Olterra: petrolero torpedero

Operaciones navales.

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Lehto
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Olterra: petrolero torpedero

Mensaje por Lehto »

He encontrado este artículo por ahí, a ver que os parece:
Publicado en Historia 16 - Número 295 de Noviembre de 2000

EL OLTERRA, UN PETROLERO QUE HUNDIÓ 8 BARCOS ENEMIGOS SIN NAVEGAR
(Una historia poco conocida de la II Guerra Mundial)

Cuando Mussolini, creyendo que el conflicto bélico iba a terminar sin su concurso en el bando victorioso, declaró alegremente la guerra a los aliados un fatídico lunes 10 Junio de 1940 se encontraba en la bonita Bahía de Algeciras un barco cisterna de nacionalidad italiana. Era el Olterra de 4.995 toneladas de registro, perteneciente a una armadora genovesa que estaba pendiente de descargar. Ante la posibilidad de que cayera en manos de los buques de guerra británicos surtos en Gibraltar su capitán recibe desde Italia la orden de inutilizarlo ya que en el momento en que intentase aparejar y salir a mar abierta con toda seguridad sería hundido o capturado por el enemigo. Así, fue embarrancado frente a la base naval enemiga, en aguas españolas, y parcialmente volado pero no destruido. Su tripulación regresó a la patria dejando en el buque un retén de cinco hombres para evitar que fuese confiscado por abandono según las leyes del mar.

Así durante año y medio, hasta Enero del 42, permanece el barco inmovilizado y encallado sin que se le preste mucha atención. Pero la Regia Marina cayó en la cuenta de que la situación del barco constituía un excelente observatorio de la base enemiga de Gibraltar desde el que podía observarse con toda comodidad el movimiento naval enemigo sin esfuerzo alguno, apenas eran necesarios unos prismáticos. Así pues Supermarina, Alto Estado Mayor de la marina de guerra, decidió que una nueva tripulación militar perteneciente a la 10ª Flotilla M.A.S. (Mezzi Asalto Sottomarine) cuyos miembros eran oficiales y suboficiales especialistas en ataques con los llamados medios sutiles (Torpedos tripulados, lanchas explosivas, submarinos de bolsillo, etc.), sustituyese en secreto al retén de marinos civiles. Llegados a Algeciras a través de España como inocentes turistas iniciaron las gestiones legales oportunas para desplazar el buque a un lugar discreto donde pudieran hacerse los trabajos necesarios para adaptarlo a su nuevo cometido. La reparación del buque se inició bajo el pretexto de que había sido vendido a un armador español, simpatizante del Eje, que quería lógicamente hacer navegar de nuevo a la nave. Remolcado a un malecón de escaso movimiento se iniciaron las reparaciones oportunas bajo la atenta vigilancia de los agentes británicos de la zona alarmados por los movimientos del Olterra en el que, aunque solo fuese por rutina, ya habían reparado. La presencia del deteriorado barco enemigo resultaba sumamente incómoda a los británicos aunque nada sospechaban.

Los militares italianos llegaron a la conclusión de que, con un poco de imaginación, además de un punto de observación el barco muy bien podía ser utilizado directamente para fines bélicos como base oculta de torpedos tripulados para atacar Gibraltar. Este era el verdadero objetivo de los hombres de la 10ª Flotilla.

Bajo la disculpa de la puesta a punto que todo barco necesita tras un largo período de inactividad para hacerse a la mar se embarcaron herramientas, sopletes y demás materiales necesarios para los trabajos. Secretamente se le practicó una abertura en el casco por debajo de la línea de flotación, es decir en la obra viva, de manera que los artefactos pudiesen entrar y salir sin ser observados. En las tripas del buque se montó poco a poco un completo y complejo taller para el mantenimiento, montaje y reparación de los torpedos. Los materiales y utillaje necesarios fueron remitidos a España como equipo industrial o bien a través de la valija diplomática. El mando directo de toda la operación lo ostentaba el teniente de navío Visintini quien desarrollará una gran eficiencia en el desempeño de su trabajo. Este oficial ya había penetrado buceando en Gibraltar meses antes y hundido un petrolero escapando después tranquilamente por tierras españolas. Los británicos pese a sus esfuerzos no descubrieron nada anormal en el trajín del buque que sometían a permanente vigilancia.

Es de suponer que al menos algunas autoridades españolas en puestos clave estaban enteradas de la operación y facilitaron, aunque solo fuese por omisión, el transporte a través de la Península de las piezas necesarias entre las que se encontraban las cabezas de combate de los torpedos, que contenían 300 kg de trilita cada una, dificilmente escamoteables sobre todo en un país recien salido de una guerra en el que los controles policiales y militares eran enormes.

