Pinturas y Grabados de los siglos XVIII y XIX

[Lutzow]

Guerra ruso-turca, 21 de Febrero de 1877, el Regimiento de la Guardia de Moscú ataca las posiciones turcas en Arab-Konak, cortesía de Aleksey Popov.



Saludos.

[Lutzow]

22 de Enero de 1879, batalla de Isandlwana, el ejército zulú alcanza el cuerpo a cuerpo y desborda las inconexas defensas británicas, cortesía de James Edwin McConnell.



Saludos.

[Beltranejo]

La Expedición Mier, la lotería del frijol negro. Autor Frederic Remington.
La Expedición Mier fue parte de una infructuosa incursión de la milicia tejana contra los asentamientos fronterizos mexicanos. Hasta 1836, Texas era parte de México. Texas logró derrotar a México en la Revolución de Texas de 1835-1836 y se declaró independiente como la República de Texas. Sin embargo, los combates continuaron mientras las tropas mexicanas trataban de reincorporar a la República de Texas. El 25 de noviembre de 1842, aproximadamente 700 milicianos de Texas iniciaron una expedición militar para castigar al Ejército mexicano por sus incursiones en Texas y atacaron Laredo y Guerrero. El comandante de las tropas, Alexander Somervell, ordenó a sus hombres que se disolvieran después de esto, pero unos 300 soldados y oficiales se negaron. Estos 300 hombres atacaron Ciudad Mier pero fueron derrotados por el ejército mexicano y cerca de 243 tejanos fueron capturados. Cuando Antonio López de Santa Anna, el presidente de México, tuvo noticias del ataque, enfureció y ordenó que todos los tejanos fueran ejecutados. Mientras tanto, los prisioneros escaparon de la hacienda del Salado donde estaban confinados, siendo recapturados gran parte de ellos en los desiertos de Coahuila.
Los esfuerzos diplomáticos realizados en nombre de Texas por los ministros de relaciones exteriores de los Estados Unidos y Gran Bretaña llevaron a Santa Anna a comprometerse a que solo uno de cada diez moriría. El comandante de las tropas mexicanas, el coronel Domingo Huerta, preparó 159 frijoles blancos y 17 frijoles negros colocados en una olla. A los tejanos se les vendaron los ojos y se les ordenó que cogieran un frijol. Los que cogieron un frijol negro fueron ejecutados por un pelotón de fusilamiento. Este hecho se conoció como 'El episodio de Black Bean o la Lotería de frijoles'. Los cautivos restantes fueron liberados varios años después.
Frederic Remington nos muestra la lotería de los frijoles. Los tejanos están alineados con las tropas mexicanas a su alrededor. La pintura es de 1896.

[Antigono Monoftalmos]

Interesante y desconocido episodio para mi, gracias Beltranejo

[Beltranejo]

Me alegro de que te guste, Antígono, es un poco más largo y complejo, pero en esencia pasó así

[Antigono Monoftalmos]

La Historia de México en el siglo XIX (y de otras repúblicas hispanoamericanas) es una gran desconocida en España...parece que en ese siglo, en el continente americano solo aconteció, la conquista del Oeste por los EEUU, y nada más

[Pablorojo]

Zuavo de Pennsylvania. Autor: Frederic Ray

[Pablorojo]

Otra ilustración de Fred Ray. Un soldado de caballería de la Unión.
Como curiosidad, decir que este artista había realizado en los años 40 del siglo pasado las portadas del famosísimo comic Superman entre otros.






Saludos.

[Miguel Villalba]

Interesante y desconocido episodio para mi, gracias Beltranejo

También desconocía el episodio de los "frijoles negros". La relación EEUU vs México es un filón para los interesados a la historia militar mas allá de las guerras convencionales que tuvieron.
Gracias y saludos Beltranejo .

[Lutzow]

El Raid del General Wilson en Alabama durante Marzo/Abril de 1865, al final de la Guerra de Secesión, cuando la Confederación estaba en las últimas. El General Wilson penetró en Alabama al mando de 13.500 hombres de caballería, que portaban el fusil de repetición Spencer, que les concedía ventaja adicional sobre un enemigo disperso, poco numeroso y desmoralizado. Con sus fuerzas divididas en tres, los federales conquistaron varias ciudades sin que el enemigo pudiese conocer hasta el último momento que el objetivo principal era la ciudad de Selma, una de las últimas bases industriales en poder del Sur. La batalla se produjo el 2 de Abril, y las improvisadas defensas confederadas no resistieron en empuje rival, con el propio General Wilson cargando al frente de la 4ª División de caballería. El éxito fue total, en el conjunto del Raid los federales habían capturado 288 cañones y 6.800 prisioneros, causando además otras 1.200 bajas entre los confederados, por solo 750 propias. Obra cortesía de Don Stivers.



