Panzer, detrás del mito (III) El fiel de la balanza

Historia Militar 1939-1945.

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Panzer, detrás del mito (III) El fiel de la balanza

Mensaje por Japa »

En 1942, con la entrada efectiva de los EEUU en el conflicto y las incontestables derrotas de Stalingrado y El Alamein, Alemania perdió sus últimas oportunidades de ganar militarmente la guerra. Sin embargo no estaba vencida. Con casi toda Europa en su poder Hitler aún podía plantearse una paz negociada en la que el Reich obtuviera condiciones muy ventajosas. Pero para eso era necesario que los panzer fueran capaces de contener a sus enemigos, haciéndoles ver que el precio de derrotar a los ejércitos germanos sería excesivo.

Los soldados alemanes combatírían a lo largo de 1943 en dos frentes distintos, separados por miles de kilómetros, contra adversarios muy diferentes. A priori el enemigo más asequible hubiera sido el occidental, dada la bisoñez de las fuerzas americanas y la inferioridad táctica de los ingleses, pero la situación estratégica de las posiciones del Eje en África era insostenible frente al dominio del mar y del aire por parte de los aliados, y una victoria en ese teatro estaba más allá de las posibilidades de la Wermatch. La decisión debía buscarse, pues, en el frente oriental, donde las tropas alemanas estaban luchando por su vida tras el desastre de Stalingrado, y todo el frente sur parecía a punto de derrumbarse como un castillo de naipes.


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Mensaje por Japa »

TÚNEZ Y EL FINAL DEL SUEÑO AFRICANO



La última campaña del Eje en África fue un absurdo estratégico: gracias a la ciega obcecación de Hitler en sostener a su tambaleante aliado italiano hombres, armas y recursos se lanzaron a un campo de batalla perdido de antemano en unas cantidades asombrosas. El resultado fueron unas pérdidas de tal magnitud que sólo quedaron eclipsadas por el desastre de Stalingrado.

Y con la derrota se fueron por la borda la república de Vichy, el sueño africano de Italia, y las últimas esperanzas de Mussolini.

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DESPLIEGUE DE URGENCIA

Tras los desembarcos aliados en las costas del África Francesa y la derrota frente a El Alamein, Rommel consideró, y así lo expresó con claridad al OKW, que era necesario evacuar de África a todas la fuerzas posible a fin de preparar adecuadamente la defensa de Sicilia e Italia. Sin embargo razones políticas y de prestigio movieron a Hitler a comprometerse en el teatro francoafricano con una fuerza inimaginable. Mientras todo pareció ir bien Rommel jamás había recibido los refuerzos prometidos, ni siquiera la gasolina garantizada, y ahora, Kesselring, que había incumplido todas sus promesas de cobertura y abastecimiento a Rommel, presionaba a Hitler para que se formara en Túnez el V PzArm. Más de 100000 soldados alemanes iban a ser desplegados en cuestión de semanas para tratar de asegurar la posición del Eje en Túnez y, eventualmente, echar a los aliados al mar.

Como era de esperar en él, Hitler actuó dividiendo el mando en vez de concentrando la fuerza. Así, Rommel seguía al mando del PzGr Afrika, Von Arnim estaba al mando del V PzArm y Kesselring mantenía el mando sobre la X LF. La postura más razonable, ya que se había desechado la evacuación, era concentrar la fuerza disponible en Túnez, golpear a los americanos al Oeste (ya que dada su inexperiencia serían la parte más débil) y luego retroceder para apalear al VIII Ejército de Monty. Y por supuesto eso no se hizo.

El V Ejército estaba formado por el Cuerpo Fischer y el XXX cuerpo italiano. Las fuerzas alemanas disponibles eran la división Von Broich (una unidad formada a toda prisa con paracaidistas de la LW, bersaglieri italianos y diversas unidades alemanas), la 334 InfDiv (igualmente formada a toda prisa rebañando unidades menores), la 10ª PzDiv, una unidad veterana de la campaña rusa, el 501 sPzAbt, que en ese momento estaba formado de acuerdo a la estructura D (dos compañías) y la 21ª PzDiv del AK, transferida y reequipada en Túnez (se aprovechó su viejo material para reforzar a la 15ª PzDiv del AK). Además un regimiento de panzergrenadier reforzaba al XXX italiano.

Aparte de estas unidades Goering ordenó el despliegue en Túnez de su flamante y recién formada división de panzergrenadier paracaidistas Hermann Goering. Tanto esta unidad como el 501 sPzAbt fueron llegando por partes y usados según iban llegando. La primera parte en estar disponible en Túnez fue el V regimiento de Fallschirmjäger.

Por otra parte el AK constaba en ese momento de la 15ª PzDiv, la 90ª y 164 ligeras, la división acorazada italiana Centauro y cuatro divisiones italianas de infantería. Tanto las unidades alemanas como la Centauro estaban muy por debajo de su potencial de combate debido a la larga y costosa retirada desde Egipto.

Sobre el papel, pues, se trataba de unas fuerzas bastante poderosas, pero a excepción de la X PzDiv se trataba o de fuerzas muy desgastadas (las del PzGr África de Rommel no tenían en total más que 130 carros incluidos los italianos) o demasiado recientes (las del V Ejército). Aún así el nivel táctico de los alemanes era superior al de los aliados.

En cuanto al equipamiento, si bien el italiano seguía siendo penosamente inadecuado, los alemanes disponían de material bastante aceptable. Pz III y IV y StuG de las versiones de cañón largo, lanzacohetes nebelwelfer, cañones Pak 40 de 75 mm. El AK fue reequipado a toda prisa, se reforzó en todo lo posible las rutas logísticas, se puso especial énfasis en el transporte aéreo y se reforzó la X LF. En suma, se hizo mucho más de todo lo que un par de meses antes hubiera servido para asegurar la victoria frente a El Alamein (y no olvidemos que el desembarco de Torch estaba supeditado a la victoria inglesa en Egipto)

La estrella de la campaña, en teoría, iba a ser el 501 sPzAbt con sus Tiger. Sin embargo como ya he mencionado su llegada fue muy fragmentada y nunca operó agrupado.

Esta unidad, por cierto, le fue prometida como refuerzo a Rommel antes de El Alamein. Es muy sintomático de la manera de actuar de Hitler que no se enviara cuando podía haber sido decisiva y en cambio se la mandara a toda prisa a Túnez cuando ya era demasiado tarde.

No obstante la campaña tunecina empezó bien para los alemanes, porque los aliados iban
a cometer un montón de errores debidos a la bisoñez de las tropas americanas y la dificultad de coordinar tres ejércitos de diferentes nacionalidades.
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Mensaje por Japa »

DESORDEN Y DESACIERTO


El escenario tunecino era muy diferente del que habían visto ingleses y alemanes en los dos años anteriores. En vez de llanuras desiertas aquí el paisaje estaba dominado por montes y quebradas. Barro, lluvias, temperaturas que cambiaban de forma brusca…

La primera lucha fue de velocidad: los aliados presionaron hacia el este para tratar de alcanzar Túnez antes de que los alemanes pudieran traer suficientes fuerzas como para establecer una defensa firma, pero no fueron lo bastante rápidos: hacia finales de noviembre el Eje tenía ya cinco divisiones (tres alemanas y dos italianas) en el área bajo el mando provisional del general Nehring. Una buena parte de la responsabilidad en el retraso se debió a las autoridades francesas, que hicieron perder el tiempo a los aliados mediante interminables discusiones sobre quién debía dirigir el ejército aliado (los franceses estaban convencidos de que debían ser ellos), qué fórmulas debían usarse para la entrega de las guarniciones dependientes de Vichy, qué tipo de apoyo debía dar la administración francesa… Hasta el 22 de noviembre, 14 días tras Torch, no pudieron los aliados iniciar su avance.

Dicho sea de paso, las fuerzas de Vichy, que pese a sus escasos medios se opusieron duramente a los desembarcos aliados, no ofrecieron resistencia alguna cuando los alemanes iniciaron su puente aéreo a Túnez.

Sea cual sea el caso la carrera por Túnez se perdió en los días finales de noviembre y primeros de diciembre. La TF Occidental, formada por cuatro brigadas inglesas apoyadas en su flanco sur por una pequeña fuerza estadounidense, trataron de alcanzar Túnez atravesando por el Sur de Bizerta. Las cosas empezaron mal porque la Luftwaffe se cobró un alto peaje sobre las columnas aliadas, que aclanzaron Tebourba, unos 32 km al sur de Bizerta, el 27 de noviembre, y se dieron de narices con las posiciones de Nehring. Los aliados recularon tras los primeros combates y se establecieron al suroeste, en Medjez-el-Bab.

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Los primeros combates acorazados tuvieron lugar allí entre la primera y segunda semanas de diciembre ya que desde su posición se podía desbaratar todo el dispositivo italoalemán: era necesario frenarles a toda costa y se hizo. La 10ª PzDiv se cobró una fácil victoria contra las puntas de avanzada americanas, pertenecientes a la 1ª división acorazada. Los soldados del US Army, apenas unos novatos, no eran rival para los panzer. Los sherman sólo supieron cargar de frente contra las baterías CC alemanas para acabar convertidos en chatarra.

Los ingleses que acompañaban a la fuerza estadounidense no lo hicieron mejor. Las posiciones aliadas resistieron y Medjez-el-Bab quedó en manos aliadas, pero se había perdido la oportunidad de alcanzar Túnez antes de fin de año y ahora la guerra se iba a convertir en un arrastre tortuoso por desfiladeros y wadis.

Antes de que acabara diciembre un nuevo golpe de la 10ª PzDiv barrió a los defensores de las posiciones más avanzadas de los estadounidenses, en la colina Longstop, que amenazaba directamente las posiciones germanas. Nehring tenía motivos para estar satisfecho, ya que había logrado salir airosamente de la precaria situación creada con el desembarco y ahora podía reforzarse con calma, pero fue retirado del mando por sus duras críticas a los planteamientos del OKW y reemplazado por Von Arnim.


