Historias de combates

[josé luis]

¡Hola a todos!

¿Os gustan las historias de combate? Bueno, yo no voy a contar aquí historias de combate reales, sino a poner las experiencias y lecciones que varios oficiales estadounidenses aprendieron en sus prácticas de entrenamiento en el Centro Nacional de Entrenamiento de California. La School for Command Preparation Command and General Staff College Fort Leavenworth, Kansas 66027 del U.S. Army Command and General Staff College Press Fort Leavenworth, Kansas, preparó 66 historias de este tipo, y todas ellas contienen lecciones muy interesantes.

La primera enseña la importancia del conocimiento del terreno y su explotación, y aunque su autor no lo menciona, un pasaje de la misma me recuerda mucho la utilización que los alemanes hicieron en el frente oriental en la IIGM de los reversos de las colinas, como sitios idóneos para la defensa.

Veamos lo que cuenta el mayor general William S. Wallace, comandante en jefe de la 4ª División de Infantería Mecanizada (1999), en su historia titulada “Company Team Knows Its Sector”. Lo que aparece entre paréntesis es mío:

[Hace unos cuantos años en el NTC 1 (National Training Center 1) vi a un equipo de compañía de 5 tanques, 2 Bradleys y una sección de infantería desmontada derrotar a un regimiento completo OPFOR. Fue sorprendente. Un gran combate y unas cuantas acciones espléndidas realizadas por un joven comandante de compañía y sus sargentos. Estaban defendiendo el Paso Rojo, la economía de esfuerzo de fuerza para el batallón. La defensa principal del batallón estaba en cualquier otra parte, en el Siberian Ridge por el 781 (una cresta y número de la colina), pues allí era donde se esperaba que atacara el OPFOR. Habían puesto una cantidad sustancial de esfuerzo ingeniero en un complejo de obstáculos del Paso Rojo que resultó estar en el lugar casi indicado.

El regimiento OPFOR, gracias a su reconocimiento, sabía que la cuneta antitanque y la alambrada minada estaban allí, pero también sabía que estaban débilmente defendidas. Así que optó por atacar con todo el regimiento, unos 180 vehículos, el Paso Rojo. El combate fue así. El batallón se defiende. OPFOR llega corriendo a través del Whale Gap (todos estos nombres que aparecen son lugares específicos del campo de entrenamiento, en este caso un espacio abierto), vira bruscamente hacia Paso Rojo usando gran cantidad de humo para que el batallón no pueda reconocer hasta que sea tarde dónde va a darse el principal esfuerzo del combate. El batallón de fusiles motorizado de vanguardia del OPFOR llega poniéndose a distancia de alcance de Paso Rojo. El comandante de la compañía y su XO (oficial ejecutivo) habían posicionado sus tanques sobre una parte de terreno elevado en el lado sur de Paso Rojo, y con sus M1s comenzaron a disparar a gran distancia sobre el OPFOR. Eliminaron unos cuantos vehículos del OPFOR haciéndoles aminorar su marcha un poquito.

Lo que hicieron a continuación, muy elegante por su parte, fue que después de disparar una serie de proyectiles y eliminar un número de vehículos del OPFOR, se retiraron del terreno alto a sus posiciones de combate preparadas que estaban en el lado opuesto de Paso Rojo (en la gran batalla defensiva del río Mius a finales de julio de 1943 los hombres Hollidt -VI Ejército- hicieron arte de esta maniobra). Mientras que hacían esto, OPFOR reconoció que había algunos vehículos localizados en lo alto del terreno, por lo que optó por no atacar ese terreno alto e intentar el asalto alrededor del lado opuesto de Paso Rojo. Por supuesto, esos vehículos observados se habían retirado en profundidad en sus posiciones de combate. Y mientras que OPFOR estaba intentando atacar rodeando el lado izquierdo cayó en el complejo de obstáculos. Y justo sucedió que allí había un tanque en un wadi (río seco) en el lado norte de Paso Rojo. Un tanque cuya tripulación conocía cada pulgada de ese wadi. A medida que los elementos de asalto e ingenieros del OPFOR se aproximaban al obstáculo, ese único tanque comenzó a disparar eliminándolos al detal. Dispararon dos rondas y se escondieron en el wadi; se movieron por el wadi, subieron a posición de tiro, dispararon una serie de tandas y se escondieron nuevamente; buscaron otra posición de tiro, dispararon, se escondieron en el wadi y así sucesivamente. OPFOR creyó que se las había con toda una sección, quizás una compañía, contra su flanco izquierdo, pero era un único tanque que estaba utilizando el terreno muy pero que muy bien.