Saludos.

[Beltranejo]

Después de la batalla El Emir Mahmud es llevado prisionero ante Herbert Kitchener, Atbara, el 8 de abril de 1898. Óleo sobre lienzo de Godfrey Douglas Giles.
La batalla de Atbara fue el punto de inflexión en la Segunda Guerra de Sudán (1896-1898). La reconquista de Sudán se completó en septiembre de 1898, cuando los Derviches fueron derrotados en la Batalla de Omdurman.

En 1883, el líder religioso sudanés, Muhammad Ahmad (o el Mahdi), comenzó una revuelta contra el gobierno anglo-egipcio en Sudán. Al año siguiente, el mayor general Charles Gordon, gobernador general de Sudán, fue enviado a evacuar las fuerzas egipcias de Jartum. Sin embargo, en enero de 1885, Gordon fue asediado y asesinado. Su cabeza fue exhibida en una pica en el campamento de Mahdi, pero su cuerpo nunca fue encontrado. El público británico consideró a Gordon como un mártir y el gobierno fue sometido a una gran presión para vengar su muerte. En 1892, el general de división Sir Horatio Herbert (más tarde mariscal de campo, primer conde) Kitchener fue nombrado sirdar o comandante en jefe del ejército egipcio y se propuso reformarlo con el objetivo de conquistar Sudán. En 1896, una fuerza expedicionaria anglo-egipcia entró en el país y se abrió camino a lo largo del Alto Nilo.

Esta pintura muestra las consecuencias de la batalla de Atbara. La fuerza de Kitchener de unos 12,000 hombres atacó el campamento fortificado del ejército derviche y, después de una lucha feroz, el enemigo fue derrotado. Alrededor de 4.000 Derviches fueron capturados junto con su comandante, el Emir Mahmud, que se muestra en el centro de la imagen. El artista, Giles, basó esta pintura en fotografías contemporáneas del Emir y el campo de batalla.

Cuando era joven, Winston Churchill (1874-1965) luchó en la campaña y pensó que la guerra estaba justificada. Más adelante en su libro, 'The River War', (1899), expresó reservas sobre su conducta. Describió al Emir como "un árabe alto y fuerte, de unos treinta años, un buen ejemplar de orgullosa brutalidad, tal vez digno de un destino mejor que el de permanecer indefinidamente en la cárcel de Rosetta".

[Lutzow]

Navío de tres puentes no identificado, parece que british, cortesía de Tom Coletti.



Saludos.

[Oskar Matzerath]

Navío de tres puentes no identificado, parece que british, cortesía de Tom Coletti.



Saludos.

Y al fondo un dos puentes de la Marina de los Estados Unidos contra un tres puentes británico que está en serios problemas?

[Schweijk]

Segundo Imperio francés. Tiradores argelinos, también conocidos como "turcos".

[Flavius Stilicho]

Navío de tres puentes no identificado, parece que british, cortesía de Tom Coletti.



Saludos.

Y al fondo un dos puentes de la Marina de los Estados Unidos contra un tres puentes británico que está en serios problemas?

Lo he tenido que buscar en Artstation para ver una explicación porque no me cuadraba para nada. Según el autor se trata de una batalla ficticia entre el Ohio, un dos puentes americano de 90 cañones, y dos cuatro puentes (más una fragata) británicos que no llegaron a existir. Eso ya es más razonable y cuadra con las naves representadas.
Uno de los cuatro puentes británicos, estaría basado en el proyecto del Duke of Kent de 170 cañones: http://collections.rmg.co.uk/collection ... 66621.html. El otro estaría basado en un proyecto sin nombre de navío de 160 cañones.

[Lutzow]

Buena investigación, Flavius...

Ejército pontificio a mediados del XIX, con descripciones incluídas, cortesía del maese Rava.



Saludos.

[Lutzow]

General Gudin de La Sablonnière, admitido en la Academia Militar de Brienne en 1782, ascendiendo rápidamente de modo que durante la Campaña suiza de 1799 ya era General de Brigada, combatiendo en las batallas de Stein , Stockach , Mösskirch , Memmingen , Hocstädt y Neuburg, siendo promovido tras la misma a General de División. Como tal estuvo al frente de la 3ª División durante las Guerras de la Tercera y Cuarta Coalición, y durante la gran victoria de Auerstedt tuvo un papel destacado sufriendo un 40% de bajas. entre ellos Gudin, que resultó gravemente herido. Recuperado, participó en la dura batalla de Eylau, y más tarde en la de Wagram, donde volvió a resultar herido. En la Campaña de Rusia fue golpeado por una bala de cañón durante la batalla de Valutino, lo que no le impidió participar poco más tarde en la toma de Smolensk, donde finalmente encontró la muerte. Cortesía de Zvonimir Grbasic.