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Mensaje por APV »

Bueno el primer choque de tanques fue el 26 de noviembre en el valle del Tine donde elementos del 190º batallón panzer avanzaron desde Mateur.
Se enfrentaron a los stuarts americanos y pese a contar varios tanques con los cañones largos que para los estadounideneses era desconocidos el combate no fue bien, los alemanes diezmaron una compañía que hacía de cebo pero otra compañía cayó sobre su flanco y retaguardia y les disparó a quemarropa con sus cañones de 37 mm perdiendo los alemanes varios tanques.

A principios de diciembre los primeros Tigre presentarían sus respetos a los aliados.

Y los aliados experimentaron una retirada por el valle del Medjerda sería desmoralizadora y desastrosa (enormes pérdidas en tanques, cañones y vehículos).
Conoce al enemigo y conócete a ti mismo; y en cien batallas no estarás jamás en peligro Sun Tzu.
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Mensaje por Japa »

En efecto, los primeros encuentros en Túnez fueron favorables a los americanos. En "Un ejército al amanecer" se describen detalladamente esas acciones de las unidades avanzadas americanas y sus consecuencias (la peor de todas, un exceso de confianza que se mostró letal en los siguientes combates).

CAMINANDO HACIA EL DESASTRE

Viendo los aliados que la ruta por el norte estaba cortada, pensaron que sería una buena idea avanzar por el sur de las montañas, a fin de separar a las fuerzas de Rommel en Libia de las tropas de Arnim en Túnez. Se decidió emplear para ello el II Cuerpo, incluyendo a la 1ª acorazada, que tan duramente se estaba ganando la veteranía, más dos divisiones de infantería. Al frente de la nueva operación (Saten) estaría el general Freddendall, que en vez de preparar adecuadamente a sus fuerzas dedicó su tiempo a fortificar absurdamente el lugar que había elegido para comandar la maniobra, situado en Tebessa, a más de 100 km del frente. Para acabar de arreglar las cosas el general Ward, al frente de las tropas en el terreno, no podía ni verse con Freddendall. Las otras fuerzas estadounidenses se movían por el norte agrupadas como el I Cuerpo, a las órdenes de Patton, junto a la mayor parte de la fuerza inglesa.

A lo largo de enero las tropas del II Cuerpo avanzaron estableciendo una línea de frente carente de profundidad, alargada hasta casi la ruptura de las líneas de suministros y en medio de un invierno lluvioso y embarrado. Brooke, al mando de las fuerzas inglesas, previno a los estadounidenses de que se estaban metiendo en un avispero muy peligroso. Sobre todo le preocupaba la imposibilidad de coordinar adecuadamente los movimientos de tropas ya que Saten sólo podría salir bien si a la vez actuaba el 8º ejército por el Este y el I ejército aliado al norte. De no ser así las tropas americanas se encontrarían solas en mitad de la boca del lobo.

A finales de enero la dificultad de organizar el mando interaliado llevó a una decisión en torno a la jefatura de las fuerzas en el teatro. Al frente de todas las fuerzas aliadas estaría el general Eisenhower y cada una de las ramas operativas quedaría en manos de un jefe británico: Cunningham en el mar, Tedder en el aire y Alexander en tierra; el general Giraud debía dirigir a las tropas francesas, pero se negó a integrarlas en el dispositivo angloamericano. Eso daba a los ingleses el mando real de las operaciones, lo que obligó a Ike a tragar bastante bilis, pero como se vería hasta el final de la guerra, el general americano era un hombre capaz de aceptar ese, y tragos peores.

De momento las cosas se veían con un marcado optimismo, pese a las derrotas sufridas más al norte. El avance hacia el mar del II Cuerpo parecía consolidado, y la superioridad material aliada parecía garantizar que no habría más sorpresas. No obstante y dada la lentitud de la progresión ya se veía que iba a ser imposible alcanzar el mediterráneo a tiempo para evitar la unión del AK con las tropas tunecinas, y se aplazó la operación Saten: el "prometedor avance" que dejaba como resultado era en realidad una trampa letal, ya que el largo frente sur estaba muy expuesto. Pero nadie pareció preocuparse en el mando aliado: cuando Monty llegara desde Libia simplemente se retomaría la marcha.

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En el mapa podemos ver como quedó el despliegue aliado a primeros de febrero (la línea azul justo en el centro de la imagen)

Los alemanes, empero, no iban a esperar sentados. Como primera medida decidieron eliminar las posiciones aliadas al sur del río Medjerda. Aquí estaban desplegados los franceses, apenas equipados, sin artillería CC, ni municiones suficientes, ya que no entraban dentro de la logística aliada gracias a la decisión de Giraud.

Las tropas del Eje se lanzaron sobre las posiciones francesas en Ousseltia y los franceses tuvieron que retirarse pese a los refuerzos enviados. Sin equipamiento pesado, las tropas de Giraud sufrieron más de 3500 bajas.

Como reacción a los movimientos alemanes, la 1ª acorazada, la mejor fuerza a disposición de Freddendall, fue dispersada por el frente a modo de cobertura. Decidido a demostrar que podía hacerse cargo de todo el frente, el pomposo general americano ordenó dos avances a fin de tomar las posiciones de Sened y Maknassy. Sened, defendido por tropas italianas, cayó pero se desestimó la posibilidad de guarnecerlo. Ahora Von Arnim sabía que habría otros movimientos y preparó para el combate a la 21ª PzDiv. Como primera medida ordenó tomar los pasos de Faid para adelantarse a los estadounidenses. El 30 de enero los pasos estaban en manos alemanas.

Desorientado, Freddendall fue incapaz de concentrar su fuerza para hacer frente a la amenaza y lanzó parte de la 1ª acorazada contra Faid, pero sin suficiente fuerza ni énfasis. Los carros avanzaron sin apresurarse y esperaron hasta el 31 para iniciar el ataque, cayendo en la red de los 88. Además la Luftwaffe impuso su dominio en el aire ya que la cercanía de sus bases le daba una amplia ventaja sobre el enemigo. La 1ª se retiró con fuertes bajas. Al igual que la 10ª PzDiv, la 21ª se había estrenado muy bien contra los nuevos enemigos.

Pero Freddendall no era hombre que abandonara sus planes. Pese a la evidencia de que los alemanes estaban alerta respecto a sus movimientos, decidió seguir con la operación para tomar Maknassy. Convencido de que sería fácil retomar Faid, había dividido aún más las fuerzas de la 1ª enviando allí parte de la fuerza destinada para el nuevo ataque, que partía ya muy debilitado. El asalto contra Maknassy debía partir de Sened, pero las tropas se encontraron con que el pueblo había sido bien reforzado. La Luftwaffe se cebó en las fuerzas asaltantes y aunque el pueblo volvió a caer en manos americanas, fue a un precio muy, muy alto.

Al día siguiente cuando los americanos iniciaron su avance hacia Maknassy, la 21ª PzDiv pasó al ataque y las tropas de la 1ª, ya muy desmoralizadas por los combates del día anterior, se retiraron en desbandada. Sened se sostuvo a duras penas.

Las noticias cayeron como un jarro de agua fría sobre el cuartel general aliado. Se planteo que retirar el II Cuerpo de las posiciones más orientales podría ser una medida adecuada, ya que su rendimiento en combate había sido casi nulo, pero Eisenhower creyó que una acción así hundiría la moral de todo el ejército. Además algunos mandos (Freddendall entre ellos) insistieron en mantener las líneas tal y como estaban ya que pensaban que lo peor había pasado.

Se equivocaban: a primeros de febrero Rommel ya estaba en Túnez.
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Mensaje por Japa »

SIDI BOU ZID

En sus primeras reuniones Rommel y Von Arnim habían coincidido en varios puntos. Uno era la insostenibilidad a largo plazo de las posiciones tunecinas. En febrero la escuadra italiana todavía podría cubrir una retirada de las fuerzas de Arnim y los restos del PzGr Afrika. Ambos presionaron en el OKW y ambos vieron sus peticiones rechazadas. Así las cosas decidieron actuar contra el enemigo antes de que éste se organizara. El II Cuerpo estadounidense era una presa muy, muy tentadora.

Las posiciones aliadas a 13 de febrero ocupaban una línea entre Faid (el flanco más expuesto) Sened y El Guetar. Se suponía que los ingenieros debían sembrar amplios campos de minas para canalizar cualquier intentona de los alemanes, pero el trabajo iba muy retrasado. Quizás porque había demasiadas unidades de ingenieros construyendo los túneles de Speedy Valley, el cuartel de Freddendall en Tebessa.

El día 13 Ultra (el servicio de descifrado de los mensajes enviados por Enigma) informó que la 21ª PzDiv había empezado de nuevo a moverse. No era la única fuerza que se ponía en marcha, pero dado que los generales alemanes habían trazado sus planes en reuniones personales, no había mensajes a descifrar.

El día 14 el V PzArm inició la operación Früghlingswind (Viento de Primavera) al mando del general Ziegler. La 10ª, apoyada por los Tiger, se dirigió contra las posiciones de Faid sobrepasándolas para atacar a las fuerzas estadounidenses en Sidi Bou Zid, mientras la 21ª hacía lo propio hacia el paso de Maizila, casi en el extremo sur de la linea aliada, para envolver a toda la fuerza operativa americana en la zona. Más al Sur Rommel debía preparar para tres días después un ataque hacia Gafsa con el PzGr Afrika reforzado por la 21ª PzDiv para encerrar a los restos del II Cuerpo en la segunda parte de la ofensiva, la operación Morgenluft, (Viento matutino).

