Dgarauz, buen apunte tu opinión acerca de las triple cresta, de hecho he encontrado a la fuente, se trata de Estrabón, quien menciona cascos de tres penachos (
trilofia) sin embargo, con el tema de la máscara hasta que tengamos pruebas más evidentes prefiero ser como se dice por aquí, un talibán
Ormuz, interesante tema a ver a que conclusiones podemos llegar. Aparentemente, el principal problema es que la zona galaica (junto con la lusitana) ofrece escasa información en cuanto a las armas se refiere ya que la arqueología ha resultado mucho más infructuosa que en cualquier otra parte de la Península. Haces mención a que en el pasado hubo espadas, si con pasado te refieres a la edad del bronce final desde luego que las hubo gracias a un fluido contacto atlántico en el que la zona de la actual Galicia conformó uno de los núcleos más dinámicos de occidente, de hecho incluso se han encontrado espadas de antenas de tradición hallstática, sin embargo las espadas seguirán existiendo en la edad del hierro.
Según Eiroa, quien reconoce la utilización del hierro en la zona castreña, informa que la mayoría de los elementos metálicos son de bronce y constituyen hachas, puñales, puntas de lanza e incluso espadas (de hecho remarca que abundan aquellas foráneas con influencias bretonas e irlandesas) que constituyen el ajuar del guerrero. De todas formas esta fue una zona muy abierta a influencias (se han encontrado cerámicas griegas, fenicias e incluso escarabeos egipcios) así que la adopción de panoplias externas no debería ser una posibilidad muy extraña. Uno de los castros más importantes de Galacia es el de San Cibrán de Las (9 Ha), en él se han encontrado tanto en hierro como en bronce puñales con empuñadura de antenas datados entre el s.I a.C y el s.II d.C. En el castro de Santa Trega (s.I a.C.) se han encontrado de nuevo puñales y espadas de hierro (algunas con empuñadura de antenas).
En cuanto al tema de las esculturas galaicas, Quesada nos recuerda la dificultad de llegar a conclusiones definitivas por la falta de contexto de estos "guerreros" así como las escasas armas encontradas en los yacimientos que apenas permiten hacer un contraste con estas esculturas, lo que mostraría hasta que punto su indumentaria sería heroica o más predispuesta a la masa poblacional. Sin embargo no debemos ahora desdeñar a estas esculturas, y cito a Quesada en este punto:
"hay algunos trabajos recientes que [...] tienden a valorar la fiabilidad de los trabajos de menor calidad, [...] ya que sus autores a menudo conocen de primera mano los objetos que representan y no se sienten en la necesidad de idealizarlos [...]. En este sentido, [...] los artesanos que tallaron las armas de los guerreros galaicos sin duda conocían detalles sobre su empleo. ". Ahora bien cuando analizamos estas estatuas debemos tener en cuenta dos limitaciones: los artesanos no disfrutaban de una gran formación escultórica y el granito que actúa de soporte no permite representar los detalles de forma realista, por ejemplo estos escudos tan pequeños que vemos en las estatuas podrían responder a la búsqueda de la simplificación y comodidad a la hora de tallar la escultura (táctica aplicable a todo el Mediterráneo antiguo) lo cual invita a pensar en escudos más amplios en el ámbito real. El único casco que aparece representado sería una evolución del montefortino, lo cual coincide con los cinco cascos decorados según tradiciones indígenas encontrados en la zona. Este estaría despojado de carrilleras como todos aquellos de ámbito peninsular, el resto de representaciones, más que cascos serían tocados o sombreros de viaje. En cuanto a las grebas, aquellas de bronce, desaparecidas en la Península en el s. IV a.C., darían paso a otras de materia orgánica si hacemos caso a las fuentes (Estrabón y Diodoro), dicho hecho queda representado en algunas de las esculturas de guerreros, fenómeno recogido también en el arte celtíbero, y que aplicado en la práctica favorece un combate protagonizado por infantería de línea en formación. Siendo el turno de las corazas, cabe destacar un claro desacuerdo entre los investigadores, algunos aprecian en las imágenes corazas metálicas, otros las suponen en material orgánico, y por mentar a Quesada, este último, no aprecia ningún tipo de coraza en las representaciones, ya que vislumbra túnicas con escotadura, siendo francamente inútil una coraza que no proteja esta zona corporal, por no hablar de los adornos que presentan algunas imágenes más aptos para túnicas que para armaduras. Por último el armamento ofensivo en las estatuas se caracteriza por la inexistencia de lanzas o jabalinas representadas. Sin embargo en todo el mundo antiguo la lanza es el arma principal, ello unido a las fuentes literarias que las mencionan, y a la dificultad de representar una lanza más larga que un cuerpo en soporte de granito, no impiden pensar en el uso de la misma, a pesar de que sean pocas las puntas de lanza encontradas en la zona. Por otro lado, las espadas solo aparecen representadas en tres estatuas, en todos los casos, desenvainadas. Estas parecen rectas y simétricas pero la erosión impide asegurar tipología alguna, su longitud responde al mismo problema representativo que el escudo, por lo que bien podrían haber sido espadas galas de La Tene como espadas de antenas atrofiadas, sin embargo el único pomo representado invita a pensar en una espada meseteña recta inspiradora del gladius hispaiensis. Mucho más frecuentes son los puñales, dispuestos en un sistema de suspensión típicamente romano. En general, se podría decir que a pesar de ser representaciones realistas, lo simbólico predomina frente al verdadero uso de la panoplia galaica, bien podría tratarse esta estatuaria de la representación idealizada de las élites galaicas, como monumento de prestigio en una sociedad protourbana.
De nuevo, Quesada, es partidario de aceptar un uso relativamente común entre la panoplia lusitana y galaica, si aceptando esto, hacemos caso a la descripción armamentística que hacen Estrabón y Diodoro del pueblo lusitano, vemos algunas de estas descripciones reflejadas en las estatuas, como por ejemplo cascos con tres plumas (¿
trilofia?) aunque más que cascos podrían ser simples tocados o el escudo, si aceptamos su tamaño como real (30 cm de diámetro) (¿
cyrtia?). Este, presumiblemente estaría formado por madera recubierta de cuero, sin embargo, si dejamos la teoría por la práctica, obtenemos una escasa concordancia entre las representaciones de las estatuas y las escasas armas reales encontradas por la arqueología.
Por otro lado Eiroa, informa de la aparición de utensilios metálicos relacionados con la monta del caballo, paralelamente se han encontrado figuras a caballo, por lo que parece que como mínimo hubo de haber una incipiente caballería tal vez aristocrática y a caso hostigadora.