Como quiera que la adaptación del Olterra a su nueva función guerrera llevara su tiempo los impacientes oficiales de la 10ª idearon una forma menos sofisticada de atacar la base enemiga hasta que estuviesen disponibles los torpedos. El Olterra aún no está operativo para alojar los peces tripulados pero la abertura del casco es perfectamente utilizable por los buzos. Un hombre por sus propios medios es incapaz de transportar la cantidad necesaria de explosivos para hundir un buque de guerra a poco blindado que esté, pero si puede colocar pequeñas minas de apenas medio kilo de peso que son definitivas para un mercante o un barco de pasajeros. A partir de primeros de Julio de 1942, por los medios más dispares para mantener el secreto de la operación, comienzan a llegar a Algeciras algunos jóvenes y atléticos italianos aparentemente como turistas pioneros pero que discretamente acaban recalando en el Olterra. Naturalmente son los buzos de combate que se concentran para asestar el golpe a los británicos.

Recién nacido el domingo 14 de Julio los buzos salen nadando sigilosamente por el costado abierto del Olterra. Los latinos esperan que en la noche del sábado al domingo la vigilancia será algo más relajada como realmente siempre sucede. Cerca ya del amanecer Gibraltar se convulsiona con la explosión casi simultánea de cuatro mercantes anclados en la rada de la base. En el mismo momento en el Olterra, donde ya se encuentran de regreso los buzos atacantes, se festeja la hazaña con buenos caldos españoles. En los días siguientes los británicos se devanarán los sesos tratando de averiguar el sistema de colocación de las minas. Multiplicaron sus medidas de seguridad pero sin tener la más mínima idea de como había sucedido el desastre. La base naval ya había sido atacada en varias ocasiones por buzos transportados hasta las cercanías del puerto por el submarino Scire. El domingo 21 de Septiembre de 1941 los italianos obtuvieron un gran éxito al hundir dos petroleros, el Fionia shell (2.444 t) y el Demby Dale, (15.900 t) y una motonave, el Durban, (10.900t) que estaban allí fondeados. Fue la llamada Operación BG4, en la que intervino Visintini, los italianos escaparon a través de España.

Dos meses dejaron los italianos de respiro a sus enemigos. En Septiembre, esta vez el día 15 por la noche, nuevamente vuela otro carguero británico. ?Intolerable! Las nuevas medidas de seguridad no parecen efectivas. Enorme consternación en Gibraltar y nueva juerga en el Olterra.

Por fin los torpedos tripulados están operativos en los primeros días de Diciembre de 1942. Ahora ya no se trata de hundir inofensivos mercantes fondeados en la rada exterior sino de atacar a verdaderos monstruos de acero, en el fondo de la base naval y protegidos por las más sofisticadas medidas de seguridad disponibles.

El lunes 7 de Diciembre los italianos discuten en el interior del Olterra. Saben que grandes unidades están atracadas en Gibraltar, entre ellos dos apetitosos portaaviones, el Formidable y el Victorious. No se puede esperar a que los barcos enemigos zarpen inesperadamente, el ataque se realizará esta misma noche. Ya en plena oscuridad tres torpedos tripulados, al mando del jefe del destacamento Visintini, salen de la barriga del Olterra y se deslizan silenciosamente hacia la roca.


Pero ese día Marte no estaba con los italianos. Cuando intentaban superar en profundidad unas redes antisubmarinas se desplomaron súbitamente, para dar paso a buques amigos, sobre el artefacto de Visintini y su compañero el suboficial Magro. Ambos mueren instantáneamente y su torpedo junto con los cadáveres de los valerosos italianos serán recuperados por los británicos días después.

El segundo torpedo es descubierto y tras ser sometido a un desmelenado fuego enemigo se hunde y sus tripulantes son hechos prisioneros. La alarma en la base provoca que docenas de pequeñas embarcaciones armadas zarpen para repelar el ataque de los intrusos. Ante el peligroso panorama los tripulantes del tercer torpedo, sabiamente, deciden hundirlo y regresan como pueden al Olterra pero solo uno lo consigue.

El grave fracaso es objeto de análisis, tres muertos y dos prisioneros de un total de seis hombres es un precio muy alto a cambio de nada. De momento se deben suspender los ataques, el coraje no basta. Habrá que esperar a que los británicos se confíen de nuevo, la actividad en el Olterra no se suspende. Llegan a Algeciras nuevos ‘turistas’ y más valija diplomática. Los agentes enemigos siguen sin enterarse de nada.

Transcurre el benigno invierno andaluz apaciblemente en el Olterra. Los afanosos trabajos de los supuestos marineros no acaban de conseguir poner el barco lo suficientemente a punto como para navegar tras casi año y medio de laborar en él. Curiosamente esto no extraña a nadie.