La sorpresa fue total. Las dos pinzas alemanas convergieron a media tarde en Sidi Salem, dejando tras ellas una bolsa con miles de soldados enemigos desorientados y docenas de carros Sherman en llamas (los tiger del 501 barrieron enteramente a un batallón acorazado). Al día siguiente los estadounidenses amagaron un contraataque acorazado con el 2º batallón de la 1ª acorazada, que sólo sirvió para aumentar la cuenta de bajas: fue virtualmente aniquilado en una absurda carga a lo largo de un desfiladero dominado por los 88, en el más puro espíritu de Balaclava.

Ante al evidencia del desastre (más de un centenar de carros perdidos y bajas superiores a 2000 hombres) las tropas americanas iniciaron la retirada en toda la línea sur, lo que volvió Morgenluft innecesaria y alteró repentinamente todo el escenario.
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Mensaje por Japa »

KASSERINE

Rommel no era hombre capaz de quedarse ocioso, y en seguida vio una oportunidad única, quizás la única esperanza de victoria del Eje en Túnez. Al retirarse desordenadamente los aliados habían dejado el camino libre hacia el paso de Kasserine, la principal ruta a través de las montañas tunecinas, que llevaba directamente hacia la región de Tebessa, donde el enemigo había establecido su cuartel general y sus inmensos depósitos de avituallamiento Si lograba llegar hasta allí todo el dispositivo aliado en Túnez se partiría y sin suministros las tropas angloamericanas tendrían que retroceder hacia sus bases en Argelia. Ya sin enemigos a occidente, sería posible golpear al VIII Ejército con toda la fuerza acorazada disponible y aniquilarlo en Libia.

Pero si había que hacerlo, tenía que ser de inmediato, y con toda la fuerza posible, así que solicitó de inmediato que la 10ª, la 21ª y los Tiger fueran transferidos a su mando. Se trataba de envolver a las fuerzas aliadas por el norte del paso con los panzer de Arnim y golpear directamente en el paso con su PzGr. Era una operación arriesgada pero si se actuaba de inmediato se podría aprovechar el caos de la retirada enemiga (en ese momento Freddendall ya se preparaba para huir de Speedy Valley y destruir los depósitos de Tebessa)

Aquí se mostró en toda su enormidad el error de la estructura de mando germana. Hitler había dividido el mando entre Rommel y Arnim por sus prejuicios acerca de los mandos unificados, confiando en que la dirección de Kesselring bastaría para evitar desavenencias, pero los dos generales africanos tenían caracteres muy dispares. Arnim era un hombre prudente y poco dado a la iniciativa rápida, al contrario de Rommel, y enseguida puso todos los impedimentos posibles al plan del mariscal. Arnim se negó a ceder ni una unidad a su compañero y no modificó su actitud hasta que el propio Kesselring se puso de parte de Rommel.

Aún así Arnim sólo cumplió las órdenes de Kesselring de mala gana y a medias, cediendo sólo la 21ª y una pequeña parte de la 10ª, reservándose además el empleo de los Tiger para sus propias operaciones, ya que pensaba atacar a los británicos en Beja en la operación Ochsenkopf ( Cabeza de buey). De este modo se perdieron dos días entre tiras y aflojas y la limitada fuerza acorazada alemana se dividió entre dos operaciones diferentes. Rommel no fue autorizado a avanzar hasta Tebessa, y se le dio como objetivo Le Kef, directamente al norte según saliera del paso de Kasserine.

Rommel sopesó sus oportunidades y decidió intentar el asalto pese a la escasa magnitud de sus fuerzas. La 21ª debía rodear el paso por el Norte y el PzGr Afrika iría por el paso. La debilitada 10ª PzDiv reforzaría el ataque más prometedor. El ataque comenzó el 19 de febrero

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De nuevo el ataque cogió a los estadounidenses fuera de guardia. Los mandos habían organizado sus defensas en el lugar en el propio paso, sin ocupar las laderas. La desesperara resistencia de las fuerzas aliadas se colapsó el día 20 y de nuevo se produjeron las escenas de caos en la retirada. Sin embargo el avance de la 21ª fue cortado por la decidida defensa estadounidense en Sbiba. Así las cosas Rommel se concentró en Kasserine y lanzó allí sus últimas reservas.

La principal fuerza enemiga en el área, la 26ª brigada acorazada inglesa (los Leicester), estacionada en Thala, al norte del paso. Sus carros no eran rival para los alemanes, pero lograron ralentizar el avance germano a costa de durísimas pérdidas. Ganaron así un tiempo precioso que permitió a los americanos establecer firmes posiciones artilleras en las laderas del norte. El ataque italoalemán fue frenado por la contundente acción de los artilleros que barrieron el valle con granadas.

El día 21 los Leicester trataron de nuevo de cortar el paso a los germanos, dejándose en el intento tres docenas de carros Valentine. De nuevo el sacrificio pagó buenos réditos porque esa noche la artillería americana se desplegó para dar cobertura a Thala. Cuando al día siguiente las fuerzas de Rommel trataron de tomar el último reducto que les impedía el paso hacia el oeste, una lluvia de fuego artillero les frenó en seco. Los ingleses lanzaron un último contraataque con los pocos carros que les quedaban. Fue suficiente.

Rommel había logrado un éxito táctico asombroso, pero carecía de fuerzas para explotarlo y hacerse con una victoria operaiva real. Los Tiger del 501 hubieran sido decisivos en ese momento, pero estaban muy lejos. El refuerzo de la 10ª al completo hubiera permitido el avance por el arco norte, pero Arnim se lo había negado. Ante las circunstancias el mariscal comprendió que seguir insistiendo al norte del paso era inútil y sólo podía plantearse la retirada, pese a que Kesselring, recién llegado de Italia, le animaba a continuar hacia adelante.

Se suponía que Arnim debía lanzar su propia ofensiva a la vez que Rommel lo hacía hacia Kasserine para dividir a las tropas enemigas, pero Arnim no lo hizo, retrasando su avance hasta que el día 22 Kesselring, furioso por la desobediencia de Arnim en lo tocante a la 10ª PzDiv, le ordenó que iniciara su movimiento de inmediato. Además recomendó al OKW que Rommel fuera puesto al mando de todas las tropas africanas, pero era ya tarde para lograr explotar el éxito de Kasserine. El mismo día 22 Kesselring autorizó la retirada de Rommel. Los aliados habían perdido más de 8000 hombres (6000 americanos) y cerca de 250 carros de combate. Los combates de Sidi Bou Zid y Kasserine constituyeron la más dura derrota del US Army en la Segunda Guerra Mundial. SIn embargo fue a la larga una derrota positiva, ya que obligó a los mandos estadounidenses a revisar todas sus ideas erróneas.

La operación Ochsenkopf, empezó cuatro días después, el 26 de febrero. Se trataba de penetrar en el valle de Mateur para atacar las posiciones inglesas en Beja. El ataque se llevó a cabo casi sin planificación, empleando los carros (y en especial los valiosísimos Tiger) en un terreno totalmente inadecuado. Los artilleros ingleses se cebaron en las formaciones germanas desde el primer momento y el 28 las fuerzas del V PzArm se retiraron tras haber avanzado apenas dos km. Fue una derrota sin paliativos y dejó la moral de las tropas de Arnim por los suelos, hasta el punto de que algunas de las tropas atacantes optaron por rendirse, para asombro de los ingleses, que no habían visto algo así desde el comienzo de la guerra.

Para completar la crónica de Kasserine hay que añadir que hubo dos puntos que llamaron la atención de Rommel y pasaron desapercibidos a sus colegas. El primero fue la rapidez con la que los americanos estaban aprendiendo de sus errores. Los combatientes de Kasserine lucharon con mucha más eficacia que los de Sidi Bou Zid, y pronto se vería que en Kasserine también habían aprendido mucho. La actuación de la artillería de campaña americana, en concreto, fue decisiva y significó el fin de las esperanzas alemanas. El otro factor fue el soberbio equipamiento de los soldados del US Army. Todas sus fuerzas estaban completamente motorizadas sobre excelentes vehículos diseñados d forma muy racional (como el Jeep willys, el semioruga M-3, el vehículo de exploración White…), sus carros Sherman eran al menos tan buenos como los Pz IV Ausf. G, las piezas de artillería eran sencillas y eficaces…. Eran presagios muy, muy malos para los alemanes.
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Mensaje por troyano »

APV escribió:Bueno el primer choque de tanques fue el 26 de noviembre en el valle del Tine donde elementos del 190º batallón panzer avanzaron desde Mateur.
Se enfrentaron a los stuarts americanos y pese a contar varios tanques con los cañones largos que para los estadounideneses era desconocidos el combate no fue bien, los alemanes diezmaron una compañía que hacía de cebo pero otra compañía cayó sobre su flanco y retaguardia y les disparó a quemarropa con sus cañones de 37 mm perdiendo los alemanes varios tanques.
.
Como indica Japa, en "un ejercito al amanecer" (excelente libro) se describe muy bien esa acción.

SI no recuerdo mal el batallón de Stuarts estaba mandado por John K. Waters, que era el yerno de Patton. Fue una de las raros casos de habilidad e inteligencia americana en esa campaña :wink:

Japa, no me canso de decir que has estas haciendo un excelente trabajo. ... He estado dos dias sin estos artículos y ¡¡me entraba el "mono" !! :dpm:
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Mensaje por Japa »

Sï. Es una lástima que la traducción sea bastante flojilla, pero el libro merece igualmente la pena, sobre todo porque aparte de Kasserine, la campaña tunecina y los desembarcos de Torch son temas que apenas han sido publicitados (como si fueran una nota a pie de página en la guerra africana)
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Mensaje por Trancos-Alatriste »

En esas primeras batallas los yankies "conocieron" a Patton.

