, jefe de la RA en Cerdeña, ordenó al capitán Macario, de los Reales Carabineros de la Aeronautica, que se hiciera con la carga del barco, si era necesario, “con las armas en la mano”.
Saco esta historia a colación porque, cuando a veces se echa en cara a la aviación italiana no haber intervenido, quizá resulta que los aviadores estaban al pie de sus aparatos esperando que llegase una cisterna para llenar los depósitos.