La división Sabratha ¡vaya panda de cobardes!

[Buscaglia]

Saludos.

Últimamente estamos exponiendo momentos de gloria y de miseria del Ejército italiano en África. Hoy toca un tema complicado: el de la "Divisione Fantería Autotransportabile Tipo AS Sabratha". Creo que, junto a la Murgue, es la gran unidad italiana más denostada de la II Guerra Mundial. Que ya es decir.

Veterana de Compass, Gazala, Tell el Eisa... pero, a diferencia de las otras divisiones, sin medallas al valor. Y, lo peor, con la humillación de haber sido disuelta el 25 de julio de 1942, cuando todavía existía como unidad de combate, por presiones de Rommel y de Berlín. Algo que, en palabras de Mussolini, "no perdonaría nunca".

Pienso que la Sabratha fue la más antigua de las divisiones combatientes en África. Se comenzó a organizar en la primavera de 1937 en Libia, quedando completada en octubre de 1939. Es decir, tenía componentes que, cuando la unidad se disolvió como castigo, llevaban más de 5 años en África. Cinco años de calor, moscas, sed, alejados de la familia, mal comidos... Y, como todos los italianos, cinco años en los que se pretendió dar una vuelta a su imaginario y principios. Todo patriota italiano desde el Risorgimiento hasta 1935 fue educado en el odio a Alemania y Austria. Pero, no, ¡ahora eran los camaradas en combate, con un destino común indesligable! Aunque fueran el enemigo hasta ayer y reivindicasen territorio de la madre-patria...

Cuando estallaron las hostilidades en junio de 1940, la Sabratha, como la mayor parte del contingente italiano, estaba en posiciones de la frontera tunecina. Eliminada Francia, la unidad fue enviada al oeste, pero no a primera línea porque no podía abastecerse allí, sino a la zona de Derna. Cuando en diciembre de 1940 se produjo la ofensiva inglesa, le tocó defender la línea Derna-Berta. Allí perdió toda su artillería porque el enemigo la desbordó y los escasos vehículos solo dieron para evacuar a parte de la infantería.

Algunos batallones de infantería, secciones de ingenieros, sanitarios... pudieron retroceder tras el desfiladero de Marsa el Brega, pero el 42 Regimiento de Artillería quedó preso en manos inglesas. La unidad no pudo reconstruirse por falta de medios durante meses. Finalmente se intentó ponerla en funcionamiento bajo el modelo AS 42 en febrero de 1942. Pero la Sabratha solo contaba con 4 batallones de infantería y 4 grupos de artillería, a los que se sumó una pequeña amalgama de unidades sueltas: el batallón San Marco, una batería de 65/18, dos baterías de 75/27, una de 88/66, 2 de 75/50 y una de 76/30.

En total 4.706 hombres en una pésima amalgama de veteranos quemados por cinco años en África junto -que no unidos- a bisoños recién llegados en unidades sin moral ni cohesión. Y en esas condiciones son lanzados a la batalla...

[RODRIGO1]

LO que empieza mal, termina mal.

La falta de visión estratégica italiana dejó a sus tropas en el peor de los mundos posibles, mal equipados, con divisiones muy débiles, en teatros de operaciones que jamás habían planiificado (combatir contra los ingleses en el desierto, en vez de a los rebeldes libios)

Saludos

[Buscaglia]

Saludos.

Proseguimos con esta unidad, de tan mal currículo que sus compañeros de la Folgore la denominaban "división lepra". No para cebarnos, sino para explicar -incluso justificar- porqué fueron leprosos.