Estocada: Y aprendieron lo que los ingleses ya sabían.
"Un ejército de ciervos dirigido por un león es mucho más temible que un ejército de leones mandado por un ciervo." Plutarco.
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Mensaje por APV »

Como indica Japa, en "un ejercito al amanecer" (excelente libro) se describe muy bien esa acción.
Si lo tengo y es muy curioso el éxito de los stuart en ese combate porque con su cañón de 37 mm según los propios americanos sólo había un medio de hacer daño a los panzer :lol: .
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Mensaje por troyano »

APV escribió:Si lo tengo y es muy curioso el éxito de los stuart en ese combate porque con su cañón de 37 mm según los propios americanos sólo había un medio de hacer daño a los panzer :lol: .
Es que Waters lo hizo muy bien. Los dejo pasar usando una de sus secciones como cebo y atacó, creo que con otras dos, desde la retaguardia y los flancos a quemarropa. EL 37mm si que podia penetrar al PzIV en esos puntos a distancias cortas.
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FINAL

La pausa impuesta tras los combates de febrero podría haber dado a los alemanes una posibilidad de evacuar Túnez con calma y sacar de la encerrona a todas las fuerzas del Eje, pero si ya antes de esa batalla Hitler era reluctante a plantearse semejante posibilidad, la derrota estadounidense le reafirmó en su convicción de que los aliados serían devueltos al mar sin dificultades.

En sus diarios Goebbels extrae conclusiones absurdas de los combates, haciendo una valoración disparatada de la situación y augurando una pronta retirada estadounidense de la guerra. Los gerifaltes alemanes enseguida menospreciaron a los soldados americanos considerando que su valor combativo era nulo, algo en lo que coincidían con los ingleses, que empezando por Alexander empezaron a mirar con condescendencia a sus pobres aliados. Ambos estaban muy equivocados y los acontecimientos lo demostrarían rápidamente

Tras Kasserine y el fracaso de Beja la situación fue degradándose de forma muy rápida. a finales de febrero Rommel recibió el mando del Grupo de Ejércitos Afrika, formado por el V PzArm de Von Arnim, el PzGr Afrika (rebautizado en el invierno con el pomposo nombre de PzArm Afrika) y el I Ejército italiano, e intentó forzar el repliegue del VII Ejército lanzando un contraataque a primeros de marzo contra las posiciones inglesas en Medenine. Rommel desplegó para este golpe (operación Capri) las PzDiv 10ª, 15ª y 21ª, que aún reunían entre todas algo más de 200 panzer apoyadas por la 90ª y 164ª LcDiv. Fue un fracaso: la artillería de campaña británica desbarató las puntas de avance germanas y los núcleos de concentración. El 7 Rommel dio por finalizada la ofensiva y retiró sus fuerzas tras la línea Mareth (las posiciones defensivas en la frontera Libio-tunecina) . En un solo día de combates sus fuerzas habían perdido casi 60 carros de combate frente a la devastadora potencia de fuego de los aliados.

El VIII Ejército inició sus asaltos a la Línea Mareth durante marzo, y aunque la 15ª PzDiv logró desbaratar las penetraciones inglesas, el sistema de fortificaciones fue finalmente flanqueado (operación Pugilist) el día 27. Durante el mes de abril Las fuerzas del Eje se replegaron hacia Túnez. Los italoalemanes ya sólo podían ir retrocediendo poco a poco hasta que el 6 de mayo la posición del Eje en África colapsó definitivamente.

Rommel había sido retirado antes del mando para su descanso (al parecer Hitler opinaba que sus puntos de vista pesimistas se debían a algún colapso nervioso unido al desgaste físico). Hasta el final los generales africanos trataron de lograr que el Führer consintiera una evacuación, pero no lo lograron. El hundimiento del frente alemán en Túnez y su rendición fue una sorpresa para el OKW que no sólo no había previsto nada para una retirada sino que hasta el final estuvo mandando refuerzos y suministros.

En apenas tres meses el victorioso ejército que se había enfrentado a los aliados había sido reducido a la impotencia. El despliegue en marzo de la división Hermann Goering no sirvió de nada, y tan sólo complicó aún más los problemas de mando en África. El Reichsmarshall había enviado allí a su división en la idea (comenta Rommel) de que en África era fácil ganar la gloria, y lo único que logró fue perder la mayoría de sus fuerzas en balde.

Un factor decisivo fue la recuperación del dominio del aire por parte de los angloamericanos. Una vez perdida la batalla aérea la Luftwaffe ya no volvió a contar en el campo de batalla. Sin apoyo aéreo y con el mar en manos aliadas el flujo de suministros fue reduciéndose angustiosamente, hasta que los soldados en Túnez empezaron a sufrir privaciones de todo tipo.

La derrota le costó a Alemania cerca de 165.000 hombres y una buena cantidad de equipamiento. Allí quedaron cuatro PzDiv con todo su equipamiento. A duras penas logró la LW sacar de la trampa a un puñado de sus fuerzas para reconstituir de nuevo la Hermann Goering. Por supuesto las fuerzas italianas (unos 100.000 hombres) se perdieron al completo. Mussolini tuvo que anunciar a su pueblo el fin del imperio en África.

Tan grave como la pérdida de fuerzas fue el hecho de que gracias a esa campaña el US Army se había vuelto una fuerza que por fin pesaba en el conflicto. De haberse abandonado a tiempo Túnez las tropas americanas seguramente hubieran sido aplastadas en los primeros combates sobre suelo italiano, pero la experiencia ganada en la dura campaña tunecina hizo que el ejército del tío Sam fuera muy diferente al que había desembarcado meses antes. Ahora los alemanes tenían un enemigo que aprendía a toda velocidad e iba a darles muchos disgustos. Los estadounidenses nunca alcanzarían la excelencia táctica del Heer de 1943, pero en 1944 las cosas estarían bastante más igualadas.

Toda la campaña había sido un absurdo desde el principio. A cualquier observador sensato le hubiera sido evidente que los alemanes no podían sostener una resistencia firme en Túnez (y mucho menos contraatacar y avanzar hacia el Atlántico). La superioridad de las nuevas armas alemanas como los Tiger, además, requería un nivel logístico muy alto, así que poco a poco la ventaja de las fuerzas del Eje en determinados equipamientos fue desapareciendo, lo que incrementó aún más la diferencia de fuerzas.

Para la LW fue un desastre que magnificaba los efectos del de Stalingrado. Entre las dos campañas se habían perdido más de un millar de aparatos entre derribados, averiados o abandonados, y lo que era aún peor, se habían perdido centenares de pilotos, entre ellos los de las escuelas de instrucción, que habían sido movilizados para atender la demanda de transporte aéreo. Ahora no sólo faltaban pilotos, sino que también faltaba personal para adiestrar a los reemplazos.
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LOS TIGER AFRICANOS

¿Qué hay de los panzer? Túnez fue el canto del cisne del Pz III como carro de batalla. Pese a todos los añadidos no estaba en condiciones de medirse con sus nuevos enemigos. Los Pz IV G habían dado la talla sobradamente frente a los Sherman, pero mientras los carros americanos estaban al comienzo de su vida operativa los Pz IV estaban al final y no podían dar mucho más de sí. Además los carros americanos tenían una fiabilidad mecánica inimaginable para los alemanes (y para los ingleses: los carristas británicos preferían el Sherman a cualquier diseño nacional). Y en cuanto a los tiger…

Los Tiger, desde luego, habían sido una sorpresa muy desagradable para los aliados. Sin embargo su uso había sido inadecuado. Oigamos lo que expone Rommel de ese asunto.

"… Me sentí particularmente furioso al ver como los escasos Tiger de que disponíamos en África, que me habían sido negados para nuestra ofensiva en el sur, fueron lanzados al ataque por un valle pantanoso donde su gran ventaja, el enorme alcance de sus armas, era inútil. Los carros pesados quedaron rápidamente inmovilizados en el barro donde fueron inutilizados por el fuego enemigo. De los 19 disponibles se perdieron 15. Pasó lo mismo con los demás carros que fueron lanzados por ese estrecho valle, de los que gran número fue destruido por los ingleses. Di órdenes al V Ejército de frenar inmediatamente la ofensiva pero siguieron en las mismas condiciones hasta después de mi partida de África. Colina tras colina fueron machacados y la imagen que emergía era la de la misma rígida táctica que se nos había hecho tan familiar en las batallas de desgaste de la Gran Guerra…"

Sin embargo los Tiger habían combatido bastante bien teniendo en cuenta la absurda situación táctica en la que se habían metido los alemanes. Se notificaron unos 300 carros aliados destruidos por un total de 33 ejemplares perdidos. Incluso reduciendo la cifra en un tercio nos da un respetable baremo de 6 carros aliados por cada Pz VI.

Ya vimos que la estructura D autorizaba el uso de los Pz III Ausf. N como carros auxiliares y tanto el 501 sPzAbt (que inició la campaña) como el 504 (que le reemplazó en marzo) los usaron como apoyo de fuego, protección contra la infantería, municionamiento, transporte de reemplazos, evacuación de heridos… Sin embargo estos carros demostraron ser muy vulnerables en las condiciones de batalla del 43 y a lo largo del año se fueron retirando de los batallones.

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La falta de un recuperador de Tiger adecuado fue especialmente sangrante. Los sPzAbt disponían en 1943 de vehículos semiorugas de recuperación de 18 tn SdKfz 9 pero para remolcar un Tiger eran necesarios dos y a veces hasta tres de esos vehículos; en condiciones de combate eso era casi imposible ya que se trataba de máquinas de chasis abierto sin protección alguna y en consecuencia muy vulnerables. La mayoría de los carros perdidos no fueron destruidos sino inmovilizados. Esto forzó a la voladura por sus tripulaciones de carros que podrían haberse reparado sin dificultades ya que, como hemos dicho antes, los Tiger resistían muchísimo castigo antes de considerarse irrecuperables.

Se dio el caso, asombroso, de que un Tiger fue capturado por dos Daimler Dingo (todo terreno de cuatro ruedas, armados con un humilde dos libras) al estar inmovilizado y no poder su tripulación mover la torre manualmente lo bastante rápido como para destruir a los veloces coches ingleses.