Ya en primavera los italianos están dispuestos a atacar otra vez porque creen encontrar condiciones favorables. Pero ya no pretenden hundir a los buques de combate, están demasiado protegidos y ellos no son unos suicidas por mucho que los riesgos que corran sean enormes. Atacarán a los barcos mercantes fondeados en el exterior. Será suficiente para poner al enemigo nuevamente en tensión por una larga temporada. Aunque ciertamente no se comprende por qué utilizar los torpedos tripulados para hundir unos cargueros que ya eran vulnerables a un solo buzo con una pequeña mina como ya se había demostrado.

El 8 de Mayo de 1943, una noche desapacible, otro trío de torpedos tripulado por seis hombres es silenciosamente parido por el Olterra. Unas horas después los tripulantes y los mortíferos peces ya están de vuelta. Casi al amanecer tres mercantes enemigos, que totalizan 20.000 toneladas de registro bruto, se hunden. Pero esta vez ya no hay ninguna celebración, la marcha de la guerra es funesta para el Eje. Dentro de cuatro días, el 12 de Mayo, se rendirán 250.00 soldados italianos y alemanes en Túnez, para no hablar de Stalingrado.

Y aquí acaba la inmóvil carrera militar del Olterra que con sus propios medios y sin moverse ha hundido más de 30.000 toneladas de buques enemigos. Probablemente un caso único en la historia. Poco después los aliados desembarcarían en Sicilia. Mussolini es prácticamente depuesto por sus supuestos fieles el 24 de Julio. Badoglio tomará el poder y pactará con los aliados, no podía hacer otra cosa. Italia se rinde en Septiembre de 1943.

Hasta después del armisticio, cuando los propios italianos revelaron el misterio a sus antiguos enemigos, el asunto del Olterra permaneció en el más absoluto de los secretos
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minoru genda
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Mensaje por minoru genda »

Conocia la historia pero hay más.
En 1940 cuando Italia entró en guerra un buque tanque italiano de nombre Fulgor hizo las veces de barco almacén secreto para los submarinos italianos.
A bordo de el se encontraban 6 hombres torpedo que habian atravesado la penísula con pasaportes falsos y estaban a la espera de la llegada de submarino Scire, que debia acercarlos a Gibraltar, era el mes de setiembre de 1941.
A cuatro millas de Gibraltar los seis hombres, se subieron en los tres torpedos Maiale que iban sujetos a la cubierta del Scire. Los tres torpedos con seis hombres a bordo entraron en el puerto de Gibraltar y colocaron la cabeza explosiva en tres barcos, el buque tanque Dendybale, el buque de carga Durham y el tanque almacén Fiona Shell; el sexteto hundió sus maiale y llegaron a nado a la costa española. Poco tiempo despues, cuando ya se encontraban con ropa seca y contando su aventura mientras tomaban café y coñac, se produjeron las explosiones que destrozaron los fondos de los tres buques.
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Tengo tanto sueño que no custito dracone pero tampoco se me cuela ninguno si lo veo
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Bruno Stachel
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Mensaje por Bruno Stachel »

Operación Operación B.G.8
El 8 de mayo de 1943 de la nave Olterra surgen 3 SLC que hunden en Gibraltar al Pat Harrison, el Mashud y el Camerata -4,900 Tons-. Los tripulantes regresan sanos y salvos al Olterra.

Operación B.G.9
El 24 de agosto de 1943 del Olterra salen tres SLC y hunden al petrolero Topshovdi, el Stanridge -6,000 Tons- y el Harrison Gray Otis en el puerto de Gibraltar.


Gibraltar, por cierto, ya había sido atacado por los hombres ranas italianos:

Tras las operaciones fallidas B.G.1 y B.G.2 -septiembre de 1940-. B.G. 4 -mayo de 1940-, se llevan a cabo dos ataques con éxito:

Operación B.G.4: El 20 de septiembre de 1941, los SLC hunden dos buques tanque, el Fiona Shell -2.400- y el Denbydale -16,000 tons-, más el mercante armado Durban -10,900 Tons-. Salvo el Fiona Shell, ninguno de los buque se hundió por completo, por la poca profundidad.

operación B.G.5: el 14 de julio de 1942, 12 hombres-rana atacan en Gibraltar y hunden los buques Meta, Shuna, Empire Snipe y Baron Douglas -3,900 Tons-.

operación B.G.6: El 15 de setiembre de 1942, 3 hombres-rana Gamma hunden el HMS Ravens Point -1,900 Tons-.

operación B.G.7: El 7 de diciembre de 1942, una nueva operación contra Gibraltar fracasa porquelos británicos logran destruir los 3 SLC, muriendo los tripulantes.

A partir de entonces, es el turno del Olterra.
Palo Dixit: posible Anticristo, Cule y Salido que provoca manifas por donde pasa y vacalentacialano parlante.

"Que no panda el cúnico, chicos", dijo ella.

Brunodamus de día, Nostrastachel de noche, Talibán onanista.
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