La naturaleza del estado franquista siempre fue un poco extraña. Conforme a las categorías convencionales un estado que no es una monarquía es una república, pero una república no podía ser y una monarquía tampoco era. Esta contradicción quedó reflejada en la Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado de 1946 cuyo artículo 1 declaraba que España se constituía en Reino, en tanto que el 2 determinaba que la ‘Jefatura del Estado corresponde al Caudillo de España y de la Cruzada, Generalísimo de los Ejércitos, don Francisco Franco Bahamonde’, por tanto no había rey. Si preveía que la sucesión a la muerte de Franco se realizaría en una persona de estirpe regia a título de Rey o de Regente. O sea