La logística fue también una pesadilla y la única forma de reparar los Tiger que se retiraban averiados era canibalizar los que estaban más allá de reparación. Eso, unido a las continuas peticiones para emplearlos en zonas puntuales (lo que implicaba no sólo la fragmentación de la unidad sino largas marchas que dejaban los carros fuera de servicio) y a las condiciones del terreno y el clima (los Tiger habían sido equipados de acuerdo a los estándares de los vehículos del AK, pero Túnez era muy diferente del desierto) redundó en que la tasa de operatividad de ambos sPzAbt fuera muy baja.

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Este Tiger fue seguramente volado por su tripulación: la cúpula del comandante ha saltado por los aires, al igual que el refuerzo de la base del cañón, que ha quedado enganchado en la bocacha.

El único momento en que se pudo reunir una fuerza adecuada y concentrada fue en el ataque contra Beja el 26 de febrero. El 501 sPzAbt fue capaz de desplegar 14 Tiger en apoyo de Von Arnim (no 19, como erróneamente apuntó Rommel, al que seguramente se le habían ocultado los problemas del 501 sPzAbt ya que no estaba asignado a su PzGr) y, como ya sabemos, se usaron en un terreno cuyas características recuerdan mucho al de su estreno en Leningrado.

El 504 sPzAbt ya sólo pudo luchar a la defensiva, y su mayor tasa operativa fue de 17 Tiger en un día concreto (4 de abril) siendo la media de 11 (la mitad de su fuerza).

La táctica aliada contra los Tiger fue esquivar el combate directo con carros y aprovechar su superioridad de artillería de campaña mientras la infantería se protegía con campos de minas. Dado que el terreno era sobre todo de valles, las minas fueron el arma más útil para inmovilizar a los carros pesados y, desde las colinas, la infantería y la artillería literalmente los cubrían de metralla procurando impedir su recuperación. Así se perdieron la mayoría de los Tiger ya que sólo cuatro unidades fueron destruidas por impactos directos que atravesaran el blindaje.
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EL ANÁLISIS DE LOS ALIADOS.

No sólo se habían perdido inútilmente dos regimientos de carros pesados: al igual que unos meses antes en el Frente Oriental, se había desperdiciado la sorpresa táctica ya que los aliados pudieron estudiar a placer el nuevo carro alemán.

Varios Tiger cayeron razonablemente intactos en manos del enemigo y fueron examinados de inmediato.

Los primeros informes se publicaron durante los propios combates de Túnez, en enero y marzo (Tactical & Technical Trends, nº 17 y 20) con descripciones generales del vehículo y poniendo especial énfasis en su armamento y protección. En esos y otros informes se insistió en que el Tiger era vulnerable ¡al cañón de seis libras! puesto que un ejemplar fue destruido después de recibir dos impactos laterales a unos 540 metros de distancia. Posteriormente se redujo la distancia hasta los 450. Ese fue uno de los factores que dio a los mandos aliados una falsa seguridad con respecto a los medios disponibles y su empleo contra el Tiger: un análisis más racional hubiera advertido que las condiciones en las que se produjo esa destrucción (el combate tuvo lugar durante el penoso asalto de Von Arnim en el valle de Beja)fueron excepcionales, y se debieron a un planteamiento táctico completamente erróneo, no a la capacidad del arma inglesa. Por otra parte los expertos concluyeron que los alemanes no podrían construir demasiados vehículos de ese tipo (aunque un exageradísimo informe publicado en julio del 43 estimaba como posible una producción de hasta 800 ejemplares mensuales). En resumen: los mandos no se preocuparan demasiado.

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Esquema de la protección del tigre, publicado en el Intelligence Bulletin de junio

A lo largo del verano se estudiaron con más detenimiento las características del nuevo carro: Los técnicos quedaron sorprendidos por la complejidad de los nuevos panzer, llamándoles mucho la atención la manufactura prácticamente artesanal de muchos de sus elementos. Veamos un análisis inglés, publicado en enero del 44 por la School of Tank Technology (Preliminary report 20).

"…El PzKfw VI fue puesto en servicio por el enemigo en el otoño/invierno de 1942 y apareció en el N. de África en enero del 43 y, posteriormente, en Sicilia y en el frente Ruso.

El vehículo examinado es un PzKfw VI (E) o SdKfz 182 y es conocido como "Tiger". Este modelo ha sido desarrollado por Henschel u Soehne GmbH.

El Tiger es excepcional al ser el más pesado carro de combate en servicio en todo el mundo, alcanzando las 56 tn en orden de batalla. Su armamento principal es un cañón de 88 mm mientras que su mayor blindaje (en las planchas verticales del frontal) es de 102 mm. Otra característica de especial interés táctico es que está dotado de medios de vadeo profundo y una limitada capacidad submarina hasta profundidades de 15 pies.

Su tamaño y peso, sin embargo, le impone varias desventajas tácticas, siendo la más costosa la restricción de transporte y su limitado radio de acción debido a su enorme consumo de combustible (especificado por el enemigo en 2,75 galones por milla en marcha normal de campo a través)

La manufactura parece ser de gran calidad y el diseño ha sido ejecutado libremente desde el tablero de dibujo, en general sin limitaciones forzadas por el uso de componentes preexistentes. Hay excepciones y determinados elementos de detalle parecen innecesariamente sofisticados y costosos de fabricar.

Un interesante desarrollo en la manufactura alemana de carros es el uso de planchas de blindaje entrelazadas además de las uniones escalonadas normales. Este método parece haber sido necesario por el uso de un blindaje de semejante grosor.

La dirección es similar a la clásica Merrit-Brown con un refinamiento añadido de radios gemelos en cada marcha. Este sistema de marchas difiere mucho del sistema sencillo de freno-embrague de los otros carros alemanes. El cambio sin duda ha sido forzado por el enorme peso del Tiger. La caja de cambios tiene mucha similitud con otras unidades Maybach y su gran mérito es la provisión de un gran número de radios (ocho) en una estructura muy compacta. El uso de un sistema de cambio de marchas completamente automático lo hace muy diferente de lo usual entre los carros aliados.

La transmisión y sistemas de dirección y marchas son extremadamente complejos y sin duda muy costosos de fabricar en horas/hombre. El preciso control que se obtiene para un vehículo de estas dimensiones parece justificarlo ya que así lo atestiguan los que los han probado.

No hay indicios de que los alemanes vayan a favorecer motores de compresión y el Tiger está propulsado por un motor clásico de gasolina Maybach V12, diseñado sin duda para un carro pesado, un desarrollo lógico de los Maybach tipo 120 vistos en los PzKfw III y IV y su diseño es muy similar. Dado que este motor representa lo último en diseños alemanes merece ser estudiado a fondo y debemos considerar que el diseño es bastante exitoso: es compacto, ligero y accesible"

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Este Tiger capturado casi intacto en África fue una de las unidades mejor estudiadas. Actualmente se encuentra en un museo de Aberdeen.


Como podemos ver los aliados quedaron sorprendidos por el grado de sofisticación de los Pz VI. Sin embargo estimaron que la probabilidad de encontrarse con ellos era baja y no se tomaron medidas de cara a combatir esa amenaza. En ese sentido su análisis fue erróneo ya que, como habían comprobado los soviéticos en el Frente Norte, incluso un puñado de los nuevos carros pesados podían frustrar el avance de una división entera. Sin embargo los Tiger no habían logrado grandes triunfos en Túnez, y su enorme potencial pasó desapercibido. Además en 1943 y 1944 Speer logró aumentar la cifra de Tiger producidos hasta rozar el centenar de unidades mensuales, y los Panther iban a ser casi igual de letales y mucho más numerosos. Equivocadamente, los aliados consideraron que el enemigo seguiría siendo el Pz IV, un adversario asequible para sus medios.

Los carristas angloamericanos iban a llevarse sorpresas muy desagradables en 1944.




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MiguelFiz
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Mensaje por MiguelFiz »

Japa escribió:La táctica aliada contra los Tiger fue esquivar el combate directo con carros y aprovechar su superioridad de artillería de campaña mientras la infantería se protegía con campos de minas. Dado que el terreno era sobre todo de valles, las minas fueron el arma más útil para inmovilizar a los carros pesados y, desde las colinas, la infantería y la artillería literalmente los cubrían de metralla procurando impedir su recuperación. Así se perdieron la mayoría de los Tiger ya que sólo cuatro unidades fueron destruidas por impactos directos que atravesaran el blindaje.
hay que señalar que muchas veces los Tiger eran empleados para despejar sin mas pasos en los campos de minas, es obvio que la adopcion de un dispositivo desminador que se hubiera podido adaptar al frente de dichos tanques en forma opcional hubiera sido de gran ayuda, llama mucho la atencion que no se hicieran esfuerzos adecuados por proveer de dispositivos asi a las unidades de tanques pesadas (al igual que con la muy tardia decision de proveerlas de elementos de medios de recuperacion eficaz).
Actualmente leyendo...
  • "The Impact of the Russo-Japanese War" de Rotem Kowner
    "The abyss. World War I and the end of the first age of globalization" de Niall Ferguson"
    "Lost at Nijmegen: A rethink on operation 'Market Garden'! de R.G. Poulussen
--------------------------------------
...las tropas afganas tienen 300,000 elementos bien equipados, tan bien bien equipados como cualquier ejercito en el mundo, y una fuerza aerea, contra unos 75,000 talibanes. NO ES INEVITABLE la toma de Afganistan por los talibanes.

Respuesta a la pregunta de un periodista el 7/julio/2021 de Joe Biden, comediante, entrenador de amigos imaginarios y presidente aficionado
--------------------------------------
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Mensaje por Japa »

El caso es que parece que sí hubo al menos un intento de usar algo así. Observadores soviéticos en el flanco norte del saliente de Kursk informaron de la presencia de algunos tiger equipados con lo que parecía ser un rodillo de desminado en el frontal. ¿Un modelo experimental? No obstante no hay información alemana al respecto, sólo los informes soviéticos.
Última edición por Japa el 07 Ene 2008, editado 1 vez en total.
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Mensaje por Japa »

Antes de seguir voy a reseñar la bibliografía consultada para el capítulo tunecino. Dado que el tema va teniendo una complejidad creciente creo que será mejor ir dando las fuentes así, de modo que sea más fácil la consulta o la crítica.