Finalmente OPFOR cayó de su error y desmontó un grupo de infantería para intentar eliminar a ese tanque. La infantería, desmontada, fue sobre otro trozo de terreno alto al lado norte del Paso Rojo. Así como subían la cresta, un Bradley, que estaba situado en profundidad detrás del tanque, comenzó a dispararles. Con sus 25 mm eliminó a toda la infantería desmontada del OPFOR. A estas alturas, el OPFOR ya había perdido casi unos dos batallones….

Eventualmente el OPFOR rompió por el obstáculo con casi un batallón de vehículos que llegó al otro lado de Paso Rojo, cuando cayó sobre el comandante de la compañía, su XO, y otro tanque que se había posicionado con anterioridad en una defensa atrincherada. Destruyeron ese final MRB (batallón de fusiles motorizado) desde un área desde la cual OPFOR no esperaba que fueran atacados por una fuerza sobre la que tampoco esperaba que estuviera allí.

El resultado final de la batalla fue que este joven comandante de compañía, con cinco tanques, dos Bradleys y una cuanta infantería desmontada, destruyó unos tres batallones de fusiles motorizados y la mayoría del equipo de ingenieros de OPFOR. Fue absolutamente brillante y algo que uno no ve a menudo].

Pues eso, el conocimiento exacto y la explotación del terreno son media batalla ganada.

Saludos cordiales
José Luis

[leonpro]

pues parece que los americanos no aprenden

[MiguelFiz]

Bien Jose Luis, digamos son lecciones que muchas veces se olvidan o simplemente se hacen tan obvias que no siempre se siguen, aunque esos principios son tan antiguos como la guerra misma.

Y amigo Leon, te aseguro que los norteamericanos no son los unicos que olvidan o no aprenden, a lo largo de la historia, egipcios, sumerios, griegos, romanos, barbaros, sarracenos, cruzados, zulues, ingleses, franceses, sovieticos, alemanes, israelies y arabes han dado muestras a veces algo costosas de no haber aprendido tampoco.

[josé luis]

¡Hola a todos!

La siguiente historia que nos cuenta el brigadier general Huba Wass de Gzege sería de vergüenza en una guerra real. En un entrenamiento es para echarse a reír. La lección trata sobre el engaño.

[Hablamos un montón sobre el valor del engaño. Cómo, con el engaño, podemos dejar fuera de juego al enemigo y conseguir una gran victoria a un coste relativamente bajo. Yo aprendí una valiosa lección sobre el engaño cuando estaba mandando un grupo de combate (“task force”) en el Yakima Firing Center de Washington durante un ejercicio Brave Shield 16, alrededor de 1977.

Estábamos sobre una zona de colinas que dominaba un valle desértico con otra zona de colinas en frente. A la izquierda teníamos un valle amplio y abierto, y a la derecha un cañón muy profundo. Por el cañón discurría un sendero. Podías bajar en fila, meterte en el cañón, avanzar y subir por el flanco de las colinas del enemigo, si lo querías atacar.

Teníamos la misión de atacar. Al considerar mi situación, había tres formas de atacar. Podía maniobrar hacia la izquierda por el valle amplio y abierto. Era un buen terreno de maniobra pero estaba totalmente descubierto. Podías ser visto desde muchas millas de distancia. O bien podías atacar de frente yendo directamente hacia las defensas enemigas. O bien podías arriesgarte y bajar por el cañón. Si te descubrían, estabas atrapado. Pero si no lo hacían, podías golpear su flanco. Esto era muy atractivo hasta que empecé a reparar en ello.

