Africano el Mayor en Hispania
Publicado: 08 Mar 2018
Año 206 a. C.: articulación de los tiempos según Tito Livio.
- “Cuando le llegaron noticias de la formación de un ejército tan numeroso, Escipión pensó que con las legiones romanas no iba a poder igualar tales fuerzas si no les enfrentaba, al menos aparentemente, tropas auxiliares bárbaras, pero que por otra parte no debía dar a estas últimas tanta consistencia que fuesen a tener una gran trascendencia en caso de pasarse al enemigo, cosa que había significado la derrota de su padre y de su tío. Envió por delante a Silano ante Culca, que reinaba en veintiocho poblaciones, para que le hiciera entrega de los soldados de a pie y a caballo que se había comprometido a reclutar durante el invierno; él salió de Tarragona, y después de recoger los pequeños contingentes de tropas entregados por los aliados que habitaban cerca de la carretera, sin detenerse llegó a Cástulo. Allí le llevó Silano las tropas auxiliares, tres mil soldados de infantería y quinientos de caballería.”
Livio, XXVIII, 13, 1-4.
- “Enterado Escipión de la huída del general dejó a Silano diez mil hombres de infantería y mil de caballería para el asedio del campamento, y él, con el resto de las tropas, regresó a Tarragona en setenta etapas examinando sobre la marcha la trayectoria de los régulos y las poblaciones para poder dar recompensas de acuerdo con una justa valoración de los méritos.”
Livio, XXVIII, 16, 9-10.
- “Así, a grandes rasgos, bajo el mando y los auspicios de Publio Escipión fueron expulsados de Hispania los cartagineses trece años después de iniciada la guerra y cuatro después de que Publio Escipión se hizo cargo de la provincia y del ejército. No mucho después volvió Silano a Tarragona a reunirse con Escipión con la noticia de que la guerra estaba resuelta.”
Livio, XXVIII, 16, 14-15.
- “Para quien se proponía África como objetivo, en todos los sentidos tenía mucha importancia Sifax, el rey más opulento de aquella tierra, que ya había tenido la experiencia de una guerra contra los propios cartagineses; además, los confines de su reino estaban muy bien situados respecto a Hispania, de la cual lo separaba un pequeño estrecho. Por ello Escipión pensó que valía la pena el intento aun a costa de grave peligro, ya que no había otra posibilidad; dejó para defensa de Hispania a Lucio Marcio en Tarragona y a Marco Silano en Cartagena, adonde se había desplazado a marchas aceleradas por tierra desde Tarragona, y él junto con Gayo Lelio salió de Cartagena con dos quinquerremes e hizo la travesía hasta África, a remo en su mayor parte por estar el mar en calma, y a veces con un viento suave a favor.”
Livio, XXVIII, 17, 11-12.
- “Tomar represalias contra estas poblaciones inmediatamente después de llegar, cuando las Hispanias no estaban aseguradas, habría sido más justo que útil; como ahora que la situación estaba tranquila ya parecía llegado el momento de aplicar el castigo, hizo venir de Tarragona a Lucio Marcio y le envió a atacar Cástulo con la tercera parte de las tropas, y él, con el resto del ejército, llegó a Iliturgi en unas cinco jornadas.”
Livio, XXVIII, 19, 3-4.
- “Después fue enviado Marcio a reducir a obediencia a los bárbaros que no estaban aún sometidos por completo. Escipión volvió a Cartagena para cumplir los votos hechos a los dioses y celebrar el espectáculo de gladiadores que había preparado en memoria de la muerte de su padre y de su tío.”
Livio, XXVIII, 21, 1.
- “Entretanto los legados desarrollaban igualmente las operaciones. Marcio cruzó el río Betis, que los indígenas llaman Certis, y consiguió sin lucha la rendición de dos poderosas ciudades.”
Livio, XXVIII, 22, 1.
“Así fue destruida astapa por el hierro y el fuego, sin botín para los soldados. Marcio consiguió por el miedo la rendición de los demás pueblos de aquella comarca y volvió al lado de Escipión, a Cartagena, al frente de su ejército victorioso.”
Livio, XXVIII, 23, 5.
- “Después de un compromiso mutuo con los desertores (gaditanos) fueron enviados allí Marcio, con cohortes ligeras, y Lelio, con siete trirremes y una quinquerreme, para dirigir las operaciones en un plan combinado por tierra y por mar.”
Livio, XXVIII, 23, 8.
- “A continuación hizo pública una orden disponiendo que fueran a Cartagena a buscar la paga por grupos aislados o todos juntos, como prefirieran.”
Livio, XXVIII, 25, 10.
- “Lelio regresó victorioso a Carteya. Enterado de lo que había ocurrido en Cádiz –el descubrimiento de la traición y el envío de los conspiradores a Cartago, quedando en nada la esperanza que les había traído-, mandó un mensaje a Lucio Marcio diciéndole que si no quería perder inútilmente el tiempo sin hacer nada en torno a Cádiz, debía volver al lado del general; Marcio estuvo de acuerdo y ambos regresaron a Cartagena pocos días después.”
Livio, XXVIII, 31, 1-2.
- “Después de este discurso los despidió mandándoles prepararse para salir al día siguiente; emprendida la marcha, en diez jornadas llegó al río Ebro. Luego cruzó el río y, tres días después, acampó a la vista del enemigo.”
Livio, XXVIII, 33, 1.
- “Así dejó marchar a Mardonio, exigiéndole únicamente un dinero con que poder hacer efectiva la paga a las tropas. Destacó a Marcio a la Hispania ulterior, envió de nuevo a Tarragona a Silano y él se quedó algunos días, hasta que los ilergetes enviaran el dinero pedido, y después, con las tropas ligeras, dio alcance a Marcio que iba ya cerca del Océnano.”
Livio, XXVIII, 34, 11-12.
- “Las negociaciones con Masinisa, iniciadas hacía tiempo, habían sido aplazadas por diferentes motivos, porque el númida quería a toda costa entrevistarse con el propio Escipión y sellar el acuerdo con un apretón de manos; ésa fue la razón de que Escipión hiciera entonces un viaje tan largo y tan fuera de mano. Estando en Cádiz, Masinisa había sido informado de su inminente llegada por Marcio.”
Livio, XXVIII, 35, 1-2.
- “Escipión se alegró de verle y oírle, pues sabía que Masinisa había sido el elemento clave de toda la caballería enemiga, aparte del aspecto animoso que el joven presentaba. Se dieron y recibieron garantías y Escipión emprendió el camino de vuelta a Tarragona. Masinisa saqueó las tierras del contorno con autorización de los romanos para que no pareciera que había cruzado al continente sin razón alguna y regresó a Cádiz.”
Livio, XXVIII, 35, 12-13.