Antes del surgimiento de la Kaiserliche Marine como un factor de riesgo, la amenaza a la supremacía naval británica había procedido de España, los Países Bajos y Francia, por lo tanto las principales bases navales se establecieron en el Canal; Chatham en la desembocadura del Támesis, Portsmouth protegida por la Isla de Wight y Devonport en Plymouth, todas ellas bien defendidas y ubicadas respecto a los enemigos tradicionales. Pero en 1904, cuando la preocupación por el crecimiento de la Flota alemana condujo al comienzo de un programa masivo de construcción de buques de guerra y una proyectada redistribución de la Flota en el Mar del Norte, resultó que esas bases bien defendidas y completamente equipadas estaban demasiado lejos para enfrentar la nueva amenaza, se necesitaba una nueva base naval en el Mar del Norte. Hay otros puntos a considerar, puesto que la diferencia de kilómetros no es demasiado relevante, unos 950 desde Plymouth a Wilhelmshaven por 750 entre Rosyth y la base alemana, por una parte si la Flota se ubicaba en los puertos del Canal su paso al Mar del Norte podría llegar a quedar bloqueado por las minas, y por otra, si se planteaba un bloqueo de los puertos alemanes, ya sea cerrado o lejano, resultaba conveniente poseer bases adecuadas en el Este.

Mapa Mar del Norte.
Este requisito había sido reconocido por el Gobierno británico más de una década antes de que Jellicoe tomara el mando de la Grand Fleet, el 5 de Marzo de 1904 el Primer Ministro Arthur Balfour dijo a la Cámara de los Comunes que el Gabinete había aprobado una solicitud del Almirantazgo para establecer una nueva base para acorazados en Rosyth, en el lado Norte del Firth of Forth. El Forth estaba a 750 kilómetros al otro lado del Mar del Norte desde Wilhelmshaven, existía un amplio espacio para una gran cantidad de barcos, estaba conectado por ferrocarril con toda Gran Bretaña y su única entrada lo convertía en fácilmente defendible contra el ataque procedente del mar. Un inconveniente era el enorme puente ferroviario que atraviesa el Firth of Forth, si resultaba derribado por acción del fuego enemigo o un sabotaje, el puente destrozado podría atrapar a la Flota en el anclaje río arriba. El Parlamento sopesó estos factores y decidió aprobar la creación de una importante base naval en Rosyth.

Mapa del Fith of Forth.
Transcurrieron los años y la resolución quedó en papel mojado, no se realizó ningún trabajo y entre los políticos surgieron dudas acerca de la necesidad de una nueva base, quizá nunca habría una guerra, ¿por qué provocar a Alemania construyendo una base en el Mar del Norte? También existían argumentos técnicos en contra de Rosyth, unos pensaban que el largo fiordo podría resultar bloqueado por las minas enemigas, otros que el área de aguas profundas arriba del puente resultaba insuficiente para albergar la creciente Flota. También existía cierta tirantez entre el Ejército y la Armada, tradicionalmente la defensa de las bases navales era responsabilidad de la Oficina de Guerra, quien se encargaba tanto de construir los fuertes como de proporcionarles armamento, suministros y artilleros, sin permitir que la Armada tuviese voz en este asunto, pero en Rosyth además de las defensas había que construir una pequeña ciudad para acomodar los trabajadores del astillero, ¿y quién iba a pagarla? Poco después de su llegada al Almirantazgo como Primer Lord del Mar en Octubre de 1904. Jackie Fisher se posicionó en contra de una nueva base en Rosyth, escribiendo al Primer Lord del Almirantazgo, por entonces Lord Selbourne:
“¡No gastes ni un centavo más en Rosyth!” Para Fisher la nueva base se encontraba demasiado tierra adentro del mar abierto, y resultaba insegura por la presencia del puente ferroviario, aunque resulta difícil imaginar cómo podrían derribarlo los alemanes en caso de guerra, solo se necesitarían unos pocos soldados como guardia para evitar sabotajes y no es de suponer que la Hochseeflotte navegase hasta allí con el fin de bombardearlo. En cualquier caso el lugar preferido de Fisher era Cromarty Firth, algo más al Norte del Firth of Forth, también en Escocia.

Puente del Firth of Forth
En 1910 Fisher se jactó de retrasar las obras para que la base de Rosyth estuviese preparada para albergar a la Grand Fleet (por entonces First Fleet de la Home Fleet), y dos años más tarde escribía a un amigo:
"Como sabes, siempre he estado a favor de Cromarty y he odiado a Rosyth, que es un anclaje inseguro: toda la flota está en peligro… y existe ese puente bestial que, si explota, hace que la salida sea muy arriesgada… Además, Cromarty es estratégicamente mejor que Rosyth… Todavía odio a Rosyth”. El resultado obvio fue que durante los seis años de Fisher como Primer Lord del Mar no se hizo ningún trabajo serio en Rosyth. Algunos en la Armada protestaron, el previsor Jellicoe, como Tercer Lord del Almirantazgo y responsable de las adquisiciones de material para la Armada, le escribió a Fisher en 1909 que el desarrollo de la base era "de la mayor gravedad". Sin embargo, el 18 de marzo de 1912, ocho años después del anuncio de Balfour, el nuevo primer Lord del Almirantazgo, Winston Churchill, informó que los dos grandes diques secos en Rosyth no estarían listos hasta 1916, nadie parecía tener prisa en buscar acomodo a la Grand Fleet.
En 1912, debido principalmente al incremento de las capacidades de la Hochseeflotte, se abandonaron definitivamente los planes de mantener un boqueo cerrado de los puertos alemanes, determinándose una estrategia de bloqueo distante entre Escocia y Noruega, hecho que otorgaba aún mayor importancia a las bases de Rosyth, Cromarty y Scapa Flow, pero debido a que se pensaba que una guerra era poco probable, los trabajos avanzaban despacio y en 1914 las dos primeras disponían de suficiente artillería de costa para afrontar un ataque de las fuerzas ligeras germanas pero seguían sin existir barreras antisubmarinos, mientras la tercera permanecía totalmente indefensa. El dinero, o la falta del mismo, fue una de las principales razones que explican esta desidia, el Tesoro se resentía de la costosa carrera naval con Alemania y David Lloyd George lamentaba todo el dinero gastado en armamentos. En 1912 el Almirantazgo solicitó un estudio para mantener defensas permanentes en Scapa Flow, pero al enterarse de que el coste sería de 379.000 libras, la quinta parte de lo necesario para construir un nuevo acorazado, decidió que ese dinero estaba mejor invertido en buques que en bases. El presupuesto naval para 1914 ascendía a la cantidad sin precedentes de 46.409.300 de libras, pero de ellas solo 5.000 figuraban para obras no designadas en Scapa Flow, en vísperas de la guerra no se había hecho nada para defender la futura base de la Grand Fleet.
Es mejor permanecer con la boca cerrada y parecer un idiota, que abrirla y confirmarlo...
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Ab insomne non custita dracone