Dije: “Ok, creo que lo que voy a hacer es hacer pensar al enemigo que voy a atacar por el cañón”. Voy a tener que hacer una finta para presentar la historia de que me estoy metiendo en el cañón. Enviaré una pequeña fuerza al cañón pero haré que parezca que es todo el grupo de combate. Entonces voy a tener la pequeña fuerza de ataque desde el flanco. Y cuando el enemigo esté distraído con esto, entonces me lanzaré como el rayo, derecho por el valle directamente a por él, con la esperanza de que estará concentrado en el otro lado.

¿Pero cómo hago esto? Pensé que si ordenaba a los ingenieros hacer un pequeño corte en el borde del cañón, entonces podría meter a unos cuantos vehículos a plena vista, torcer a la derecha y subir nuevamente a mi colina sin ser visto. Haciendo esto varias veces podía causar la impresión de que estaba metiendo a todo el grupo de combate en el cañón. Me imaginé que de noche el enemigo tendría sus radares en funcionamiento, y que estaría controlando mis movimientos. Esta zona era muy fácil de controlar por radar. No había forma de entrar en el cañón sin que él te viera desde unos tres mil o cuatro mil metros, así que el enemigo podía contar un montón de vehículos que se ponían en marcha. También había un riesgo con la artillería, pero podías anularlo parcialmente con humo. En todo caso, podías realmente mostrar lo que estabas haciendo.

Decidí emplear todos los TOW (son las siglas de Tube-launched, Optically-tracked, Wire-guided), que no me servirían para el ataque, y los VTRs (siglas de Vehicle, Tracked, Recovery). Al radar podían parecer como tanques. Tenía un grupo de combate mixto mecanizado/blindado, así que reuní una fuerza compuesta que diera la impresión de que tres equipos blindados-mecanizados se dirigían al cañón. Así que les hice dar tres vueltas a la ruta y luego avanzar por el cañón y atacar de flanco.

Cuando oí las primeras señales de ese ataque, exclamé: “¡Adelante, Carga!”. Reunimos a las compañías y nos lanzamos a la carrera. Con gran éxito. No tuvimos ningún problema en llegar y ascender la colina, encontramos muy poca resistencia hasta que estábamos bien metidos en las colinas varios kilómetros en el otro lado.

Fue en esos momentos cuando comencé a darme cuenta de lo que estaba sucediendo y de lo que había sucedido. ¡Lo que había sucedido fue que el enemigo no nos opuso resistencia alguna porque estaba dormido! No habíamos engañado a nadie. Estaban justamente dormidos. Y los operadores de radar estaban dormidos. Simplemente no esperaban que atacáramos en toda esa noche. ]

Huba Wass termina su historia advirtiendo sobre los peligros del engaño al nivel táctico, que depende de que el enemigo lo interprete correctamente (o pique el anzuelo). Así que cuando más tarde a Huba Wass le hablaban de preparar una operación de engaño a nivel táctico, rápidamente se acordaba de esa experiencia y decía que lo mejor de todo era intentar conseguir que el enemigo no supiera lo que tú ibas a hacer, ser diferente y tan rápido que él no tuviera tiempo de leer tus intenciones hasta que fuese demasiado tarde.

Claro que si el enemigo es tan irresponsable que se tira a la poltrona en sus posiciones defensivas, ¡entonces hasta Heidi puede planear el ataque!

Saludos cordiales
José Luis

[Urogallo]

Muy interesante

Me recuerda alguna de las historías de Soldiers Raids, como por ejemplo, que los soldados españoles se han acostumbrado a transmitir ordenes simples mediante toques de corneta como en el siglo XIX debido a que sus oponentes en maniobras, los américanos, bloquean todas las comunicaciones con su super-tecnología.