• "Un ejército al amanecer", de R. Atkinson (editorial Crítica)
• "Kasserine Pass, Rommel's last victory", de S. Zaloga (Osprey Campaign)
• "Panzer Commnander", de Von Luck, que pronto se editará en castellano (Alá sea loado)
• "A Soldier Record" de A. Kesselring (W. Morrow & Co., pero se supone que esta primavera se editará en castellano. Si alguien quiere consultarlo en inglés puede descargarlo gracias al Proyecto Gutenberg en http://www.archive.org/download/kesselr ... 582mbp.pdf )
• "The Rommel Papers" de E. Rommel y otros autores (disponible desde enero en edición castellana, como "memorias")
• "Diarios, 1941/1943" de J. Goebbels (Plaza & Janés, desgraciadamente descatalogado, no confundir con "Diarios de 1945" recientemente publicado en castellano)
• "Swinging the SledgeHammer" de Christopher W. Wilbeck. (GSCS, disponible en el enlace http://cgsc.cdmhost.com/cgi-bin/showfil ... ehammer%22 )
• "Tiger I Heavy Tank" de Tom Jentz y Hillary Doyle (Osprey New Vanguard)
• "Preliminary Report 20" de la STT (Boomer's Books, ed. facsimil)
• "Intelligence bulletin" y "Tactical and Technical Trends" del US Military Intelligence Service (disponibles para consulta en la web http://www.lonesentry.com/ )


Parte de la bibliografía aparecerá en otros capítulos, pero así creo que quedará más claro en qué partes he ido consultando cada fuente.
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KHARKOV: LA ÚLTIMA VICTORIA DE LOS PÁNZER



CRISIS EN EL DON


El 2 de febrero del 43 terminó la batalla de Stalingrado. Los restos del VI Ejército (menos de 100000 hombres) iniciaron la marcha hacia los campos de prisioneros, aunque muchos morirían en las siguientes semanas, ya que su estado físico estaba más allá de cualquier posibilidad de supervivencia. El final del cerco supuso un tremendo mazazo para la moral del pueblo alemán y sus soldados.

Tras la caída de la bolsa la situación para el Grupo de Ejércitos Sur parecía encaminarse hacia un desastre absoluto. A duras penas había logrado sacarse del Cáucaso al Grupo A de ejércitos, y ahora las divisiones del ER que sostenían el asedio quedaban libres para reforzar el ataque contra los desmoralizados ejércitos alemanes. Hitler había puesto al frente de los ejércitos del Don al mariscal Manstein, pero seguía impidiendo cualquier libertad operativa, todavía convencido de que la resistencia a cualquier precio era la solución ante el desastre. A partir del 1 de enero se iniciaron las operaciones Galopada y Estrella del ER. Bajo el mando de Golikov y Vatutin, y con el refuerzo de las tropas de Rokossovski, la ofensiva soviética aplastó a las fuerzas aliadas del Eje (húngaros e italianos) y abrió el frente en una extensión de cientos de kilómetros. Más de medio millón de soldados y un millar de carros se lanzaron sobre las líneas del malherido Ejército del Don.

Las ideas estratégicas de Hitler estaban completamente desconectadas de la realidad militar del momento. Así pues se obstinó en mantener una cabeza de puente en el área del Kubán de cara a emplearla como trampolín en las futuras operaciones ofensivas, y en preservar a toda costa la cuenca minera del Donetz para negar a la URSS sus reservas de carbón, sin entender el hecho de que ante todo había que solucionar la crisis militar que se estaba desarrollando si no se quería perder todo, incluyendo la cabeza de Kubán y la cuenca del Donetz.

Manstein contaba inicialmente con sólo dos fuerzas a su disposición: el destacamento Lanz, que se estaba agrupando en torno a Kharkov y estaba formado por los restos del Grupo de Ejércitos B, y el II Ejército, situado al Oeste de Kursk. No obstante consiguió algunos refuerzos, como el 503 sPzAbt, o la promesa de dejar a su disposición el recién formado I PzKorp SS, compuesto de las PzGrDiv Das Reich y Leibstandarte, a las que debía unirse la Totenkopf. Estas unidades tenían una capacidad de combate similar a la de una PzDiv del Heer, y estaban mucho mejor equipadas (incluyendo incluso algunos carros Tiger en una compañía de carros pesados, siendo las primeras divisiones que recibieron ese complemento) luego sobre el papel era un apoyo formidable. Sin embargo Hitler se empecinó en que el destacamento Lanz y las unidades SS retuvieran a toda costa la ciudad de Kharkov.

Como puede apreciarse Hitler era incapaz de elegir las prioridades y se negaba a abandonar ningún territorio que estuviera bajo su control. No estaba dispuesto a renunciar a nada, pese a la máxima de su idolatrado Federico el Grande: quien defiende todo, no defiende nada

Por su parte Manstein había dirigido las escasas fuerzas a su disposición para mantener abierta la ruta de escape de las tropas del Grupo de Ejércitos A, acción en la que fue decisiva la intervención de los Tiger del 503 sPzAbt para sostener los puentes sobre el Manytsch (por donde se retiraban las tropas alemanas del 57 PzKorp) y las posiciones en Rostov. Sin embargo esta unidad quedó tan debilitada por las pérdidas y la lucha continua que ya no pudo ser empleada en las siguientes operaciones y no volvería a combatir hasta el verano.

Las PzDiv 7 y 11 lograron, junto con el 503 sPzAbt, mantener el área de Rostov frente al asalto soviético, pero la insistencia de Hitler en retener la cuenca del Donetz impedía una concentración de fuerzas suficiente como para frenar el avance enemigo que estaba abriendo un enorme hueco entre el Grupo de Ejércitos del Don y los restos del Grupo de Ejércitos B.

El 22 de enero Hitler, presionado por Zeitzler, aceptó retirar al I PzArm (que venía replegándose desde el Cáucaso) hacia el área de Rostov reuniéndose con el IV PzArm. Pese a tan sonoros nombres, el I y el IV PzArm apenas reunían entre los dos la fuerza de combate de un par de PzDiv. Hacia el 31 de enero Manstein había logrado poner a salvo al I, aunque la 13ª PzDiv fue desviada por orden de Hitler hacia la cabeza del Kubán, debilitando aún más las fuerzas del Don. Hitler consideraba que bastarían las fuerzas del I PzKorp SS para sostener el área de Kharkov y la cuenca del Donetz, y el 13 de febrero ordenó a Lanz que Kharkov fuera sostenido a toda costa. La ciudad estaba protegida por la 1ª SS PzDiv. Esa nueva orden provocó un duro enfrentamiento verbal entre Manstein y el OKH, ya que Zeitzler apoyó la orden del Führer. Sin embargo la situación se resolvió antes de que se produjera una crisis de mando irreparable.

Ni siquiera las divisiones SS estaban dispuestas a morir en balde y Hausser, general de la Leibstandarte, ordenó el 14 de febrero, y contar las órdenes explícitas de Lanz, el abandono de Kharkov en abierta insubordinación al Führer, negándose a dirigir un nuevo Stalingrado. Papá Hausser era un hombre de otra pasta que el pusilánime Paulus. Hitler montó en cólera pero la crisis era demasiado grave como para arrestar al general SS, sobre todo en un momento en que había prometido manos libres a Manstein, y había subordinado a sus órdenes a las fuerzas SS. En vez de cesar a Hausser, ordenó el relevo de Lanz por el general Kempf, con lo que la agrupación pasó a denominarse Destacamento Kempf.
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Mensaje por Japa »

DECISIÓN

Hitler y Manstein se entrevistaron en el cuartel del mariscal los días 17 y 19 de febrero y allí Manstein logró convencer a Hitler de que la crisis desembocaría en una catástrofe a menos que se le permitiera ceder territorio para preparar un gran contragolpe que cortara la ofensiva enemiga. Hitler había insistido en sus usuales argumentos de que un abandono de territorio imposibilitaría la continuación de la guerra, que la pérdida de prestigio de Alemania sería insalvable, que el ER estaba al borde del desfallecimiento y ya había consumido todas sus fuerzas…, pero Manstein se mantuvo firme en sus pretensiones y el Führer, al parecer conmocionado por la sensación de peligro (había tropas soviéticas avanzando hacia el cuartel de Manstein a menos de 50 km: nunca había estado tan cerca de la línea de batalla en el Este) cedió y volvió precipitadamente a su propio cuartel.

Ahora Manstein podía por fin empezar a operar sin trabas, y a medida que las fuerzas alemanas se retiraban iba concentrando su fuerza para el contraataque. Hitler exigió una inmediata reconquista de Kharkov a las unidades SS, pero el mariscal se negó a desperdiciar la fuerza de las divisiones del I PzKorp SS en un asalto descoordinado y se atuvo a su plan.

Al ceder terreno estaba arrastrando tras de sí a los soviéticos más allá de lo que sus lineas de suministro les permitían. El sexto Ejército al mando de Vatutin se había lanzado hacia adelante (presionado por la insistencia de Stalin) para cortar la supuesta huida de los alemanes y embolsarles, pero ahora estaba desgastado y casi aislado, lo que le convertía en una presa fácil para un ataque por los flancos. Lo que Stavka había interpretado como una reagrupación de cara a la retirada era una rápida concentración en torno a Krasnograd de las fuerzas SS, al fin reforzadas por la Totenkopf, mientras el XV y LVII PzKorp se concentraban en Krasnoarmeyskoye y el XLVIII en Zaporozhe, a fin de cubrir el lado sur del cepo en el que los soviéticos estaban entrando. El plan de Manstein implicaba tres fases: un asalto hacia Kharkov para aislar a las fuerzas soviéticas avanzadas, el envolvimiento de las tropas del ER en la cuenca del Donetz y la eliminación del saliente que esa operación dejaría al norte, en torno a la ciudad de Kursk. De esa forma se estabilizaría el frente, se causarían grandes bajas al enemigo y se acortaría considerablemente la línea de las fuerzas alemanas permitiendo concentrar una adecuada reserva móvil.