Saludos.

[Beltranejo]

'Nuestros galantes soldados en Afganistán "Nuestra vida por nuestra reina"', el 9º de Lanceros (Royal's Queen) y Royal Horse Artillery, 1879.
Litografía en color publicada por F Silber, Berlín, Alemania, 1880 (c).
Tras la muerte del residente británico y su guardia en Kabul en septiembre de 1879, el noveno de Lanceros (Queen's Royal) se unió a la marcha del mayor general Sir Frederick Roberts a la capital afgana, y posteriormente participaron en la Batalla de Charasiab en octubre de 1879 y en el asedio de Sherpur Cantonment.
El 11 de diciembre, un escuadrón del regimiento, escoltando cuatro cañones de artillería, encontró una gran fuerza afgana cerca de Killa Kazi. Roberts, que consideraba que era de la mayor importancia retrasar el avance del enemigo hacia Kabul, dio la orden de que 126 hombres del 9º de Lanceros y 44 del 14º de Lanceros Bengalíes cargaran contra alrededor de 10,000 afganos. Las pérdidas fueron graves y el 9º de Lanceros sufrió la muerte de 18 oficiales y hombres, y otros 10 resultaron heridos, así como 46 caballos. A pesar de su severo ataque, los 9º Lanceros permanecieron en Kabul hasta agosto de 1880, cuando se unió a la épica marcha de socorro de 300 millas de Roberts a Kandahar.

[Lutzow]

HMS Victory, cortesía de Dimitry Mironov.



Saludos.

[Beltranejo]

Coroneles de los guardias franceses y los guardias británicos cortésmente discuten sobre quién debe disparar primero en la batalla de Fontenoy (1745). Artista Félix Henri Emmanuel Philippoteaux

Recuperando una de la página 267:

[Lutzow]

Sargento del 7º de Caballería en Little Big Horn, cortesía de Zvonimir Grbasic.



Saludos.

[Schweijk]

Segundo imperio francés. Artilleros.

[Lutzow]

Los últimos momentos de los defensores de El Álamo, cortesía de Mort Künstler.



Saludos.

[Lutzow]

CSS Virginia y USS Monitor en 1862, cortesía de Seweryn Fleischer.





Saludos.

[Lutzow]

Infantería austriaca en el siglo XVIII, autor no identificado.



Saludos.

[Antigono Monoftalmos]

HMS Victory, cortesía de Dimitry Mironov.

En ¿Venecia?, ¿Estambul?

[Lutzow]

Si tengo que elegir, Venecia...

Uno curioso, el SMS Prinz Adalbert, el primer ironclad de la Kaiserliche Marine (primero de la Armada Prusiana), construido para la Confederación en Francia pero terminada la guerra antes de poder ser entregado, fue vendido a Prusia en 1865. Cortesía de Seweryn Fleischer.



Y por el mismo autor, su gemelo, que tampoco pudo entregarse a los confederados y se vendió a Japón que lo bautizó como Kotetsu y más tarde como Azuma.



Saludos.

[JACKSON]

¡Adelante, Viva España! Primera Guerra del Rif, defensa de Melilla 1893. Artista Augusto Ferrer Dalmau.

La guerra de Melilla de 1893-1894, también conocida como guerra de Margallo o primera guerra del Rif, no fue propiamente una guerra contra Marruecos, sino contra las cabilas o tribus que rodeaban la ciudad de Melilla y que instigaban a las tropas españolas.

Tras la guerra de 1860, el gobierno de Isabel II consiguió una ampliación del campo de Melilla y el establecimiento de una zona neutral ante la plaza. No obstante, los ataques rifeños no dejaban de producirse. En el mes de julio se comenzó en esta zona neutral la construcción de un fuerte que sirviera de posición a las tropas españolas. La escasa visión estratégica de los mandos españoles, no contempló el que se comenzasen a excavar los cimientos de un nuevo fuerte en los terrenos de un cementerio donde reposaba un moravito (santón) muy popular entre los rifeños. Estos destruían inmediatamente lo comenzado originando numerosas escaramuzas. El general Juan García Margallo, gobernador por entonces de la plaza de Melilla y bisabuelo del actual ministro de Exteriores José Manuel García Margallo, intentó desalojar el campo para proseguir las obras comenzadas. La agresividad de los rifeños y la escasez de las fuerzas españolas, hicieron al general refugiarse en el fuerte de Cabrerizas, próximo a Melilla, donde hubo de soportar un durísimo asedio. El general intentó una salida desesperada y fue abatido por tres balazos el 28 de octubre.

