Para disminuir las posibilidades de conflicto y para proteger a los constitucionalistas de represalias, se propuso un plan que preveía la retirada de las fuerzas rebeldes bajo escolta de las FPI hacia un campamento militar en las afueras de la capital, llamado “ 27 de julio”. Caamaño aceptó el plan, y los días 13 y 14 de octubre, la policía militar y tropas de la 82 División evacuaron a los rebeldes.
Puestos de control establecidos alrededor del campamento aseguraron que sólo Caamaño y un puñado de selectos oficiales y sus guardaespaldas podían portar armas fuera del área del campamento.
Al mismo tiempo, la FPI desmanteló los puestos de control y barreras que habían separado hasta ese momento a los “leales” de los constitucionalistas en la capital dominicana.
No obstante, en Ciudad Nueva se mantuvieron varios grupos armados compuestos por comunistas y otros extremistas que se escapaban al control de Caamaño. La FPI elaboró un plan para desmilitarizar definitivamente el antiguo bastión constitucionalista. El presidente provisional García Godoy dudo mucho temiendo un derramamiento de sangre, pero finalmente dio su aprobación.
Al amanecer del 25 de octubre tropas de tres batallones de infantería y la compañía de tanques de la 82º División, y la Brigada Latinoamericana entraron en Ciudad Nueva desde todas direcciones. Solo encontraron poca resistencia dispersa y no sufrieron ni infligieron bajas, la zona quedó asegurada en una hora. Durante la operación se descubrieron algunos escondites de armas, y un botín de documentos incriminatorios comunistas.