Estaba a punto de empezar la tercera batalla de Kharkov, la última cabalgada de los panzer victoriosos. También iba a ser la primera vez que las divisiones de las Waffen SS participaran en combates acorazados.
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Mensaje por ToKoTo »

Japa, gracias a estos textos no para de sonarme en mi cabeza el "Panzerlied", el himno que sonaba en la película "La batalla de las Ardenas"
Escribe bien, nos entenderemos todos
Cerebro, tu no me agradas y yo no te agrado, así que sácame de esta y después te sigo matando con cerveza.
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Mensaje por Japa »

Es que es pegadizo. Pero volvamos a las llanuras del Donetz.

VICTORIA

A primeros de febrero el Frente del Voronezh lanzó cuatro ejércitos acorazados contra Kharkov, el 1º de la Guardia, el 3º, 40º y 69º. Por el sur penetró otra agrupación blindada, aprovechando la enorme brecha creada en la cuenca del Donetz. Sus líneas de comunicaciones fueron estirándose en exceso en los días siguientes mientras los generales eran espoleados por Stalin, que cediendo de nuevo a su carácter impaciente esperaba ver derrumbarse el frente alemán de un momento a otro. Nadie esperaba que los alemanes fueran capaces de reaccionar al avance soviético, y ese exceso de confianza fue fatal.

Manstein decidió cortar perpendicularmente el avance al norte con el IV PzArm de Hoth, reforzado por el PzKorp SS (menos la Leibstandarte, que estaba a las órdenes de Kempf) y las PzDiv 6ª y 17ª, más la PzGrDiv GrossDeutschland que, al igual que las SS PzGrDiv, disponía de una compañía de Tiger. A su vezl I PzArm al mando de Mackensen (que contaba con la 7ª y 11ª PzDiv más la SS PzGrDiv Wiking) frenaría a las formaciones acorazadas soviéticas más al sur. El destacamento Kempf, que se retiraba desde Kharkov hacia el oeste, era el cebo que se agitaba tentadoramente ante los mandos del ER, que no comprendieron la amenaza hasta que ya fue demasiado tarde.

El 19 de febrero comenzó la ofensiva. Mientras la 15ª InfDiv contenía la avanzada soviética en el sur, en torno a Sinelnikovo, en el lado norte la Das Reich inició su contraataque desde Poltava y el día 20 sus unidades de avanzada cruzaron el río Samara, precedidas por un furioso asalto de la 4ª LF dirigida por Richtoffen. Avanzando a través de las agotadas tropas de Vatutin como un torrente los carristas de las SS alcanzaron Pavlograd el día 21. Por su parte la Totenkopf siguió un curso paralelo por el flanco izquierdo de la Das Reich, más al norte Allí se reunió con la Das Reich y continuaron su avance hacia el noroeste, en paralelo a la retirada de las tropas enemigas, apoyadas por el sur por las PzDiv 6ª y 17ª. Las líneas soviéticas se hundieron.

Mackensen, por su parte, logró envolver la avanzada soviética al Sur, dirigida por el general Popov, A duras penas parte de las tropas soviéticas lograron romper el cerco y retirarse hacia el norte

Ahora las fuerzas del I y IV PzArm y el destacamento Kempf avanzaron hacia el norte para cortar las rutas de retirada del enemigo. El 26 la Das Reich alcanzó Lozovaya y la 17ª PzDiv entró en Petrovskoye. El 1º de la Guardia fue barrido por los carros alemanes. Durante el avance alemán el jefe de la Totenkopf, el general Eicke, murió mientras llevaba a cabo un vuelo de reconocimiento sobre Oryol. Eso enardeció aún más a sus soldados, que avanzaron como posesos.

Stavka mandó rápidamente unidades de refuerzo, un cuerpo blindado al completo, pero Hausser había avanzado con la Leibstandarte sin ser advertido por los soviéticos y cortó la retaguardia de los refuerzos del ER, Las otras dos divisiones del I PzKorp SS completaron el cerco y aniquilaron la fuerza enemiga. Durante su avance las divisiones SS fueron apoyadas directamente por la PzGrDiv GrossDeutschland (del XLVIII PzKorp) que al igual que las unidades de Himmler, había recibido una compañía de carros Tiger como complemento; esta fuerza fue también apoyada más al sur por las PzDiv 6ª y 17ª (también del XLVIII)

En la siguiente fase de la operación, Manstein ordenó el avance hacia el este. El 1 de marzo I SS PzKorp (que de nuevo contaba con la Leibstandarte) avanzó hacia Kharkov mientras el I PzArm se lanzó hacia la cuenca oriental del Donetz. El grupo de combate Kempf, apoyado por el resto del IV PzArm de Hoth, paró al ataque presionando hacia el norte de Kharkov mientras Mackensen envolvía a las fuerzas del ER que habían avanzado por el sur de la ciudad. Un breve deshielo paró el avance germano, pero el 6 bajaron las temperaturas y el 7 los panzer retomaron la marcha sobre el suelo nuevamente congelado.

El 9 de marzo los alemanes alcanzaron los arrabales de Kharkov. En el centro del avance iba la Leibstandarte, flanqueada a la derecha por la Das Reich y a la izquierda por la Totenkopf. Ésta, a su vez, iba cubierta por el norte por la GrossDeutschland. Frente a ellos había tres ejércitos acorazados soviéticos, el 40ª y 69ª a los lados de la ciudad y el 3º defendiendo el casco urbano

En ese momento debería haberse embolsado a las tropas soviéticas en la ciudad para continuar el avance en persecución de las tropas del ER que se retiraban a toda prisa, pero Hausser, decidido a lavar el prestigio de las Waffen, avanzó directamente sobre Kharkov el día 10 envolviéndola con sus tres divisiones, tomándola al asalto el 15 de marzo tras un feroz combate callejero. Los soviéticos sufrieron tremendas pérdidas y el 3º acorazado fue destruido, pero la reconquista de la ciudad le costaría a los SS casi 11000 bajas y eso, unido al retraso producido por la dura lucha, impidieron a Manstein alcanzar los objetivos que se había marcado al comenzar el contragolpe.

Pese a todo el 18 de marzo cayó la ciudad de Belgorod y las fuerzas de Hausser aplastaron al 69º Ejército acorazado. El 26 de marzo los restos del 40º ejército se retiraban más allá del Donetz. Seis ejércitos soviéticos habían sido aniquilados en el avance alemán, pero ahora los alemanes tenían un nuevo adversario ya que ante la inminencia de un desastre Stalin había enviado a su bombero particular, el mariscal Zukhov, que desplegó sus fuerzas a lo largo de la ribera norte y en torno a Oboyán logró. Ahora eran los alemanes los que estaban demasiado lejos de sus centros de abastecimiento y el ER logró frenar el avance de Manstein hacia el saliente de Kursk, al norte del Donetz. La llegada de la primavera y el comienzo de la rasputitsa, la temporada del barro, paralizaron las operaciones a final de mes.

El frente sur quedó finalmente en silencio durante marzo. La cuenca del Donetz volvía a estar en manos alemanas. Algo más al norte, sin embargo, quedaba un gran saliente soviético en torno a la ciudad de Kursk, separando las posiciones del Grupo de Ejércitos Sur y el Centro, pero Manstein confiaba en poder eliminarlo cuando acabaran las lluvias. Tenía motivos de sobra para estar satisfecho.

Imagen
Un Tiger de la Grossdeutschland avanza en la nieve durante los combates de marzo

La contraofensiva de Kharkov, pese a no alcanzar todos sus objetivos, fue un logro operativo increíble, probablemente la obra maestra de la segunda guerra mundial. En pleno invierno, frente a fuerzas muy superiores en número y con la moral muy alta tras la victoria de Stalingrado, Manstein logró dar completamente la vuelta a la situación más desesperada en que jamás se había visto el ejército alemán. Bajo su dirección, las fuerzas acorazadas habían vuelto a demostrar una capacidad de combate asombrosa. Y no sólo los panzer, porque la LW había logrado conquistar y mantener la superioridad aérea sobre el campo de batalla pese a las desastrosas pérdidas de los meses anteriores. El mariscal había logrado una victoria tan asombrosa como la de Aníbal en Cannas

Y al igual que en Cannas, su victoria iba a ser completamente infructuosa.
Última edición por Japa el 10 Ene 2008, editado 1 vez en total.
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Mensaje por Japa »

Todavía no he localizado un buen mapa de estos combates. Si alguien tiene alguno, contará con mi eterno agradecimiento.
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Mensaje por Leiva »

Japa escribió:En ese momento debería haberse embolsado a las tropas soviéticas en la ciudad para continuar el avance en persecución de las tropas del ER que se retiraban a toda prisa, pero Hausser, decidido a lavar el prestigio de las Waffen, avanzó directamente sobre Kharkov el día 10 envolviéndola con sus tres divisiones, tomándola al asalto el 15 de marzo tras un feroz combate callejero. Los soviéticos sufrieron tremendas pérdidas y el 3º acorazado fue destruido, pero la reconquista de la ciudad le costaría a los SS casi 11000 bajas y eso, unido al retraso producido por la dura lucha, impidieron a Manstein alcanzar los objetivos que se había marcado al comenzar el contragolpe.
Hola Japa

Creo que te encantaría la versión de Panzer Meyer de toda esa ofensiva.