Durante Crusader la división volvió a repetir el periplo de la retirada sin demasiados momentos significativos, ni positivos ni negativos. Lo mismo que durante la ofensiva de Ain Gazala. La excepción fue la actuación en primera línea del batallón San Marco de infantería de Marina, agregado a la unidad, que estamos relatando en otro hilo. La Sabratha, que había iniciado la guerra con ametralladoras Swarloche "presa de guerra", revólveres Glisenti para los suboficiales y con carabinas anticarros de 20 mm Solothurn en lugar de cañones de 47 mm, siguió durante toda la contienda recibiendo poco y mal material y personal. Cuando perdía unidades (por ejemplo, una compañía de ametralladoras en la primera batalla de Bardia) se las sustituía por personal disperso, poco cualificado y nada cohesionado. No se le daba mucho pero tampoco se pedía mucho de ella: durante la reconquista de Cirenaica entre enero y abril de 1942, básicamente realizó tareas de segunda línea: operaciones de rastrillado, seguridad interior, defensa costera...

Pero finalmente Rommel la puso en primera línea para la siguiente ofensiva. Eso sí, en el único escenario en que podía actuar: la carretera de la costa. En mayo-junio de 1942 fue avanzando por la Vía Balbia, lo único que permitía la escasa habilitación de la tropa y su débil motorización. Iba empujando a los sudafricanos -otra unidad de segunda, "los italianos de los aliados", con algunos reveses como el 29 de mayo, cuando sufrió 400 bajas por la artillería enemiga.

La Sabratha había ido avanzando penosamente por la carretera costera, pasaron por Tobruk y penetraron en Egipto. Muchos, a pie. El mando del Áfrika Korps le encomendó la posición de Tell el Eisa, tanto el pueblo como la estación de ferrocarril. Por esas fechas solo contaba con tres batallones de Infantería, aunque para darle más fuste se le agregó el 3º Regimiento de Artillería Príncipe Amadeo Duque de Aosta. Llegaron el día 9 de julio a su nueva ubicación. Los que venían a pie, derrengados. Allí se encontraron con la 3ª Compañía de Interceptación Inalámbrica del Hauptmann Seebohm, una de las piezas fundamentales del Rommel. Y señalo que parece increíble que Rommel pusiera a esta perla bajo la guardia de la Sabratha. Luego se arrepentiría, seguro, aunque lo oculte en sus memorias.

Creían tener delante todavía a la división sudafricana. Pero los sudafricanos fueron sustituido por australianos, tropas de élite. El cambio no se detectó a tiempo.

Tras una fortísima preparación artillera dos batallones australianos de la 26 Brigada asaltaron al alba del 10 de julio las posiciones italianas. Los atacantes eran bastantes menos que los atacados. Pero...

[Buscaglia]

Saludos y proseguimos.

Primero, una preparación artillera que se definió como la más intensa hasta ese momento en África. Luego dos batallones australianos atacan con la última oscuridad. La línea italiana es sostenida por tres batallones y la artillería. Pero la defensa falla y la unidad es arrollada. Parcial o totalmente, eso lo veremos después.

Para entender la situación, primero vamos a darle la palabra a Rommel, que describió así lo sucedido en sus cuadernos de campo: “La mañana del 10 de julio nos despertamos hacia las cinco, escuchando el sordo tronar de la artillería hacia el norte. Inmediatamente comprendí que algo malo se estaba fraguando. De improviso llegaron alarmantes noticias de que el enemigo había atacado desde El Alamein, arrollando a la División Sabratha que sostenía la línea a cada lado de la carretera. El enemigo perseguía a los italianos fugitivos y corríamos el grave riesgo de que llegase a destruir nuestros depósitos (…) La División Sabrataha había sido aniquilada casi por completo, perdiendo buena parte de las baterías que se le asignaron. Parecía ser que los jefes de aquellas no habían disparado sobre el enemigo, que avanzaba hacia ellos, por no tener órdenes. Los italianos abandonaron la línea, empavorecidos, y sin intentar siquiera defenderse, buscando el desierto, y abandonando armas y municiones por el camino”.

