All along the watchtower / Princes kept the view / While all the women came and went / Barefoot servants, too
El 11 de Julio de 1302, en una llanura cercana a la ciudad de Courtrai, los caballeros del rey Felipe IV de Francia eran derrotados por un ejército flamenco compuesto en su mayoría por milicias urbanas y campesinas del territorio de la ciudad de Brujas. Las noticias del resultado de la batalla dieron la vuelta a Europa, el Papa fue despertado en plena noche y los cronistas reflejaban el estupor general. “Un acontecimiento casi imposible”, escribiría el banquero florentino Villani. En Inglaterra se hizo popular una canción sobre la batalla y 12 años después, cuando los escoceses derrotaron a su vez a los caballeros de Inglaterra en Bannockburn, se comparó esta batalla con la victoria flamenca. Sir Thomas Gray afirmaría que los escoceses siguieron el ejemplo de los gremios de Brujas.
La batalla de Courtrai no suele aparecer en los libros o documentales de “grandes batallas”, loa cuales suelen ceñirse a las más conocidas como Crécy, Agincourt, Hattin, Tannenberg o Las Navas. Lo cierto es que, políticamente, la influencia de Courtrai fue mucho menor, sobre todo porque más adelante el rey Felipe conseguiría controlar la rebelión flamenca. Sin embargo, en las obras que tratan en detalle la guerra medieval Courtrai sí aparece. De hecho, aparece muy a menudo.
Courtrai se nos muestra como una piedra miliar en la guerra medieval, la señal de salida para las victorias de la infantería, que a lo largo del siglo XIV iría obteniendo cada vez más protagonismo. Y esto significaría, además, el aumento de la importancia militar de regiones que quedaban fuera del ámbito feudal, el cual controlaba buena parte de Europa Occidental. Paralelo a lo que ocurría en Flandes, los almogávares derrotarían a los caballeros del Duque de Atenas en 1311. En 1314 los schiltrom escoceses derrotan a las fuerzas del rey de Inglaterra en Bannockburn. Los suizos destrozan con sus alabardas en una emboscada a las tropas imperiales en Morgarten en 1315, y ya en batalla abierta en Laupen en 1339. Los ingleses luchan a pie en Dupplin Muir (1332) y Halidon Hill (1333), contra los escoceses, y más tarde vencerán también a los franceses usando esta misma táctica. Los franceses optaron finalmente por luchar a pie en Crécy en 1346. Los infantes frisios ya habían derrotado al conde de Hainaut en Staveren el año anterior. Como podemos ver, muchas de estas victorias no fueron tan sólo victorias de la infantería, sino también del bando aparentemente más débil. Algo estaba cambiando en la guerra del siglo XIV.
La infantería había obtenido algunos éxitos antes, pero siempre apoyada por fuertes contingentes de caballeros, como había ocurrido con los ejércitos de las comunas italianas que vencieron al ejército imperial en Legnano, en 1176 (dirigido por el mismísimo Federico Barbarroja). Francia, por ejemplo, había obtenido continuas victorias gracias a sus caballeros desde por lo menos la batalla de Bouvines (1214), en la que el rey venció nada menos que al emperador romano-germánico Otón IV y a su aliado el Conde de Flandes. En 1302 Francia era la gran potencia europea en el ámbito político, militar y económico, y lo llevaba siendo al menos un siglo.
Usaré las siguientes obras (en principio):
La Guerra en la Edad Media, de Philippe Contamine.
Historia de la Guerra en la Edad Media, ed. Maurice Keen.
The Battle of the Golden Spurs. J. F. Verbruggen.