[JACKSON]

Batalla de los Castillejos

En el marco de la Guerra de África, el 31 de diciembre de 1859 llegó la orden de emprender la marcha hacia Tetuán. El avance por tierra presentaba enormes problemas, pues se debía abrir un camino para la artillería y las fuerzas iban a tener a la derecha montañas desde las cuales el enemigo podía atacar, mientras que el mar cerraba cualquier vía de escape a la izquierda. En caso de derrota, la retirada era casi imposible.

El terreno era muy difícil, con estribaciones transversales a la marcha y sierras que llegan casi hasta el mar, obligando continuamente a superar pendientes, interrumpidas por sendos valles. El primero que se encuentra es el de los Castillejos y allí se dio la primera batalla importante de la campaña. Se entabló a consecuencia de la impetuosidad de Juan Prim y Prats, el general comandante de la División de Reserva, que formaba la vanguardia del ejército. Esta llevaba en cabeza los dos escuadrones de la Princesa (el 1º y el 4º), a pesar de que en teoría pertenecían a otras grandes unidades.

Prim llegó sin apenas resistencia hasta las colinas que separan el valle de los Castillejos del de Tarajar. Leopoldo O'Donnell y Jorís le ordenó que se apoderara de la casa del Morabito y que una brigada del segundo cuerpo tomara un cerro que flanqueaba el bosque ocupado por los marroquíes. Prim, al ver que todavía permanecían marroquíes en unas lomas que cerraban el extremo sur del valle y al divisar las fuerzas de Infantería y Caballería en una cañada, decidió atacarlos. Contra los primeros, en las alturas, envía una docena de batallones. Contra los segundos, a los húsares, algo menos de 200 hombres.

La carga de Húsares de la Princesa se ha convertido en una leyenda de la Caballería. En un principio, se dirigen contra el centenar de jinetes marroquíes que se ofrecía a su vista, a los que dispersan. Pero en vez de detenerse entonces, los húsares divisan el campamento marroquí, por lo que continúan la carga y penetran en un estrecho desfiladero. A la salida del mismo, se abre un foso a sus pies, en el que se hunden hombres y caballos: han caído en una emboscada. Mientras algunos de ellos ayudan a los compañeros desmontados, el resto atraviesa la masa de Caballería marroquí que había acudido a rematarlos y llega hasta el mismo campamento. El cabo Mur se apodera de un estandarte, tras dejar fuera de combate a su portador. A continuación, los escuadrones se retiran en orden, pasando, por segunda vez, a través del enemigo y sin dejar un solo prisionero ni herido. Tan pronto como se reúnen con el resto del ejército, ocupan imperturbables su puesto en formación, como si regresaran de un simulacro de carga durante unas maniobras.

Su gallardía les costó cara: las bajas sumaron 50 hombres y 59 caballos. Sólo 2 oficiales resultaron ilesos; los 2 comandantes fueron heridos, así como 3 capitanes; murieron 2 tenientes. Fue de destacar la devoción de la tropa hacia sus mandos; al menos dos fueron salvados de la muerte por sendos húsares.

Respecto a la carga, el historiador militar Martín Arrúe escribió que "fue brillantísima y oportuna hasta que llegaron a la cañada; temeraria desde que se internan en esta; absurda al invadir la hondonada y llegar hasta el campamento marroquí [...] y siempre heroica". Los húsares cumplieron así con la exigencia de impetuosidad que se pide a toda Caballería que se precie, aunque quizá en exceso.

Mientras tanto, la Infantería había conseguido rechazar al enemigo tras una serie de furiosos asaltos a la bayoneta. Prim compensó su imprudencia derrochando valor personal, al encabezar un asalto blandiendo la bandera del Regimiento de Córdoba. Tras ocho horas de combate, sus batallones se hallaban exhaustos y muy mermados, a diferencia del enemigo, que recibía constantemente refuerzos. El batallón del Príncipe estaba en peligro de quedar aislado y ser aniquilado. Prim ordenó a los artilleros que avanzaran en orden abierto para contener al enemigo, pero recibieron un nutrido fuego y tuvieron que replegarse, perdiendo muchos hombres. O'Donell comprendió el peligro y envió en su auxilio al Regimiento de Infantería «Córdoba» y más tarde al general Juan de Zavala y de la Puente con los batallones de León, Arapiles, Saboya y Simancas, que decidieron la victoria.

[JACKSON]

Aspecto de las tropas españolas y de kabileños marroquíes durante la batalla de los Castillejos, “África” de José Cusachs (1888).