Hasta aquí Rommel. Hay cosas en su relato que son creíbles. El pánico debió extenderse entre muchos soldados de la Sabratha porque los autores italianos no lo refutan. Pero también se aprecia mucha falta de sinceridad en el alemán. Sus reacción a la espantada fue furibunda, mandando telegramas a Roma para que se procesase a los oficiales. No dice nada de ello en sus cuadernos. Tampoco cita el que creo fue el principal motivo de su enfado: la pérdida de la compañía de interceptación radiofónica y la muerte de su comandante, Seebohm. Con ellos perdía su mejor baza para anticipar las intenciones del enemigo (el SIM italiano acababa de perder a su fuente en Alejandría). Ese personal especializado era muy difícil de sustituir. Pero todavía más grave fue que los australianos capturaron el material, el personal y la documentación, además de matar al comandante del servicio. Analizando la documentación y en los interrogatorios descubrieron la forma de operar del sistema de radioescucha alemán y, en lo sucesivo, resultó casi imposible sacar datos en claro de la radiofonía aliada.

Ahora bien, ¿no debía estar enfadado Rommel consigo mismo? La Sabratha, en total menos de 3.000 hombres, ¿era la fuerza más adecuada para custodiar a esa esencial unidad alemana? Además, situada defendiendo en la carretera costera y el ferrocarril, por donde el enemigo podía concentrar una fuerza poderosa rápidamente.

Por otro lado, el propio Rommel se contradice como veremos a continuación...

[Buscaglia]

Saludos.

Hemos dicho que Rommel da por destruida la unidad el 12, pero el 16 de julio escribe: “Tras una intensa preparación artillera, los australianos avanzaron a primeras horas de la mañana, apoyados por tanques, consiguiendo tomar algunos núcleos de resistencia guarnecidos por la Sabratha”. Es decir, cuatro días después todavía parte de la unidad estaba operativa y defendiendo la primera línea de frente. Y con coherencia ya que el ataque australiano implicó una fuerte preparación artillera y el concurso de tanques para eliminarla.

Parece que la versión del “zorro del desierto” no es muy fiable, ni por lo que cuenta ni por lo que se calla (la pérdida de la 621ª Compañía de Intercepción de Señales, la unidad clave de escucha radiofónica del Afrika Korps). Vamos a acercarnos sin apasionamiento a lo que pasó.

La Sabratha acababa de ocupar las posiciones la víspera del ataque, algunas unidades por la tarde, y no había tenido tiempo de preparar adecuadamente la defensa. Muchos soldados habían llegado a pie y no se pasaron la noche cavando y apilando cajas de munición, como debían haber hecho. Probablemente, la culpa fue de los oficiales que no supieron obligar a unos subordinados agotados prepararse para un posible contrataque.

Al alba del 10 de julio fueron arrollados por una fuerza inferior: dos batallones de infantería de la 26 Brigada Australiana se impusieron, pese a su inferioridad numérica y ser la formación atacante, a tres batallones italianos atrincherados (aunque mal) y a la artillería (posteriormente veremos su entidad). El ataque iba desde la cresta norte de la estación ferroviaria de Tel el Eisa (Cota 33) hasta la costa. Su ofensiva fue precedida por el bombardeo más intenso experimentado hasta entonces en África del Norte ya que el suministro de municiones en ese sector era muy fácil para los aliados. El ataque artillero y la mera noticia del ataque provocó el pánico de los inexpertos soldados de la División “Sabratha” y parte se desbandó.

Faltó, sobre todo, la voluntad de resistir en algunas unidades. Pero, analicemos ese pánico y veamos si realmente fue generalizado o infundado. En primer lugar, había razones para huir. Esos soldados corren porque los australianos, desde su estreno en la contienda, en la toma de Bardia, en ocasiones solían asesinar a sus prisioneros. Algo que no aparece en la mayoría de los libros. En la Sabratha hemos dicho que había muchos malos soldados que salieron corriendo por el pánico a ser muertos en el caso de captura.

Pero el hundimiento del frente de la Sabratha no fue total, como veremos...

