por Buscaglia el Sab 11 Feb 2012 11:58
Saludos.
Continuamos aquí con una de las batallas navales más surrealistas de la guerra. Sigo la narracción oficial italiana, pero existen otras versiones alemanas y francesas que no concuerdan en algunos detalles.
Los alemanes habían decidido que, aún a costa de abandonar Cerdeña a los italianos, Córcega debía mantenerse. Así que evacuaron las tropas de la isla italiana para asegurar la isla francesa. Mientras, las tropas del Reich presentes en Córcega se harían con el control de puertos, aeródromos y baterías.
Como pasó tan a menudo en septiembre de 1943, los italianos, sobre todo sus mandos, fueron cogidos "con los pantalones bajados". El 9 de septiembre los alemanes ocuparon el puerto de Bastia por sorpresa. Tomaron prisionero al comandante italiano y la MAS 523. También consiguieron el control de las baterías costeras. El torpedero Aliseo, cuyo capitán desconfiaba de sus exaliados, estaba en alerta y zarpó a toda velocidad, saliendo de puerto y del alcance de las baterías. Pero el torpedero Ardito fue bloqueado en el interior de la rada por el fuego de las baterías costeras, ocupadas por la infantería de la Wehrmacht a sus dotaciones italianas y por algunos barcos de la Marina germana.
El capitán di Cossato, viendo al Ardito en dificultades, invirtió la ruta para apoyarlo. Se encontró con que diez embarcaciones alemanas venían en su dirección. Sorprendidos porque el barco italiano, en lugar de huir, se les venía encima a toda máquina. Se trataba de dos presas de guerra, los cazasumergibles exfranceses Minerva e Insuma (ahora UJ 2203 y UJ 2219); cinco lanchas cañoneras, las MFP 366, F 387, F 459, F 612 y F 623; la motobarca de la Luftwaffe FL B. 412 y los mercantes armados Humanitas e Sassari (estos buques con tripulación italiana y guardias alemanes).
Se trataba de muchos buques, pero con un armamento inferior. No he logrado encontrar sus características, pero las narraciones del combate hablan de calibres de 88, 75 y 20 mm. Armas inferiores a los 100 mm del torpedero. Además, es de suponer que algunas tripulaciones serían improvisadas, mientras que los italianos constituían un grupo muy eficaz, con un comandante veteranísimo (con unas 85.000 toneladas de barcos hundidos ya, esto lo veremos en el hilo de los submarinos).
El Aliseo era atacado también por algunas baterías en manos de los alemanes, mientras que los italianos, cuyos artilleros, repuestos de su sorpresa, habían retomado otras, atacaban a su vez a los barcos germanos. Posteriormente la corbeta italiana Cormorano se añadió a las bases finales del combate.
Otra ventaja del Aliseo era su muy superior velocidad y que sus enemigos venían agrupados desde la misma posición, con los que podía utilizar sus piezas de mayor alcance con gran eficacia contra la masa de enemigos. En su contra, también a considerar el tiro puntual de las piezas costeras, que no resultó eficaz al ser sus artilleros improvisados y por la reacción de las tropas italianas de artillería, que comenzaron a combatir para ocupar de nuevo sus baterías.
El Aliseo comenzó a batir a las lanchas cañoneras, que fueron hundidas o encallaron en la costa para evitar su destrucción. Los dos mercantes se rindieron y los enemigos más consistentes, las UJ 2203 y UJ 2219, y la motobarca de la Aviación retrocedieron hacia el puerto para obtener el apoyo de las baterías.
El comandante di Cossato las persiguió y recibió órdenes claras (hasta ese momento había actuado según su criterio contra sus exaliados, contra los que oficialmente no estaban en guerra): debía colaborar en el desalojo de los alemanes de Bastia. Comenzó entonces un combate con los dos excazasubmarinos desde más de 8.000 metros. Entonces recibió su primer impacto, procedente de la lancha cañonera UJ 2203. Un proyectil de 88 mm dió en la sala de máquinas del torpedero y lo dejó al garete...
Según reza una antigua inscripción en la portada de la iglesia de Otxate, cuando el mundo era joven, solo habitaban la tierra y los océanos seres primordiales a los que no resultaba agradable contemplar. Extraños y deformes, procedentes del vacío y las estrellas. En una época aún arcana, estos seres primordiales se ocultaron más allá del tiempo, pero dejaron su semilla. Cthulhu engendró a los seres de la tierra; Dagón, a los marinos, y Derleta, a los lunares.
"Caperucita y otros relatos vascos de terror"