Lo de la toma al asalto de la ciudad a costa de tantas bajas recuerdo haberlo leído en Manstein, pero Meyer no lo narra así en ningún momento, como tampoco cita tan gran cantidad de bajas. Me resulta un tanto chocante que no las cite porque nombra casi a cada uno de sus camaradas caídos.

Meyer cuenta cómo consiguió infiltrar su grupo de combate hasta el este de la ciudad sin que los rusos se percataran, destruyendo las unidades rusas por sorpresa cuando intentaban salir o entrar en la ciudad.

También me resulta sorprendente que Hausser, tras arriesgar su cabeza para salvar la vida de sus hombres un mes antes, los mandara al asalto frontal de la ciudad a costa de tan gran número de bajas.

En fin, desconozco qué versión de la toma de Jarkov es la cierta, aunque a falta de confirmación me resulta más creible la de Meyer.

El resto de la narración de la contraofensiva que terminó en la toma de Jarkov sí que es similar al relato de Manstein.

Saludos

P.D.: aunque no te lo creas, el libro de Meyer tampoco trae un mapa de la zona que permita seguir las operaciones
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Mensaje por Japa »

Hola, Leiva. Espero que el tema te esté gustando.

De acuerdo al libro "Leibstandarte" de la colección Spearhead el I SS PzKorp sufrió unas bajas totales de unos 12000 hombres, en su mayoría en el combate de Kharkov, ascendiendo las de la Leibstandarte a 4500. Ahora bien, estas cifras no se refieren sólo a muertos, ya que sobre todo son heridos: quizás venga de ahí la discrepancia que anotas. Supongo que el porcentaje de bajas mortales sería bastante menor, a lo sumo un millar entre las tres divisiones implicadas

La diferencia de versiones que anotas entre Manstein y Meyer puede deberse al diferente punto de vista: Manstein ve la operación en su conjunto, a nivel operativo, y así la retrata, con un cierto alejamiento (y con un estilo realmente soporífero) mientras que Meyer la vivió en primera línea de combate, y hablamos de combates durísimos: su punto de vista debe ser (supongo, porque no he podido leerle) mucho más vivo, pero quizás sea más limitado

El problema con esta batalla es que apenas hay información disponible sobre el tema y el único volumen que parece tratar la historia con detalle cuesta cerca de 100 euros, así que he decidido con gran pena obviar su compra. Cuando complete la siguiente entrada añadiré la bibliografía y podrás ver que es dolorosamente corta.

¿Puedes darnos los datos bibliográficos del libro de Mayer? ¿Te refieres a "Grenadiers"? ¿Hay edición en castellano?
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MiguelFiz
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Mensaje por MiguelFiz »

Una pequeña observacion :
Japa escribió:Un Tiger avanza en la nieve durante los combates de marzo
Me imagino que en efecto alli iba una ilustracion o foto.
Actualmente leyendo...
  • "The Impact of the Russo-Japanese War" de Rotem Kowner
    "The abyss. World War I and the end of the first age of globalization" de Niall Ferguson"
    "Lost at Nijmegen: A rethink on operation 'Market Garden'! de R.G. Poulussen
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...las tropas afganas tienen 300,000 elementos bien equipados, tan bien bien equipados como cualquier ejercito en el mundo, y una fuerza aerea, contra unos 75,000 talibanes. NO ES INEVITABLE la toma de Afganistan por los talibanes.

Respuesta a la pregunta de un periodista el 7/julio/2021 de Joe Biden, comediante, entrenador de amigos imaginarios y presidente aficionado
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Mensaje por Japa »

Ooooops. Corregido (en efecto, me olvidé del enlace)
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Mensaje por Japa »

AL DÍA SIGUIENTE

Las bajas del ER, pese a la magnitud de la derrota, no fueron muy elevadas, ya que el mando había procurado evitar los cercos aún a costa de abandonar el material. Los carristas cercados habían huido a pie atravesando las delgadas líneas alemanas. Aún así la URSS había perdido 40000 hombres y cantidades ingentes de material (incluyendo más de 700 carros de combate destruidos o capturados por los alemanes). Las divisiones supervivientes estaban desmembradas y llevaría mucho tiempo y esfuerzo devolverlas a unas condiciones aceptables para la lucha, pero la mayoría de sus hombres estaban vivos y volverían al campo de batalla.

Galopada había sido fruto de la imprudencia de Stalin, pero esta vez había aprendido la lección y no volvería a desoír a sus comandantes. Las siguientes fases de la guerra serían dirigidas por mano de hierro por los veteranos del ER como Zukhov, Vassilevsky o Rokossovski sin que el Zar Rojo interfiriera, y eso se notaría muy pronto.

Por el contrario Hitler enseguida fue presa de un exagerado optimismo y extrajo conclusiones muy erróneas de la victoria. Ante todo consideró que su decisión de resistir a toda costa había sido la adecuada, pese a que precisamente la victoria se había logrado olvidando (e incluso desobedeciendo abiertamente) sus órdenes y devolviendo a las PzDiv la movilidad que habían perdido en Blau. Además desestimó la intervención de las unidades del Heer, cuyo papel, menos espectacular que el de las Waffen SS, había sido imprescindible para la victoria. Hitler se convenció de que las divisiones de Himmler eran la clave absoluta de la victoria: no gracias a disponer de un equipamiento más completo y haber iniciado la batalla al completo de sus efectivos (mientras que las unidades del Heer luchaban para sobrevivir desde tres meses antes y estaban al borde de sus fuerzas) sino por su férreo espíritu y voluntad nacionalsocialistas. El que unidades como la división GrossDeutschland, hubieran luchado con el mismo ímpetu y menos medios no pareció importar demasiado en las opiniones del Führer (curiosamente es un error muy usual encuadrar a la GD dentro de las unidades Waffen SS, pese a pertenecer al Heer)

También el papel de Manstein fue pronto menospreciado por Hitler, que parecía estar muy preocupado por el ascendente que estaba logrando el mariscal sobre las tropas, tanto del Heer como de las SS. Temiendo verse eclipsado pronto rebajó abiertamente los méritos de Manstein, que según sus palabras era incapaz de hacer otra cosa que reclamar refuerzos, sólo sabía combatir con unidades nuevas y carecía de la adecuada voluntad de resistencia. Parece claro que Manstein confiaba en lograr que Hitler le entregara el mando real del frente Oriental permaneciendo él como un jefe honorífico que decidiera la estrategia general a seguir sin inmiscuirse en las líneas de mando, así que Hitler no estaba tan desencaminado. Su reacción fue endurecer aún más su control sobre el Heer a todos los niveles a la vez que Stalin se hacía a un lado y entregaba las riendas a sus generales más experimentados, lo que a corto plazo sería catastrófico para Alemania.

Otra consecuencia negativa de la ofensiva de Kharkov fue que Hitler empezó a sobreestimar el potencial de las nuevas armas. Los Tiger habían luchado muy bien, tanto en las operaciones defensivas del 503 sPzAbt como los asignados a las compañías pesadas de las SS en el asalto hacia Kharkov. Pero la victoria no se había logrado por la superioridad de los nuevos carros sino por la habilidad táctica de las PzDiv y la soberbia dirección de Manstein y sus generales, que habían controlado el desarrollo de la batalla casi a pie del frente, en la mejor tradición de la PanzerWaffe. Hitler concluyó (y no se abstuvo de declararlo) que la victoria de Manstein se había logrado por haber contado con los Tiger. Dado que en total las fuerzas alemanas apenas habían contado con 40 unidades en toda la operación era una afirmación asombrosa. Ese entusiasmo de Hitler iba a tener consecuencias muy negativas ya que desde la primavera de 1943 el Führer iba a inmiscuirse de pleno en los trabajos de diseño y construcción de los nuevos carros, y sus intuiciones iban a dificultar aún más la tarea de los carristas alemanes.

Sin embargo todo eso quedaba a varios meses en el futuro. A finales de marzo del 43 el Grupo de Ejércitos Sur había logrado restablecer la situación en el Frente Oriental y recuperar casi todo lo perdido en los tenebrosos meses del invierno. El combate tendría, pues, un tercer asalto, y ése sería el decisivo.

(A título anecdótico, hay que mencionar que durante estas operaciones el recién ascendido alférez Michael Wittman, hasta entonces al mando de un pelotón de StuG en la división Leibstandarte, fue puesto al frente del grupo de apoyo (carros Pz III) de la compañía de carros pesados, y tras la batalla pasó a comandar un pelotón de Tiger: acababa de nacer una leyenda)
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Japa
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Mensaje por Japa »

Como ya he mencionado la bibliografía disponible sobre el contragolpe de Manstein en Kharkov es muy escasa. He consultado los siguientes textos:

• "Victorias frustradas", de Manstein (Inédita)
• "Leibstandarte_Hitler's Elite Bodyguard" de M. Sharpe y Brian Davis (Ian Allan)
• "Erich von Manstein's Counterattack" de F. W. Weatherbee Jr (Journal of military Story, se puede consultar en http://amh.freehosting.net/manstein.html )
• "Waffen SS" de C. Ailsby (LIBSA)
• "Swinging the SledgeHammer" de Christopher W. Wilbeck. (GSCS, disponible en el enlace http://cgsc.cdmhost.com/cgi-bin/showfil ... ehammer%22 )
• "Ostfront - Hitler's War on Russia 1941-45" de C. Winchester (Osprey)


Por supuesto, si alguien puede recomendarons más bibliografía, como ha hecho Leiva (gracias, Leiva) será más que bienvenido (y si además me manda gratis algún ejemplar, le tendré presente en mis oraciones) :wink:
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karras
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Mensaje por karras »

Japa te dejo unas fotos calentitas pilladas de Panzernet, ya las cuadrdarás tú o el administrador. Pongo el enlace directo. Somn restos de de fabricas de los Panthers . Puestas por Victor J. Saenz. Por si te valen de algo. Y perdón por la intromisión.


Bueno como no he podido subirlas te dejo el enlace y las veis



http://www.network54.com/Forum/385039/m ... a+color...
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