[Buscaglia]

Saludos.

Vamos ahora con los hechos reales. Lo primero que hay que señalar es que la desbandada no fue general porque hubo unidades que mantuvieron sus posiciones. En concreto, el único batallón del 85º Regimiento -dirigido por el coronel Angelozzi- aguantó en la estación de ferrocarril el ataque australiano sin perder la posición. Cuando el 15 de julio Rommel contratatacó y restableció la situación, fue precisamente el batallón I/85 del coronel Angelozzi quien reconquistó las posiciones perdidas de los dos batallones que habían cedido. Al día siguiente ese mismo batallón resistió otro contrataque de los australianos y de fuerzas blindadas inglesas.

La segunda cuestión es que la Sabratha tampoco fue destruida. Durante los dos primeros días las bajas de la división fueron 1.250 hombres. Alrededor de un 33% de su fuerza. Y los cañones perdidos fueron solo 25 porque las baterías autotransportadas del regimiento celere pudieron retirarse a tiempo e incluso se integrarían en la Littorio cuando se disolvió la Sabratha. Los posteriores contrataques italianos y aliados provocaron más pérdidas y para el 16 las bajas son 122 oficiales y 1846 de tropa. Un 50% de los efectivos reales y un 1/3 de los orgánicos. Pero recordemos que cuando se dan esas nuevas bajas la mayoría de los autores hablan de que la unidad estaba destruida.

En este hilo hemos visto que bajas del 33% o del 50% las habían sufrido a menudo las divisiones italianas de infantería. Queda claro que la Sabratha, cuando sea disuelta el 25, no lo fue por su aniquilación, sino por deseo del mando alemán, en concreto de Rommel...

[Buscaglia]

Saludos.

Terminamos hoy el recorrido sobre la Sabratha, la división italiana que, junto a la Murgue, se suele poner como ejemplo de unidad incapaz y cobarde. Espero haber matizado bastante esas ideas preconcebidas. La unidad combatió a menudo mal. Pero es que, con sus condiciones, difícilmente pudiera haberlo hecho bien. Y la mayor parte de su mala fama procede del intento alemán -del mismo Rommel- de no asumir sus errores y de los propios combatientes italianos que estaban cómodos con la situación: si la Sabratha "era lo peor", ellos quedaban como mejores.


Por las presiones de Rommel se despedazó la unidad. El regimiento de Artillería de la Sabratha pasó a la Littorio y se cubrió de gloria luchando hasta el final en El Alamein. Esto mismo indica, como señalamos anteriormente, que la mayoría de los cañones no se perdieron porque los artilleros no los abandonaron. Y que, en condiciones más favorables, los hombres de la Sabratha cumplían más que correctamente.

Que yo sepa, no hubo juicios a los oficiales, solo traslados. Mussolini se sintió muy ofendido por las acusaciones que se vertían en los telegramas de Rommel a Roma pero cedió a las presiones de Berlín y suprimió la unidad para dar una satisfacción a su aliado y castigar moralmente a quienes no cumplían con sus deberes bélicos.

Pero el mal de la Sabratha en el verano de 1942 era común a prácticamente todas las unidades de infantería italianas, con personal que podía llevar hasta tres años en Libia, pasando miserias. Sin equipo adecuado, con la salud corporal y la moral tocadas. Tanto es así que el mismo 12, ante la noticia de que parte de la unidad había cedido, el coronel Mancinelli, encargado del puesto nada envidiable de relaciones con el Panzer Armée Afrika (a Mancinelli muchos le habréis leído, hizo la parte italiana de la para mi mejor Enciclopedia de la II Guerra Mundial) sugería para levantar la moral de algunas unidades que era “necesario mostrar signos tangibles de reconocimiento al esfuerzo, víveres (vino), primas, permisos, reconocimientos directos sobre el frente de batalla”.

Es decir, lo que le había pasado a la Sabratha le pudo ocurrir a cualquier división mermada.